Reloj de Plastilina

Episodio 1: ¡Payasos!

Kaede Rukawa, que en aquel momento tenía 10 años, regresaba del colegio.Sus padres lo habían abandonado lléndose al Paraíso dejándolo solo en aquel lugar, solitario, sus ojitos azules reflejaban angustia y su hermosa sonrisa se había borrado notablemente.

Al llegar, vio en la puerta del edificio donde se encuentra su casa, a un niño como él, sentado y sollozando con la cabeza apoyada en las rodillas.

- ¿y tú quien eres?- Preguntó Kaede

- Me llamo Hanamichi-Contestó el otro niño en cuya mirada se mostraba una gran tristeza.- Un accidente se llevó a mi mamá.

Kaede estaba a punto de entrar en su apartamento, cuando lo detuvo la voz de Hanamichi, que lo había estado siguiendo:

-Ven a mi casa. Quiero jugar. Necesito amigos. Estoy solo.- El llanto del niño conmovió a Kaede, quien sin expresión alguna, asintió.

La casa de Hanamichi se situaba dos pisos mas abajo de la de Kaede, era bastante amplia, el piso tenía una alfombra roja y las paredes estaban pintadas, también de rojo. En la habitación de Hanamichi, sobre una silla se encontraba un muñeco, era un payaso.


Ya pasadas las cinco de la tarde, los niños se encontraban en la habitación. Habían pasado horas sin hablar, lo único que hacían era jugar con plastilina y en silencio.

Azul, rojo, verde, eran los colores ideales para crear un artefacto imaginario. Ambos continuaban en silencio construyendo concentradamente, hasta que la voz de Kaede interrumpió la concentración:

-Yo también estoy solo

- Ya no. -contestó su compañero. Terminaron de contruir su nuevo jueguete. Un reloj. Un reloj hecho con plastilina azul, roja y verde.

-Esto marcará nuestro tiempo juntos, hasta que la muerte nos separe.-dijo Hanamichi a la vez que sus ojos se humedecían de emoción. Kaede lanzó una fugaz mirada a su nuevo amigo y le dijo: -Do´ahou....

-¿¡Cómo te atreves a insultarme!? Maldito Zorro!!!!

-Me llamo Kaede Rukawa

- Maldito Rukawa!!!!!! Kitsune Baka!!!!! No soy ningun torpe, soy un talentoso!!!! Mira lo que contruí!!! jazjajajaaaa

Aparentemente, los ánimos de Hanamichi se habían elevado, Kaede suspiró y se retiró a su casa, dejando a su compañero solo.

A la noche, los niños dormían en sus respectivas casas, el cielo estaba bañado en estrellas, que danzaban al son del viento. Un estrella fugaz atravezó velozmente el cielo y el Reloj de plastilina, situado en el escritorio de Hanamichi, se iluminó como si tueviera luz propia.


Eran las tres de la mañana, cuando un grito se oyó. Hanamichi se desveló y asustado se escondió bajo su cama. Se oían risas, carcajadas, como de payasos.

¡El Payaso! El payaso que estaba situado en la silla, ya no estaba.... Hanamichi sintió mucho miedo y deseaba que su padre entrara y lo consolara. Las risas seguían, provenían del living . Se oían ruidos. Se trataba de un tiroteo, el niño trataba en vano de pedir ayuda, su padre no se encontraba en casa y no podría salir libremente, por miedo al clown. Juntó valor, en puntillas se encaminó hacia la puerta del living y con horror pudo ver como la sangre fluía en la mesa y caía en la alfombra. dos, cuatro, ocho, diez... Eran diez payasos... uno de ellos muerto sobre la mesa. Corriendo, el pequeño llegó a su habitación, tal fue su impresión que perdió el conocimento.


- Do´ahou, despierta.

- Kitsune..... -Hanamichi se despabiló y abrazó con fuerza a Rukawa. - Tuve una pesadilla....

-Los payasos ya se fueron....-

Los ojos de Hanamichi se agrandaron al oir las palabras del Zorro, ¿acaso fue real? las lágrimas rozaban sus mejillas, Rukawa, con su mano derecha secó todo ese miedo derramado y abrazó fuertemente a su amigo. El abrazo era intenso, los labios de Hanamichi rozaron la mejilla de Kaede y luego, giraron hasta encontrarse con los del zorro. Se separaron al instante, el beso no llegó a durar ni cinco segundos, ambos se sentían extraños.

- Los payasos quieren matarme. - Dijo Rukawa con voz temblorosa - éllos mataron a mi madre y a mi padre....

La expresión de Rukawa era indiferente, no mostraba miedo, ni angustia... nada...

-Kitsune.... - en aquel instante, las palabras de Hanamichi fueron interrumpidas, por un intenso brillo. El reloj, estaba brillando por cuenta propia. Los niños se emocionaron mucho (si, Rukawa también). Y olvidando a los payasos por unos momentos, se quedaron mirando su juguete hasta el amanecer....

Continuará...

episodio 2

Reloj de Plastilina

Episodio 2: Infierno

Una semana después de la construcción del reloj, ya nada se supo de los payasos, los niños regresaban del colegio. Poco antes de llegar a su edificio, se toparon con un niño de sonrisa muy amplia y ojos alegres que estaba jugando a la "rayuela", pero ésta era diferente a la rayuela común, en vez de llegar al cielo, llegaba al infierno. Hanamichi se sorprendió al ver cuando el niño tiraba la piedrita y llegaba sin problemas al infierno (hecho con tiza en el piso) y saltaba alegremente. Sin darle importancia, Kaede entró en el efidicio.


Hanamichi seguía observando al alegre chico que con una sonrisa de oreja a oreja preguntó:

-¿Quieres jugar, Hanamichi?

Hana estaba muy sorprendido, sabía su nombre.... A decir verdad era un chico muy misterioso, que en cierto modo lo atraía mucho.

-¿Y tu quien eres, cómo sabes mi nombre? .- Preguntó Hana

- Me llamo Sendoh, Akira Sendoh, mucho gusto, Hanamichi. Te conozco muy bien, aunque tu a mi, no. He visto que te has hecho amigo de Rukawa, te admiro, yo siempre lo quise...También se que construíste un artefacto, ¿un reloj?, te felicito, eres un talentoso......... A veces, la amistad hace milagros, pero no en mi caso. ¿Quieres venir al infierno conmigo? - dijo a la vez que tomaba las manos de Hanamichi.

La Rayuela. Ambos niños se encontraban parados en la baldosa que marcaba el infierno. En ese instante, Hanamichi vio como numerosas llamas ardían bajo sus pies, el miedo lo invadía ¿estaba en el verdadero infierno? ¿quién era Sendoh en verdad? Deseaba no haber aceptado el juego.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por un fuerte abrazo de Sendoh que le cortaba la respiración, Hanamichi sentía perderse en los cálidos brazos del extraño, su cabeza estaba apoyada en su hombro. Alzó la vista y el horror se reflejó en el rostro de Hanamichi. Un payaso lo estaba abrazando, el alegre rostro de Sendoh se tiño con ojos malvados y su sonrisa era más amplia. Otra vez la espantosa risa.... Hanamichi trató de gritar, pero los labios del Payaso-Sendoh lo impidieron con un apasionado beso.


Las manos de Sendoh, palpaban el cuerpo de Hanamichi, ambos ardían. Hana trataba en vano de librarse, pero los brazos del payaso-Sendoh lo debilitaban cortándole la respiración.

El beso se interrumpió, Sendoh se desvanecía y caía al suelo. Una enorme piedra había golpeado su cabeza. Hanamichi, logró por fin respirar, Rukawa se encontraba a su lado. Ambos niños se abrazaron........

Una horrorosa risa interrumpió el abrazo, Sendoh se había recuperado y de su chaqueta sacó un revólver :

- ¿Quieres venir al infierno conmigo?

Continuará....

Reloj de Plastilina

Episodio 3: El niño asesino

Los ojos de los niños expresaban cierto pánico, estaban deseosos de huír de aquel lugar, estar lejos de aquel extraño ser, que se escondía en el cuerpo de un alegre niño vestido de payaso.

El Payaso-Sendoh apretó el gatillo del revólver... un grito desgarrador se oyó por parte de Rukawa.... Hanamichi rompió en llanto.

Sendoh se reía alegremente. Con la cara empapada de agua, Rukawa no logró reaccionar ante el susto llevado:

- ¿Creíste que era una pistola de verdad? jajajajaaa - Se burló Sendoh, a la vez que volvía a disparar chorros de agua, hacia Kaede. Hanamichi, aún asustado, decidió subir al apartamento junto a Rukawa, dejando al alegre chico solo.


Ya en la habitación de Hanamichi, el intenso brillo del Reloj alejaba a los niños de todo temor, aquel cálido resplandor iluminaba el cuarto cambiando de color constantemente como si de un ovni se tratara. Azul, Rojo, Verde, distintos tonos en amarillo, naranja y violeta. Era todo un sueño, una fantasía que sólo Hanamichi y Rukawa podían sentir... A cada color se le había asignado un rol: El Azul, representaba la eterna amistad, el Rojo, el intenso amor que existía entre ambos niños, el Verde la pureza, los amarillos y naranjas representaban al calor y los violetas a la fuerza. Cada día era un espectáculo frente al Reloj, los niños se sentían más unidos por la fuerza de atracción de aquel extraño artefacto...

En cuestión de minutos, algo extraño comenzó a suceder, los alegres colores se desvanecieron y la habitación tomo un color grisáceo, Negro. Rukawa perdió el conocimiento.

Hanamichi, desesperado, trató de reanimarlo, pero algo terrible logró divisar. Vio cómo el cuerpo de su amado amigo se volvía transparente. Intentó samarrearlo, pero sus manos lo atravesaban, como si de un fantasma se tratase.... Y de éso se trataba.


Un semana después, Hanamichi seguía llorando por la pérdida de su amado zorro. En el colegio, un muchachito se acercó a él. Amablemente le preguntó si lo podía ayudar en algo. Hanamichi, llorando, observó con detenimiento al "nuevo". Su sonrisa mostraba una pacífica tranquilidad, sus ojos, detrás de unos brillantes cristales, demostraban ternura...

- Me llamo Kiminobu Kogure y tu? - dijo el muchacho extendiendo su mano.

-Hanamichi Sakuragi. - Le correspondió el saludo con un apretón de manos -¿Conoces a Sendoh? - Preguntó con voz temblorosa, temía que Kogure fuese otro payaso.

- ¿Quéee? ¿Eres amigo del terrible Sendoh? - Kogure se precipitó, sus nervios se notaban en la mirada.

- ¿ Porqué dices que es terrible? ¿Qué ha hecho?

- Mató a mis padres, con un arma letal, a simple vista inofensiva, se trata de una pistola que dispara agua. - Hanamichi se sintió angustiado y comenzó a sentir odio hacia aquel alegre niño - lo que hace el arma - Continuó Kogure - es mojarlo y luego hace que el cuerpo del afectado desaparezca. - ¡ Ëso era lo que había sucedido con Rukawa! Las lágrimas de Hanamichi emergieron como catarata, Kogure, sin pensarlo, abrazó al niño.

Ya era tarde, Hanamichi se encontraba en su casa enseñándole a su nuevo amigo el Reloj que con Rukawa había construído, pero la reacción del reloj no era la misma, ya que Rukawa no estaba allí, por lo tanto, Hanamichi no pudo mostrarle la magia a Kogure y éso lo entristeció.


Horas más tarde, golpearon la puerta de la casa. Ambos chicos se asustaron, ya que la forma de golpear era muy violenta. Hanamichi, acompañado de Kogure, fue a atender.... Era Sendoh....:

- Vine a buscarte, Hanamichi, vamos a jugar... Vamos al infierno, Rukawa también viene....

Kogure lanzó una mirada de odio hacia el rostro sonriente de Sendoh, Hanamichi no sabía qué hacer, aquel niño, que parecía inofensivo, fue el causante de la muerte de su amigo, luego de pensarlo contestó:

- No quiero. Véte. - y cerró la puerta violentamente en la cara de Sendoh, cuya reacción fue derribarla a patadas y entrar a la casa.


La sonrisa en Sendoh se había borrado, sus ojos mostraban un alto nivel de ira, sacó su revólver y apuntó a Hanamichi.

Kogure rogó a Sendoh que no hiciera nada, que el conflicto podría arreglarse con palabras, Akira, observó al chico, se acercó y lo besó. Hanamichi no entendía nada, pero por miedo, lo único que logró hacer fue correr hacia su habitación.

Sendoh se percató y comenzó a seguir a Hanamichi, y Kogure, aún atónito por el beso, fue tras Sendoh. En la habitación, el reloj reaccionó con un intenso brillo verde fosforescente.... Hanamichi ingresó en aquel resplandor y desapareció.

Continuará...

episodio 4