En Sueños
1- "El soñador y la Cazadora." [Harry & Ginevra]
2-En sueños II: El Cazador [Fred & Hermione]
3- "Un amor de pesadilla" [Draco & Pansy]
4- "Su único destino" [Ronald & Luna]
Las historias serán publicados en ese orden. Aunque el argumento será el mismo, cada mini-fic tendrá su propia pareja protagónica 8) Espero que les sea interesante. Las criticas son bien recibidas.
Disclaimer: Los personajes son propiedad de la gran J.K. Rowling. La trama esta inspirada en los libros de Cazadores Oscuros de S Kenyon.
Advertencia: Esta es el tipo de historia que me gusta a mi, o sea, hay homicidas y muchos cadáveres
ESTA PROHIBIDO PUBLICAR ESTA HISTORIA SIN MI PERMISO. (Quedan avisados, estoy hasta de pelearme con plagiadoras)
Capítulo 1.
La salvación viene encapuchada.
La lluvia caía con mucha fuerza en el bosque iluminado por la luz efímera de los relámpagos. El viento helado agitaba los árboles al tiempo que traía consigo los aullidos y gruñidos de bestias a los lejos.
Un hombre de cabello negro y gafas redondas corría por un sendero lodoso dando tumbos, con el único deseo de alejarse lo más rápido posible de aquéllos animales que lo seguían.
Harry Potter se aferraba a lo que fuera para seguir adelante, pero sus piernas eran plomo y cada paso que daba no parecía producir ningún cambio.
Ginevra se internó en la pesadilla al ser atraída por la gran cantidad de energía negativa que emanaba de allí. No era normal que tantos Creadores de Pesadillas atormentaran a un mismo humano. Se paró a unos metros de este, el pobre estaba totalmente mojado y temblaba.
Al notar la presencia de la mujer paró en seco y volteó a verla. Los recelosos ojos verdes de este la atravesaron, brillando en la oscuridad de una forma anormal. La miró por un momento mientras la fría lluvia seguir empapándolos a ambos.
Ginevra se sorprendió al darse cuenta que el moreno no parecía asustado con la situación, desbordaba determinación. Su objetivo era salir de allí lo mas rápido que pudiera, y así lo hacia
Un fuerte aullido le recordó a Harry su huida de los animales. Al instante llevó su mirada al frente, al horizonte oscuro que parecía querer tragárselo.
Bufó, ya tenía suficientes problemas para que apareciera alguien más en esa maldita pesadilla.
Observó la figura encapuchada que lo miraba sin moverse. Esa persona no estaba allí para hacerle daño, sencillamente lo sabía.
-Corre, sal de aquí o te harán daños.-su voz autoritaria llegó hasta ella dejándola pasmada. El hecho que tratara de prevenirla era lago insólito.
-Mejor corre tú.- le sonrió antes de hacer aparecer dos espadas muy filosas en sus manos.
Harry parpadeó mientras los aullidos se escuchaban cada vez más fuerte, y ahora no solo a sus espaldas, sino también a los lados y al frente. Aquellas cosas los habían rodeado. Tembló ligeramente, ese era el momento en que despertaba sudoroso y agitado... cerró y volvió abrir los ojos, seguía allí, bajo la lluvia y el viento.
-¿Quién eres?-le interrogó mirando las espadas con los ojos entornados.
-Alguien que vino a darte una mano.
El hombre la miró sin creer ni una sola palabra.
-Las personas no suelen ayudarme sin pedirme algo a cambio.-replicó con una voz desbordada de rabia.- ¿Qué es lo que tú quieres?
Ginevra lo miró con los ojos bien abiertos. ¿Cómo podía creer que ella iba a pedirle algo a cambió de su ayuda?
Sin duda alguna la humanidad estaba moralmente podrida hasta sus cimientos.
Soltando un largo y profundo suspiro se dio la vuelta escudriñando la oscuridad como si pudiera ver mucho más allá.
-Lobos gigantes que parecen tener rabia.- Masculló, frustrada.- ¿Es en serio? ¡Agg!, estoy harta de sus estúpidas pesadillas inspiradas en películas para adolescentes. Extrañó los días en que creaban verdaderos tormentos con ayuda de Mary Shelley o Stephen King.
Harry dio un paso atrás al darse cuenta de que la encapuchada hablaba directamente con una inmensa loba negra con muchísimas cicatrices no muy resientes, cubiertas con costras de sangre seca. El animal se limitó a mostrarle sus filosos dientes.
-Vamos Pansy, ya no eres una niña. Deja a los animalitos peludos y inspírate con un par de horas de The Walking Dead o Resident evil ¿Sabes hace cuanto que no lucho con zombis? Extrañó la carne podrida y la sangre ¡Esas si eran peleas geniales!
La loba gruñó con fuerza al tiempo que nueve lobos mas salían de las sombras en posición de ataque.
-¡Esto se pone cada vez más aburrido!-suspiró despreocupadamente Ginevra tratando de sacar de quicio a los Creadores. Y funcionó.
Un lobo albino de gran tamaño se lanzó contra ella, pero con una agilidad que solo aparece con los años, le dio una patada en el hocico haciéndolo retroceder.
Harry quedó inmóvil cuando la encapuchada utilizó las dos espadas que había hecho aparecer para estocar a uno de los lobos.
Jadeó, sin duda esa chica tenía estilo, y él ya comenzaba a tener sueños demasiados raros.
La loba llamada Pansy se trasformó en una alta chica de cabello negro muy corto y mirada fría que observaba la lucha de la encapuchada con los lobos, con los brazos cruzados sobre el pecho y la espalda apoyada en el tronco de un árbol cercano. Sonreía de una forma tan maliciosa que Harry no pudo evitar recordar a su odiosa tía Petunia.
Dos lobos color arena se lanzaron sobre Ginevra a la vez. La Cazadora a duras penas pudo evitar el ataque de uno de ellos, mientras el otro logró morderle la mano haciendo que soltara una de las espadas.
-¡Hijo de…!
Le dio un puñetazo en medio de los ojos haciendo que los huesos de su mano crujieran de una forma dolorosa, mas furiosa de lo normal le dio una patada para alejarlo de ella.
Pasó saliva mientras trataba de ignorar el dolor de la mano herida, y tomando con fuerza la espada que le quedaba se lanzó contra el lobo que tenía mas cerca.
-Tory, patea a esa niña.- le ordenó Pansy a una loba de pelaje dorado.
Está le gruñó, no muy contenta de recibir sus órdenes, pero igual tomó carrera para lanzarse contra Ginevra.
La chica se preparó para recibirla pero a medio camino el animal chocó contra Harry, el cual llevaba la espada perdida de la Cazadora. Atravesó a la loba con fuerza, bajo la mirada sorprendida de todos los que aun seguían concientes.
El moreno sacó la espada del pecho del animal inmóvil y se acercó lo más rápido que pudo a Ginevra.
-Esta bien, hagamos como si te creyera que estas aquí para ayudarme.- le dijo- ¿Cuál es tu plan?
Ginevra observó frustrada como los lobos que había derribado minutos atrás habían comenzado a ponerse de pie sin el mas mínimo rasguño, listos para vengarse por los golpes.
-Como dice mi hermano Bill.-Dijo Ginevra al tiempo que clavaba su espada en la tierra y daba un salto para abrazarse a Harry.- Cazador que huye de un mal sueño sirve para otra pesadilla.
El bosque oscuro y la tormenta desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos, siendo remplazados por una hermosa playa al atardecer.
-Wow, bonito truco.- comentó Harry al tiempo que admiraba fascinado el agua clara y la arena blanca. Se tomó un respiro, disfrutando el aire salado que llenaba sus pulmones.
Ginevra dio unos cuantos pasos hacia atrás mirando a todos lados para asegurarse que Pansy y sus amigotes no los hubieran seguido. Suspiró aliviada, estaban solos.
-Bueno, este sin duda fue el sueño mas raro que tuve en mi vida….- Harry se quedó sin habla.
La chica Mata-lobos se había sacado su capucha negra dejando a la suave luz del atardecer su larga y brillante melena rojo fuego que se agitaba con la brisa. Su seductor y pálido rostro estaba lleno de pequeñas pecas que le daban una dulzura infantil, que se perdía un poco ante sus expresivos ojos color chocolate, cargados por las experiencias y la madures.
Harry la miró hipnotizado, era tan hermosa. No podía creer que estuviera soñando con una mujer así, desde su adolescencia que no veía a una belleza de ese tipo deambulando por su subconsciente.
Observó sus labios carnoso… sintió su sangre arder.
-¿Te pasa algo?-le interrogó Ginevra con el seño ligeramente fruncido, al notar la manera extraña como la miraba y las olas de emociones confusas que emanaban de él.
Harry no dijo ni una palabra. Dio un paso al frente con seguridad y la tomó del cuello antes de besarla desenfrenadamente en los labios, dejando a Ginevra totalmente petrificada.
