Este fanfic fue creado sin fines de lucro, los personajes no me pertenecen, fueron creados y son propiedad de Yumiko Igarashi y Kyoko Mizuki.

Capítulo 1

"DECISIONES''

Al llegar a la mansión de la familia Legan, Anthony pudo escuchar que los sirvientes platicaban mientras parecían organizar una pequeña fiesta.

- Es una pena que la manden a un lugar tan terrible. Es muy pequeña. -Dijo una mucama limpiándose las lágrimas que comenzaban a salir de sus ojos.

- México no es un lugar para una niña. Hay muchos bandidos y peleas, una niña tan dulce como Candy no tendría que pasar por algo así. -Comentó el jardinero con rostro afligido.

-Candy... – Repitió Anthony, impactado por lo que acababa de escuchar. - No puedo dejarla, no puedo permitir eso. ¿Qué será de mí sin ella? ¿Soledad otra vez? No. La necesito cerca de mí, no puedo permitir que nada malo le pase.- Pensó Anthony devastado por la noticia. Decidió quedarse fuera de la casa hasta que la reunión que habían organizado terminara. Utilizó ese tiempo para pensar en una solución.

Observó como todos bailaron, rieron y lloraron, hasta que comenzaron a despedirse y limpiar el lugar. Una vez que la reunión terminó, Anthony fue al establo donde solía dormir su querida amiga. Con timidez y una enorme desesperación corriendo por sus venas, entró al lugar.

Lo primero que vio fue a Candy de espaldas empacando sus cosas. Se veía tan pequeña y frágil que se le encogió el corazón de pensar que alguien quisiese mandarla a un lugar, que según escuchó, era tan terrible.

- ¡Candy! - La llamó Anthony con añoranza. Quería saber que era lo que estaba pasando de la propia voz de la joven.

- Anthony ... - Giró Candy a verlo. No se pudo contener y corrió directo a sus brazos con lágrimas rodando por sus mejillas. - Me voy a México al amanecer. - dijo Candy ahogando su cara en el pecho del joven.

- ¡No lo permitiré! No vayas a ese lugar, vuelve al Hogar de Pony por favor.- rogó Anthony inquietándose.

- No puedo, si regreso al hogar hablaran mal y nadie querrá adoptar a los niños a causa mía- Contestó la rubia sin ver eso como una opción. Alguna vez en el hogar de Pony había tenido un mal comportamiento el día que las mujeres y los hombres acudían al lugar para observar a los niños y decidir sí adoptarían a alguno, entonces la señorita Pony la hizo darse cuenta de que su comportamiento afectaba a sus compañeros ya que, si se sabía que se portaban mal, nadie querría adoptar.

Cuando Anthony escuchó eso, sintió que se le congelaron los dedos de las manos. Esa fue la primera solución que había pasado por su mente. Se quedó callado por un instante que pareció eterno, se armó de valor y dijo – Huyamos juntos.

- Anthony ... -Dijo Candy con sorpresa. Nunca imaginó que Anthony estaba dispuesto a hacer algo así por ella.

- No te dejaré ir, yo buscare un empleo. No te faltara nada, yo… -Comenzó a hablar Anthony de forma acelerada.

- Somos muy jóvenes para hacer eso – lo interrumpió ella.

- Lo sé. No te estoy pidiendo matrimonio, estoy diciendo que nos vayamos de aquí. Te prometo que te cuidaré como si fuera tu hermano mayor, además los Andrew no harán nada público. Si se sabe que un joven Andrew ha huido con una chica, se arruinaría la reputación de la familia. - alegó el rubio al darse cuenta de que Candy no estaba convencida.

- No puedo permitir que renuncies a todo por mí. Este es mi problema, no te sacrifiques por una chiquilla - dijo Candy separándose de él.

- Candy, sin ti volveré a la soledad, me quitarán mi libertad y ese es el peor castigo que un hombre puede cargar. No quiero seguir siendo solo un muñeco que manejen a su antojo, necesito mi autonomía… te necesito a ti. Toda la vida he sido un niño mimado que no sabe lo que cuesta ganarse lo que tiene. Siempre me han dado todo y yo he crecido haciendo lo que los demás quieren y esperan que haga. Déjame ir contigo. - dijo Anthony muy seriamente.

- Anthony ... - Dijo Candy conmovida y sintiéndose mal por su amigo. Entendió que Anthony no dejaba a los Andrew solo por ella, sino que también lo hacía por él mismo.

- Dame tus cosas, tenemos que irnos inmediatamente- dijo el rubio con una voz más relajada. Candy solo asintió llenándose de determinación.

Candy y Anthony se dirigieron a la mansión Andrew. Anthony ingresó a su habitación y tomó sus cosas, entre estas estaban sus pocos ahorros, sus documentos y algunos cambios de ropa. Como préstamo, tomó el auto de Stear sabiendo que al inventor le daría un infarto al ver que no solo Anthony se había ido, sino que también se había llevado su carro. Al considerar esto, Anthony decidió dejarle una nota:

Stear:

Sé que descubrirás que me he ido, y no solo eso, sino también que me he llevado tu auto, pero por favor no te molestes, en primera porque sabes que no lo tomaría si no fuera una verdadera emergencia, y, en segundo lugar, porque yo corro más riesgo usándolo.

Es broma, lo devolveré algún día. Por favor, no te molestes por mi partida, tú bien sabes que tú y Archie son de lo mejor que tengo en el mundo. Se enterarán pronto de porque me he ido y espero que me entiendan.

Cuídense mucho y cuiden de la tía abuela.

Los quiere: Anthony Brown Andrew.