PRÓLOGO
"Olvido el año en que ambas razas decidieron abandonar sus diferencias y buscaron furtivamente la forma de sobrevivir. Un gigantesco desierto sin vida fue lo que quedó de un devastado planeta al que ellos llamaban Tierra. Es difícil creer lo que cada insurrección pudiera ocasionar. O lo que pudiera llegar a hacer. Los mecanoides humanos llamados Gradrias o biodroides fueron en siglos pasados sirvientes de los humanos. Poco a poco, se volvieron inteligentes gracias a sus maestros humanos. Estos sirvientes de acero inclusive cedían sus partes metálicas a los humanos para crear prótesis aún mejores.
Los biodroides estaban más adelantados en tecnología que nosotros. En su orgullo, los humanos decidieron someter a nuestros compañeros androides. No admitieron que sus muñecos sirvientes resultaran ser más inteligentes que ellos, sus maestros creadores, por lo que fueron considerados peligrosos.
Ante esto, el límite con el cual estaban programados los biodroides con respecto a la raza humana cedía. Dentro de poco, los sirvientes no tardaron en rebelarse.
Innumerables guerras se llevaron a cabo. Humanos que habían sido auxiliados por tecnología biodroide atacaban a su propia raza, siendo meramente leales a los que nosotros llamamos enemigos.
Pronto, se libró una guerra por los escasos recursos que ofrecía el planeta.
Entonces, ¿qué es lo que tiene que pasar para que nosotros, raza inteligente, comencemos a pensar en las consecuencias de nuestros crímenes?
¿Es necesario tener el control de nuestros compañeros humanos o de los biodroides para alcanzar la utópica paz? ¿Realmente es imprescindible atar con cadenas de miedo algo que no entendemos sólo para controlarlo y que provoca pavor pensar en lo que sucedería si no estuviera bajo nuestro mandato? ¿Alguna vez tuvimos el control de algo? ¿En verdad el control existe o sólo una mera ilusión que sólo nos venda los ojos de la realidad?
Todas esas reflexiones me las hago cada vez que volteo hacia atrás y miro el extinto planeta, el agonizante hogar de la raza humana, la Tierra… ahora Tierra 1. Luego de que la raza Gradrias y la raza humana optaran por abandonar su enemistad y se apoyaran mutuamente en encontrar nuevos recursos, descubrieron un extraño mineral al que llamaron seele. Gracias a él, pudieron abandonar el planeta y sobrevivir.
No pasó mucho tiempo para contemplar que no era suficiente.
Seele proviene del cinturón de asteroides del nunca-formado décimo planeta. En Tierra 1 sólo había pocas, pero las suficientes como para aventurarse en el cinturón y recolectar las necesarias mientras se buscaba un nuevo tipo de energía.
Finalmente, luego de decenios de fracasos encontraron un nuevo tipo de energía al que llamaron nervus.
Poco a poco, la Luna y el planeta Venus, llamado Tierra II; fueron colonizados por ambas razas. Pronto llevaron a cabo un proyecto por demás ambicioso: crear una estación espacial al que llamaron Central la cual se encuentra orbitando junto a la Luna. El tamaño de dicha estación es enorme, teniendo ésta la mitad del diámetro de nuestro satélite natural.
Todo en cuanto existe es accionado por nervus. El lugar donde se alberga a los seres humanos y a los biodroides más despiadados que aparecieron en el albor y en el ocaso de la insurrección humana-biodroide es ahora Tierra 1, teniendo éste a Sonora II, la prisión que abarca casi todo el globo.
Últimamente, ha habido seres humanos y biodroides que se han manifestado violentamente contra Central. Ahora, ellos habitan las dolorosas jaulas de Sonora II. Razón suficiente para recordar mis tristes reflexiones que pudieran augurar un nuevo desastre, esta vez peor.
Nervus es una increíble forma de energía infinita, algo científicamente inconcebible siendo esta descubierta en el momento más desesperado de la raza humana y la raza biodroide.
Nervus se ha convertido en una dependencia de ambas especies por demás enfermiza.
Nuevamente, me planteo esta pregunta.
¿Será verdadera nuestra realidad o sólo será una ilusión más, una ilusión que esconde una realidad tan terrible como los oscuros secretos de la auténtica naturaleza del nervus?"
Alquimista Bio-tecnológico, Alphonse Elric
