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Cinco años otra vez ¡MALDITO SHENLONG!

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Faltaba un solo día, aunque no era un día si no más dieciocho horas para que Vegeta y Bulma celebraran su aniversario, cumplirían un año más de ser una pareja formal y este sería el número veinticinco. El príncipe no le daba importancia solo disfrutaba lo que traía consigo esa noche, había comida especial y sus jueguitos nocturnos eran cosa seguida, pero al parecer a su esposa le gustaban más en ese día se lo daba a entender claramente.

La princesa saiyajin pensaba en un buen regalo para sus padres algo que le agradara a los dos pero que podría ser. Su familia era millonaria y su padre no le gustaba nada… Claro esa es la solución, bajó corriendo las escaleras en dirección al salón principal en busca de su hermano mayor.

—Ya sé que le voy a dar a mis padres para su aniversario mamá siempre se queja de que quiere volver a ser joven y yo le daré eso así que Trunks ayúdame a reunir las esferas —sonrió victoriosa nada ni nadie le podría dar algo mejor.

—Olvidado. Saldré con Marron dijo que me tenía algo, y si sabes a lo que me refiero quiere decir que no volveré en todo el día.

—Pero piensa en la felicidad de mamá. —insistió.

—Y tú piensa en la mía.

—Pero anda con Pan o Goten. Ayer quería que salgamos, pero voy a estar ocupado y como no me gusta dejar a mi mejor amigo de lado te lo encargo.

—Bien supongo que los dos perdimos a nuestros mejores amigos. —Pan también tenía novio y ya no la tomaba mucho en cuenta.

—Me voy, si preguntan llego tarde.

—Lo sé, pasas más tiempo con ella que en casa —el joven se fue volando en dirección a Kame-House.

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Bra por su parte se escabulló en el laboratorio en busca del radar, ese era el primer paso para dar marcha a su plan, al cabo de unos minutos por fin pudo encontrarlo. Funcionaba correctamente y había una esfera que estaba bastante cerca como para ir sola, pero en la montaña Paoz había animales grandes que podrían devorarla. Lo mejor sería ir con ayuda además solo quería un deseo, el otro podía dárselo a su acompañante.

Se dirigió emprendiendo el vuelo a la montaña en busca de Goten y de la dichosa esfera. Al ver la casa aterrizó, no negaría que disfrutó el paisaje, aunque las distracciones le habían costado algunos golpes con ramas de árboles

—Buenos tardes. —saludó cuando le abrieron la puerta.

— Bra pero cuento tiempo sin verte, adelante, pasa. —le invitó Milk.

—Es cierto, necesito hablar con Goten ¿esta? —preguntó finalmente, yendo directo al grano.

—No fue a entrenar con Goku puedes esperarlos si gustas.

—Gracias, pero mejor iré a buscarlo fue un gusto verla, adiós.

Se despidió y camino algunos pasos para alejarse de la morada de los saiyajin.

Cerró sus ojos concentrándose en buscar el KI de su objetivo. Le estaba costando ya que nunca aceptó entrenar, y su padre no volvió a insistir luego de enseñarle lo básico.

Luego de quince minutos divisó a padre e hijo, quienes al sentir su presencia detuvieron su entrenamiento.

—Buenas tardes. —Saludo al recibir la mirada de los hombres.

—Hola Bra —saludo el mayor con una sonrisa.

—¿Qué haces aquí? —preguntó el menor de los Son.

—Venía a buscarte tengo que pedirte algo, pero sigan con su entrenamiento puedo esperar,

—No te preocupes ya terminamos ¿cierto Goten? yo me voy le diré a tu mamá que volverás tarde —finalizó guiñándole un ojo a Bra.

A la joven Briefs se le subieron a la cara todas las derivaciones posibles de rojo que puedan existir, en cambió su amigo no captó la indirecta. Goku se fue usando la teletrasportación para abandonar el lugar más rápido posible. El despistado héroe hace tiempo había escuchado una conversación entre su nieta y la hija de Vegeta, donde esta le daba a entender que le gusta Goten o eso entendió él.

—Qué extraño, todavía faltaba como media hora —comentó dubitativo.

—Goten necesito que me ayudes con algo. —Ignoró al muchacho, evitando así sonrojarse de nuevo.

—Bien ¿Qué es?

—Ayúdame a reunir las esferas del dragón y como recompensa te daré lo que quieras —mencionó con cierto doble sentido, él acorto la distancia entre ambos.

—Ya se lo que quiero —susurró en el oído de la muchacha.

Bra estaba por tener un colapso nervioso que podía ser ¿Un beso? ¿Ser novios?

—¿Qué sería entonces? —preguntó sin perder la compostura.

—Una cena donde pueda comer todo lo que yo quiera.

La joven casi se va de espalda, no importaba que tan guapo sea, siendo un saiyajin siempre dejaría en primer lugar lo que le convenía a su estómago.

—Bien, vámonos —dijo resignada.

—Pregunta ¿Por qué no fuiste con Pan?

—Está ocupada con su novio, deberías entenderlo Trunks está en la misma situación.

—Bien preciosa, empecemos con la busqueda —tomó la mano de su amiga mientras emprendía el vuelo. Luego de un par de horas habían cumplido su cometido.

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—Que emocionante nunca antes había visto a Shenlong.

—¿Enserio? Una vez con Trunks las buscamos solo para conocerlo y pedirle un parque de diversiones que sea gratis, pero Broly nos atacó y perdimos la oportunidad.

—Creo que si me habían contado de ese tipo, pero no que habían reunido las esferas para eso—la joven princesa abrió el cierre del bolso en que tenían guardados los tesoros que habían estado buscando acomodándolas en el suelo con suma delicadeza mientras estas brillaban.

—Prepara tu deseo. Sal de ahí Shenlong y cumple nuestro deseo —el cielo se volvió completamente oscuro y en tan solo unos segundos apareció la imagen del dios Dragón.

—Díganme cuál es su deseo.

—Hola Shenlong, soy Bra y quería pedirte que mi mamá Bulma Briefs vuela a tener veinticinco años de edad. Claro que sin perder sus recuerdos actuales solo que recupere su juventud y con mi padre haber… —se llevó la mano a la barbilla analizando la situación. Goten y Shenlong la miraban sin decir nada; "creo que ellos se conocieron cuando tenían pasados los treinta así que el debería tener también la misma edad para que sea como la primera vez que se vieron", al sacar su conclusión estabablista para teerminar con su pedido—, y que mi padre Vegeta tenga veinti…CINCO años —terminó diciendo a toda voz—. Si eso estará bien, pero que esto pase mañana cuando se despierten y que mi papá tenga su ropa típica de saiyajin que usaba a esa edad.

—Eso es muy fácil, tu deseo se ha cumplido cual es el siguiente.

—No tengo otro ¿Goten? —el muchacho negó con la cabeza—. Eso todo Shenlong, muchas gracias.

De inmediato las esferas se esparcieron tomando distintos rumbos.

—Trunks tiene veinticuatro años supongo que por eso elegiste veinticinco.

—Sí, no pueden ser menores que sus propios hijos —sonrió la chica dándole la razón.

—Que no se te olvide tu promesa — reclamó como un niño pequeño y cruzándose de brazos.

—Me ayudaste con esto, no lo olvidaré y como recompensa te llevaré a uno de los mejores restaurantes que haya en la ciudad, pero mañana ya es tarde y está oscureciendo además no avise que saldría y si no vuelvo papá vendría a buscarme no lo dudo.

—Pero mañana hay junta en Kame-House.

—No te preocupes por eso, nos vemos mañana —beso la mejilla de su amigo y voló hacia la Corp. Capsula.

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Había tardado un poco másen regresar a casa tras detenerse en una tienda de ropa. Entró sigilosamente al salón principal sin hacer ruido, pero su madre la esperaba sentada en el mullido sofá.

—¿Dónde andabas tu padre ya se estaba poniendo histérico? —preguntó la científica.

—Hola mamá, estaba con Goten —en ese instante el príncipe hizo presencia molesto por la respuesta anterior.

—¿Qué hacías con el hijo menor de Kakarotto? —interrogó molesto.

—Papá —dijo un tanto sorprendida—, me acompaño a buscar su regalo de aniversario ya que Trunks no quiso ir.

—¿Por qué tenías que ir con él? —insistió.

—Ay papá, él es un saiyajin me podía defender si pasaba algo malo en la búsqueda.

—Si entrenaras no necesitarías un guardaespaldas tan inútil.

—No te enojes para que mañana puedas disfrutar bien tu sorpresa —besó la mejilla de su padre, y, fue a la cocina por algún bocadillo ligero pensando en la posibilidad de que Goten no fuera "tan" distraído y escogió una cena para que pasaran tiempo a solas, se sonrojo con tan solo imaginarlo.

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A la mañana siguiente la muchacha de azulados cabellos lo primero que hizo fue ir en busca de la cámara fotográfica para hacer duradero el recuerdo, rápidamente fue al cuarto de sus padres.

—¡FELIZ ANIVERSARIO MAMÁ! —gritó eufórica despertandolos.

Junto a la cama matrimonial específicamente por el lado de Bulma, había una mesita de noche de la cual la joven sacó un espejo para reflejar a su madre.

—¡AAaaaahhhhhhhhhhhh! No puede ser soy joven otra vez —gritó esta aún más fuerte saliendo de la cama.

—Exactamente luces como de veinticinco años.

—Gracias Bra eres la mejor hija que alguien podría desear —ambas gritaban emocionadas mientras daban saltos brazadas y cada grito superaba al anterior.

—Silencio —ambas mujeres se miraron confundidas, no era que se hubieran tomado esa orden lo que captó su atención es que el ytono empleado pertenecía a un niño pequeño, ambas miraron el otro lado de la cama, pero solo se veía cabello.

—¿Papá? —preguntó horrorizada. "Lo alcanzó tarde la pubertad, claro por eso envejecen más lento", pensó la joven saiyajin.

—Demonios solo quiero dormir un maldito minuto más ¿eh? —se destapó lanzando las frazadas al suelo y lo primero que vio fueron sus manos enguantas, su armadura tenía la insignia real y por último su tamaño. Las mujeres estaban boquiabiertas cuando lo vieron —¿con un demonio que hiciste?—se pusó de pie sobre la cama gritando.

—¿Qué son todos esos malditos gritos? —preguntó Trunks abriendo la puerta, se quedó parado junto al marco de esta viendo la escena, estaba claro que ese niño era su padre el orgulloso príncipe saiyajin, quien más bien parecía tener una rabieta porque su madre no le compraba algún juguete. Sin decir nada más jaló la manilla cerrando la puerta tras de sí, afirmo su espalda contra la pared y comenzó a reírse a todo pulmón. Las carcajadas del joven podían escucharse claramente dentro de la habitación del matrimonio. La furia que estaba sintiendo Vegeta era indescriptible si seguía apretando los dientes se los quebraría por completo.

—Papá mira el lado positivo.

—¿Qué tiene esto de positivo? Maldita sea.

—Tendremos fotos tuyas de cuando eras un niño —dijo la menor de la familia en su mejor intento para calmarlo mientras le tomaba una fotografía, el cambio de Ki de Vegeta era muy notorio era como si estuviera en una pelea a muerte con algún villano que amenazaba la paz de la Tierra.

—Cariño ¿Cuántos deseos usaste?

—Solo uno —contestó nerviosa.

—Entonces las esferas volverán a funcionar en cuatro meses —concluyó la madre de la chica.

—¡No puedo quedarme así cuatro malditos meses!

—Vegeta relájate maldición, hablaré con los muchachos quizás ellos tengan alguna idea para solucionar esto —finalizó señalandolo.

—Es cierto hoy habrá una junta en Kame-House así que estarán todos —añadió la joven Briefs recordando la cena.

—Bra te daré el peor castigo que encuentre será casi una tortura —su furia apenas lo dejaba hablar.

—¡No es mi culpa fue de Shenlong! esta tan viejo que no escucha bien lo que uno le pide —casi grito en su defensa.

—No la regañes no es su culpa solo quería hacernos feliz y yo lo estoy, lo que paso debe ser Karma por ser tan desconsiderado con los demás.

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A las 4 p.m los guerreros se reunirían en la casa del maestro Roshi para dar inicio a su fiesta como lo hacían cada mes. Los últimos en llegar fueron los Briefs, las mujeres fueron las primeras en entrar a la casa por lo que todos pudieron ver el cambio en el aspecto de Bulma.

—Bulma ¿Qué te paso? ya no te ves vieja —dijo Goku rompiendo el silencio.

—Mi niña reunió las esferas devolviéndome mi juventud, pero paso algo inesperado y Vegeta bueno él —miró el suelo tratando de aguantar la risa recordando la escena que montó su caprichoso marido en la mañana.

Todos se preocuparon pensando que ella lloraba además que sintieron un cambio de Ki fuerte como a las once de la mañana.

—Bulma ¿Qué pasa? —preguntó Yamcha acercandose con la intención de consolarla, no quería que su amiga y ex novia estuviera mal.

—Papá se ve de cinco años —contestó Bra sin rodeos.

—Vegeta entra —pidió su esposa, los ojos de los presentes parecía que se caerían de sus órbitas y las carcajadas no se tardaron en llegar.

—Muchachos no se rían —saltó en su defensa el saiyajin de cabellos alborotados— es un niño hacerlo llorar estaría mal —el ingenuo saiyajin creía que el afectado tenía la misma mentalidad de un niño de esa edad y sin darse cuenta que su "apoyo" había sido una burla aún peor, los guerreros trataban de aguantar la risa, pero era algo imposible Piccolo no perdió la oportunidad de propinarle un golpe al saiyajin por tonto.

—¡SI VALORAN SUS VIDAS CÁLLENSE DE UNA MALDITA VEZ! —gritó, silenciando a todos. Su estatura cambio, pero su poder no se había disminuido en lo más mínimo— KAKAROTTO te mataré, maldito insecto —con esas palabras se dio cuenta que su teoría estaba equivocada. Vegeta seguía siendo el mismo no importaba el tamaño.

—Cálmate Vegeta no pensé que eso te haría enojar yo solo quería defenderte además ese tamaño no esta tan mal puedes moverte más rápido —añadió nervioso mientras retrocedía ya que el príncipe caminaba furioso en dirección a él, esa mirada era la misma que tenía cuando llegó a la tierra por primera vez fría, seria y no mostraba piedad.

—¿Creen que haya alguna solución para esto sin usar las esferas? —preguntó esta vez Trunks, tomando el lugar junto a Marón

—Tal vez mi hermana sepa algo —contestó el maestro.

—Lo ves Vegetita, no tienes de que preocuparte tanto es solo un pequeño problema.

Los guerreros ignoraron por completo a los saiyajin mientras disfrutaban los bocadillos y reían de algunas anécdotas ya que por Vegeta no podían hacer nada hasta hablar con Uranai Baba...