A/N: La defensa de la ciudad completamente destruida y ya básicamente inútil, parte 4291. Año 850, Eren Jaeger está en exactamente la misma situación del capítulo pasado, Mikasa malgasta gas y saca su navaja repetidas veces, y Armin se queda plantado por más de una hora mirando el titán que se comió a su amigo, metan flashback del capítulo.
Hola, soy la narradora cuya voz parece una mezcla entre la de Armin, China y Ciel de Kuroshitsuji. Vengo a explicarte la misma situación una y otra vez, hasta que cambiemos de tema, donde pasará susodicho. Empezamos por Eren llorando por su ya difunta madre por más de 5 capítulos, Hannes (o Hans, depende de cuál fansub mires) rescatando a los ahora huérfanos niños (+Armin), Eren jurando a los gritos que los matará a todos (los titanes), las cucharas y los años en LA ACADEMIA ("No quiero ir a la academia, papi..."). Metan flashback, mientras más sangre y gritos, mejor. Preferiblemente que Eren abra tanto los ojos que parezcan que se les van a caer. Sí, muy bien. Pero nunca se hablará de la pobreza y el hambre, no. Tendrás que conformarte con los segundillos de Jean llorando por MarcoPolito, Mikasa pasándose las 24 horas "ErEnN!" y Armin teniendo pensamientos profundos. Todo esto mezclado con los GLORIOSOS segundos de Levi en la pantalla, que al parecer no es Rivaille, es Ackerman, pero no sé cómo haces para confundir esos dos apellidos, pero si puedes hacer que "beautiful" suene como libertad, todo es posible.

Eso lo que adoro de este anime: se la pasan matando (bah, planeando en como matar) pero todo es tan crack que me da risa. Excepto Mikasa, ella me da miedo... Porque hay un demonio dentro de Mi-kasa. Ok, no.
Antes de que se pregunten "¡¿Y el spamano?!" (o por qué intento hacerme la graciosa y posiblemente esté fallando fallidamente), quiero hacer algunas aclaraciones sobre la historia:

Sangre, violencia e insultos.

Menciones de spoilers.

Quería que esto quede como un oneshot, pero SORPRESA. ERA DEMASIADO LARGO. Y ESO QUE NI SIQUIERA LO TERMINÉ. Comandante Erwin, dame fuerzas... Pero, bueno, tendrá el efecto de drama que quería.

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Este será solo spamano. Intentaré que no haya otras parejas. En todo caso, puedo hacer otros snk x hetalia.

Esto es un titán cambiante x humano.

Cuando notes que algo se repite varias veces, habrás captado la esencia de Shingeki no Kyojin.

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Año 845.
Todo estaba callado. La humanidad miraba con terror hacia el Muro, donde se hallaba un titán de 60 metros (al cual se le denominó "Titán Colosal"), elevando la mirada con una expresión tenebrosa, hacia ellos.
Ese día, la humanidad recibió un sombrío recordatorio. Vivían a la merced de los titanes dentro de esas jaulas a las que llamaban paredes.

Pero lo verdaderamente sombrío fue cuando, horas después, Antonio recuperó la conciencia. Estaba en un barco lleno de gente, su familia a su alrededor abrazándolo y su hermano discutiendo con un policía.
-¡Que está vivo! ¡Todavía respira!
-¡No hay lugar para muertos! ¡Tírenlo al río y que sirva de alimento para titanes!
Ambos voltearon hacia él. Los miró confundido. El policía no dijo nada, solo se fue de allí.
-¿Qué pasó?- preguntó, intentando ponerse de pie. Lo último que recordaba era que estaban corriendo de los titanes, tropezó y cayó. -¿Dónde estamos?
-¡Ay, mi hermano! -Álvaro abrazó al moreno. Se quedaron así por unos minutos. -No sabes el susto que me has dado. Cuándo te caíste no pudimos volver para ayudarte, ya que la Policía nos había pedido que fuéramos hacía la puerta. Dicen que te encontraron dentro de un titán.
-¿¡D-d-dentro de un titán?!
-Sí. Y uno muy salvaje. Uno de los pocos que estosbuenos para nada... -remarcó la última parte, mirando acusadoramente hacia la cabina. -pudieron matar. Y no fue fácil. Ni siquiera pudieron cortarle bien el cuello. La herida fue superficial, pero cayó al suelo y cuando empezó a abrirse, encontraron tu cuerpo. ¡Qué bueno que estés vivo! ¡Es un milagro!
"Un milagro" pensó el ojiverde. "Eso debe significar que algo bueno sucederá en el futuro"

La alegría del "milagro" duró poco. El viaje en si fue depresivo. Incluso había un lunático gritando desde el otro lado de la embarcación que mataría a todos los titanes. Consiguieron una casa demasiado chica para una familia tan numerosa, donde recayó la ausencia de muchos, y apenas tenían para comer.

Pateó una piedra.
-Ya no puedo vivir así.
-Es lo que se puede. -le respondió Álvaro, buscando algún atajo en la fila para el pan.
-Vivimos como ratas, durmiendo en la misma habitación y comiendo lo que dejan los cerdos. -miró acusadoramente hacia el muro, intentando localizar el centro de Sina, donde estaba el castillo. Miró hacia el suelo. ¿Qué podía hacer? No eran granjeros ni soldados, no tenían forma de conseguir comida fácilmente. Sintió una iluminación. Se paró sorprendido, totalmente decidido. -¡Ya sé! ¡Me uniré al ejército!
-¡¿Pero estás loco?!
Su hermano intentó pararlo, más el español ya había hecho su decisión. Apenas terminó su pan, corrió para alistarse.

Lovino sintió un escalofrío recorrerle la espalda. Se apoyó contra la pared, mirando preocupado hacia el muro.
-Fratello, ¿estás bien? ¿Qué haces aquí afuera? -Feliciano le preguntó, apareciendo inesperadamente por el callejón.
-¡Ah! Me asustaste. -su hermano lo miró preocupado. Lovino suspiró pesadamente. -No, no robé nada. Ya lo dejé. Solo tuve un mal presentimiento, nada mas.
-Vamos a casa. Nonno quiere saber cómo te fue.
Lovino había aprobado el segundo año en el ejército. La razón por la cuál se unió era su abuelo. Rómulo Vargas era un comerciante muy bien situado en la zona norte del Muro Rose. Cualquiera diría que su heredero sería Lovino, ya que era el mayor, mas no. Al final sería Feliciano. Está de más decir que el primero se ofendió.
Aun así, como sabía que Lovino tenía potencial y podía hacer muchas cosas si se lo proponía, lo enlistó en el ejército, esperando que terminara en la Policía Militar. Y le fue bastante bien, a decir verdad. El único problema con él era despertarse temprano y todos los términos en alemán. Todo lo que estaba en ese idioma "de bárbaros" lo traducía en italiano. A los profesores les gustó mucho ese detalle, ajenos al disgusto que el castaño sentía por todo lo relacionado con esa cultura. Esto causó que estuviera entre los 10 mejores de su clase.

Por el otro lado, a Antonio no le iba muy bien. La práctica era lo de menos. Lo que más le costaba era la teoría. No prestaba atención. En su casa le habían enseñado las cosas básicas, necesarias y normales de la vida, como pescar, cocinar, leer, escribir, etc. Pero, ¿cazar titanes? Era algo en lo que simplemente no podía concentrarse. Tenía demasiados problemas como para siquiera escuchar en qué parte debía cortar.
Lo poco que sabía era gracias a su familia.
Esto denotó mucho. Demasiado. Al terminar el primer año lo expulsaron.

Estaba devastado. Había fallado. ¿Qué iba a decir cuando llegara a casa? Había estado tan emocionado con la idea. ¿Cómo haría ahora para conseguir dinero y comida?
Suspiró pesadamente. Estaba muy deprimido. No quería volver a casa. No todavía. Caminó todo lo que quedaba de la tarde.
-¡Ey, niño!- una voz lo llamó. Se volteó. Era un hombre que llevaba varios paquetes. -Se me cayó un paquete, ¿me ayudas?
Como no tenía otro lugar a donde ir, lo hizo. Incluso le ofreció llevar dos más, así no le pesaba tanto. Al llegar a su destino, el hombre le dió una moneda como recompensa.
Antonio miró la moneda. Luego miró hacia la ya cerrada puerta. Sus ojos se iluminaron. Tal vez sí tenía una forma de conseguir dinero; tal vez la situación de la ciudad de Trost mejore en un futuro cercano.

Año 850.
Antonio colocó la última caja en su lugar y suspiró pesadamente.
Odiaba su trabajo, pero era lo único que tenía para mantener a su familia. Hoy era un día especialmente horrible. Se había levantado sintiendo un gran dolor en el pecho. Mal presagio.
Alzó la vista. Arriba del muro se encontraban los nuevos reclutas de las tropas. Suspiró nuevamente. Todavía no había superado lo de la academia. Apenas si se acordaba lo teórico, aunque si recordaba cómo era el usar el Equipo.
Incluso hasta lograba ver la cabeza de un chico moreno, posiblemente alardeando de que cuidaría de Trost y se vengaría de los titanes. "¡Que les den!" pensó el ojiverde, bajando nuevamente la vista hacia su trabajo ya listo. Bueno, un trabajo listo. Vamos al siguiente.
Se dirigió hacia el siguiente puesto. El viaje normalmente era de unos 20 minutos. 15, si se apuraba. Se pasó gran parte del recorrido maldiciendo en voz baja a los "caza titanes". Esa era su forma de pasar por las penas.

Todo se veía muy normal hasta que...
-¡¿QUÉ?!
Un rayo apareció de la nada. Ese rayo trajo consigo al Titán Colosal. A los pocos segundos, la puerta del Muro Rose salió disparada hecha pedazos.
No puede ser...
Hubo unos segundos de puro silencio antes de los gritos de terror. Todos alrededor suyo empezaron a correr. Él solo se quedó quieto en su lugar. No se lo esperaba. Una mezcla de alegría y horror lo llenaron al ver a los cadetes cayéndose de la pared.
El grito de una mujer le hizo reaccionar. Un titán estaba atravesando la ahora destruida puerta.
Esos buenos para nada fallaron...
Su cuerpo no respondía. Los ruidos del fondo estaban mezclados. No entendía nada. Todo eran ruidos de piedras, gritos y pasos. Le pareció oír que alguien le gritaba "¡Corre!", mas no hizo caso. No sentía ni su propio cuerpo. Tenía un nudo en la garganta. Con una mirada fúnebre observó cómo el titán se acercó hacia él.
Creo que hasta aquí llegué...
La bestia le sonrió. Y él le devolvió la sonrisa.
Los voy a extrañar. A todos...
El titán lo miró fijo por un momento antes de arrodillarse a su nivel. Antonio lo miró confundido, todavía sonriendo. Levantó su enorme mano. Él cerró sus ojos, aceptando su destino.
Malditas tropas.
Lo aplastó como a una mosca.