Hoola gente bonita que lee por primera vez algo que yo escribo y gracias por los que continuan con mis escritos.
Recuerda estos grandiosos personajes son de Akira Amano la historia es mia jeje
Es más creo que deberia cambiar mis introducciones jaja en fin FELIZ DIA DE REYES otro regalo para ustedes espere les encante nos leemos abajo n.n
EL SECRETO DEL CEREZO EN PRIMAVERA
CAPITULO 1 TODOS TENEMOS HISTORIA
Italia 1989
-Te amo- se escuchaba sollozar una dulce voz
-Solo espera pronto regresare te lo prometo- decía con gran calidez tomando la mejilla de su acompañante y dándole un profundo y tierno beso dentro de la oscuridad de la noche.
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-por favor sálvala- rogaba con penumbra y gran agitación
Mientras se escuchaban, un gran alboroto proveniente de fuera, solo se vio como una sombra se escabullía por la ventana, a la par que la puerta de roble abría de par en par.
-¿Donde esta?- se escucho retumbar una grave voz por toda la habitación –He dicho ¿Dónde esta?-reclamaba mientras tomaba bruscamente el brazo a la vez que las velas se apagaron dejando ver esos ojos café claros lleno de ira y venganza –dime donde esta o lo pagaras aun con tu vida- amenazaba, mientras miraba detrás unos ojos azules llenos de decepción y tristeza.
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-Ha muerto- decía con pena y afligida –por favor – decía mientras mecía un pequeño bulto –te veré mañana en el aeropuerto, tengo que regresar o sospecharan- dijo mientras entregaba el bulto –gracias- sonrió con amor.
-Regresa pronto- una voz grave se escucho decir mientras se cubría con una capa negra dentro de la penumbra de aquel callejón, sin saber que fue la ultima vez que la vio.
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Tokio, Japón 1995
-Padre, buenos días- gritaba animadamente, deteniéndose en seco su bajada por las escaleras al verlo dormir sobre la mesa –Papá levántate- decía lentamente mientras movía poco a poco su brazo.
Se levantaba una débil persona, mientras estiraba sus brazos, su cabello rubio lucia lacio sin una pisca de estar despeinado, el joven sonrió –Mi pequeña Haru por que estas despierta, deberías dormir- decía tiernamente a la pequeña de 5años que estaba enfrente.
-Papá, ya es de día, hoy es el primer día de escuela de Haru recuerdas- decía con toda inocencia luciendo una blusa desfajada, sus zapatos sin abrochar y una faldita de cuadros mal puesta, mientras llevaba un lindo sombrero color paja.
-Lo lamento mi pequeña – decía mientras acomodaba su vestimenta -debes estar muy emocionada- rio mientras la pequeña reía y no dejaba de contemplarla.
-¿papá, estas bien?-decía la pequeña con cierta confusión mientras veía a su padre soltar algunas lagrimas.
-No te preocupes, es que has crecido tanto- suspiraba el peli rubio dejando ver sus ojeras, su cansancio y agotamiento –vamos a desayunar y de ahí ha la escuela esta bien- sonrió dándole una señal de que se sentara junto ha el.
La mañana era apacible, la pequeña castaña miraba a su padre, con su traje blanco, mientras admiraba sus ojos azules y su mariposa que tenía en la frente, a la cual al percatarse de su pequeña le sonrió.
Al llegar a su escuela la niña miro nuevamente a su padre, veía como niños de su edad corrían y se divertían, pero ella lejos de alejarse de su padre le sostuvo de la mano fuertemente.
-Haru ¿no quieres ir?- pregunto tranquilamente el rubio.
-Papá Haru no quiere que la dejes, Haru no quiere ir a la escuela, quiere ir contigo- decía mientras intentaba ganar al llanto.
-No te preocupes papá vendrá por ti, más tarde- sonrió delicadamente mientras le daba un abrazo -así que pórtate bien mi pequeña- decía mientras le daba un beso en su frente manteniéndose en cuclillas, dándole unas palmaditas para que siguiera adelante, despidiéndose de ella –Haz muchos amigos- grito el rubio mientras la miraba entrar a la escuela.
-Hola Tsuna-san- dijo con júbilo la castaña –ha Haru le da gusto volver a verte- decía con una amplia sonrisa, ya que era el mismo niño que había visto hace unos días cuando le habían aplicado sus vacunas.
-Hola Haru-chan- dijo con un poco sonrojado el niño castaño.
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-culpable- se escucho por todo la sala del tribunal –por el delito de Fraude y robo su condena será de 15 años de prisión, sin goce de reducción por buena conducta- proclama el juez.
-¡Que! espere, yo NO SOY CULPABLE- grita el peli rubio –Tengo una hija- grito con desesperación.
-De eso estamos al tanto, Sr. Miura, el estado se encargara de ello- decía tranquilamente el juez.
-Hm Hm su señoría si me permite quisiera ser yo quien se haga cargo- decía tranquilamente mientras se paraba un hombre de cabellera gris y un monóculo, con porte elegante y sereno –no guardo rencor contra este estafador- decía casi riendo – yo cuidare dela pequeña a demás tengo dos hijos que la adoraran, que mejor candidato- se vanagloriaba.
-Imbécil, no permitiré que le pongas una mano encima a mi hija- grito el peli rubio mientras sele iba a los golpes, el cual fue detenido por los guardias que estaban ahí.
-Orden orden- grito la juez mientras hacia resonar su martillo por la sala –Sr. Sasagawa le agradezco su oferta, pero le pido que abandone la sala, este ya no es su asunto- dijo la juez con un tono firme, esperando ha que el hombre mencionado abandonara el recinto.
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La hora de salida del jardín de niños, se veía arrebozar de alegría y sonrisas, los pequeños jugaban mientras esperaban la llegada de sus padres, hermanos o familia, cada uno se iba conforme llegaban a recogerlos.
Una pequeña castaña de pelo corto se mecía esperando ha que llegaran por ella, mientras no dejaba de mirar hacia la puerta, hasta que diviso un auto negro muy elegante estacionarse, saliendo de el un hombre con una gabardina café, haciendo lucir su cabello gris y su único accesorio un monóculo.
-Hola pequeña, es hora de irnos- decía con una gran sonrisa mientras le tendía su mano.
Haru corrió inmediatamente para refugiarse detrás de su nueva profesora.
-¿Qué pasa Haru?- dijo la pelinegra de una sola coleta, con tono preocupación a la pequeña que temblaba detrás de ella.
-Un extraño, maestra Adelheid- dijo con simpleza señalando al hombre que caminaba con porte elegante.
-Dígame que se le ofrece- decía la pelinegra con tono autoritario y atemorizante.
-Buenas tardes profesora, he venido por la pequeña Haru Miura- decía cortésmente –al parecer les he ganado a los del estado, una vez que estés en mi poder pequeña nadie impedirá divertirnos ni separarnos- pensaba con cierta superioridad.
-Ella no lo conoce, no puedo permitir que se la lleve- decía calmadamente mientras protegía ha Haru, sin quitarle la mirada a aquel hombre que le daba mala espina.
-Ho no soy ningún extraño, soy su tutor, y puedo demostrarlo – decía descaradamente mientras se disponía a sacar algo de su chaqueta, mientras la mujer movía ha Haru un poco más detrás de ella.
-Pero ya no es necesaria tu presencia presidente Sasagawa- decía un tono de voz armonioso y gélido detrás del con cierto tono de diversión.
-tío Kawahira- grito la pequeña quien corrió a sus brazos y se dejo abrazar por ellos.
-Perdonen mi intromisión, profesora…- quedo en silencio esperando que la mujer se presentara.
-Adelheid Suzuki profesora de la clase cerezo- dijo tranquilamente al portador de la pequeña.
-Mucho gusto soy Kawahira, tío de la pequeña Haru- dijo extendiendo el gafete con que recogen a los pequeños, en donde efectivamente aparecía su nombre junto al de su padre –Si no le importa me la llevare- decía con una gran sonrisa.
-Adelante- decía la pelinegra quien se despedía de la pequeña Haru.
-Vamos Simora, no tienes nada que hacer aquí- decía retándolo el hombre de cabellos plateados, ojos cafés afilados y lentes de circulo, con un saco verde.
-ja crees que esto acaba, solo es el comienzo- reía con superioridad el hombre de cabello gris, mientras se subía en el automóvil.
-tío ¿y mi papá?- preguntaba la pequeña castaña, al verse alejado el automóvil.
-El…- se quedo sin palabras –esta fuera por un momento pero lo que iremos a verlo en su nuevo trabajo- sonrió el peli plateado.
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-Papá y mi nueva muñeca- decía enojada una pelirroja que estaba sentada en la parte del copiloto.
-alguien más se la llevo- dijo disgustado.
-Haaa pero tu me dijiste que tendría una nueva muñeca, la quiero la quiero, la quiero ahora- gritaba con desesperación.
-Kyoko cálmate- decía un pequeño, con cierta timidez, mientras era mirado con odio por la pequeña pelirroja.
-tu no te mestas Riohey, era mi juguete- decía enfadada la pelirroja, haciendo que se callara el niño de cabellera blanca.
-No te preocupes mi princesa vamos por otra muñeca, ella te cuidara no solo a ti sino también a tu hermano y yo también podre jugar con ella- decía mientras la menor hacia un mohín- claro después de que tu termines- sonrió.
-entonces que esperamos- grito emocionada.
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Había pasado una semana, Haru había abandonada esa hermosa casa en la cual vivía con su padre, para cambiarla ha un cuarto de Hotel, ya no asistía ha la escuela, pero hoy se encontraba feliz, hoy vería a su padre.
-¡PAPÁ!- grito una pequeña con vestido azul con grandes holanes y una diadema a juego, abriéndose paso por varias mesas, afianzando su agarre con un gran abrazo mientras las lágrimas le brotaban.
-Ya Haru, ensuciaras tu vestido- decía calmadamente mientras la pequeña negaba con su cabeza mientras lo seguía abrazando.
-Hola- decía un hombre peli plateado, con ojos cafés, sus lentes redondos y su chaqueta verde y una pequeña mochila- ¿Cómo estas?-dijo amablemente, solo recibiendo una sonrisa.
-Haru, podrías dibujar para mí; tu Tío Kawahira y yo tenemos que hablar- dijo con tono cordial, mientras la castaña tomaba la mochila que cargaba su tío y se puso a dibujar.
Los adultos hablaban sobre la inocencia del rubio, como fue inculpado por Simora Sasagawa por fraude y robo de su compañía, para cerrar su compañía que apenas iba creciendo pero sin duda alguna en un futuro una fuerte amenaza, y de regalo quería a su dulce hija, sabia que el podía obtener las pruebas para obtener su libertad, pero ya no era necesario le habían corrido los rumores de que pronto moriría en manos de su compañero de celda e irían por su hija, así que pidió a su mejor amigo que huya con su hija que la proteja, que se lo prometió a ella, que la protegería, el hombre peli plateado comprendía lo que decía, así que no objeto y obedeció lo que le pedía su mejor amigo así como guardo una carta donde había instrucciones de lo que debía hacer a continuación junto con una medalla de un botón de rosa plateado y en su centro un rubí.
-Papá ya termine mira- decía la pequeña mientras mostraba un dibujo de ella con su papá y su tío en su casacón un jardín y un gato, un perro, y un pajarito –Papá puedo tener un perro- decía la pequeña -¿Papá por que lloras? –decía consternada.
-Mi niña, mi hermosa niña, por favor come sanamente, haz muchos amigos, no le tengas miedo a la obscuridad, ni a los truenos, se fuerte yo siempre te cuidare y obedece a tu tío, y cuida de el por mi ¿si?- sonrió el rubio.
-Si papá, Haru se portara bien y papi ¿Cuándo volverás ha casa?-dijo con inocencia la pequeña.
El rubio solo la abrazo no se detuvo a contestarle la abrazaba desesperadamente hasta que el guardia anunciaba el fin de las visitas, despidiéndose de Haru y de Kawahira con una tierna sonrisa.
La noche daba paso a los problemas, el silencio reinaba en aquella celda, y solo la luz de luna permitía visualizar el dibujo de su pequeña hija, a la cual sonrió.
-amigo no se a quien hayas molestado, pero esta es la ultima noche que respiras- se escucho decir con tono lúgubre.
El solo suspiro ya estaba preparado, y ahora sabia que su pequeña crecería bien –Perdón por no cumplir mi promesa yo mismo- decía con melancolía –Adiós Haru- dijo con su ultimo aliento mientras sentía como era atravesado por lo que podía ser un puñal, sintiendo su cálida sangre recorrer su cuerpo.
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-Tío Kawahira ya no veré a mi papi- decía la pequeña vestida de negro enfrente de una tumba con unos crisantemos blancos, incienso y una pequeña ofrenda, y frente ha ella la foto de su padre.
-el fue junto a tu mamá y te cuidaran desde el cielo- sonreía el peli plateado.
-y ¿puedo ir a verlos?- pregunto inocentemente, cuando veía el cielo.
-No creo, no por ahora y espero que sea en mucho tiempo ese día- reí amargamente
-Haru estará sola, ya no ¿tiene una mamá y un papá?–decía la castaña con pesar –Haru esta sola- se decaí mientras abrazaba su peluche.
-Haru nunca estará sola, yo cuidare de Haru, siempre estaré con ella, yo seré su nuevo padre- decía el peli plateado a la vez que se inclinaba y la miraba a los ojos.
-Lo prometes- decía extendiendo su meñique.
-Lo prometo- haciendo que la pequeña riera - vamos hija mía es hora de irnos- decía el hombre mientras tomaba a Haru con una mano quien llevaba un lindo oso de peluche blanco con un enorme moño azul y en su frente una mariposa, y con la otra mano tomaba una maleta.
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Hokkaido 2005
-señorita Kawahira- dijo una aguda voz
La mencionada, a penas abría los ojos, estaba bastante adolorida e incomoda, pero logro abrirlos, y pudo devisa la delicada figura de una mujer.
-El paciente ya despertó, puede pasar ... solo no lo agobie- pedía la enfermera.
La joven entraba a la habitación, se podía percibir el olor de cloro, y ahí en la cama con varios aparatos conectado veía ha su única familia a su Tío Kawahira, mientras el único sonido era el goteo del suero.
-Hola- sonrió tiernamente a su tío -¿como esta?- mientras tomaba asiento junto a la cama.
-¿volviste a faltar a clases?- decía con dificultad el peli plateado con una mirada cansada –tendrás que hacer exámenes de recuperación- reía divertidamente hasta que tosió con gran fuerza.
-Padre estas bien- se ergio enseguida la joven en señal de alarma.
-Por supuesto y ahora que veo tu pelirrojo cabello mi niña- sonrió el paciente –Por favor prométeme que te cuidaras y no dirás nadie sobre ti- pedía desesperado con hilo de voz.
-No tienes que recordármelo, padre, no te preocupes- sonrió la aludida –Ya me lo has advertido como un millos de veces- decía sin dejar de sonreír.
-Mas vale una más- dijo –creo que voy a dormir un poco más- decía con pesar.
-No te preocupes padre Haru regresara en la tarde a verte- decía mientras se levantaba para salir por donde había entrado.
-Haru es enserio- dijo seriamente antes de salir -Haru te quiero- decía antes de que le ganara el sueño.
-Padre yo también te quiero- sonrió –descansa- y cerro delicadamente la puerta.
El señor Kawahira había sido atacado en su casa, en la búsqueda de algo, hiriéndole de gravedad haciendo que tuviera una operación riesgosa, de la cual apenas había salido, Haru lo visitaba diario, faltando ha varias de su clases haciendo que fuera ha exámenes de recuperación que no representaban ningún problema para ella, ya que era una alumna de excelencia, pero a petición de su padre le pidió que se pintara el cabello del color que eligiera antes de entrar a la preparatoria, por precaución si regresaban los bandidos, no quería que le hicieran daño y lo hizo así para evitar la preocupación de su padre.
-viejo hasta que despiertas- escucho una voz arrogante era un joven de cabello morado, con los ojos delineados del mismos color, en lo adornaban una argolla en su labio inferior que era conectada con una cadena en con su oreja izquierda, así como el tatuaje de una lagrima purpura.
-Ustedes- decía con cierta complejidad Kawahira
-Deja de formalidades Skull, donde esta el pergamino- ordeno la mujer rubia con un peinado bien arreglado con traje negro y lentes de armazón negro.
-No se de que hablas- decía convencido.
-sabes muy bien de lo que hablo- dijo la chica en forma de amenaza casi ahorcándolo.
-¡Oregano!- grito el muchacho con una gran angustia, callándolo con una mirada gélida.
-¿Dónde esta?- volvió a preguntar.
-Se lo día su verdadera dueña- decía con dificultad mientras le faltaba la respiración, acto seguido fue aventado.
-Dice la verdad- dijo la chica con superioridad.
-pero entonces ¿por que nos enviaron?- pregunto con cierta inquietud Skull.
-No importa no tenemos más que hacer aquí- decía con una risita –terminemos de una vez- decía mientras se ponía unos guantes.
-Orégano que estas haciendo- decía casi pálido.
-Solo acabar con la única persona que conoce su contenido- decía seriamente, mientras los aparatos se disparaban escuchándose solo y único zumbido por parte del aparato que marcaba su pulso.
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-Haru puede ir sola- gritaba la pelirroja con un mohín dándose vuelta –deja se seguir a Haru- decía al quien la seguía.
-Herbívora eres escandalosa- decía con calma.
-No es necesario que Hibari-san a acompañe a Haru a la escuela ella sabe donde esta- decía un poco molesta.
- el me ordeno que te acompañara esta preocupado- hablo un poco más de lo normal.
-Fong-san es muy amable pero estoy bien, regresa con tu tío no creo que te guste gastar tus vacaciones acompañándome- decía divertida con eso ganándole al pelinegro.
-Hn- obtuvo por respuesta mientras acomodaba a una avecilla amarilla que llevaba siempre consigo cruzándose de brazos esperando a que siguiera con su camino y no tuvo más opción la pelirroja que seguir.
La escuela era realmente silenciosa, todos estaban en la playa o disfrutando de sus vacaciones y la pelirroja ahí en sus exámenes de recuperación, a el cual no tomaba mucha importancia, el profesor se acerco.
-Algún problema Haru-chan- dijo amable el joven rubio, su profesor de ingles.
-no… no ningún problema Dino-sensei- dijo algo sonrojada y tartamudeando.
Fue la ultima en entregar su examen de sus 10 alumnos que hacían el examen, más de la mitad del tiempo la pensaba en du padre y la otra en Hibari, quien le declaro sus sentimientos al principio del verano y no había respondido, todo era confuso para ella, haciendo que suspirara largamente y profundamente.
-Haru-chan ¿todo bien?- decía Dino un poco preocupado.
-Si… solo son muchas cosas- decía dando un largo suspiro a demás desde que hace unas horas se le había formado un nudo en su garganta.
-si quieres puedo escucharlas- decía Dino dándoles una grata sonrisa.
Cuando emprendían la marcha, Dino se tropezó, seguida de Haru, y para evitar que se golpeara Haru, la atrajo hacia su pecho y logrando una vuelta haciendo caer a Dino sobre el piso y Haru sobre el en una no muy decente escena, ya que su uniforme se logro levantar, desacomodar su blusa, y soltársela coleta que llevaba, en ese momento alguien entro al aula.
-Hn, ahora entiendo por que no querías que te acompañara herbívora- decía Hibari sumamente molesto, haciendo que azotara la puerta y saliera de ese lugar.
-Dino- sensei perdón- hiso una reverencia cuando se levanto y salió detrás de Hibari.
-Hibari Tonto- murmuraba la castaña mientras entraba al hospital.
El azabache no escucho ninguna explicación, casi Haru salió corriendo detrás de el, pero cuando el salto por un pequeño borde Haru callo torciéndose el pie, pero eso no impidió detener la andada de Hibari, haciendo que solo ella se retorciera del dolor, olvidando a Hibari y retomando su camino al hospital.
-Haru-chan- grito un hombre de forma muy aguda y empalagosa, trayendo su mirada al medico enfrente de el, un medico muy extravagante, al único que se le ocurría llevar gafas de sol dentro de un hospital.
-Lussuria-san buenas tardes- saludo la aludida.
-Haru tenemos que hablar- decía el medico de forma seria, la miro más a fondo –pero antes hay que curar ese tobillo- sonrió de forma amena.
Lussuria curo el tobillo, de Haru, no la miraba la noticia que le iba ha dar no seria fácil, era algo que no le gustaba de su trabajo, una vez curado su tobillo la invito ha sentarse enfrente de su escritorio.
-Haru tu tío- comenzaba ha hablar Lussuria.
-Mi padre- corrigió inmediatamente la pelirroja.
-si tu padre- Lussuria corregido sus palabras –El falleció esta mañana- dijo de forma seca.
La pelirroja rio con una gran carcajada, haciendo que Lussuria se quedara en shock no esperaba esa reacción de la adolescente.
-jaja creí que decía que mi padre había muerto- dijo con una risita, mientras se sostenía su estomago.
-Haru el… comenzaba ha decir Lussuria algo triste, había conocido a la castaña y a su tío desde que habían llegado ha Hokkaido.
-Yo… yo lo vi esta mañana… el estaba bien- decía con voz cortada –Haru le dijo que lo iba a ver esta tarde- decía mientras las lagrimas al fin ganaban –el lo prometió, el prometió a Haru no dejarla sola- y el llanto, el dolor, la tristeza e impotencia inundaban sus rostro –el no se puede ir, el no me puede dejar- sollozaba mientras gemía de dolor.
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El funeral fue muy sencillo, solo los amigos más íntimos de su padre asistieron, casi no tenia amigos así que el funeral no había gente, no podía llorar frente ha esas personas, ya tenia suficiente que la miraran con lastima, ya que se quedaba sola a la edad de 16 años, no tenia a nadie más, ella tendría que mantener sola la casa de su padre Kawahira y el departamento en Namimori de su Padre Alberto, ya que el que tenían en Tokio fue vendido.
Vio a Hibari, pero no creía que fuera la oportunidad de hablar con el o por lo menos de aclarar algo, ya que también vino Dino, llego momentos antes, y de nuevo Hibari observo como su profesor la abrazaba efusivamente, en forma de consuelo, haciendo que el aludido saliera de ahí y solo Fong la acompañara, ahora tenia que pensar, como tendría que vivir.
-Lo lamento Haru-chan- decía Dino –quisiera ayudarte más pero he decidido dejar este empleo y regresar a mi ciudad- decía con un gran lamento –pero lo que necesites cuenta conmigo- dijo dándole un fugaz beso en la mejilla y diciéndole adiós.
Una vez que todos se fueron Haru se quedo sola, solo quedaba Fong, tan sereno como siempre.
-Haru-chan- llamo la atención el peli negro con voz serena.
-Lo la meto Fong-san no había notado que aun estaba aquí- se disculpo mientras intentaba limpiarse sus lagrimas.
-No te preocupes mi pequeña todo esta bien…- hiso una pausa antes de seguir –pero sabes ¿que vas hacer?- interrogo con cierta preocupación.
-No lo se- suspiro la chica, recibiendo una sonrisa de Fong, quien no quiso indagar más así que decidió solo dejarla sola, en esa gran casa, en donde las penumbras gobernaban por la ausencia de la luna.
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-y que harás si es verdad- decía con voz serena, mientras era sostenido por el cuello.
-suéltalo- grito un joven rubio quien tomaba su antebrazo con mucha fuerza, quien entraba de forma imprevista al despacho.
-tsk- decía soltándolo –eres una basura Timoteo al igual que tu Giotto- miro a los dos con gran furia.
-mira quien habla, Ricardo tu no te quedas atrás eres una… -se callo Giotto al notar la presencia de un adolescente –Xanxus ¿estas aquí?-reía un poco nervioso.
-Esto no se quedara así Vongola- decía muy enojado Ricardo quien salió del despacho azotando la puerta.
- Xanxus que harás- dijo Timoteo con una mirada serena, mientras se acomodaba su camisa.
-Toma viejo, mi renuncia- decía entregando un sobre y dispuesto ha salir.
-No puedes renunciar así como así- grito Giotto algo alterado.
-Te equivocas solo soy un becado en esta compañía- decía de forma altanera – además pienso lo mismo que mi padre… Vongola es una basura- dijo con desprecio, saliendo con toda dignidad de ese despacho.
-Bien Timoteo yo también renuncio- dijo un hombre alto con patillas en espiral con un exprés en mano.
-¿Qué?- se desorbito Timoteo -¿Qué quieres decir Reborn?- decía un poco alterado, mientras Giotto guardaba silencio ante todo, no comprendía como uno de sus mejores empleados y amigo de la familia renunciaba a Vongola la máxima corporación en tecnología.
-Sabes que yo solo estaba aquí por una esperanza y ha aparecido, y solo ha una persona le debe mi lealtad y no es a ti- decía Reborn con simpleza, mientras dejaba un sobre su escritorio.
El ascensor lo llevo a la planta baja, donde camino con gran elegancia, al salir del enorme edificio diviso un elegante auto negro al cual subió.
-¿Cuál es el plan Ricardo?- dijo Reborn con toda calma.
-Basura eso es lógico- dijo Xanxus con tono de simpleza mientras iba en el asiento del copiloto.
-Xanxus mejora tus modales- dijo Ricardo en forma de reproche a lo cual tanto a Reborn y al mencionado solo les saco una sonrisa –Es simple buscar hasta el fin del mundo- sonreía Ricardo con gran entusiasmo, lleno de esperanza.
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-Así que lo tienes decidido Haru- decía Fong quien la miraba ir de allí para allá, mientras lucia su cabellera castaña nuevamente.
Hace un mes Hibari se fue Hokkaido después del funeral sin ninguna explicación y ella no le dijo nada ha Fong ni pregunto por el, en cuento a la escuela le dieron sus calificaciones con un sobresaliente, pero dimitió de ella, ese verano fue su ultima vez que pisara una escuela, dejaría los estudios, ya que seria un costo extra para su bolsillo, había decidido rentar su casa de Hokkaido, mientras se iría ha vivir ha Namimori, en el departamento de su padre, en la ciudad tendría más oportunidad, pero respeto la decisión de su padre, y llevaba consigo dos pelucas pelirrojas, su decisión fue tomada gracias ha una carta que encontró en el cuarto de su padre.
-todo esta listo- grito Haru con gran entusiasmo.
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Continuara…
Hoooo aqui un regalo más quetardara en actualizar muajaja soy mala lo se y si soy fan de Haru la adoro es un personaje tan versatil, pero dios ya vieron a los villanos y a los protagionistas y haa esto solo es la mitad de elenco pronto conoceran a los demás se sorprenderan, siii cambie un poco sus personalidades pero conforme avance la historia haaa seran los mismos jeje en fin vaa tardar en a actualizarse siii y mucho XD el viernes espero actualizar HOJA EN BLANCO sin más nos vemos la proxima.
RECUERDEN su opinion es importante asi que escriban que piensan yo la tomare muy encuenta o dare una explicacion del por que no y lo más importante y entre mas comentarios me dan energia para publicar la continuacion lo más pronto posible :D asi que esta en tus manos que tan pronto actualice, linda tarde, noche o dia y exito! en todo lo que hagas, nos vemos hasta la proxima.
