Naruto

By

Harumaki03

"By Always Mine"

Por siempre mía—

Dialogo de la Autora: A pesar de que han pasado años desde que actualice está historia, he decidido re-escribirla y re-subirla nuevamente, no, nada se perderá, solo he decidido corregir algunas cosillas. Las cosas seguirán iguales, nada de poderes, no son ninjas, están en USA y como dije la primera vez, intentaré que la historia siga siendo entretenida.

Disclaimer: Naruto, sus personajes y referencias a su universo NO me pertenecen en lo absoluto. Todo es propiedad de Masashi Kishimoto, Shonen Jump y TVTokyo.

Naruto © Masashi Kishimoto 1999-2010

Capitulo 01

"Infancia"

P.O.V Haruno Sakura-.

Diario de Sakura, día 23 del año xxxx

Los recuerdos de la niñez siempre son diversos, hay recuerdos dulces y otros amargos, pero en aquellos días, pasara lo que pasara siempre reinaba la diversión y la inocencia.

A veces en nuestra ajetreada vida no nos paramos a ver el magnifico paisaje del mundo que contemplábamos en la infancia, mi infancia fue divertida, mi infancia estuvo llena de rectitud a la vez de calidez y felicidad, mi adolescencia estuvo colmada de amores y desamores, y ahora en mi adultez…

Bueno, eso en sí no importa, soy hija de uno de los hombres más poderosos en el mundo industrial, Haruno Kekkô es mi padre dueño del imperio de ropas Hars Co., mi madre Haruno Saki es su mano derecha, mi padre siente una adoración hacía mi madre que es increíble al igual que ella por él. A veces me pregunto yo encontraré a alguien que me ame con tal devoción.

Hace tiempo, en mi infancia creía estar enamorada de alguien que en mi vida es muy especial, mi mejor amigo Uchiha Sasuke, quien es el heredero del imperio de su padre, -si también su padre es dueño de un imperio. pero de computadoras-, su padre confía mucho en él y pronto se retirará del negocio, la madre de Sasuke es como la mía, fiel y devota a su esposo, es una persona muy amable y cálida, a diferencia de su esposo e hijos, que son algo secos, si dije hijos, el hermano mayor de Sasuke, Itachi es fotógrafo y no le interesan esas cosas de la compañía de su padre, aunque le costo aceptarlo, al final, su padre decidió que Sasuke se haría cargo.

Mi relación con Sasuke es muy sólida a pesar de que él es una persona algo "fría" y reservada, siempre ha estado ahí para escucharme, incluso aquel día que le confesé mis sentimientos, me escucho sin reírse ni soltar una de esas sonrisas sarcásticas que le dirigia a las otras niñas cuando decían tal cosa.

Pero él solo me miro, bajo la mirada y dijo…

Lo siento… No puedo corresponderte debidamente a tus sentimientos, Sakura, pero podemos seguir siendo amigos a pesar de todo –lo había dicho en un susurro ahogado, como si le doliese no poder corresponderme.

Recuerdo que solo pude asentir lentamente y echarme a correr, ahora sonrió ante aquél recuerdo, en ese entonces cierto chico rubio me dio consuelo, un abrazo de esos que se te quedan clavados en el pecho toda la vida.

Ahora sonrió con pesar y añoranza, en aquel entonces éramos un trío, mi otro mejor amigo se llamaba Uzumaki Naruto, él era lo que Sasuke y yo no éramos, un niño súper hiperactivo, tenía los ojos azules como cielo de verano y el cabello rubio como el mismo sol, a diferencia de Sasuke quien aún ahora tiene el cabello negro y ojos del mismo color y la piel pálida, Naruto era bronceado y tenía unas divertidas marcas en sus mejillas, como bigotes de gato o león.

También era diferente a mí, a pesar de ser niño, yo tengo el cabello color rosa y ojos verdes, éramos un trío muy disparejo, eso si nadie lo pone en duda.

Naruto a diferencia de nosotros dos, no conoce a sus padres, es decir, antes de conocernos estuvo en varias casas de acogidas, sus padres murieron asesinados, en aquel entonces, sus padres adoptivos eran Tsunade y Jiraiya Namikaze…

Digo en aquel entonces, porque Naruto al cumplir 18 cumplió servicio militar y al llegar a los 21 años, ya estaba en la milicia y ascendía -aún no entiendo como- de una manera increíble, lo último que supimos de él fue que murió a manos de un espía llamado Yuki Kabuto, miembro y mano derecha del líder una organización terrorista que desean hacerse con el país. Según los informes, Naruto murió por el disparo de tres balas, una en el corazón y las otras dos en sus costillas.

Cada vez que pienso en ello, me dan ganas de gritar y jalarme el cabello, de morder la almohada para desahogarme, porque a pesar de todo ninguno creímos que había muerto… Al menos yo a mis veintisiete años de vida, aún no lo creo y nunca lo haré, Sasuke y yo siempre esperamos verlo entrar por la puerta con su típica sonrisa de oreja a oreja y decirnos "Ya volví a casa" mientras se desploma en el sofá.

Algo más que no puedo sacar es la eterna rivalidad entre Sasuke y Naruto, siempre competían por ver quién era mejor, al final siempre ganaba Sasuke pero Naruto daba lo mejor de sí, nos conocimos en un día de colegio, Sasuke y yo nos conocemos desde siempre, porque nuestros padres son amigos desde la adolescencia, cuando conocimos a Naruto, teníamos alrededor de seis a siete años, estaba en uno de los colegios más caros, debía ser hijo de alguien importante.

Aún sin quererlo, siento que mi mente, lentamente, me lleva a aquellos días de infancia.

-FlashBack-

— Muy bien, ¡orden he dicho! –un hombre joven de algunos veinte y tantos años miraba a la clase, sus ojos cafés eran cálidos pero en ese instante denotaban furia e impaciencia, su cabello castaño atado en una cola alta le daba un aire de adolescente y la piel morena daba a entender que no era de aquellos predios, el maestro Iruka estaba en el salón.

Todos los alumnos al escuchar el tono impaciente de su maestro, se sentaron obedientes en sus puestos, un niño de cabellos negros azulados y ojos negros, con la piel pálida, sentado con un aire de superioridad a la vez que de rectitud y orden, vestido con la camisa blanca de mangas largas y la corbata negra a juego con el pantalón de tela del colegio, era el primero en la clase.

Tras él, una niña de cabellos rosa pálidos, unos lindos ojos esmeraldas y una sonrisa encantadora le miraba con devoción al igual que las otras niñas, estaba vestida con una falda entablonada de color negro, unas medias hasta la altura de sus rodillas, camisa blanca de mangas cortas y una corbata de color negro, un saco del mismo color de la corbata, complementaba el uniforme. Ninguno llevaba puesto el saco, porque hacía calor.

— Muy bien, tengo una noticia que darles, hoy se nos une a clase un nuevo alumno –sus ojos cafés se dirigieron a la puerta –pasa, adelante –dijo el maestro.

La puerta se corrió y por allí entro un joven bajito (más que la mayoría) con un cabello rubio como el sol y de forma extraña parecía que le acabasen de dar un susto, sus ojos eran de un color algo raro para aquella clase, porque a pesar de haber niños y niñas con los ojos azules, ninguno podía compararse con aquel azul cielo que brillaba en su rostro, tenía la piel bronceada, vestia correctamente el uniforme y para complementar aún más la extrañes de los que ahora serían sus nuevos compañeros, tenía unas raras y a la vez divertidas marcas de bigotes en sus mejillas, tres en cada lado, parecía cachorro de león.

Muchos niños pensaron esto y rieron tenuemente.

— Mucho gusto –dijo con alegría y con un tono más alto de lo normal. – Me llamo Uzumaki Naruto, vengo desde Tokio, Japón, a estudiar a este colegio, un placer –y sonrió de una forma tan abierta que desconcertó hasta al mismo profesor.

— Hmm, etto, muy bien, seas bienvenido a clases Naruto, ahora hay que buscarte un sitio –el maestro repaso la lista. – Ah, bien, puedes sentarte detrás de la Srita. Haruno –dijo Iruka.

Sakura alzó la mano para que supiese quien era.

— ¿Eh? –Naruto miro a la niña, y como si por arte de magia fuese, se puso rojo como tomate. – Muy bien –y se dirigió detrás de la niña.

— ¡Bien! Acabado esto, empezaremos con las Matemáticas –el profesor Iruka empezó a escribir en el pizarrón mientras los niños sacaban los útiles para escribir.

— Oye… -Sakura sintió un toque en su hombro, fue ligero pero perceptible, volvió el rostro hacía atrás, encontrándose con la mirada embelesada de aquel niño de ojos azul cielo.

— ¿Qué sucede? –pregunto ella, mirándole mal. No le agradaba que la molestasen cuando miraba a Sasuke-kun.

— Etto –el niño se rasco la mejilla, nervioso. — ¿Co… como te llamas? –pregunto, sin mirarle directamente.

— Mi nombre es Haruno Sakura –respondió de mala gana, podría haber optado por no responder pero por algo le daban educación, ¿no?

— Es un nombre muy bonito –le sonrió ampliamente, sin preocupaciones, era la primera vez que ella veía una sonrisa tan amplia y sincera –, creo que no debo presentarme, ¿o si? –preguntó ahora, algo avergonzado.

— No –ella lo miro entre divertida y molesta. – Te llamas Uzumaki Naruto y vienes de Tokio, Japón, –dijo ella, con aires de autosuficiencia.

— Ah, con que escuchaste lo que dije –dijo él, con una mano tras su cabeza, mientras sonreía.

— Ejem –una tosecilla de molestia los sorprendió a ambos –, me parece muy bien que estén entablando amistad, pero, ¡¿no podrían esperar al receso? –esto último el profesor Iruka casi lo grito, al tiempo le salieron varias gotas de sudor. Mientras que la clase miraba sorprendida a Haruno Sakura, ¿ella, hablando con el nuevo?

— Lo siento mucho, profesor Iruka –se disculpo Sakura, apenada.

— Bien, ¿y usted jovencito? –Iruka miró a Naruto de la manera más horripilante que se le ocurrió.

— Si cree que con esa cara me asusta, debe creer que soy un niño cualquiera –Naruto enarco una ceja –que yo sepa, hablar no es un delito, –el niño apoyo su rostro en la palma de su mano derecha, su codo estaba apoyado en el pupitre.

Los alumnos se cubrieron los oídos, esperando la bronca que se le venía encima al nuevo. Y esta no se hizo esperar.

-¡Uzumaki Naruto! ¡¿Cómo te atreves a hablarle así a tu mayor? –le grito tan cerca, que a los pocos segundos Naruto se quitaba los rastros de saliva en su rostro.

— ¡A mí nadie me grita de esa forma! – El niño se había subido en su pupitre y estaba más o menos a la altura de su maestro. — ¡Si quiere que le hable a voces, entonces así lo haré, mientras usted no lo haga conmigo, yo no lo haré con usted! – Respondió de igual manera, mirándolo con sus ojos entrecerrados. El niño la verdad tenía carácter.

— ¡Pero quién te crees! –Iruka lo había tomado por los hombros y lo sacaba hacia fuera. — ¡Castigado, a la dirección! –Iruka salió con aquel revoltoso niño que gritaba cosas como que lo dejasen en paz, que lo iba a morder y demás, hasta que los gritos se hicieron tan lejanos que se dejaron de escuchar.

— Pero que niño más problemático –dijo Sakura, sorprendida de que en un momento fuese lo más gentil del mundo y para otro una fiera.

— Ese chico nos meterá en problemas –por vez primera hablo el joven de ojos negros y cabellos del mismo color, tenía sus dedos entrelazados y miraba la pizarra, aburrido. –Sakura, ¿acabaste de copiar? –Le pregunto –, porque si no sabes que Iruka-san se molestara aún más –y volvió la vista al frente, indiferente.

— Si, Sasuke-kun –sonrió la niña, minutos después llegaba un agitado Iruka, estaba todo sudado y rojo, como si hubiese corrido una maratón.

— ¡Entregadme los resultados! –fue lo primero que dijo antes de caer desplomado en su asiento. – Ese niño será un problema, totalmente comprobado –suspiro el maestro, secándose el sudor con un pañuelo.

Los alumnos lentamente se pusieron en pie para poder entregarle sus cuadernos al maestro, pero algo los sobresalto a todos.

En la ventana de cristal reforzado había una bolsa, con la cara del niño nuevo dibujado en el, quien les sonreía de forma burlona desde aquel dibujo, el maestro se puso en pie y fue a tomar la bolsa, molestándose aún más, cuando abrió la ventana y jaló la bolsa, un enorme balde de agua le empapo desde arriba, furioso dirigió la vista a la bolsa donde decía "CAISTE, A MI NADIE ME DETIENE EN LA DIRECCION" y cuando escucho una estridente e infantil risa desde el árbol cercano a la ventana, se puso verde de rabia.

El chiquillo rubio reía con ganas desde las ramas del árbol. – Mientras este aquí, te haré la vida imposible, Iruka-sensei –el niño seguía riendo.

— ¡Naruto! –Iruka salió corriendo del aula mientras los alumnos miraban que el rubio, con rapidez y agilidad, bajaba del árbol y corría hacia la cancha de basketball a una velocidad increíble.

— Ese niño… –Sasuke miraba todo completamente aburrido – Nos buscara muchos problemas –y acto seguido, se sentó en su pupitre.

— Tienes razón, Sasuke-kun –dijo Sakura muy seria.

— ¡Yeah, un alborotador. Ya me volvía loca tanta tranquilidad! – Expresó la voz interna de Sakura, era la parte de sí que expresaba lo que realmente sentía.

Después de eso, Naruto nunca falto a clases, pero tampoco nunca falto alguna broma o alboroto que no llevase su nombre durante aquellos años, se volvieron amigos dos meses después de la llegada del rubio, porque él la defendió de un chico abusivo.

-Dos Meses Después-

Se escucho la campana que anunciaba el receso, el primero en salir, como siempre era aquel niño rubio alborotador.

— Tsk, siempre hace lo mismo, ¿no se cansa nunca? –Sasuke Uchiha, salía con calma y elegancia propias de él, mientras a su lado, Sakura le miraba embobada.

— Tienes razón –asintió ella, mientras su "Inner" decía que Naruto era un genio con las bromas.

— Sakura –le llamo Sasuke –, debo ir con el director un momento, esperame en el lugar de siempre –y el niño Uchiha doblo en un pasillo a la derecha, separándose de la ojiverde.

— Ahh~, Sasuke-kun siempre tan responsable –se decía a sí misma, sonriendo sonrojada, mientras caminaba hacía los bancos que se encontraban en el parque dentro del recinto escolar. Cuando tomo asiento, se dispuso a comer la merienda pero una enorme sombra sobre ella, impidió que hiciese nada.

— Vaya, vaya, pero si es Haruno –un niño de algunos nueve años, con el cabello castaño y una extraña pintura en su rostro de color morado, le miraba con malicia.

— ¿Eh? –la niña levanto el rostro, asustada, aquel joven era Sabaku no Kankuro, cursaba casi tres años mas que ella (ellos estan en 5to y el en 7mo) era un niño alto y abusivo, siempre quería la merienda de los demás niños, a pesar de que él llevaba su merienda.

— Ka…Kankuro –tartamudeó Sakura, asustada.

— Veo que hoy no tienes a tu sabueso Uchiha –sonrió maléficamente –veamos, lo pediré con delicadeza, dame la merienda –su sonrisa se ensancho más, si eso es posible.

— No –dijo con voz ahogada la niña.

— ¿No, has dicho? –El rostro de Kankuro adquirió una seriedad peligrosa. — ¿Me forzaras? –Se acercó tanto a ella que podía notar las diferentes tonalidades de verde en los ojos de la niña. –Bien, si eso quieres –levanto su puño en alto y tiro al piso el Obento, que cayó con estruendo.

Sakura lo miro con los ojos vidriosos pero no lloro.

— ¿Y que piensas hacer ahora? ¿Llorar? –rió Kankuro.

— ¡Oye, tú! –una voz vino a sus espaldas, sonaba molesta, muy molesta, cuando Kankuro se volvió y miro hacía abajo, rió aun más alto.

— ¿Este es tu nuevo defensor? –Kankuro miro al niño. – Al menos Uchiha era más alto y daba la talla.

— ¡Cierra la boca, abusivo! –Naruto le miro con ojos chispeantes. – Discúlpate con Sakura-chan –dijo con voz grave.

— Ooh –dijo con falso miedo –, debo disculparme con Sakura-chan o el Sr. Me dará una paliza –dijo con voz fingidamente acongojada. — ¿Y qué si no lo hago, enano? –su voz sono más fuerte y agresiva esta vez.

— Naruto, no te metas –dijo Sakura –, te puede lastimar.

— Qué va, un fanfarrón como él no me intimida, las he tenido peores –dicho esto, se abalanzo hacía Kankuro, encestándole un puñetazo en la boca del estomago, luego de la nada saco un palo de madera y le empezó a pegar en plena cabeza.

— Ayy, uyy, niño salvaje, aayy, ¡déjame! ¡Que me dejes he dicho! –decía Kankuro tratando de quitarse de encima a aquel ser que no parecía humano cuando pegaba.

— Uzumaki Naruto-kun –una voz sumamente serena vino de sus espaldas. — ¿Se puede saber que hace pegándole a Kankuro-kun?

El director del colegio le miraba, paciente, a su lado Uchiha Sasuke miraba extrañado la escena.

— Sr. Director este salvaje –empezó Kankuro –, empezó a pegarme sin ninguna razón y yo como mayor que él no he querido pegarle, es más, vine porque trato de pegarle a Haruno-chan –Kankuro tenía el rostro más lastimero, de esos que te dan pena y no puedes negarles nada.

— ¡¿Qué? –Naruto lo miro, incrédulo. – Director, no le crea, la verdad es que las cosas son a la inversa, él fue quien vino a molestar a Sakura-chan y yo fui que…

— Kankuro-kun no tiene motivos para mentirme, es un buen alumno no como usted que solo se la pasa haciendo travesuras –el director le miraba, ahora molesto –Srita. Haruno, vaya con Sasuke-kun y díganle a Sarah que les de un Obento, Uzumaki-kun venga conmigo, llamare a sus padres inmediatamente.

Naruto al ver que la niña de cabellos rosados no pensaba abrir a boca, y que el abusivo tenía todas a su favor, decidió mejor explicárselo a sus padres cuando llegasen y abatido, se marcho siguiendo al director, Baki-san.

— Pobre niño, será expulsado –rió Kankuro –, aunque me pego duro, la próxima vez Sakura-chan –dijo haciendo énfasis en esas palabras. – Me encargare de llevarme tu Obento –y se marcho de allí, feliz.

— ¿Sakura? –Uchiha Sasuke miraba a su amiga, que estaba sumamente callada, temía que se hubiese quedado frustrada. — ¿Qué paso en verdad? –pregunto, muy serio.

— Yo… -Sakura negó con su cabeza, como sacando cosas imposibles de ella. – Lo que paso es que… -pero se acallo enseguida, su mano derecha, que se supone debía tocar el banco tibio en el cual estaba sentada, toco algo de forma irregular, cuando bajo la vista, se encontró con una caja envuelta en papel azul, arriba en letra fina y curva decía:

"Obento de Naruto-kun"

PD: "Recuerda esperar a Jiraiya a la salida, no puedo ir yo, mamá."

— ¡Sasuke-kun, debemos detener al director! –dijo ella, poniéndose de pie de un salto.

— ¡Oe, Sakura! –Sasuke corrió tras ella. — ¿Ahora que pasa?

— Naruto me defendía de Kankuro –Sakura corría a más no poder. – Kankuro tiro mi Obento y no sé de donde salió Naruto y le empezó a pegar por lo que me hizo, y encima me dejo su Obento a mí –ella señalo la cajita que llevaba entre sus manos.

— Ya veo –dijo Sasuke. — ¿Y porque no dijiste nada cuando el director estaba?

— Porque estaba en shock, Sasuke-kun –dijo, como si eso fuera lo más evidente del mundo.

— Hn –fue su seca respuesta –"Para ser mucho mas bajo de tamaño que nosotros, le pego muy duro a Kankuro… Tsk, ¿qué come? ¿Piedras de desayuno?" –se preguntaba recordando como Kankuro tenía un chichón en la frente.

Minutos después llegaron a la oficina del director.

— Sarah –dijo agitada Sakura –, necesito hablar con el director.

— Hola Sakura, Sasuke, ahora el director habla con los padres de ese niño revoltoso, no tiene remedio –cuando la tal Sarah se fijo, solo estaba Sasuke, que señalo con la cabeza la puerta de las oficinas.

Sasuke camino hacía la oficina del y entro, allí habían cuatro personas, cinco contándose así mismo, el director, el rubio, una mujer rubia y Sakura, Sasuke estaba de pie en el marco de la puerta.

— Lo siento mucho, Sr. Director, pero ellos… -Sarah se cortó abruptamente.

— No importa, Sarah, ¿qué era tan importante Srita. Haruno? –Le pregunto a la niña.

— Na…Naruto me estaba defendiendo, Baki-sensei –dijo la chica. – Kankuro le ha mentido, no le he dicho antes, porque estaba sorprendida de que Naruto me defendiese –mientras hablaba se acercaba a Naruto, que estaba sentado muy recto en una silla, a su lado la mujer de cabellos rubios y ojos color miel, miraba al chico. – Gracias, Naruto por defenderme de Kankuro –y le puso en sus manos la cajita envuelto en el pañuelo azul.

— Sa…Sakura-chan –Naruto se sonrojo hasta la punta del cabello. – No te preocupes, ese cara pintada tiro tu Obento, además yo desayune en casa, no tengo hambre, en verdad –dijo él, apenado, pero su estomago fue mas traicionero y rugió pidiendo de comer.

— Creo que le debe una disculpa a mi hijo, Sr. Baki –la mujer de rubios cabellos y ojos miel, miraba fieramente al director.

— Yo… Le he juzgado por acciones anteriores Naruto, mis más sinceras disculpas –dijo Baki –Sarah busque a Sabaku no Kankuro será castigado por mentiroso y abusivo, pueden marcharse –finalizo él, mientras Naruto y la mujer de cabellos rubios se ponían en pie.

— Al final, la verdad siempre prevalece –dijo Naruto saliendo junto a la mujer.

— Si… pero el director a pesar de todo me llamo sin saber bien los hechos, fue una suerte que yo estuviera cerca –dijo la mujer –, estoy orgullosa de ti, Naruto –la mujer se puso más o menos a la altura del niño y beso su frente.

— Mamá –Naruto se había vuelto a sonrojar mientras sonreía.

— Eres mi hijo después de todo, eres valiente y bueno… Nos veremos a la salida, Jiraiya vendrá por ti –le sonrió al ver que el medio se entristecía –preparare Ramen de cena.

— ¡Genial ¡Eres la mejor! –y se abalanzo sobre la mujer.

— Bien, me tengo que ir ahora, sigue haciendo lo bueno y por favor, no hagas tantas travesuras chiquillo –acto seguido le dio un suave coscorrón en la cabeza, a modo juguetón –, tus amigos te esperan, hasta luego –y se marchó.

— Alá se esta acabando el receso y debo comer algo –Naruto tocaba el pomo de la puerta de aquella oficina, pero antes de salir, unos dedos tocaron su hombro. — ¿Eh? –miro extrañado a aquel chico, Uchiha Sasuke.

— Tienes hambre, ¿no? –el chico lo miro sonrojado.

— Si –dijo seriamente Naruto, entrecerrando los ojos.

— Pues… -pero Sasuke fue cortado por Sakura.

-Compartamos el Obento –dijo ella sonriente.

— ¿Eh? ¿Compartir? –Naruto estaba sorprendido.

— Si bueno y aparte de eso… -Sasuke miraba al suelo –, tienes mi amistad y gratitud por proteger a Sakura.

— Yo… -Naruto no sabia que decir.

— Y también la mía –Sakura le sonrió haciendo que se sonrojara.

— Eso quiere decir que… ustedes… y yo… Nosotros somos… -tartamudeaba Naruto.

— Si… –Sasuke se rasco la mejilla, nervioso.

— Somos amigos, Naruto –ella volvio a sonreír y él volvió a sonrojarse.

— Amigos –susurro él. – Son… ustedes son mis primeros amigos…Amigos –y los tres se sonrieron con complicidad, porque ahora eran amigos y a pesar de todo, lo serían hasta el final de sus días…

Amigos…

-FlashBack Ends-

La verdad es que Naruto siempre fue un joven alborotador entre las chicas después de mayor y en las travesuras.

Se puso en pie y se acerco a la repisa de la chimenea de la sala, allí había una foto en la cual se veían Sasuke y Naruto, cada uno pasándole el brazo al otro por encima de los hombros, con sus cabellos cortos al estilo militar, Naruto llevaba una camiseta sin mangas de color verde igual que Sasuke, esa foto fue tomada dos días antes de que ellos regresasen del servicio militar obligatorio para con el país.

Naruto sonreía de oreja a oreja mientras Sasuke dedicaba una media sonrisa a la cámara, toco la foto, cuando ellos se aparecieron en su casa dos días antes de lo previsto, no pudo hacer más nada que abrazarlos y llorar de felicidad, cuando le avisaron lo del servicio se puso histérica, aunque ella también lo hizo como enfermera suplente y no tuvo que cortarse el cabello como ellos y duro menos en la milicia.

Aún recordaba la impresión al encontrarlos en su puerta, y la sorpresa de los cambios. Sasuke seguía igual de alto a como lo recordaba, sus ojos negros la miraban con una sonrisa que sus labios querían ocultar, tenía un tenue rasguño en su mejilla izquierda.

En cambio, Naruto, tenía una bandita en el puente de la nariz, un rasguño en su mejilla derecha y cuando le devolvió el abrazo se fijo en que llevaba un vendaje en la muñeca a pesar de que llevaba una camisa de mangas largas.

Naruto y Sasuke, rivales eternos, amigos hasta el fin, muchas veces se pregunto como podía ser amiga de dos personas tan diferentes entre sí.

Dejo de tocar la foto y se dirigió a las escaleras y subió hasta su habitación, cuando llego se despojo de sus ropas y se ató su largo cabello en un moño con un pasador y entro al baño, mientras abría el grifo de la ducha y el agua fría chocaba contra su piel blanca y tibia por el calor corporal, no pudo evitar pensar que si Naruto hubiese seguido vivo, tal vez… Después de "aquello" no se sintió igual con él, su corazón latía desaforado cada vez que le veía…

Un beso… Basto un sólo beso para que ella se sintiese así de nerviosa con él… Un beso que le hizo ver de formas distintas a aquel chico alborotador… Un beso que lo clavó en lo más profundo de su corazón…

-FlashBack-

— No puede ser… -decía Sakura mientras le castañeaban los dientes a causa del frío de Boston, caminaba por la acera para llegar a su casa –, maldito frío, por eso prefiero vivir en Miami –decía mientras se detenía frente a los portones que resguardaban su casa.

— ¿Hablando sola otra vez, Sakura-chan? –Una voz provino de sus espaldas, dándole un susto de muerte, no pudo evitar soltar un puñetazo que choco con el aire.

— ¿Qué demo…? ¡Naruto! –dijo ella a modo de reprimenda, al ver al rubio a su lado, riéndose.

— Sakura-chan te estás volviendo loca, no debes hablar sola y deberías fijarte más por donde caminas, se te puede caer algo –dicho esto le tendió un pañuelo de color rosa pálido. El rubio que había crecido más en ese ultimo año, su piel a pesar del condenado frío, seguía siendo bronceada y sus ojos azules en la penumbra brillaban como dos zafiros.

— Yo… -ella infló las mejillas. –Gracias –y se lo arrebato de las manos.

— No hay de qué –sonrió el como siempre –, te acompaño hasta adentro –dijo, mientras insertaba la clave en el pequeño aparato junto a las puertas.

— No recuerdo haberte dado nunca este código –ella le miro extrañada, mientras uno de los portones se abría lo suficiente para dejarles pasar.

— Pero por algo estuve en la milicia todo un año, ¿no? Además tu padre me la dio por si quería pasar la noche aquí algún día… Si mal no recuerdo, estás sola en la casa hasta dentro de un par de días, ¿no es así? –él hablaba mirando al frente, ni por asomo la miraba de frente.

— Si, así es, aunque si por mi fuese, ahora mismo estaría en Miami pero no, papá quería que me quedara aquí y no tengo la más mínima idea del por qué –dijo ella, con tono de enfado.

— Alégrate, mañana llega Sasuke y podrás verlo, admirarlo y demás –sonrió con una sonrisa algo fingida, pero ella no lo notó. Por varios minutos reino el silencio entre ambos, mientras caminaban por el camino que era bordeado por un enorme jardín, Naruto por hacer algo, se acomodo mejor su abrigo azul sobre su cuello, acto percibido por la joven, él estaba nervioso, siempre hacía algo parecido cuando lo estaba.

— Naruto, ¿qué haces por aquí, por cierto? –ambos subieron la escalinata de piedra que guiaba hasta la enorme puerta de roble, Sakura buscaba la llave en sus bolsillos mientras Naruto se recostaba en una de las columnas que flaqueaban el porche.

— Mamá me mando a comprar algunas cosas, como la tienda estaba cerrada la llame y le dije que vendría por aquí a ver si estabas para invitarte a cenar en casa ya que sabía que estarías sola –la acompaño dentro de la casa, Naruto estaba actuando muy raro, muy calmado.

— ¿Seguro que es eso? –preguntó ella, mirándolo sobre su hombro, él estaba de pie medio a medio en el vestíbulo y ella se dejo caer en un sofá que por ahí había.

— ¿Eh? –dijo él sin mirarle. — ¡Por supuesto que solo es eso Sakura-chan! – Exclamo. — ¿Y bien? –dijo, mientras dejaba su abrigo en el espaldar de otro sofá que quedaba frente al de Sakura.

— ¿Y bien, qué? –dijo ella a su vez.

Naruto solo respiro hondo, bastante hondo y se dirigió a la cocina a tomar agua, había corrido algunos kilómetros para llegar allí.

— Naruto… -le llamo exasperada Sakura desde la sala. – Sabes que detesto que me dejen con las palabras a medias.

— Si –dijo mientras salía con una botella de agua y tomaba un poco –, por supuesto que lo sé, Saku-chan –sonrió él –, pero es divertido verte ponerte roja de rabia –y volvio a tomar un sorbo de agua.

— ¡Tú…! –Sakura lo miro, fulminándolo con la mirada. – Por cierto –ella reparo en algo de Naruto. – Ese jersey… -ella lo miro, incrédula.

— Si… -suspiro él –, es el mismo que me regalaste hace poco y que no me quedaba, parece que ya se achico o yo decidí crecer, no lo sé la verdad –la miraba entrecerrando los ojos a través de las cortinas que cubrían las ventanas.

— Estás bromeando, ¿no? –ella se puso en pie y se acerco a él, examinándolo, dando vueltas a su alrededor mientras enarcaba una ceja. – Así que es cierto que creciste un montón.

— Sakura-chan, eso es evidente porque te llevo media cabeza ahora y antes me llevabas como tres y algo –rió, tapando la botella, en su cuello relucía un collar que le había regalado su madre al cumplir los doce, era un pedazo de cristal tallado de un color aguamarina muy bonito.

Era la primera vez que Sakura le veía el collar fuera de la ropa, si en verdad lo pensaba, ella solo lo había visto como tres veces, y eso era mucho.

— Sa…Sakura-chan –la voz de Naruto entro con suavidad en su mente. ¿Por qué demonios se escuchaba tan cerca y suave a la vez? Su tono había adquirido un tono ronco y cuando levanto el rostro, se quedo de piedra.

Sus ojos chocaban directamente con el cuello de Naruto, si subía un poco mas los ojos se encontraba con su mandíbula, más arriba su barbilla, luego los finos labios, las mejillas, la nariz fina, luego sus ojos que se mostraban oscuros, sus cejas que delineaban perfectamente sus ojos, nunca en todo el tiempo que se conocían, habían estado tan cerca.

— Yo… -sintió un rubor subirle a las mejillas, nunca había tenido a Naruto tan cerca de esa forma y eso la ponía nerviosa.

— Si… soltases la cadena yo… -él se corto abruptamente y desvió la mirada a la ventana pero casi de inmediato la volvio a mirar como si pensara en algo tremendamente difícil.

— ¿Tú que? –pregunto ella, sabía que estaba nervioso, lo notaba bajo su palma derecha que se encontraba apoyada en el corazón del joven, le latía a mil.

— Sakura –susurró, con voz profunda –, si no me dejas ya, haré algo de lo que te podrías arrepentir después.

— ¿Ah, si? –era la primera vez que escuchaba de sus labios su nombre si el apelativo cariñoso, también la primera vez que su corazón latía a tal velocidad al sentirlo tan cerca, también era la primera vez que deseaba sentirlo más cerca aún.

— Sakura-chan –casi suplico él –, no me obligues… No me tientes –suspiro mientras sus ojos le miraban a los suyos, luego se detuvieron en sus labios y volvió a ascender a sus ojos lentamente. – Si no te apartas ahora te voy a besar, lo juro por la sangre que corre en mis venas –soltó de golpe.

— ¿Y? –ella solo se acerco más a él. — ¿Eso seria malo? –sus labios rozaron la mandíbula de él, y su aliento tan cerca produjo cosquillas en el chico.

— Tú lo pediste –con su mano izquierda rodeó la cintura de Sakura, mientras con la derecha la sujetaba por el cuello pegándola más a sí, sus labios fueron suaves sobre los de ella, rozó tenuemente y luego con suma delicadeza, mordió su labio inferior. Sakura solo pudo aferrarse a su pecho, porque las piernas le flaqueaban.

Sin más él entreabrió los labios de ella, invadiéndola, con su lengua jugueteó sensualmente con la de ella, delineo sus labios con los suyos y sin previo aviso, profundizo más el beso, le besaba como si la vida le dependiera de ello.

Ella entrelazo sus manos detrás del cuello de él, su mano izquierda se cerro entre los cabellos rubios de su nuca, acercándolo más a ella; él se separo de sus labios para descender a su cuello mientras la estrechaba más, ella estaba como ida, vendida, no podía hacer nada contra aquello que estaba sintiendo, los labios de él eran embriagantes como la más fuerte de las bebidas, por más que intentase separase, no podía.

Sus cuerpos estaban tan pegados que ella sentía cada músculo de su tórax, sentía el pecho duro chocar contra sus senos, su abdomen contra el suyo propio, sintió las manos de él subir por su espalda, sus labios se habían unido de nuevo a los de ella, deleitándose con los pequeños suspiros que arrancaba de ella, mordisqueó por última vez sus labios, para separarse por necesidad de oxigeno en el cerebro.

Se miraron a los ojos, ambos respiraban como si acabasen de correr la mayor maratón de sus vidas, ella tenía las mejillas sonrojadas y los ojos brillantes, él tenía el mismo aspecto que ella, sólo que más despeinado.

— Naruto… yo… –consiguió balbucear ella, cuando recupero el aliento.

— Me tengo que ir –dijo el chico de repente. – Esto… yo no… Olvídalo, nos veremos mañana en el aeropuerto para recibir a Sasuke, yo, –el se había colocado su abrigo y se guardaba la cadena por dentro de su jersey negro de cuello alto –, que descanses –caminaba de espaldas mientras tenía su abrigo en la mano.

— Naruto, tú, pero… –se quedo a medias, Naruto había salido como alma que lleva al diablo, lo vio correr hasta los portones, salir, insertar la clave otra vez, mirarla a través de las rejas y salir corriendo a quién sabe donde.

— ¿Qué demonios ha pasado? –Se preguntó, mientras se desplomaba en el sofá. — ¿Por qué lo he tentado, maldición?

A pesar del apuro del rubio y de que aún no se creía lo que había pasado, sin querer se llevo los dedos a los labios, no cabía duda, su amigo era todo un hombre que besaba como el mismísimo pecado.

Ya no sabia que pensar… Ya no sabía que sentir… Un beso desequilibro su mundo en un instante.

-FlashBack Ends-

— ¡Dios, fue sólo un beso! –se dijo la mujer mientras entraba a su habitación con una bata para después del baño.

Se sentó en su cama mientras encendía la televisión, puso el canal de videos musicales mientras buscaba su bata de dormir, pero antes de seguir con su tarea, timbró el teléfono.

— ¿Quién será a estas horas? – Se dijo mientras contestaba el teléfono que estaba en su mesita de noche. – Buenas, habla Sakura.

— ¡Sakura! Dios que suerte que te encontré en casa –una voz femenina y sumamente alterada hablaba desde el otro lado de la línea.

— ¿Eh? Ino, ¿qué sucede? –dijo Sakura mientras se sentaba en su cama, era extraño que Ino la llamase en tal estado.

— ¡No te lo vas a creer! –exclamó la otra.

— ¿Qué no me voy a creer? –Sakura estaba empezando a preocuparse.

— He recibido un correo –Respondió Ino, con total simplicidad.

— ¡¿Qué? –A Sakura casi se le cae el teléfono de la impresión. — ¡¿Me estás llamando porque recibiste un correo electrónico? –Sakura no podía creerlo.

— ¡No es solo un correo electrónico! –Ino respiro hondo –, revisa tu correo, debe de haberte llegado un mensaje en el que dice que… ¡Naruto esta vivo!

— ¿Qué? No Ino, estás bromeando, deja de decir sandeces –Sakura se molesto más por la broma tan pesada de su "amiga."

— ¡Maldición, no bromearía con eso! ¡Revisa tu maldito correo! Además, ¡incluye imágenes! No lo podía creer hasta que lo he leído unas diez veces, al menos –decía Ino, súper rápido.

— Ino, puede ser alguna broma de un conocido, las imágenes pueden ser viejas y es lo más probable –Sakura fruncía el ceño, mientras encendía su laptop –, es ridículo, si él estuviese vivo estaría aquí, con nosotros –susurró.

— Sakura, las imágenes son súper recientes, ¡te lo juro! –Ino estaba exasperándose de verdad.

— Ya, ya, estoy viendo mi correo –suspiro Sakura, esto acabaría pronto, vería las imágenes viejas y se lo repetiría a Ino, a veces con la emoción ella no distinguía una cosa de otra.

Abrió su correo en el cual tenía cinco mensajes, dos de Sasuke, uno de sus padres, una invitación a una fiesta y una que no tenía remitente, suponiendo que era ese, lo abrió.

El mensaje se abrió mientras Ino se mantenía callada al otro lado de la línea, esperando, ansiosa. El mensaje tampoco tenía remitente dentro, solo decía que el asunto del mensaje era: "increíble pero vivo."

Más abajo se leía parte de la vida de Naruto en la milicia, cosas que ella ya sabía, nada nuevo, cuando llego al final, eso sí le llamo la atención. Habían unas imágenes de lo que ella suponía era un Naruto adulto, el mensaje decía:

"Para terminar de rematar se ha sabido que el joven Uzumaki, que fue dado muerto desde hace años, estaba trabajando bajo las ordenes de la CIA de incógnito, el agente aparentemente se ha retirado del oficio y se sabe que llegara al país (USA) dentro de dos días contando. El Aeropuerto John F. Kennedy será el honrado en recibirle, llegara estimado a las diez de la mañana, en el lugar en donde espero encontrarle para hacerle un par de preguntas, este humilde servidor, se despide…"

Abajo se adjuntaban tres imágenes de Naruto, en una vestia un uniforme militar de color negro, estaba parado con rectitud y a su lado había varios hombres vestidos como él, debajo de la imagen decía "Grupo Elite Especial Secreto". En la otra se veía a Naruto vestido con una camisa blanca y un pantalón de tela negro, a su lado había un hombre que poseía el rango de General de Estado, llevaba la insignia y uniforme, abajo decía "General del E. Junto a Uzumaki"

Y en la última se veía solo su rostro; sus labios apenas estaban curvados en una sonrisa, sus ojos a pesar de ello, eran cálidos y esas marcas seguían allí, aunque notó que tenía una levísima herida cerca del ojo.

— Maldita seas Sakura, di algo –explotó Ino, harta y tensa de tanto silencio.

— Yo… ¿Y que demonios quieres que te diga? –dijo a su vez Sakura, todavía incrédula.

— Te lo dije, ¡esto es de locos! –Dijo Ino –, te dejo que quieren usar el teléfono, tratare de llamar más tarde para saber tus conclusiones –y colgó.

Pero a Sakura le dio igual, se quedo quince minutos más con el teléfono pegado al oído, leyendo, leyendo y releyendo otra vez aquel mensaje, una cosa la tenía clara: tenía que comprobar con sus ojos que aquel hombre era Naruto, también quería saber quien era aquel que había obtenido tanta información y se la había enviado, si no calculaba mal la fecha, al día siguiente sería la llegada de "Naruto", si aquello era cierto, recibiría una buena zarza de puños por su parte, si no era así…

Aunque esperaba de todo corazón que fuese él, miro nuevamente las fotografías y decidió no hacerse a la idea, había muchas personas parecidas a Naruto, podrían haberlo confundido… Aunque aún se encontraba en shock, sabía en lo más profundo de su corazón que aquel hombre era él, aunque le costase admitirlo en voz alta. La pregunta era...

¿Por qué tanto silencio y fingir una muerte que no se realizó y que causo tanto daño en muchos corazones?

No lo sabía, pero pensaba preguntárselo… Sasuke, tenía que llamar a Sasuke y decírselo, marco rápidamente el número de la casa de su amigo donde contestaron al segundo timbrazo.

— Sasuke habla –su voz sono fría, cortante, controlada, también él había recibido el mensaje.

— Sasuke-kun, ¿qué vamos a hacer? –fue la pregunta de Sakura, al notar el dominio en la voz de su amigo.

— ¿Tu también?

— Si, yo también… –respondió ella, controlando el nerviosismo y el grito que quería salir de su garganta, queriendo ahogar su voz.

-Continuara-

¡Dios! Para ser el primer capitulo está algo "largo" pero en fin, aquí esta, listo para ser leído y criticado y/o alabado. Una re-edición que ya se merecía, con texto corregido y modificado ligeramente, algunas cosas debían de ser cambiadas (como esos textos en mayúsculas, de los cuales únicamente deje uno así, en honor a su creación.) Sinceramente espero que la re-edición y modificación valgan la pena u.u, espero críticas constructivas y demás comentarios, nada de bombas fétidas, que con los hermanos Weasley me basta y me sobra xDD.

Creado el 21/01/2007; Modificado el 23/10/10 a las 4:46:38 am…

¡Ja ne!