Título: A Francis le gustaban muchas cosas
Serie: Axis Powers Hetalia
Pareja: FrancisxAntonio (Francia x España)
Summary: A Francia le gustaban muchas cosas de Antonio, tantas que había días en que no podía decidirse si le gustaba más una u otra.
Advertencias: Mención de sexo y escenas sexuales subliminales.
Clasificación: T
Palabras: 487


A Francis le gustaban muchas cosas

A Francia le gustaba verlo desnudo. Le gustaba, sobretodo, ir desnudándolo, poquito a poco y descubrir su piel tostada por el sol pero que nunca tenía la marca de la ropa.

Le gustaba su espalda, que era fuerte y musculosa y parecía haber llevado todo el peso del mundo en sus hombros –tal vez, porque era así-. Le gustaba pasar sus manos por ella y recoger las pequeñas gotitas de agua que quedaban cuando se duchaba y, porque no, también las de sudor después de una dura sesión de deporte.

Le gustaban sus ojos. Verdes como las hojas recién nacidas y su sonrisa, que hacía palidecer al sol.

Le gustaba su voz. Cuando se ponía a cantar mientras punteaba una guitarra, y le gustaba cuando suspiraba su nombre en una habitación totalmente a oscuras donde sus cuerpos se fundían y ya no eran dos sino uno, o lo gritaba, o lo gemía.

Le gustaban sus labios, ya no solo cuando decía su nombre, o cuando sonreía, o cuando lo besa de esa forma que hacía que le temblaran las rodillas –y pareciese una virginal e inocente doncella, todo lo contrario a lo que él, que era un hombre, era-, sino también cuando comía tomates o cuando sacaba la punta de la lengua para chupar, con total tranquilidad, la cuchara con la que él estaba cocinando.

Le gustaba que algunas noches fuera a su casa sin avisar y, mientras estaba dormido, se metiera en su cama y lo abrazase para dormir con él sin despertarlo y así amanecer en sus brazos. Le gustaba que se quedara dormido a media tarde y luego se despertase y tuviese más energía que antes –cosa que a él le resultaba imposible-.

Le gustaba la sonrisa traviesa –y tan traviesa- que dejaba caer cuando soltaba algún mensaje subliminal sobre su relación –secreta- delante de los otros países. Le gustaba como le cogía la mano por debajo de la mesa cuando se ponían a discutir delante de los demás y cómo le miraba a los ojos cuando estaban solos.

Mon dieu, pero si hasta le gustaba que le llamara "gabacho".

A Francia le gustaban muchas cosas de Antonio, tantas que había días en que no podía decidirse si le gustaba más una u otra. Pero lo que nunca cambiaba, lo que más le gustaba de él… aún a riesgo de parecer cursi… eran sus manos, sus brazos.

Era la forma que tenía de abrazarlo por detrás cuando estaba triste, la forma de acariciarle la barbilla justo antes de besarlo, era la forma que tenían de temblar –de nuevo- sus rodillas cuando él le cogía de la mano para hacer como que le leía el futuro pero que era sólo una excusa para poder tocarlo, la manera que tenía de recogerle el pelo en una coleta, o de apartarle un mechón de los ojos, o de cogerle de las caderas cuando se ponía a cocinar…


Se nota que estoy de exámenes y no tengo ganas de estudiar.

Esto es más bien una numeración de todas las cosas que, según yo, adora Francia de España... pero hay muchísimas más que no tenía sentido poner aquí.