Paula Crock, conocida en los barrios bajos como Huntress, estaba cansada de la vida que llevaba, harta de arrastrar a sus dos hijas al mismo agujero retorcido, harta de no poderles dar la vida que ellas realmente merecían, harta de pensar que una noche no regresaría a casa.

Antes de que sus hijas nacieran Paula no tenía motivos por los cuales temer, no fue hasta el nacimiento de Jade que comenzó a preocuparse por la vida de otra persona que no fuese ella, y entonces dejó de salir a misiones peligrosas, sin embargo cuando se dio cuenta Lawrence, mejor conocido como Sportmaster y su esposo, ya había comenzado a entrenarla para convertirla en una más del ejército de Sombras, era demasiado tarde. Cuando Artemisa nació, también lo hizo el deseo de salir del mal camino por parte de Paula. Sin embargo el desear no era sinónimo de hacerlo y menos cuando tu vida depende de ello.

Antes de que Artemisa pudiera siquiera caminar ella ya sostenía un arco y en cuanto dio sus primeros pasos su padre la hizo pelear contra su hermana hasta que alguna de las dos saliera victoriosa, o les sangran las encías por el esfuerzo, o tal vez un hueso roto.

Había tantas cosas por las que Paula se arrepentía, pero definitivamente delatarse no era una de ellas. Antes de que Artemisa cumpliera los diez años había tomado la decisión de dejarle pistas a los vigilantes de Gotham y de Star City acerca de lo que las Sombras y que afectaba a ambas ciudades.

La noche en la que el plan de las sombras se llevaría a cabo, Paula salió del departamento a sabiendas de que posiblemente no lo volviera a pisar, dejando atrás a sus hijas sabiendo que no las volvería a ver.

Cuando Batman y Green Arrow aparecieron en los límites de Gotham, Paula sabía que la hora había llegado. Mientras que las sombras y Sportmaster peleaban contra los vigilantes Huntress solo se hizo a un lado, y cuando tocó su turno no dió la batalla que daba siempre, causando dudas en los heroes.

No pienso huir, y tampoco les estoy tendiendo una trampa. - dijo pausada.- Me estoy entregando por voluntad propia, pero tengo algunas exigencias si quieren la información de las Sombras que poseo, de lo contrario no hablaré y creanme, soporto cualquier tipo de tortura.

Esa misma noche, mientras su madre se entregaba a las autoridades, Jade de tan solo once años huyó de casa dejando a su hermana menor sola y desolada en el frío apartamento. Cuando Batman irrumpe en el apartamento acompañado de Flecha, la imagen ante él no la podía creer, un mapa detalla había sido pegado en la pared, donde no solo señalaba los puntos que atacarán las Sombras en la carretera que conectaba a ambas ciudades, también señalaba los nombres de los involucrados, tanto el alias como la identidad secreta de cada uno, todo lo que necesitaba para capturar a los malos estaba escrito en una carpeta pegada junto al mapa

. Flecha recorrió las habitaciones una por una, hasta que un bulto en la esquina de una de estas le sorprendió; una niña de aproximadamente 9-10 años le apuntaba con una ballesta cargada justo a la frente.

No te me acerques. - amenazó la pequeña.

No pienso hacerte daño. - le conteste el arquero bajando su arma. - Soy de los buenos. - prometió acercándose con cuidado a la niña.

¿Donde estan mis padre? - preguntó la niña con voz temblorosa, sin dejar de apuntar con el arma.

Baja esa arma. - le pidió Flecha. - Te podrias lastimar.

Se utilizarla y no tengo miedo de hacerlo. - replicó la niña. - ¿Donde estan mis padres? - volvió a preguntar.

Tus padres se han ido a otra parte, y te han dejado bajo nuestro cargo. - la voz tétrica del murciélago hizo que la niña se helará. - Estás a salvo con nosotros Artemisa, te ayudaremos. - La petición que Paula les dijo fue que se hicieran cargo de sus hija, pidiendo ayuda para que ninguna entrará en el oscuro mundo de la delincuencia. - Ahora dime ¿donde esta tu hermana? - preguntó el murciélago acercándose a la altura de Flecha.

Se fue. Dijo que papá y mamá nos había abandonado y se fue. - le contestó con lágrimas en los ojos.

Ahora estás a salvo. Nada te pasara. - le dijo Flecha quitándose la máscara. - Soy Oliver por cierto. - sonrió y le quitó la ballesta a la niña. - ya no la necesitarás más.


Cuando Oliver Queen vio a la pequeña niña asustada en la fría esquina del departamento no pudo sentir más que compasión por ella. La niña no había escogido a su familia, ni a lo que se dedicaran, y mucho menos ser entrenada como si de un arma se tratara. A simple vista la niña parecía ser una niña saludable, pero en cuanto la examinaron pudieron darse cuenta del daño físico que sufría, hematomas se extendían por su torso y espalda, las radiografías revelaron que la gran mayoría de sus huesos habían sufrido fractura o lesión. El daño físico podría curarse con el tiempo, sin embargo el daño psicológico sería complicado.

Paula había pedido que Manhunter borrará todo recuerdo acerca de su familia biológica y el entrenamiento que su padre le exigía llevar, para que posteriormente la entregaran a una familia que la amará y le diera todo lo que ella necesitará, una vida que Paula solo en sus sueños podría darle. Sin embargo Oliver no podía pensar en otro lugar seguro para ella que no fuera a su lado, como su hija. Dinah sería como una madre, y buen ejemplo, para la niña, además que Oliver tenía los recursos necesarios para cuidar de ella y darle la vida que Paula quería para ella. Con Batman analizaron todos los pros y contras de que Oliver se quedara con ella, desde la publicidad que tendría Oliver al ser un personaje público, hasta la manutención y buen trato que la niña recibiera con otras personas. Hasta que finalmente se llegó a la conclusión que la mejor manera de tener vigilada a la niña era que Oliver se quedará con ella y la criara como su hija.


Durante la primera semana que Paula estuvo en los separos, las portadas de los periódicos de Gotham anunciaba la muerte de Artemisa Crock, la cual había muerto por una bala perdida que entró por una de las ventanas del departamento y al no haber nadie que la atendiera la niña murió desangrada en el lugar. Una semana después se lanzó la noticia de una niña que apareció deambulando en las afueras de Gotham, con heridas leves en el torso y espalda y sin conocimientos de quien era o cómo había llegado hasta ahí, la Fundación de Selina Kyle para niños desamparados la había acogido y a la siguiente semana Oliver Queen la adoptó, siendo ese el foco de todos los medios.


Los primeros meses les fueron difíciles a Oliver y a Artemisa. Empezando por la gran curiosidad que la niña tenía acerca de su familia biológica y terminando por la prensa amarillista. Oliver lo intentaba con todas sus fuerzas, y junto a Dinah había logrado darle a la niña toda una nueva identidad; le habían dicho que ella y sus padres habían sufrido un accidente en el cual ellos desaparecieron sin dejar rastro, y que suponían que ella perdió su memoria en el mismo accidente. Luego de aquello la niña dejó de realizar preguntas acerca de su pasado y realmente comenzó a disfrutar de la vida que Oliver y Dinah le daban.

A Dinah le gustaba llevarla de compras, comprarle vestidos, zapatos y moños que luego le pondría para ir a la escuela o a los eventos a lo que Oliver acostumbraba a ir. Artemisa era feliz tenía a dos personas que la cuidaban y la consienten como si fueran sus padres, le daban todo lo que ella necesitaba, y la amaban como si fuera su propia hija.

La primera vez que Artemisa los llamó papá fue durante un desayuno, ella estaba medio dormida y llamó a Oliver papá cuando este la cargo y la alzó por los aires haciéndola reír. Oliver recordaría para siempre el momento en que, entre risas, Artemisa lo llamó papá. Lugo de eso la confianza en ella fluyo simplemente dejó de llamarlos por sus nombres. Cuando llamó a Dinah mamá fe esa misma mañana mientras le agradeció por el desayuno. Ese simple "Gracias mamá" fue suficiente para derrotar a la dura Canario Negro.

Sin duda la vida que Artemisa llevaría con Oliver y Dinah sería mucho mejor que con su familia biológica.

Batman mantenía a Paula informada de los avances de su hija para adaptarse a su nueva familia, desde las grandes cantidades de ropa que Dinah le compraba, hasta las clases de gimnasia que tomaba para que su cuerpo no resintiera la falta de ejercicio al que anteriormente estaba acostumbrado. Le tranquilizaba la idea de una Artemisa feliz, sin embargo la misteriosa desaparición de Jade opacaba dicha tranquilidad y la transforma en preocupación.