La encontró llorando en el parque y su corazón se rompió.

Las palabras de su madre la destrozaron profundamente.

Se sentó a su lado y le presto un hombro en el que llorar, ella se aferró a su camisa como si fuera lo único que pudiese mantenerla a flote

Lloro hasta quedarse dormida y él la llevo a su apartamento, seguramente no quería que nadie más la viera, no querría preocupar a los dueños del darumaya

La deposito suavemente en la cama del cuarto de huéspedes y en un gesto natural como el respirar le aparto los cabellos del rostro, los surcos de las lágrimas marcados en su rostro.

Ella no merece este dolor – pensó mientras acariciaba su mejilla

-Ren quédate conmigo – murmuro entre despierta

Ren se sorprendió al escucharla llamándolo por su nombre de pila

-No voy a ninguna parte

Se acomodó a su lado y le acaricio la espalda tratando de reconfortarla

-¿Soy así de insignificante? Que incluso mi madre niega mi existencia

-Eres cualquier cosa menos insignificante Kyoko, es su perdida. Tú eres hermosa, inteligente y amable.

-¿Lo dices en serio?

-Nunca en mi vida he hablado más en serio

Ella lo miro a los ojos deseando creer cada palabra que él le dijo, sin ser consciente como poco poco la distancia que los separaba de acorto

Sintió sus labios tocar los de él y sus labios se movían con vida propia. Ella sabía lo que estaba haciendo y era consciente que por un arranque probablemente esa noche también perdería a su sempai porque ¿Quién querría a su lado a alguien como ella?

Su tren de pensamiento se interrumpió cuando los labios de él presionaron con más fuerza contra los de ella, sus manos que antes se deslizaban sobre su espalda ahora la atraían con más fuerza hacia él. Ella se dejó perder en el dulce sabor de sus labios en el roce de sus caricias, Ren la hacía olvidar, ella quería olvidar el dolor y perderse en el abismo de sus brazos.

Ella lo beso y él le correspondió con todo su ser. Deslizo su lengua en su boca, rozo el filo de sus dientes y se perdió en la calidez de la humedad de su boca, sintió sus manos aferrándose a su cabello y dejo escapar un suave suspiro. Sus manos buscaban el contacto de piel contra piel, apretando, acariciando, recorriendo.

'Esto está mal, ella esta vulnerable, me estoy aprovechando de la situación, tengo que detener esto'

Se separó forzosamente de ella

-Kyoko no podemos, esto no está bien

La expresión en el rostro de Kyoko rompió su corazón y sus palabras mientras hacia una dogueza en la cama le rompieron el alma

-Lo siento. No sé qué estaba pensando, eso fue muy indigno de mi parte, usted jamás se fijaría en alguien tan plana, simple y sin atractivo como yo.

-Kyoko mírame -dijo forzándola a levantarse

-Tú no eres ninguna de esas cosas, eres sexy y hermosa, si alguien tiene que disculparse soy yo, por tomar ventaja de una situación en la que claramente estas muy vulnerable, no sé qué estaba pensando.

-¿No me odias?

-Nunca podría – dijo acomodándole un mechón de cabello detrás de la oreja, vio sus labios ligeramente hinchados y los ojos que lo miraban fijamente- Kyoko yo…

Pero no pudo terminar porque ella lo volvió a besar

-Kyoko si sigues haciendo esto…yo….

-Solo quiero olvidar

-Kyoko yo…

-Hazme olvidar Ren – rogó entre besos

Él haría cualquier cosa por ella y si ella quería olvidar él la haría olvidar.