¡Salut! ¡Fandom de Osomatsu-san!
(Quien me conozca sabe de mis saludos extraños)
Yo avise que subiría un fanfic con una pareja que me llama mucho la atención pero de la cual no veo NADA mas que algunos lemmons (en Wattpad) y/o como parejas secundarias. ¡Mi preciado JyushiTodo/TodoJyushi!Y como no vi nada de ellos como protagonistas me dije: "¡Me haré mi propia historia todo Jyushi! ¡Con romance, misterio y violencia!"
Y aquí estoy ahoraaaa :) (¡Con esta van tres historias de Osomatsu-san! ¡Y quiero hacer una hetero también para los pobres amantes de ellos que pareciera tiene poco que leer :c! ¡Me matare escribiendo pero no me importa!)
Esta historia esta basada en una canción que me gusta mucho: "Sugar de Robin Schulz".
¡A lo que vamos!
Disclaimer: Osomatsu-san, no me pertenece, yo solo contribuyo al fandom.
Advertencia: Malas palabras, futuro yaoi. Posible Ooc, lamento las molestias. Todo lo que no entiendas ahora, lo entenderás después.
Aclaraciones: Esto "-XSugarX-" son separaciones especiales para este, nada mas por ahora, mas que violencia.
Se dice que una noche lluviosa es la mejor manera de cometer un crimen. Nadie sale a mirar, las personas no quieren mojarse.
El viento y la fuertes gotas no dejaran que escuchen tus gritos de ayuda. Y finalmente la lluvia se llevara tu sangre, para no dejar rastro de un accidente.
— ¿Verdad?—la mirada escarlata se fijo en su acompañante sonrió de manera retorcida.
— Es una buena filosofía para alguien que va a morir ¿Tienes unas ultimas palabras?
El sonido de una pistola recargando hizo eco en aquel callejón.
Lo pensó.
— Mmm...¡Ah! ¡Lo tengo!—cerro los ojos pensando en algo, chocando su puño con su otra mano extendida— Siempre me lo he preguntado pero..."Sugar"...¿Que es lo que significa para ti?
El arma fue apuntada contra su persona.
Mas este solo le dedico una sonrisa con parsimonia.
— Este es tu fin Matsuno Osomatsu.
Sonrió con todos los dientes mirando el arma dirigida hacia el.
El ruido de una bala fue acallado por las fuertes gotas de lluvia.
-XSugarX-
Sugar
Capítulo 1: No feelings, no sugar.
Era una mañana fría, la niebla cubría la ciudad empañando ligeramente la ventana de la habitación en donde estaba. Su aliento se mezclaba con el frió de su hogar, dando paso al vapor que salía tranquilamente de sus labios. Parecía dormido de alguna forma, mas sus ojos estaban abiertos de par en par, fijos en algún punto de la casa.
Parpadeo una vez.
Su vista se fijó en el cuadro frente a él, adornado con algunos inciensos, velas y flores. La imagen de aquella persona tan importante para él, ahora en blanco y negro…
— Así que…ya paso una semana… ¿Verdad nii-san? —fueron las únicas palabras que había soltado, incluso creyó que no había hablado hacía varios días.
Tampoco tenía con quien hacerlo.
Se levantó del suelo en donde había estado sentado durante algunas horas y camino rumbo a su cuarto, pasando junto a la habitación, cerrada con candado, de aquella persona que ya había abandonado este mundo.
Una verdadera desgracia.
Osomatsu Matsuno aún tenía mucho por que vivir, solo tenía veinte años.
Todomatsu pensaba en aquello muy seguido.
Oh quizá, solo desde hacía una semana.
Exactamente la semana más extraña de toda su vida.
Un lunes estaba cenando con su hermano mayor como casi nunca lo hacía y al día siguiente le avisaban que el mismo había sido asesinado. Casi no se lo creyó cuando la policía llamo a su puerta ese martes por la noche, el solo estaba realizando su tarea tranquilamente cuando todo ocurrió.
Aun tenía plasmada la imagen de las luces policiacas frente a su casa.
Rojo.
Azul.
Rojo.
Azul.
No pudo ver su rostro en el reconocimiento, las autoridades dijeron que jamás podría reconocerlo como estaba. Se le hizo extraño ¿Cómo sabían que era Osomatsu entonces? ¿Por el ADN? Era lo más probable.
Aun así, solo le quedo pagar el ataúd y el funeral.
El muy cretino se había atrevido a morir, sabiendo que era caro morirse hoy en día.
Le dieron la semana libre en su trabajo a medio tiempo, el Suutaba, para que pudiera velar a su hermano de manera tranquila. Pues él era su única familia, su madre ya había muerto hacía muchos años y jamás había conocido a su padre. Y también ocuparse un poco más de su último año de escuela, sabían que con todo esto sumado, era una situación difícil para el joven de diecisiete años.
Pero no se equivoquen. No estaba triste por la perdida.
Era extraño. Pero por más que pensara en su semana libre, no podía ponerse triste. Era como si su muerte no le afectase ni un poco, aun cuando le había tenido un cariño inmenso, algo le impedía si quiera derramar una lágrima por él.
Por momentos se sintió algo hipócrita, pero quiso atribuirlo todo a que su hermano estaba muy pocas veces en casa. De todas formas, la vida ya lo castigaba con su miedo a la oscuridad, suponía que su hermano mayor le haría bromas como buen espíritu chocarrero.
Bueno su hermano decía que ser fantasma debería haber sido genial.
El lunes siguiente volvió a su trabajo, pues estando solo y aun ser un estudiante, el dinero no le sobraba. En su trabajo en el Suutaba le preguntaban su estado de ánimo, le preguntaron si quería más días libres para relacionar los hechos recientes. Pero el solo respondió con un:
"Estoy bien, son cosas que pasan"
Y así todos los días hasta el jueves de la segunda semana.
Mejor dicho hoy.
Pues el joven de ojos claros luego de admirar la foto en blanco y negro de su hermano mayor, fue a vestirse a su habitación con el uniforme de la escuela. Iba a abrocharse los botones del abrigo, pero algo en su habitación le hizo cambiar de parecer.
Tomo entre sus manos una sudadera de color rojo brillante.
— Osomatsu nii-san solía ponerse esta todo el tiempo cuando iba en la escuela —acaricio un poco la tela con sus dedos para luego dejarlo donde estaba. Había descartado una idea extraña de su mente— ¡No, no, no, no! ¡Ni muerto me pondré esa cosa! ¡Él dormía con esa sudadera! ¡Seguro y apesta!
No era mentira y hasta cierto punto, le daba repelús.
No se la pondría para recordar a su hermano, había mejores formas.
No lo haría.
No, ni pensarlo.
.
.
.
Salió con ella puesta por debajo de su uniforme, completamente rojo de vergüenza.
-XSugarX-
Al llegar a la escuela todos le hicieron muchas preguntas, pues él era bastante popular, en especial con las chicas de su clase. También le preguntaron por aquella extraña sudadera roja.
— Era de mi hermano y yo…solo quería usarla en su memoria —al terminar de decir aquello, todas las chicas de la clase le miraron con ternura, comenzó a abrazarlo hasta donde podía colarse.
— ¡Totty es tan lindo!
— ¡No te preocupes estamos para ti!
— ¡Ternurita!
Esos y más comentarios se oyeron entre el tumulto de chicas que se había arremolinado sobre el joven de ojos rosas. Se sintió mal utilizar a su hermano mayor muerto de esa manera.
Luego sintió los pechos de una chica en partes donde no debería sentirlos y se le pasó.
— "Bueno, Osomatsu nii-san no era el más santo de todos~" — recordó las veces que su hermano lo utilizo para conquistar chicas, diciendo que era un buen hermano mayor. Una sonrisa boba se posó en su rostro.
Unos ojos oscuros le miraban con ira desde la puerta del salón.
-XSugarX-
¿¡Qué diablos le sucedía a ese sujeto!?
Con un golpe brusco se libró del agarre del más alto.
Comenzó a caminar hecho una furia por el pasillo, no quería ni verle la cara a ese desgraciado. Él que solo quería un receso tranquilo para almorzar y pensar en lo próximo que haría, para que llegara el maldito del que se hacía llamar "su pretendiente" a echarle en cara que le estaba siendo "infiel".
¡Infiel su puta madre!
Él ni si quiera fue a prestarle apoyo el día en su hermano se murió. Que no sintiera aun el pésame de su muerte no significaba que no hubiera necesitado algo de apoyo de aquel que alguna vez llamo "mejor amigo".
— ¡Matsuno Todomatsu vuelve aquí! —pero el de ojos rosas hizo oídos sordos, dando pasos pesados para escapar de ahí— ¡Todomatsu!
Le volvió a agarra del brazo, logrando que el más bajo se girara, mostrándole una cara llena de enojo.
— ¡Atsushi entiéndelo! No tienes motivos para encerrarme en tu mundo, éramos solo amigos ¡Nada más! —completamente enfurecido— Que tu comenzaras a pasarte película no significaba que fuéramos algo realmente.
Atsushi no tenía ninguna autoridad para decirle con quien podía o no juntarse.
Nunca fuero algo.
— ¡Pero podríamos! —intento convencerlo— ¡Te daré lo que quieras! ¡Puedo darte el mundo si él lo que quieres, pero no me dejes! —uggg era horriblemente pesado.
— ¡No me interesa! ¡Acéptalo, no te amé, no te amo y no te amare! ¡JAMAS! —Todomatsu no se cortó ni un poco, no tenía por qué ser una buena persona con ese acosador.
— ¡Totty!
Aun le llamaba, pero él no contestaba. Era demasiado insistente para su gusto. Se retiró del lugar lo más rápido que pudo, aun ignorando los gritos de aquel castaño al que alguna vez llamo amigo.
Su almuerzo estaba arruinado.
-XSugarX-
Salió de la escuela con mal sabor de boca.
Aparte de esa estúpida pelea con Atsushi, había reprobado, no uno, si no tres exámenes. Realmente el trabajo sumado a la muerte del primogénito de la familia le había afectado de alguna manera.
Escucho rugir su estómago.
Recordó que no había comido nada desde el desayuno.
— ¡Atsushi de mierda! ¡Espero te atropelle tu propio auto! —aún estaba enojado. Las pocas personas que transitaban por el lugar le miraron extrañados.
Abrió su bolso escolar rebuscando entre sus cosas. Miro los exámenes con calificaciones rojas y suspiro ante ellos. Encontró lo que buscaba entre tantos papeles, su inseparable celular.
— Al menos tu no vas a dejarme —le hablo al teléfono, restregándolo contra su rostro como su fuera un objeto preciado. Por qué lo era. Al menos para él.
Lo encendió mirando la hora e ignorando las miles de notificaciones que tenía. Suponía que todas tenían que ver con un: "Te doy mis más sinceras condolencias"
18:34 PM.
Su turno en el Suutaba no era hasta las 7:30 PM. Aún tenía un pequeño tiempo para "almorzar".
Se sentó en una banca de un pequeño parque cercano. Saco de bolso una pequeña cajita de color rosa, un bento* que su vecina, una anciana muy cariñosa, le había dado esa mañana. Puesto que creyó que el muchacho no tendría tiempo con todos los acontecimientos recientes de su vida.
— Aquí voy… ¡Gracias por la…comida*…! —su voz se detuvo al ver lo que contenía el bento.
Junto al arroz y las verduras…había salchichas picadas en forma de pequeños pulpitos.
Eran los favoritos de su hermano mayor.
— Supongo que…puedo llegar a casa a cocinarme algo…—le puso la tapa a su bento, parándose de la banca.
Comenzó a caminar por la calle a su trabajo.
Sabía que su vecina no tenía malas intenciones, él amaba ese tipo de comidas también. Pero en su interior aquello le molestaba. Le molestaba saber que su hermano y el no compartirían más esas pequeñas comidas que preparaban juntos.
Volvió a mirar su bento y suspiro con cansancio.
Era tan incómodo.
Pero sería un desperdicio no comérselo, después de todo, su vecina había pensado en el cuándo lo hizo.
Miro hacia todos lados para ver si podía dárselo a un vagabundo o algo por el estilo. Pero lo único que vio fue a las personas pasar a su lado, metidos en sus propios asuntos e incluso había algunos que iban comiendo en el camino.
Arrugo la nariz al ver a esas personas. Le estaban presumiendo que ellos tenían comida y el no.
Comida en otro sentido, pues no la quería.
Pero algo le llamo la atención.
Uno de aquellos sujetos, iba con un andar extraño. Lo observo caminar en su dirección, usaba un chaleco negro, una camiseta amarilla, shorts hasta las rodillas y unas botas negras y gruesas. No podía ver bien su rostro porque tenía la capucha del chaleco puesta, pero si veía la mano en su estómago.
El chico paso junto él.
Soltó un rugido de su estómago de manera sonora.
— ¡Hey tú! —le tomo del hombro, el chico de chaleco negro se sobresaltó ante esto— Ten, te ganaste un almuerzo gratis hoy —dicho esto, empujo el bento contra el pecho del muchacho.
Este miro el bento un rato y luego al de ojos rosas.
— ¿En serio me lo das? —pregunto con un tono algo alegre.
— Si, toma, comételo. Yo tengo cosas que hacer —dicho esto se dio media vuelta para dirigirse finalmente a su trabajo.
— ¡Espera! —le grito el chico del otro lado de la calle. El castaño se giró unos segundos a verle— ¿¡Cómo te llamas!?
Se tapó la boca para reírse, pues de alguna manera se le hizo algo tierno.
— ¡Me llamo Matsuno Todomatsu! —sonrió al ver que el de camisa amarilla reía del otro lado.
Finalmente se fue del lugar.
Mas ya había llamado la atención de alguien más.
— Jefe lo encontramos, el cabrón no se escapara de nosotros esta vez —hablo una voz profunda a un teléfono.
— Espero así sea…y no como la última vez.
La llamada se cortó.
-XSugarX-
Paso, paso.
Salió del trabajo muy tarde ese día, la jornada había sido pesada, mas por que debía recuperar muchos días perdidos de trabajo. Caminando por las calles oscuras con una bolsa de compras, no podía dejar de pensar que en cualquier momento le saldría el espíritu de su hermano atormentándolo.
Paso, paso.
Seguro le diría cosas como: "¿¡Cómo te atreves a usarme para conseguir mujeres, pequeña escoria!? ¡Te voy a atormentar toda la noche por ello! ¡Y serás maldecido con diez años de virginidad absoluta!".
Vale, se estaba pasando películas, pero la oscuridad de las calles no le estaba dejando pensar con normalidad.
Paso, paso.
De repente, un sonido de algo cayendo se escuchó detrás de él.
Se dio vuelta rápidamente con una cara de horror.
— "¡Me van a matar! ¡Me van a matar! ¡Mi hermano me estará esperando con un látigo en el infierno!" —pensaba el menor, mirando hacia el lugar de donde provenía el ruido. Por un segundo se imaginó a su hermano con cuerno y cola.
Pero del lugar del ruido no salieron más que un par de gatos saltando.
Todomatsu quedo en blanco.
— Diablos soy un miedoso…—se rio de sí mismo, continuando con su camino.
Paso, paso.
Alto.
Tiro las compras al suelo de golpe.
Miro hacia al frente al ver a dos hombres con caras de asesinos seriales.
— Eh…Yo…—no sabía que decir, estaba en shock total.
Los hombres se rieron de la cara de pánico que el chico poseía.
— Hemos venido a arreglar cuentas, Sugar…—hablo el primero, de apariencia robusta y calvo. El segundo quien tenía la cara tatuada se rio a su lado.
¿Sugar?
— ¿P-Pero quienes son ustedes? ¿D-D-De q-que cuentas h-hablan? —pregunto temblando de pies a cabeza. Por lo menos pudo pronuncias algo.
— ¡No te hagas el que no sabes Matsuno Osomatsu! —grito el del tatuaje, asustando más a Todomatsu.
Y al mismo tiempo dejándolo confundido.
— ¿Oso…matsu? —vale, si, tenían una cara muy parecida, pero había diferencia de altura y el color de ojos era distinto. No podía ser posible que lo confundieran con su hermano mayor de la noche a la mañana— ¡No sé de qué me hablan, Osomatsu está muerto! ¿¡Que ya nadie ve las noticias!? —la voz le salió desde el fondo de su garganta, tratando de escudarse
No era mentira, su hermano salió en el diario de la ciudad y en las noticias locales.
Los hombres se acercaron a él, haciéndole retroceder. Pegando su cuerpo contra la muralla.
— ¡Mentiroso! ¿Por qué tendrían la misma cara? ¡Incluso la misma a sudadera endemoniada! —golpeo justo al lado de la cara del castaño.
Todomatsu por fin se percató de aquello.
La sudadera de Osomatsu, aun la tenía puesta.
— Soy su…familia… ¡Su hermano menor, Todomatsu!—no quería decir aquello, pero si esas personas tenían asuntos con Osomatsu no había por que meterse con el ¿Verdad?
— ¿¡De que hablas!? Tu no tenías familia, nunca se te vio con nadie —volvió a golpear en el mismo lugar.
¿Qué?
Por unos segundos proceso lo antes dicho.
Parecía que esos sujetos conocían más de su hermano que el mismo.
¿Quiénes eran? ¿Por qué buscaban a su hermano?
¿Por qué según ellos Osomatsu no tenía familia?
— Excepto quizá ese chico de Tokio, creo que es tu amante…umm…no recuerdo su nombre —dijo uno de ellos riendo.
— De todas formas lo mataremos luego para que no quede sospecha de la desaparición de Osomatsu —respondió el otro.
¿Amante? ¿Osomatsu con un amante?
— ¡Jajajaja! ¡Sí!... ¿Oye que tiene sugar? —el calvo reacciono ante la acción de Todomatsu. Este se había deslizado por la pared hasta quedar sentando en el sucio suelo de la acera.
— ¡Quizá quiere rogar por su vida de rodillas! —se rio su compañero de manera sonora, contagiando al otro.
Mientras Todomatsu parecía en una crisis existencial.
Todo este tiempo sintió que algo le faltaba, algo que no le hacía llorar su muerte. Claro, amo a su hermano mayor y le admiro como debía ser, en la escuela le seguía a donde fuera, comían juntos en casa y veían películas. Como hermanos normales. Creía conocer todo de él, sus gustos, sus disgustos, lo que pensaba y lo que haría luego.
Su hermano mayor tenía un estilo de vida tan casual que lo hacía fácil de leer a sus ojos.
Pero parecía que entre más hablaban esos hombres de su hermano, mas parecía desconocerlo. Si, Osomatsu tenía esas semanas donde no aparecía por ningún lado, pero Todomatsu ya lo tomaba como algo normal, pensaba que buscaba trabajo o visitaba algún familiar lejano.
¿Y ahora?
Ahora se enteraba que tenía un amante, por alguna razón le decían "Sugar", no tenía familia y por sobre todo, buscaban su cabeza ya muerta.
No sabía que pensar.
— Pero ya no puede rogar por ello, el jefe no le perdonaría la vida ni aun que le diera la mejor noche de su vida —con su voz rasposa resonando por el lugar, tomo a Todomatsu del cuello, levantándolo del suelo y estrujándolo con ambas manos.
El menor salió de su shock al sentir la presión en su cuello.
— S-suuel…ta…me…—con sus manos sobre las de aquel hombre abusivo, apenas podía hablar por la falta de aire— N-no…no soy…O-Osoo-mat…su…nii…nii-san —podía sentir como su cuerpo dejaba de patalear, estaba dejando de funcionar.
Sus ojos soltaron algunas lágrimas al sentir como la vida se le iba de las manos.
Quizá en el infierno, podía interrogar a su hermano hasta que se cansara.
Cerro los ojos y dejo caer sus manos, esperando su fin.
.
.
.
Su cuerpo fue violentamente tirado al suelo. Tosiendo y recuperando el aire de sus pulmones.
Miro hacia atrás, tratando de asimilar que le había detenido en su intento de homicidio.
Y ahí estaba el.
Con un palo bastante grande y grueso, golpeando las cabezas de ambos matones…
Estaba aquel chico al que le había dado su bento anteriormente.
— ¡BYE BYE! ¡HOMBRE FEO! —gritaba el chico, al cual ahora podía verle el rostro.
Tenía el cabello castaño, con ojos grandes y expresivos de color ámbar.
Todomatsu no sabía cómo reaccionar, creyó que moriría ahí mismo.
— A esto se le llama karma universal…—susurro con los ojos muy abiertos.
El de cabello oscuro le escucho susurrar aquello y comenzó a reír.
Este, lo tomo del brazo comenzó a correr con él, de paso tomando la bolsa de las compras del suelo antes de que esos matones despertara y le siguieran.
-XSugarX-
— Así que…Jyushimatsu…—reafirmo Todomatsu, sentado en el sillón de su casa.
— ¡Soy Jyushimatsu! —alzo una mano mientras comía unas galletas que le había dejado en un plato
— Claro, claro…—respondió aun con el shock presente en su cara.
De alguna manera a mitad del camino le hizo detenerse en su casa. No supo cómo llegaron a pasar por ahí, pero no quiso preguntar, supuso que no debía preguntarle cosas a su salvador.
O algo así.
Cuando llegaron a la residencia Matsuno, le hizo pasar. Lo sentó en "sillón puff" de la sala de estar y le dejo unas galletas en un plato frente a él. Todo esto de manera robótica, pues lo único que se atrevió a preguntarle fue su nombre.
No sabía cómo había dado con él.
Finalmente se sentó frente a él sillón más largo, analizando en silencio todos los hechos hasta ahora.
Se atrevió a preguntar.
— ¿Cómo me encontraste? —pregunto de manera directa.
El tal Jyushimatsu hizo una trompita con sus labios.
— ¡Quería devolver la caja del bento! ¡Como tenia dirección trate de seguirla! Me perdí en el camino y cuando iba preguntar te encontré siendo sometido por esos hombres feos —Jyushimatsu tenía una actitud algo infantil, incluso con su tono de voz era una mezcla entre un "Hombre" y un "Niño".
— Y… ¿Por qué me ayudaste? Pudiste haber huido y dejar que muriera…—apoyo sus codos en sus rodillas, dejando que su cara descansara en sus manos.
— ¿Eh? ¡Claro, porque tú me ayudaste antes! —respondió con naturalidad.
— ¿Yo? —se apuntó a sí mismo.
— ¡Sí! ¡En la calle! Me estaba muriendo de hambre, hasta que llegaste a mí y me diste tu almuerzo ¡Me salvaste de morir! —la forma en que lo contaba lo hacía ver como un héroe. Más solo se lo había dado por que no tenía hambre ese día.
— ¿No…Tenías que comer? —no quiso hacer esa pregunta, pero la curiosidad le pudo.
— Am…no realmente, como no tengo ningún lugar a donde ir pues-
— ¡De acuerdo, de acuerdo no parece algo lindo de que hablar! —le detuvo, no era nadie para escuchar ese tipo de cosas de un desconocido.
Se quedaron en silencio nuevamente, mas por parte de Todomatsu.
Aún tenía todas dudas sobre las cosas antes dichas por esos sujetos.
— Tu también parecer tener problemas ¿Quieres hablar de ello? —pregunto jugando con el sillón puff.
— ¿Te das cuenta que somos dos desconocidos? —hizo una mueca de aburrimiento.
— ¡Quien mejor para hablar de ello! Un desconocido jamás podrá juzgarte, pues no te conoce~—su tono alegre y la gran sonrisa en sus labios le hacía querer contarle todos sus problemas, pero no quería confiar tan fácilmente.
Pero que más daba. De todas formas, estaba seguro que si les contaba esto a sus "amigos" del trabajo, lo iban a tachar de loco y las chicas de la escuela lo marginarían o algo por el estilo.
Nadie quiere a un posible pandillero en su familia.
— Bien, está bien —se resignó a contárselo. Él lo había dicho, un desconocido no puede juzgarte— Ha…Mi hermano mayor murió hace una semana.
Jyushimatsu abrió los ojos realmente impactado. Comenzó a mover sus manos cubiertas por las mangas en todas las direcciones, nervioso.
Por algún motivo se le hizo divertida esta reacción.
— ¡Oh lo siento mucho! Yo-
— Esta bien, son cosas que pasan….ese no es el problema —su acompañante asintió en silencio, dando a conocer que podía proseguir— Siento que el…estaba metido en cosas que yo desconozco completamente. Solo hay que mirar los hecho de hoy, unos sujetos me confundió con el e intentaron matarme.
— Así que por eso te atacaba…—Jyushimatsu coloco una de sus mangas sobre su boca, mirando al suelo con ojos de gato.
— Si…ellos…dijeron muchas cosas que yo desconocía de mi hermano mayor
— ¡Ohhhh! ¿Qué cosas? —pregunto asombrado, parecía como si le estuviera contando una especie de película.
— Mmm bueno, dijeron cosas como que tenía cuentas que pagar con ellos, no tenía ningún tipo de familiar y aparentemente tiene un "amante" en Tokio —rememoro, sintiendo un escalofrió al recordar la voz de aquellos hombres —También me llamaron "Sugar"
— ¿Sugar? ¿Qué es eso? ¿Azúcar? —el de ojos ámbar puso una mueca de confusión.
— La verdad no tengo idea a que se referían con eso, lo más probable es que fuera aun apodo o algo así —respondió el castaño.
Jyushimatsu analizo cada palabra antes dicha por Todomatsu.
Hasta qua algo en su mente le hizo mirar de manera brusca al menor.
— Hey si es cierto todo esto ¿Qué pasa contigo? ¿No te seguirán confundiendo? Además podrían incluso haberles avisado de tu existencia a sus jefes o algo por el estilo —pregunto con un ligero tono preocupado— Ese tipo de personas feas nunca trabaja sola, no, no.
Todomatsu alzo la mirada rápidamente.
No lo había pensado.
Tomo un de los cojines del sillón ante la atenta mirada de Jyushimatsu.
Hundió su cara en él.
— ¡AHHHHHHHHHHHHHHHHH! —Jyushimatsu pego un pequeño saltito al escuchar ese grito desgarrador. Todomatsu se estaba desquitando con el pobre cojín.
— ¿¡Matsuno-kun!? —pregunto alarmado.
— ¡Me van a matar! ¡Me mutilaran de noche! ¡La oscuridad ya era horrible y ahora me salen con esto! —soltó de golpe, dejando a Jyushimatsu impactado— ¡Pensar que casi me dejo matar! ¡Deben estar jodiendome!
— ¡Matsuno-kun cálmate! —intento hacerle reaccionar, pero no funcionaba.
— ¡Ahhh! ¡Maldito hermano mayor porque tenías que ocultarme estas cosas! ¡Si tan solo hubiera sabido ante me habría mudado a algún país bonito y seguro! —siguió gritando.
Jyushimatsu no sabía qué hacer, Todomatsu gritaba cada vez más y más incoherencias. Hizo lo único que se le ocurrió.
Lo tomo por los hombros, mostrándole una cara seria.
— ¡Matsuno-kun! ¡Escúchame por favor! —Todomatsu se le quedo viendo sorprendido— ¡Si tu hermano mayor de verdad estaba metido en todo eso, solo hay una parte donde podemos preguntar! —le mostro una sonrisa ara entregarle más confianza.
— ¿Qué de que hablas? —pregunto mirándolo a los ojos.
— Según dijiste, ellos mencionaron que tu hermano tenía un amante en Tokio ¿Verdad?—el de ojos rosados comenzó a captar hacia donde iba todo esto. Meneo levemente la cabeza, negando hacia lo que diría su nuevo acompañante— ¡Pues solo tenemos que ir a Tokio y averiguar!
¡No, no, no, no!
¿Tokio? ¿¡Estaba loco!?
Bueno por lo que veía sus ojos se movían en direcciones inimaginables, así que alguna falla debía tener.
¡Pero ese no era el punto!
— ¿A qué te refieres con iremos? ¡No iremos a Tokio! ¡Es muy lejos de esta ciudad! ¡Y los más probable es que encuentre muchos más peligros en esa ciudad! —de donde este desconocido saco tanta confianza.
¿¡Qué clase de bento le dio a este sujeto!?
— ¡Te acompañare a donde vayas! ¡No tengo a donde ir y esto se ve divertido! —Exclamo alzando ambos brazos— ¡Incluso puedo protegerte! ¡Estuve en muchos clubes deportivos en mi escuela!
No dudaba de eso último, con la brutalidad con la que había golpeado a esos dos sujetos con un palo que recogió de quien-sabe-donde.
Pero no podía fiarse de la nada.
— ¡Pero recién nos conocemos! ¿¡Cómo podemos confiar entre nosotros!? —se levantó exasperado, no es que no tomara la bondad de Jyushimatsu en cuenta pero ¿Cómo podía confiar en el tan de buenas a primeras?
— No tengo que conocerte para saber que necesitas ayuda —dijo con un tono serio, pero con una sonrisa, haciendo que el de ojos rosados se volviera a sentar rendido.
Jyushimatsu no tenía donde ir y él no tenía familia y ahora era buscado en su ciudad por gente peligrosa.
Iba a contestarle algo, pero un ruido llamo su atención.
Su teléfono estaba sonando repetidas veces. Tomo su teléfono para ver a que se debía tanto ruido.
Y no era por simples llamadas.
— ¿Es rosa? —apunto el de camiseta amarilla al celular color rosa de su nuevo compañero.
— ¡Es un color muy masculino! —se defendió haciendo reír al oji-ámbar.
Eran mensajes.
Muchos, muchos mensaje y de una sola persona.
Atsushi.
Su cara se puso azul de solo recordar que debía verlo a la mañana siguiente. Recordó lo mal que iba en la escuela últimamente, su trabajo era muy pesado y ahora tenía que soportar a unos matones que le perseguían. Sumado a las noches solitarias que tenía que pasar en la temible oscuridad.
Que más le quedaba, parecía que de todas formas morirá ya sea de manera social, mental o física.
Quizá…valía un poco el averiguar aquello.
Osomatsu siempre se preocupó por él y su bienestar. Se divirtió con él, no faltaba a casi ninguna cena que Todomatsu hubiera planeado, a pesar de lo que posiblemente le ocultaba.
Se lo debía a él y a sí mismo, pues quisiera o no, ya estaba involucrado.
Todos necesitamos respuestas en esta vida ¿No?
— ¿Jyushimatsu que edad me dijiste que tenías? —pregunto usando un tono más grave.
— ¡Dieciocho recién cumplidos! —grito entusiasmado. Luego miro la expresión de su compañero…
Todomatsu le miraba de manera determinada.
— ¿Sabes qué? Ya no me importa nada —dijo dejándose caer junto a él en el sillón puff.
— ¿A qué te refieres Matsuno-san? —le miro con curiosidad.
— Quiero averiguar todo sobre mi hermano mayor, es decir, Osomatsu nii-san. Quiero saber que esconde esa muerte tan extraña suya —hablo mirando al techo.
— ¿¡Eso significa!? —se irguió en el puff de manera rápida, mirándolo con los ojos iluminados.
— ¡Sip! perfecto desconocido, es mejor que comencemos a llevarnos bien —sonrió mirando a su, ahora, nuevo compañero— Porque el próximo lunes nos vamos a Tokio.
-XSugarX-
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4 días para el primer impacto.
(*) Gracias por la comida: Yo debí haber usado el termino japonés "Itadakimasu", pero he preferido usar el español esta vez. Cosas locas de su autora.
(*) Bento: O "Bento Box", es una ración de comida sencilla muy común en Japón. Generalmente contiene arroz, pescado o carne y algún acompañamiento con verduras.
Yyyyyy este es el primer (Corto y aburrido) capitulo!
No se asusten ahora por que ellos dos estén en plan: "Hola desconocido vamonos a Tokio juntos a descubrir por que mi hermano muerto me oculta cosas". Aun que parece que me cargue el romance y la trama al hacer eso, estoy consciente de ello, ya que es necesario. Pues como saben ustedes ven de alguna manera "El punto de vista de Todomatsu", pero las razones Jyushi van mas allá de un "Se ve divertido" C; Ya saben, a Aya-san le gusta el misterio y generar dudas.
Por el momento véanlo como un: "Mi vida ya ha sido arruinada de todas formas"
Aparte aun tienen 4 días y una historia por delante para conocerse como corresponde~
¡Eso es todo por ahora! ¡Gracias por tomarse la molestia de leer! ¡Como siempre yo continuare esta historia aun no me lea nadie! ;7;/
¡Gracias por leer! Nos vemos~
