Sammy era siempre tan… Sammy.

El tierno, bueno y comprensible.

Dean era siempre tan… Dean.

El rudo, seductor y aventado.

Sam enamoraba.

Dean seducía.

Sam era algo así como un anticristo.

Dean era un resucitado del Señor.

Sam hacia el amor.

Dean tenía sexo.

Sam lo hacia con mujeres lobos y demonios. Doctoras y secretarias de importantes abogados.

Dean lo hacia con meseras y una que otra chica ocasional. Prostitutas y bailarinas de importantes bares.

Sam exorciza demonios con la mente.

Dean… quien sabe si la utilice.

Sam peleaba con John.

Dean idolatraba a John.

-Oye, nena.-Sam volteo refunfuñando.- ¿Adivina que leí el otro día?

-Un letrero de "Noche de cervezas al dos por uno", digo, considerando que es lo único que lees.

-No, era una frase extraña.

-Dean… te juro por lo que mas quieras que no se leer mentes.

-Era algo así como "los opuestos de atraen".

El menor rodó los ojos y volvió a su lectura.

Sam no sabia de lo que su hermano hablaba.

Dean, si.