Goku volvía a golpear con impaciencia la puerta del baño en donde su esposa se encontraba.
—¡Milk! —pronunció en agonía el Saiyajin mientras daba sucesivamente saltos en un pie y luego con el otro, tratando de aguantarse las ganas de ir al baño— ¿Te falta mucho?
—¡Eso no se le pregunta a una dama! —exclamo con fervor— ¡Y ya salgo, Goku!
El guerrero emitió un quejido mientras sus manos volvían a colocarse en medio de las piernas en un intento de contenerse. Teniendo sus labios apretados, soportando.
Al rato de Milk no escuchar sus quejas y sus señales de apuro. Le dijo: "¡Goku!" "No vayas a hacerlo afuera como si fueras un salvaje"
El aludido, hizo una expresión de lamento. Un poco más de tiempo e iba a estar en su límite.
—¡Ya salgo! —dictamino su esposa.
Y Goku sin poder soportar más. Realizo la teletransportación y se dirigió al primer baño que pensó.
Fue el de Bulma y antes de teletransportarse en la casa -siendo eso lo más sensato- lo hizo en el propio baño. Sin permitirse pensar de que alguien podría estar ahí.
Y había alguien. Dos personas para ser exactos y no gratos de verlos.
—¡Goku! —exclamó Bulma, llevándose las manos donde se encontraba la toalla mirándolo completamente sorprendida.
La otra persona en cuestión era Vegeta -sin remera- aprisionando a Bulma contra la pared, quien había girado su cuello y lo miraba como si estuviera a punto de asesinarlo y no estaba -esa observación- tan lejos de la realidad.
Y cuando casi el príncipe de los Saiyajin iba implementar esa idea. La voz jovial de Goku lo desconcierta.
— ¿Puedo usar el baño? —Preguntó— Solo será un momento.
Y justo cuando se iba a poner en marcha y realizar sus necesidades en presencia de los individuos -para su propia consternación- Vegeta apretó sus dientes mientras el Ki comenzaba a incrementarse como su aura.
—¡Esta ocupado, Kakaroto! —Masculló, provocando que la acción de Goku se detenga— Y sal de aqui antes de que te mate, insecto.
El aumento de los poderes de Vegeta como la mirada destellante de sus ojos. Le hizo saber que el baño no podría usarse, saber ese hecho, le hizo sonreír inocentemente y rascarse la nuca, nervioso por la metedura de pata.
Y sin perder más tiempo -ya que no lo tenía- sino quería hacerse en sus pantalones. Volvió a teletransportarse a su hogar, para encontrarse -para su desilusión- que la puerta del baño seguía cerrada y Milk aún estaba adentro.
Así que como alguien que atiende el llamado de la naturaleza. Uno que ya no puede prolongar por más tiempo. Fue hacia el vasto prado, pantalones bajos y con sus manos cruzadas en su nuca, dejó que el rio fluya.
Al terminar. Justo el grito de su esposa es oído, ocasionando que las aves graznen y huyan del lugar. Goku ya sabiendo lo que le esperaba, se dijo a si mismo que ya era momento de ponerse de nuevo a entrenar haciendo caso omiso a los deseos de Milk.
Y huyendo de la furia de su esposa, se teletransportó lejos de la Tierra.
