¡Hola! Un gusto :3 Soy Yoshina Rin, este es mi primer fanfic... sera largo, se los advierto xD Espero disfruten y no sean tan duuuros Q_Q es mi primer fanfic y muero de nervios por como les parezca D'x Una historia de MikuoxLenka :D es tan bonita esa pareja... tiene un gran significado en mi vida.

Bueno bueno bueno . Sin más, lean por favor o- ¡Dejen Reviews! Por favor déjenme criticas constructivas o de reclamo o de lo que quieraan *-* ¡Disfruten!


「 Una placida noche estaba tomando rumbo en la travesía del tiempo dejando caer el bello destello de la luna y de sus indudables acompañantes, las estrellas. En esta extravagante noche de luz lunar una pequeña niña lloraba a escondidas en su habitación por razones incomprensibles aún para ella misma.

-Yo… No lo soporto… No te vayas… ¡Por favor!- Susurraba en un tono de voz tan bajo que ni sus propias orejas recibieron el mensaje que acababa de pronunciar con esa apenada voz entre sollozos.

Como todo cuento de hadas existente, como todo libro de romance que la niña había leído; era el momento en donde entraba su príncipe haciéndola salir de su jaula de soledad y perdición. Pero la chiquilla de cabello rubio y ojos azules no tenía la suerte de Julieta, la suerte de Cenicienta o de Caperucita Roja, la niña quedo sola esa noche sofocada en sus lágrimas.

Despertó de un largo sueño la mañana siguiente por el desesperado llamado de su hermano mayor.

-¡Lenka! ¡Hermana!- Gritaba en un volumen casi de susurro mientras sacudía el brazo dela niña dormida, el apenas chico de 6 años tenía un rostro inexpresivo pero por poco estaba rompiendo en llantos.

-Rinto…- Dijo ella apenas abriendo los ojos, estaba cansada y se revolcaba entre sus sábanas blancas en busca de consuelo. El sentimiento de agonía recorría todo su cuerpo como algún ser vivo domestico llegando a un nuevo hogar, trataba de pasar disimuladas sus ojeras y ojos hinchados por aquel mar de lágrimas en la noche anterior pero el chico no le ponía atención a nada, solamente miraba un punto fijo con sus potentes ojos azules.

-Madre y Padre no despiertan…- Se limitó a decir el niño provocando un tenso ambiente en la habitación.」


La chica se despertó agitada, un sueño de su infancia se apodero de su mente esa noche, dormida vio y volvió a sentir cosas que había olvidado por voluntad propia por el trauma que le trían esos recuerdos. Se sentó en la cama y se llevó a la palma de la mano a la sien para tranquilizarse un poco, tenía una fría expresión de dolor en el rostro.

Pronto se escuchó unos golpes a la puerta en su llamado a desayunar.

-Lenkaa ¡Arriba, princesa! Debemos ir a la escuela- Se escuchó una voz femenina muy melodiosa y con un tono realmente hermoso, a los instantes se abrió la puerta dejando ver una silueta de una bella chica de largo cabello castaño claro, un color muy peculiar que casi llegaba al tono de blanco o rosado, unos ojos celestes que parecían de vidrio de tal mirada y sentimiento con que los manipulaba.

-Lamento la demora, Ia, ya voy en camino- Dejo ver una sonrisa vacía y forzada mientras pronunciaba tales palabras con su suave y relajante voz.

-¿Te encuentras bien?- Se alarmó la chica.

-Sí, no es nada… solamente tuve una pesadilla- Menciono Lenka suspirando.

-Pobre… por cierto, te llegó un presente de un admirador- la peli castaña cerró la puerta dejando la rubia en duda y entusiasmo, hace no mucho que recibía cosas algo confusas; una rosa en su casillero de color azul, un dibujo de un corazón entre su bolso, una fotografía de ella en un momento cualquiera llegó a la dirección de su casa con un mensaje romántico por la parte de atrás. Eran detalles que sorprendendian a la chica, teniendo un desconocido "admirador", ahora con un regalo... ¡Estaba muy nerviosa!.

Se levantó y fue al baño de su habitación, tomó su uniforme escolar y se lo colocó suavemente mientras se miraba al espejo, se peinó su cabello y lo amarró en una coleta como siempre lo hace, sentía un aire muy fresco y liviano entrando por la ventana,se acercó a ver el sol y el cielo. Para su mala suerte era un día nublado y daba la impresión de que llovería, aún así eso no la deprimio en lo absoluto, es más, demostró una sonrisa resplandeciente.

-Buenos días madre, buenos días padre- susurró para ella misma.

Salió de la habitación y bajo por las escaleras, se asustó al oír a su ser hermano mayor y a su hermano mayor quejarse enojados.

-¿¡hablas en serio!? ¡Dámelo! Yo mismo me deshago de esto-

-¡Io! Suéltalo- Escucho quejarse a Ia.

Bajo rápidamente y vio a Io con un paquete café en las manos tratando de soltarse de Ia que lo tenía agarrado del brazo, se veía muy furioso en dirección al basurero de la cocina donde se encontraban. Rinto se encontraba como siempre, desayunando un plato de cereal con ojos inexpresivos viendo a los gemelos de ojos cielo pelearse por tal caja.

-¿Q-Que ocurre?- Mencionó con un tono muy confundido.

-¡Lenka!- Gritó Io abalanzándose sobre ella -¿¡Quien te envió esto!?-.

-¿Eh? ¿Qué es eso?- Preguntó atónita y sonrojada.

De pronto Ia hizo un movimiento rápido y le arrebató la caja furiosa a su hermano. Al poco tiempo que dejaron de mirarse con desprecio el uno al otro, Ia se dirigió a Lenka y le entregó el paquete con una falsa sonrisa que le pareció aterradora a la chica por el enojo que desbordaba la peli castaña.

-De tu amante-.

Al escuchar eso Rinto escupió fuertemente el jugo de naranja que estaba bebiendo, se paró eufórico y fue a arrebatarle el paquete a Ia.

-¿¡Como que amante!?-

-¡Bótalo Rinto! ¡Destroza esa cosa!- Gritó Io apoyando al rubio poniéndose de su lado.

A ambos chicos les salía un aura negra de desprecio, Lenka retrocedió algo avergonzada por ese comportamiento, Ia se llevó la mano a la cabeza rascándose, se había aburrido de tal forma de actuar de sus hermanos. Quedó pensativa unos segundos hasta que le llegó una gran idea a su mente. Sonrió victoriosa y abrió la boca para decir algo sin antes tomar bastante aire.

-¡!MAMAAAAAAA!- Grito.

Se escuchó un golpe desde el segundo piso y unos pasos fuertes de la escalera. Se vio una mujer de largo cabello como el de Ia, unos ojos morados preocupados y una respiración agitada por esa carrera.

-¿¡Que sucede!?-

-¡Rinto e Io están celosos del amante de Lenka!- Reclamó Ia señalando a ambos chicos.

-¿Eh? ¿Amante?- Miro confundida, la mujer tenía su mirada en Lenka, la chica rubia más sonrojada no podía estar, ella negó con la cabeza agitando las manos tratando de excusarse diciendo que sólo es un admirador que le envió un regalo.

-Rinto... Io... Pasenle la caja a Lenka de una vez- dijo desconcertada la madre, la habían preocupado por una pelea de niños.

-¡Pero...- Dijeron al unísono los dos.

-Nada de peros, es su regalo, son tiernos chicos pero no se excedan, mami los golpeara- Dijo con una mirada exhaustiva, no estaba en condición para juegos.

Ambos chicos asintieron asustados y miraron con desprecio el paquete, luego se lo pasaron a la chica de coleta.

-¿Que es? ¿Que es?- Se emocionaron Ia y su madre, diciéndolo a coro como niñas pequeñas.

Lenka insegura abrió de a poco la caja, en el interior había una carta blanca sellada con un corazón rojo y un hermoso collar en forma de corazón con una cruz adentro de este, tenía insertados piedras color celeste de tono verde agua. La chica quedó atónita, no podía creerlo... Ese peculiar, se le hacía demasiado familiar, muchas cosas vinieron a su cabeza haciéndola derramar lágrimas. No era posible que estuviera llorando, ni ella tenía idea por qué, un sentimiento de angustia recorrió cada parte de su cuerpo. ¡Ella conocía ese signo! Pero ¿Dónde lo había visto?

-¡Lenka! ¿qué ocurre?- Se alarmaron todos.

Rinto corrió a su lado a ver el interior de la caja, quedó igual de confuso de ella. Abrió los ojos sorprendido y salió corriendo de casa tomando su mochila. Corrió unas cuadras parando en un parque ya cansado, se llevó la mano a los ojos y se arrodilló.

-¿¡Cuando rayos "él" volvió a la ciudad!?- Gritó para sí mismo, maldijo una que otra vez a esos celos que sentía y a aquel persona. Recordaba perfectamente que era ese collar.