Nota: SK no me pertenece y este fic o esta hecho con fines de lucro, atte: yo.


RECUERDOS Y LA PROPUESTA


¿te quieres casar conmigo?

Esa era la pregunta que tanto había querido hacerle, durante meses estuve planeando como decírselo y ahora estaba aquí frente a ella haciéndolo, esperando ansioso su respuesta. Estuve por mucho tiempo tratando de decidirme como hacerlo, pensé llevarla a cenar a un romántico restaurante al aire libre, a la luz de la luna o mejor lo hacia en casa preparándole los más exquisitos manjares y estando los dos juntos, solos a la luz de las velas o tal vez en un romántico paseo, caminando por la ciudad desierta, tomados de la mano, disfrutando del ambiente, de la noche, pero sin embargo, ninguno era adecuado, primero la cena en el restaurante me iba a salir muuuuuy cara y yo pues…pues ando un poco corto de ingresos económicos, en otras palabras estaba en quiebra total y aparte decírselo delante de tanta gente no era muy conveniente ya que ¿Qué tal si me dice que no, no podría tratar de convencerla, intentarla hacer cambiar de opinión delante de tanta gente (o sea no podría llorar, suplicar que lo pensara mejor), bueno por eso esa opción quedo descartada totalmente. La segunda opción pues era también imposible, si, era una idea perfecta, romántica y si me decía que si no se opondría a que le diera un beso y tal vez me daría una de sus hermosas sonrisa pero estaba el pequeñísimo problema de que la pensión estaba llena de invitados, mis amigos habían venido hace algunas semanas de visita y aun no se habían ido, no me molestaba su presencia, pero eso arruinaba el perfecto plan, así que esa también quedo descartada por exceso de gente y la tercera pues dudo que hubiera aceptado salir a pasear durante la noche en una ciudad desierta, si, ya habíamos salido anteriormente en esas condiciones y aun éramos muy jóvenes pero esa vez tuve suerte de que aceptará además había estado lloviendo casi todas las noches así que tampoco era una opción.

Y ahora sin pensarlo, estando aquí me atrevo a decírselo, aun recuerdo todo lo que tuvimos que pasar para poder decirnos cuanto nos amábamos, cuanto deseábamos poder tener algo más que una relación de prometidos, de amigos mejor dicho y es que a duras penas parecíamos aunque sea eso, solo amigos, siempre pensé que solo seriamos dos desconocidos comprometidos en matrimonio, tendríamos una familia en donde solamente yo disfrutará hacerle el amor con pasión y ella lo haría por obligación, pero todo eso valió la pena, jamás olvidaré cuando le dije que la amaba.


Flash Back


¡no se como se te ocurre hacer esas cosas! – le decía una molesta jovencita de rubios cabellos a aquella persona que iba a su lado y que estaba ayudando a sostenerse de pie y llegar a la pensión - ¡solo a ti se te ocurre tomar algo preparado por esos idiotas de tus amigos¡Ahora mírate estas borracho!

No te molestes, Annita – decía el chico mientras caminaba dificultosamente dando pasos torpes a la par de la chica – no es para tanto además no estoy tan ebrio, solo fueron unas cuantas copas

¡Como quieres que no me moleste Yoh! - decía cada vez más molesta por las excusas que le daba su prometido - ¡acepte acompañarte a esa ridícula reunión, pero no fue para hacerla de carga borrachos¡de haber sabido que esto iba a pasar no hubiera ido!

Pero entonces no tendría quien me llevará a la casa – decía a su prometida que lo miraba de reojo para volver la vista al frente.

Ese iba a ser tu problema no él mío – dijo en su típico tono frío

Pero a pesar de eso me estas ayudando – decía mientras miraba a su prometida sin que ella lo notará ya que estaba viendo hacía el frente - ¡eres muy buena y muy linda Annita¡por eso te quiero mucho! – dijo sin percatarse de las palabras que a causa de la borrachera salían de su boca y causando que la chica volteará a verlo sorprendida de aquellas palabras, pero luego se convenció que todo era solo por el estado de ebriedad en que se encontraba el castaño.

Al llegar a la pensión la joven apoyo a su prometido en la pared, mientras sacaba la llave para abrir la puerta y poder por fin descansar, al abrir entro y prendió las luce para luego volver a sujetar a su prometido y llevarlo hasta la cocina para prepararle algo y tratar de bajarle un poco del alcohol que había ingerido.

siéntate, enseguida te preparo un café – decía mientras lo dejaba en una silla y se alejaba dirigiéndose hacia la alacena para preparar la bebida

gracias – respondió el chico observando a la joven, no podía negar que aquella noche a pesar de sus regaños se estaba comportando dulcemente con el, claro dentro de los rangos de ella, pero aun así lo estaba tratando bien, por eso le gustaba, por eso la quería tanto, tal vez no era de tener siempre esos detalles por eso cada vez que los tenía los apreciaba enormemente, sobre todo por que solo los tenía hacia el, nadie más podía decir que ella lo había tratado bien y si se llegaba a enterar que alguien era capaz de decirlo lo mataría con sus propias manos por que ella era de él, solo de él, era su amiga, su prometida, y su…su…no, no podía decir nada más, hasta decir que era su prometida era algo lejano, ya que ni novios eran, y si no eran novios ¿Cómo podían estar comprometidos, cada vez que pensaba eso le pesaba, le pesaba demasiado, no sabía que pensaba ella, quería saber si lo quería de la misma forma que el a ella, el la amaba en silencio, era su amor imposible, su estrella inalcanzable, su paraíso y también su infierno, su salvación y su condena, era su todo y el ¿Qué era para ella¿solamente un compromiso¿solamente aquel hombre con el que estaba obligada a casarse¿era solo aquel hombre que algún día le arrebataría su inocencia, que la tomaría e invadiría su cuerpo¿aquel que solo tendría sexo con ella arrancándole lagrimas del corazón, lagrimas de dolor en cada entrega¿esa persona que no le permitiría ser feliz junto a nadie más? No lo sabía pero anhelaba saberlo – creo que ya me esta afectando el alcohol - decía para si mismo ante aquellos pensamientos.

Toma – dijo poniendo frente a el la taza con la bebida para luego sentarse – tómatelo antes que se enfrié y después te iras a dormir, apresúrate para que te ayude a subir, en esas condiciones dudo que puedas llegar tu solo – decía en un tono enfadado.

Después de un momento de silencio el chico se desidio a hablar rompiendo el ambiente en que se habían sumergido.

¿estas molesta? – pregunto mirándola de reojo, observando su reacción.

Como quieres que este ¿contenta ante tus tonterías? – respondió aun enfadada.

No es para tanto, solo me quería divertir un rato, Anna – trato de calmarla un poco con sus palabras

¿divertirte, Yoh ya no somos unos niños, esa no es forma de divertirse – decía exasperada ante la respuesta de su prometido

Por favor Anna, déjame divertirme aunque sea un rato, siempre me tienes entrenando, pareciera que te molestará que me distraiga, que sea feliz aunque sea un momento – decía el joven sin medir sus palabras - ¿acaso solo quieres verme infeliz¿acaso me desprecias tanto que solo te gusta verme sufrir?

¿sufrir? – grito exasperada la joven – no Yoh, no quiero hacerte sufrir y jamás a sido esa mi intensión, si ese fuera el caso no estaría aquí

¿entonces cual ha sido tu intención? – seguía preguntando el chico alterándose por las respuestas poco convincentes de su prometida - ¿Qué has tratado de hacer haciéndome entrenar día y noche¿Qué Anna? Por que tu actitud ante mi solo me deja pensar eso, solo me dice que me odias

¿odiarte? – dijo totalmente molesta ante la afirmación de su prometido, levantándose bruscamente de su asiento – sabes…sabes que eso no es cierto…pero…pero ahora me doy cuenta que no aprecias lo que he hecho por ti, que todo lo que hago lo tomas como si lo hiciera para desquitarme de quien sabe que, ahora me doy cuenta que eres un malagradecido, que…que…

¿Qué quieres que piense? – dijo imitándola levantándose de su asiento - ¿Qué quieres que te agradezca¿Qué casi me mates en cada entrenamiento¿Qué ahigas venido a tratar de manejar mi vida¿de que vinieras solamente para arruinar mi tranquilidad con los entrenamientos¡hasta Tamao ha sido más amable que tu¡es más, ella parece más mi prometida! – dijo sin pensar, saltando sus preocupaciones de manera incorrecta a causa del alcohol.

¿Qué? – dijo la chica sorprendida ante aquellas palabras, aquellas que le dolieron como un puñal clavándose en su corazón, no soportaba que el pensará eso de ella y mucho menos que le dijera que otra se preocupaba más que ella por él, cuando ella se desvivía por él, cuando hacia lo que estuviera a su alcance para ayudarlo, cuando tenía que mantenerse inerte y con la mente fría para tener la fortaleza y enfrentar cualquier reto, eso que le había dicho era más de lo que podía soportar, solamente pudo bajar el rostro dejando que su cabello le cubriera los ojos mientras sentía como las lagrimas se acumulaban en ellos, sintiendo como el dolor le llegaba al alma - ¿Qué has dicho¿dime, acaso eso piensas¿Qué no tienes nada que agradecer¿que ella sería mejor prometida que yo¿pues sabes que? Puedes irte con ella si tanto lo deseas, puedes pedir la anulación de este estupido compromiso, hazlo para que al fin puedas ser feliz y para que yo también lo pueda ser¿Por qué sabes? Tu tampoco has sido el prometido perfecto, jamás has demostrado preocupación por mi, nunca has estado pendiente de lo que quiero, no eres el único que ha sufrido por este maldito compromiso, talvez…talvez seria mejor que se terminará ¿no crees? Al menos así podría buscar libremente a alguien que en verdad me ame, que me quiera como nadie lo ahiga hecho antes, alguien a quien yo también pueda amar, alguien que me haga feliz como tu nunca lo has hecho – decía descontrolada, jamás imagino decirle esas palabras a aquel chico del que estaba totalmente enamorada, pero el la había lastimado demasiado.

¿buscar alguien que te ame? – dijo en susurro inaudible el joven, no podía creer que ella le dijera eso, que pensará que aquel compromiso que lo hacia inmensamente feliz fuera estupido, que maldijera aquello que podía permitirle permanecer junto a ella, pero sobre todo que quisiera terminarlo y que pensará en buscar el amor lejos de él, que le dijera que intentaría buscar a alguien que la amará como nadie cuando el lo hacia, si el la amaba locamente, la amaba como nadie podría hacerlo jamás, que el la quería más que a su vida, que ella era su vida, y ella le acababa de decir que quería amar a alguien que no era el, no podía soportarlo, no soportaría verla con otro hombre, que fuera otro el que la hiciera feliz, que la hiciera sonreír, que le arrancara de los labios un te amo, que otro se atreviera a besarla, no soportaría ver que ella llegará al altar con un hombre que no fuera el, de solo imaginar que otro la tocaría, que ella viviera para otro, jamás podría soportarlo, moriría, si de solo pensarlo se sentía desvanecer, verlo lo mataría – Ann... – trato de disculparse pero fue interrumpido por ella.

¡cállate!...Solo cállate…por favor…creo que…hemos dicho todo… - decía tratando de contener las lagrimas que se escapaban una por una de sus ojos – y sabes…siento mucho que pienses que todo lo que hice lo hice para hacerte sufrir…¡perdóname por haber tratado de mantenerte con vida! – grito mientras levantaba el rostro dejando ver las lagrimas que corrían sin control por su rostro, para después tratar de alejarse de ahí.

Anna… - dijo sorprendido por las lagrimas de ella, no podía creer que estuviera llorando, ella jamás lloraba y menos frente a alguien, nadie había podido arrancarle una lagrima, pero ahora el lo había logrado, y como le dolía verlo, ver que la hacia sufrir por sus palabras, ver fluir aquellas gotas de dolor de esos hermosos ojos negros que lo hipnotizaban, que lo sumergían en el más bello sueño, lagrimas que mojaban aquel hermoso rostro que reflejaba un gran pesar, pudo ver que ella daba vuelta para marcharse, no sabia que hacer o decir, solamente pudo detenerla – Anna, espera por favor – dijo yendo tras ella alcanzándola antes de llegar a las escaleras, sujetándola de su brazo para detenerla.

Suéltame – respondió sin ánimos ante el agarre de su prometido, tratando de soltarse - ¡suéltame te digo!

Escúchame por favor – dijo mientras le daba vuelta para tomarla de los hombros y verla a los ojos – por favor perdóname, no quise lastimarte

Eres un idiota – dijo con los ojos encendidos de furia

Lo soy – dijo perdiéndose en su mirada, recorriendo con sus ojos el camino que recorrían las lagrimas, deteniéndose en sus labios, aquellos labios que desde hace tiempo deseaba probar, que deseaba descubrir su sabor, sin saber por que, tal vez por el ferviente deseo de besarla o por el alcohol se atrevió a tomarla de la barbilla y lentamente fue acercándose hasta sellar sus labios con un beso, un tierno beso, que no estaba siendo correspondido por ella, sin separarse abrió los ojos para ver la sorpresa reflejada en su rostro, pero lentamente ella fue cerrando los ojos y comenzó a corresponderle, estaba feliz, realmente feliz de que ella estuviera aceptando aquel beso, cerro nuevamente los ojos tratando de disfrutar aquel contacto con esos labios que deseaba desde hace tiempo, sintiéndolos moverse al ritmo de los suyos, poco a poco fue bajando una mano a su cintura mientras la otra permanecía en la barbilla de ella, profundizando aquel beso que se fue tornando apasionado, lentamente trataba de hacer que sus lenguas participaran en aquel excitante beso, sentía que subía al cielo cada vez más, hasta que sintió que lo bajaban de golpe, que lo arrebataban de aquel paraíso para hacerlo caer al sentir que se separaba bruscamente de el, de que lo privaba de aquel manjar tan exquisito, abriendo los ojos ante el fuerte empujón que le dio - ¿Qué¿Qué pasa Anna? – dijo para luego sentir un ardor en la mejilla causado por la fuerte bofetada que le había dado su prometida.

¡no te atrevas a volver a hacer algo así¡jamás te atrevas a volver a besarme¿entendiste? – decía mientras subía rápidamente las escaleras dejando a un sorprendido chico frotándose la mejilla donde había recibido el golpe.

A…Anna.. – dijo al verla desaparecer y oír el fuerte ruido que hizo al cerrar la puerta de su habitación – soy un estupido – pensaba el joven afligido ante esta situación – como pude besarla sin tomar en cuenta sus sentimientos, pero…pero ella me correspondió, me beso, pude sentir sus suaves labios moverse al compás de los míos – decía para si mismo mientras acariciaba sus labios, tratando de recordar los de ella - entonces ¿Por qué? – se cuestionaba en joven – ja, pero que quería, que después de lo que le dije me dijera que me ama, que me besara y me abrazara…eso jamás sucedería pero si aquel beso me demostró que tenía una oportunidad, con aquellas palabras la había arruinado – decía mientras se deslizaba por la pared hasta sentarse en el piso, triste por que aquella noche había probado el cielo y lo había perdido en un instante – ya no vuelvo a beber tanto, solo conseguí arruinar todo, solamente logre separarla más de mi, crear un abismo aun más grande entre los dos – pensaba triste ante lo que acababa de pasar.


A paso lento subía las escaleras, aun deprimido por aquella discusión, al llegar a la habitación de ella se detuvo frente a la puerta, quería disculparse, decirle que no era su intensión lastimarla, que jamás quiso hacerla llorar, que él la quería, la amaba más que a nada, que no quería irse con otra, que no quería estar con otra mujer que no fuera ella, que lo perdonará y le diera una oportunidad de demostrarle su amor, que el quería ser aquel del que se enamorara, aquel hombre que menciono que quería buscar para amar, aquel que ella deseaba. Toco la puerta pero no hubo respuesta de ella así que decidió llamarla.

Anna…Annita, contéstame por favor… - decía el chico tristemente – tenemos que hablar, por favor…

¡lárgate! – contesto la rubia ahogando el llanto en su garganta - ¡no quiero verte¡no tenemos nada de que hablar!

Por favor…perdóname – suplicaba el joven ante la respuesta de su prometida – no quise…

¡que no entiendes¡no quiero escucharte! – contesto tajantemente al joven - ¡ya no hay nada que decir¡cada quien dijo lo que sentía, ahora lárgate!

No, por favor permíteme hablar contigo, tengo que decirte algo muy importante – decía el joven dispuesto a confesar sus sentimientos - …Anna…yo…yo siento por ti algo más que amistad, Annita yo…yo te…

¡no me interesa¿entiendes¡no me interesa en lo absoluto! – dijo al abrir la puerta de golpe para enfrentar a su prometido - ¡no me interesa si me quieres como amiga o me desprecias!

Pero…quiero que sepas que yo siento por ti…

¡acaso no entiendes¿quieres saber que siento? – dijo sorprendiendo al joven ansioso de saber los sentimientos de ella - ¡te odio¡tenias toda la razón, si, estabas en lo cierto, eso es lo único que siento por ti, odio!

¿Qué? – murmuro el chico totalmente sorprendido ante esa respuesta, espero todo, pero menos esa, sentía como su corazón se rompía en pedazos volviéndose polvo al caer.

¡Si, te odio como no tienes idea! – repetía mientras las lagrimas corrían nuevamente – no solo yo te arruine la vida, tu me la arruinaste a mi¿Cómo crees que me sentía al estar atada a un hombre que no escogí para ser mi esposo¿crees que solo tu sentías que por estar comprometidos se te arruinaba la vida? Somos dos y los dos sentimos…pero esto…esto acabará pronto…muy pronto…¡ahora lárgate no quiero verte!

Anna, no…por favor no… - decía a la joven que sin escucharlo cerraba la puerta frente a el – por favor no digas eso…por favor… - repetia mientras las lagrimas de dolor fluían de sus ojos, dolor que le causo oír aquellas palabras, oírla decir que lo odiaba.

Se quedo estático frente a esa puerta con la frente apoyada en ella, escuchando los sollozos de su amada mezclarse con los de él, a paso lento se dirigió a su habitación, entrando sin prender la luz, tirándose sobre su futón y ponerse a llorar como un niño, llorando por la pena que lo embargaba - ¿Por qué, por que Anna? Por favor no me odies, por ti daría todo, haría todo por que me amaras, por que me quisieras aunque sea un poco, por que mi amor – decía mientras sus palabras se ahogaban en su garganta por el llanto quedándose dormido poco a poco mientras trataba de aliviar sus penas.


Los rayos de sol le daban directamente a los ojos, no quería abrirlos, la luz se los lastimaba ya que estaban demasiado hinchados de tanto llorar.

Se levanto con la esperanza de que ya todo estuviera mejor, de que ella este más tranquila y le permitiera decirle cuanto la quería, esperaba que ella le dijera que no era verdad lo que le había dicho, que no lo odiaba, que lo dijo solo por el dolor que le embargaba.

Rápidamente se cambio de ropa ya que ni siquiera se había desvestido la noche anterior, salio de su recamara y vio que la puerta de ella estaba aun cerrada, creyendo que aun dormía, bajo hasta la cocina dispuesto a preparar el desayuno preferido de su Annita, pero al llegar a la planta baja, se percato de que había alguien en el recibidor, solo sentía como la incertidumbre le embargaba, lentamente se acerco y la vio ahí sentada en aquel sofá, vestida lista para salir con su abrigo café y pañuelo en el cuello, tenia la cabeza baja por lo que no podía ver su rostro y un par de maletas posadas aun lado del sofá.

Anna… - la llamo temeroso, ella al escucharlo levanto la mirada y lo vio directamente a los ojos, su mirada estaba inexpresiva, sus ojos eran fríos, no tenían aquel brillo que tanto le gustaba, estaban opacos e hinchados, parecía que no había dormido toda la noche, algo andaba mal, lo sabia y tenia que averiguar que era – a…adonde vas tan temprano?

Me voy a Izumo – dijo mientras bajaba de nuevo la mirada, no quería verlo, aun estaba muy dolida por todo lo que había pasado

¿a Izumo¿a que¿acaso llamo la abuela¿ella te pidió que fueras? – cuestionaba a la itako esperando una respuesta que le tranquilizará y disipara sus temores.

No, no llamo la abuela, necesito irme, ya no puedo estar ni un día más aquí, ya no – dijo fríamente a su prometido

¿Cuándo volverás? – pregunto con la esperanza de que no se fuera por mucho tiempo.

No volveré, pediré la anulación del compromiso – decía guardando el dolor que le causaba decir todo aquello – quiero mi libertad

No…no puedes…no puedes hacer eso – decía sorprendido ante la resolución de su prometida – por favor…dime que no lo harás…dime que te quedarás conmigo…que es una broma…por favor Anna

Solo quería avisarte, ahora me iré – dijo levantándose e ignorando las palabras del joven mientras tomaba sus maletas dispuesta a irse.

No, por favor Anna no me dejes – decía mientras se paraba frente a ella impidiéndole avanzar – hablemos, podemos arreglarlo, por favor, todo lo que te dije no es verdad, todo fue a causa del estado en que me encontraba.

No hay nada que arreglar¿Qué no entiendes? Te daré tu libertad, podrás deshacerte de mi, ya no te haré sufrir, me alejaré de tu vida para siempre ¿comprendes? Serás libre y podrás ser feliz.

¡no quiero! – grito con los ojos cerrados, apretándolos fuertemente tratando de que las lagrimas no escaparan y le impidieran hablar - ¡la que no entiende eres tu¡no quiero mi libertad¡no quiero que te alejes de mí¡jamás me has hecho sufrir¡jamás seré libre si te vas¡no podré ser feliz sin ti!

¿Cómo? No te entiendo – decía desconcertada ante aquellas palabras.

Te amo Anna, tu eres mi libertad, tu eres mi felicidad, te amo demasiado, por favor quédate, quédate conmigo.

Yoh…yo…lo siento, adiós – dijo esquivándolo y retirándose

¿tu no me amas? – pregunto de espaldas a ella

Yo…yo…si…si te amo – respondió la rubia a su prometido que estaba feliz ante las palabras de ella, felicidad que le duro poco al seguir ella hablando – pero me lastimaste mucho, mejor dicho, nos lastimamos, así que creo que esto es lo mejor, solo…solo nos queda tratar de no volver a cometer los mismos errores la próxima vez, tratar de ser sinceros la próxima vez que nos enamoremos…

Jamás me enamoraré otra vez, Anna, te amo y solo te pido una oportunidad, por favor…por favor… - decía mientras las lagrimas corrían sin control sobre sus mejillas

Yoh – estaba sorprendida por las lagrimas de aquel joven que siempre sonreía, lentamente bajo sus maletas y se acerco hasta ponerse frente a él, viendo como sus ojos estaban cerrados y de ellos fluían las lagrimas, lentamente acerco su mano a la mejilla del chico y la acaricio tiernamente, haciendo que el joven se sobre saltará y abriera los ojos sorprendido de la acción de la itako, viéndola parada ahí acariciando suavemente su mejilla, secando sus lagrimas - ¿tanto me amas?

No tienes idea de cuanto – respondió mirándola con sus ojos impregnados de una silenciosa suplica.

Yo… - ella bajo la mirada pensativa, sin saber que hacer, el joven estaba ansioso de su respuesta, después de pensarlo levanto el rostro con una pequeña sonrisa en sus labios – también deseo esa oportunidad.

El joven estaba feliz, había conseguí que se quedará, que no lo dejará, en aquel arrebato de alegría la abrazo agradeciéndole que le diera la oportunidad de demostrarle su amor, lentamente fue buscando el rostro de ella, buscando sus ojos que al encontrarlos habían recobrado aquel hermosos brillo, viendo la hermosa sonrisa de su amada, lentamente se acerco y cuando faltaba poco para unir sus labios se detuvo.

¿puedo? – pregunto a la chica antes de besarla – no quisiera que te molestaras otra vez.

Claro que si, puedes besarme cuando quieras, siempre estaré dispuesta a corresponderte – decía con ternura reflejada en su voz

Y así lentamente se acerco para fundir sus labios en un embriagador beso, sellando una promesa de amor.


Fin Flash Back


Y ahora se encontraba aquí frente a ella pidiéndole matrimonio, pidiéndole compartir toda la vida juntos, que le diera la oportunidad de hacerla feliz por el resto de su vida.

¿te quieres casar conmigo? – pregunto el castaño a su prometida que estaba sentada en el césped, el le había pedido que lo acompañará, quería estar un rato a solas con ella ya que con las visitas eso era imposible, y de repente el se levanto y se poso frente a ella y le hizo esa pregunta sorprendiéndola - ¿Qué dices Annita, aceptas? – insistía ante el silencio de la joven.

Yoh… - no es que no supiera que responder claro que lo sabía, pero aun no salía de la sorpresa de la pregunta tan repentina, cuando vio la cara de desesperación del chico, se decidió a contestar – si, claro que acepto…si quiero casarme contigo.

El chico al escuchar aquellas palabras no las podía creer no podía creer que ella ahiga aceptado, invadido por la felicidad se abalanzó sobre ella intentando abrazarla, pero se tiro con gran fuerza que la tiro al suelo dejándola acostada y el sobre ella, los dos solamente podían reír ante tanta felicidad, el joven se perdió en esos ojos negros, aquellas hermosas perlas negras, que lo miraban, poco a poco fue acercándose a ella para sellar aquellas palabras con un beso, un dulce y tierno beso, tratando de profundizarlo lentamente, disfrutando cada roce de sus labios, pasando a ser participes las lenguas de los dos que jugaban una con otra hasta que a falta de aire se tuvieron que separar, al hacerlo ella aun lo miraba, no podía creer que le ahiga propuesto matrimonio, que quisiera pasar el resto de su vida con ella, y lo había hecho de la forma más simple, sin tanta planificación, tal y como a ella le gustaba, totalmente privado y sencillo.

te amo Anna – decía el joven mientras la miraba fijamente a los ojos – cada día te amo más.

Y yo a ti Yoh, te amo demasiado – dijo con una sonrisa, sonrisa que solo le dedicaba a él, mientras lo abrazaba del cuello y lo acercaba a ella para darle otro beso, uno más apasionado mientras seguían recostados en el césped, con la luna y las estrellas como testigo del gran amor que se tiene ese par de enamorados, esa pareja de novios para pronto pasar a ser esposos.

Continuara…


Aquí les va otro fic, espero les guste, la trama en si es desde que el le propone matrimonio (que es este capitulo), hasta quien sabe donde ya que no lo he pensado, pero abarcará la preparación de la boda, la despedida de soltero y una que otra cosa, también la luna de miel, bueno eso es para que se den una idea.

Reviews porfa.

Nos tamos viendo banda.

"Si quieres conocer a la persona más interesante del mundo, cierra los ojos y mira en tu interior, encontrarás a alguien realmente fascinante".