Konnichiwa!
Pues he decidido subir este fanfic en esta página, esperando sea de su agrado, ya que lo hice con mucho cariño y a pesar de que en este capítulo no dice mucho, en los próximos se pone MUY interesante.
En cuanto a las parejas, como me gusta MUCHO Ritsuka, decidí darle momentos románticos con más de un personaje. ¡Recuerden dejar comentarios!
El resumen completo que había hecho es este:
"Ritsuka se ha sentido muy triste recientemente, Soubi le ha dicho que su Combatiente está cerca, así que pronto él deberá de irse. A la escuela del neko llegan unas mellizas y todo apunta a que una de ellas es su Combatiente, ¿pero cuál de ellas es?
El problema iniciará cuando el chico comience a sentir una atracción por una de ellas, mientras que Soubi seguirá tratando de conquistarlo por todos los medios. Grandes sorpresas se desencadenarán cuando una de las chicas le diga:
"Seimei está vivo"
SIN LAZOS
-¡Ritsuka!
-Hmp
-¿Me acompañas a casa?
-No puedo, tengo asuntos pendientes, debo ver a Soubi, lo siento Yuiko.
-De acuerdo… ¡nos vemos mañana!
El chico miró a su neko amiga de pelo rosado alejarse con una cara de tristeza, pero eso no le afectó. Él sabía que no le era indiferente, mas a él le gustaba otra persona…
-Soubi… ¡dime la verdad! ¡Por más dolorosa que sea!
-Ritsuka… tú bien sabes que soy el Combatiente de tu hermano, no el tuyo, estoy contigo porque él me lo pidió. Ahora te has vuelto muy fuerte y ya no te seré útil.
-¡¿A qué te refieres?
-Llegarán cada día nuevos oponentes, cada uno más poderoso que el anterior. Como bien sabes, debes encontrar a tu Combatiente y pelear juntos.
-¡No! ¡Quiero estar contigo! ¡No me dejes tú también!
-Ritsuka… te digo esto porque… tu Combatiente está cerca.
-¡¿Qué?
-Así es, en cuanto se encuentren yo debo desaparecer de tu vida.
-¡No! Te ordeno que no te vayas, debes de obedecerme.
-Sí, pero también debo obedecer a tu hermano y esas fueron las órdenes de Seimei, nada puedo hacer.
-Pues entonces, entrénanos, enséñanos a pelear, a ganar las batallas.
-Está bien, neko, está bien.
Esa había sido su conversación de la tarde, las palabras de Soubi aún resonaban en la mente de Ritsuka; él llegó a casa con tristeza, subió a su cuarto y se encerró, dejó caer la mochila y se acostó sin desvestirse.
-¡Onee-chan!
-Hmp
-¿Acaso no estás emocionada? ¡Hoy entramos a una nueva escuela! ¡Sólo piénsalo! ¡Nuevos amigos, nuevos maestros, nuevo edificio!
-Hmp
-¡Me rindo! Jamás podremos tener una verdadera conversación con tu monosílabo.
-Hmp
Esta era la plática que dos nekos sostenían camino a su escuela, cualquiera que las mirara quedaría sorprendido: ellas eran mellizas y el parecido era sombroso, pero no sólo eso, ambas eran sumamente atractivas. La mayor (aunque no se notara la diferencia de edad) vestía un pantalón de mezclilla ajustado, tenis negros y blusa algo escotada de color rosa claro. Su cabello era negro como la noche y largo hasta la cintura, lo llevaba recogido en media coleta con un gran moño rosa. La menor de ellas llevaba un pantalón de mezclilla algo holgado, tenis blancos y una camiseta blanca en la cual se veían unos murciélagos volando, su cabello era negro y largo también, pero a diferencia de su hermana lo llevaba suelto. La mayor se dirigió a su acompañante.
-Onee-chan, ¿cómo crees que sean los alumnos?
-Como cualquier otro…
-¡Hasta que me hablas!
-Hmp
-Bueno, llegamos, ésta será nuestra escuela en lo que resta del año.
-Hmp
Las nekogirls se detuvieron ante la entrada de un edificio, las clases estaban a punto de comenzar. Ambas llevaban mochilas iguales, ambas tenían miedo de lo que les aguardara, ambas miraban todo con tristeza, ambas recordaban su otra escuela.
-Onee-chan, démonos prisa, ¿de acuerdo?
-Hmp
-¡Oh! ¡Qué mala eres, deberías de estar emociona…
No pudo acabar la frase dirigida a su hermana ya que en ese momento el timbre sonó. Ambas se miraron en sus ojos de un azul profundo y entraron al edificio. Como antes de ir a clases debían de subir a ver al Director, las chicas decidieron apurarse. Justo en ese momento un chico de cabello negro, ojos violetas y mirada perdida chocó con la mayor de las neko, ocasionando que perdiera el equilibrio. El chico se dio cuenta y con rapidez la sujetó de la cintura, al tiempo que ella rodeaba instintivamente con sus brazos el cuello del neko, por un instante se miraron a los ojos sin decir nada, sus corazones latieron al unísono y un sonrojo apareció en sus mejillas.
