Only a Human.

Capítulo 1:

"El pasado si importa"

Cuando abrió los ojos, realmente sintió que era la primera vez que lo hacía. Aunque obviamente ya lo había hecho antes, ahora era muy diferente. No sabía dónde estaba, ni tampoco recordaba cómo siquiera había llegado a ese lugar. Parpadeó levemente con pesadez, deseaba no sentir tanto sueño para al menos poder mirar mejor a su alrededor.

No entendía que pasaba, pero aunque su vista estaba algo nublada, pudo ver a muchas personas con ropa blanca observándola como si fuera lo más interesante del mundo, se llevó una mano a la cabeza sintiendo un fuerte dolor proveniente de allí. La luz brillante de la habitación era demasiado intensa, por lo que volvió a cerrar los ojos con pesar deseando así ordenar sus pensamientos.

Ya habiéndose acostumbrado al cambio de luz, se vio en un lugar muy extraño, lleno de máquinas y cables en todos lados, además de utensilios que no pudo descifrar. De alguna forma, pudo saber sin lugar a dudas que era un laboratorio y que todas esas personas debían ser científicos.

Pudo oír claramente y con gran molestia los pasos de una persona resonando en su cabeza, lentamente fijó su vista hacia el frente, uno de los hombres de blanco la miraba de una forma que no pudo comprender.

- ¿Cuál es tu nombre?

Tuvo que llevarse una mano a la cabeza al sentir retumbar cada una de esas palabras dentro de su mente, no entendía por qué era tan sensible a esa clase de estímulos. Intentó hablar sin que las palabras salieran de su boca, ni siquiera pudo emitir sonido alguno, lo que le dio tiempo para pensar mejor, porque de todas formas no habría sabido que responderle a ese desconocido.

Aun con todo el dolor que sentía, y con sus lentas reacciones hizo un intento por pensar en su respuesta.

¿Cómo se llamaba? ¿Por qué no lo sabía? Su mirada se llenó de horror al darse cuenta de lo que pasaba.

Su mente estaba en blanco.

El hombre pareció notar sus problemas internos y sonrió con malicia sin que lo notara.

- Y-Yo… – Logró decir después de mucho intentar, pero aun sin mucha fuerza en su voz intentó continuar – N-No… lo r-recuerdo…

Enseguida hubo terminado de hablar, pudo oír la alegría de todas las personas a su alrededor, incluida la que se le había acercado, quien parecía sumamente orgulloso.

- Todo ha sido un éxito, logramos borrar completamente la memoria del individuo – Había informado el hombre acercándose nuevamente al resto mientras levantaba las manos en señal de triunfo.

Ahora pudo oír con mucho malestar aplausos, demasiado fuertes en su cabeza que reflejaban una especie de victoria que no podía entender. Todos hablaban entre ellos, diciendo cosas que llegó a escuchar sin problemas, pero al no comprenderlas salieron rápidamente de su memoria.

Parecieron dejar de tomarle importancia a su presencia, por lo que aprovechó la oportunidad para mirar con mayor detenimiento lo que la rodeaba. Estaba sentada en una especie de camilla, recordaba vagamente gente a su alrededor mirándola cuando se había despertado y cuando había logrado incorporarse, pasó mucho tiempo para que pudiera estar completamente consciente.

Acercó sus manos en cámara lenta a su rostro para poder verlas, estaba temblando y muy blanca, no sabía muy bien lo que sucedía pero sentía que debía salir de ese lugar rápido. Tenía miedo.

Hizo un esfuerzo po incorporarse sin mucho éxito cayendo directamente al suelo, no sintió dolor para su sorpresa ni tampoco llegó a herirse, y después de algunos intentos más logró ponerse de pie. Se sintió sumamente mareada cuando miró directamente las luces de la habitación, por lo que casi cae nuevamente al suelo, pero se mantuvo firme.

Volvió a notar a los hombres de blanco que seguían con su conversación, olvidándose completamente de que seguía allí, por lo que intentó oír lo que decían aprovechando la situación.

- ¿Y ahora qué pasará con el experimento?

- Es probable que el jefe de órdenes para que se continúen con las pruebas, aun no se conoce todo su potencial.

No entendía que era de lo que hablaban, ¿Quién era un experimento?

Dejó de prestarles atención mirando hacia una pared en la que había un enorme espejo, por lo que pudo mirar su reflejo completamente.

Su cabello era muy largo y completamente blanco, quizás más que las batas que llevaban esos hombres, aunque lo vio demasiado desordenado y revuelto para su gusto. Era una niña pequeña y no tenía ninguna expresión en su rostro, que era casi igual de blanco que su cabello. Vio sus propios ojos dorados en el espejo, casi como los de un felino y muy penetrantes, lo que le daba un aspecto demasiado extraño, y lo que más le sorprendió era que solo llevara un vestido blanco también (aunque sucio) y estaba descalza.

Caminó lentamente hacia la dirección del espejo sin quitar sus ojos amarillos de él, cuando estuvo frente a frente de su propio reflejo, apoyó una mano en el cristal, de alguna forma su propio aspecto no le era familiar, no podía reconocerse.

Y con total sorpresa y terror, vio su reflejo cambiar como si fuera un visión.

Se vio a sí misma, pero esta vez su cabello le llegaba un poco más de los hombros, era negro y liso, sus ojos seguían siendo los mismos, pero lo que más le sorprendió fue su piel, tenía mucha más vida.

Y después, volvió a ver lo que era ahora, algo completamente diferente. Con pesar, volvió a sentir una punzada en su cabeza, más fuerte que todas las anteriores. Comenzó a ver imágenes en su cabeza, eran recuerdos.

Vio a su yo anterior, junto a un hombre y una mujer. Todos sonreían sin ninguna razón aparente, parecían estar en un lugar demasiado agradable.

Cerró sus ojos con fuerzas al sentir las lágrimas caer por su rostro, ya con total conciencia de lo que sucedía, dejó que los recuerdos la embargaban. Todo estaba quedando más claro para ella.


- ¡Padre! ¡Padre! ¿Viste lo que puedo hacer con mi mente? ¡Doblé esta cuchara!

La niña de cabellos negros saltó de alegría, como si fuera la hazaña del siglo mientras le enseñaba al mayor lo que acababa de conseguir.

Él tomó con sorpresa e incredulidad la cuchara que estaba ahora doblada completamente a la mitad, para después mirar a su hija impresionado sin creer lo que la había visto hacer. Quizás buscando alguna otra explicación más lógica miró a su esposa (que también miraba a su hija impresionada) a lo que ella solo asintió, dando a entender que también la había visto.

Su padre miró nuevamente a su hija sorprendido y lentamente, se inclinó frente a ella para quedar a su misma altura mientras colocaba ambas manos en sus hombros. En su rostro se habían visto muchas emociones, porque si bien en un comienzo parecía estar confundido, ahora pasó de eso a mirarla con más sorpresa y orgullo.

- ¿En serio hiciste eso hija? – Preguntó su padre con emoción. La pelinegra asintió sonriente – ¡No puedo creerlo! ¡E-Es increíble!

- ¿Increíble? ¡¿Pero qué estás diciendo cariño!? – Exclamó horrorizada su madre acercándose a ellos, para arrepentirse de lo que pensaba decir, diciéndolo de igual forma como un susurro que solo el padre pudo escuchar – No es normal…

El hombre la miró sintiéndose muy ofendido.

- ¿De qué hablas? ¡Nuestra hija es especial! – Replicó con seriedad el padre acercándose ahora a ella – ¿O acaso ya olvidaste a Sabrina? ¡Ella es una líder, y desde que era una niña tuvo poderes psíquicos!

- Sí pero… – Habló nuevamente la madre aun no muy convencida – ¿Qué vamos a hacer?

La niña miraba la discusión de sus padres, pasando sus ojos dorados de uno a otro a medida que iban hablando. No pudo evitar ladear su cabeza muy extrañada, no entendía el problema que había causado.

Cuando sus padres parecían haber terminado de hablar (o más bien de discutir) la miraron al mismo tiempo, pero fue el padre el primero en acercarse a ella con una sonrisa.

- ¿Hice algo malo? – Preguntó ella inocentemente al no entender por qué parecían enfadados.

Su padre volvió a inclinarse frente a ella mirándola con ternura.

- No hija, no has hecho nada malo – Le respondió el hombre tratando de ser lo más suave que podía – Solo nos sorprendió un poco lo que puedes hacer ahora.

- ¿Y eso es malo? – Volvió a interrogar ella, a lo que su padre solo le respondió riéndose sutilmente.

- Por supuesto que no es malo – Le explicó – Ahora tienes poderes que te hacen muy especial y diferente al resto, deberías estar orgullosa.

La niña parpadeó un par de veces, sin entender aún la situación, pero acabó por asentirle de igual forma. Su padre revolvió sus cabellos negros haciéndola reír por unos segundos. Dio un suspiro intentando así ordenar sus palabras para lo que le iba a decir.

- Mira hija, hay algo que quiero que nunca olvides – Comenzó su padre captando toda la atención de la menor – Nunca te sientas menos, sin importar lo que te diga el resto. Ninguna persona es más ni menos importante que otra.

Esas palabras si hicieron que una sonrisa se curvara en sus labios.


Hizo lo posible por contener las lágrimas, pero no podía evitarlo.

Esa había sido la última vez que había visto y hablado con sus padres, no recordaba cómo llegó a ese lugar, ni tampoco sabía exactamente en donde estaba,¿Qué tan lejos la habían llevado de su hogar?

Y lo peor de todo, ¿Cuántos años habían pasado?

Lo único que tenía claro, es que al día siguiente de haber estado con ellos, despertó allí.

Estaba en el peor lugar posible, sin su familia y solo rodeada de gente a quien no le interesaba en lo absoluto. Ya ellos lo habían dicho, solo era un experimento.

Y ahora recordaba todo, habían intentado borrarle la memoria con el único objetivo de mantenerla controlada, porque después de descubrir que le habían llenado la cabeza con mentiras cuando la llevaron allí, ella no les había hecho la tarea muy fácil.

No quería seguir allí, quería salir cuanto antes, solo que no sabía cómo.

Se alarmó aún más cuando el hombre de antes pareció volver a reparar en ella y comenzaba a acercársele, ella instintivamente intentó retroceder sin poder moverse.

- Sé que estás asustada linda – Le habló con una dulzura que solo la hizo asustarse más, y si era posible se sintió aun peor cuando el hombre le ofreció una mano – Ven conmigo y nosotros te cuidaremos.

Ella dio unos pasos atrás intentando alejarse, tenía mucho miedo, pero reunió todas sus energías para lanzar un grito que resonó en todo el lugar.

- ¡No quiero! ¡Ustedes me mintieron! – Exclamó con todas sus fuerzas – ¡Quiero volver a mi casa!

Comenzó a sentirse ya muy cansada con solo gritar, para solo arrepentirse de haberlo hecho al mirar ahora al hombre que tenía frente a ella, vio cómo en segundos su sonrisa se había deformado hasta llegar a una expresión que solo le causó miedo, porque ella misma les había hecho ver que ya recordaba todo y que sus intentos por evitarlo, habían sido en vano.

Lo vio alejarse en dirección a los otros hombres y hablarles con un simple susurro, pero que ella pudo escuchar claramente para su sorpresa y terror.

- Hay que informárselo al jefe.

La niña miró a su alrededor temblando, trataba de buscar una salida para huir de aquel lugar, pero la única puerta que pudo vislumbrar estaba justo donde estaban todos esos científicos que la habían torturado, bloqueando así, su única vía de escape. No podría escapar.

Ya estaba cansada de los experimentos, del dolor tanto físico como mental que le causaban. Se negaba a seguir sufriendo.

- Por favor… – Rogó en un susurro – Quiero volver a mi casa…

- Me temo que eso no va a ser posible pequeña.

Se sobresaltó al no percatarse de en qué momento había vuelto hacia ella, con una mirada llena de maldad.

- Llévenla a la otra habitación mientras esperamos las instrucciones del jefe – Ordenó con severidad al resto.

Ella intentó correr, quería escapar. Pero se le acercaban y no podría hacer nada para evitarlo, volverían a hacerle experimentos. Todos los golpes, las torturas, la drogarían de ser necesario.

Cerró sus ojos con fuerza mientras empuñaba sus manos ya sintiéndolas al instante entumecidas, desesperada se secó las lágrimas con el puño y los miró ahora con furia cuando entendió que realmente se la llevarían. Cuando uno llegó a su lado e intentó tomarla del brazo, ella cerró sus ojos y una energía recorrerla al hacerlo.

- ¡No!

Ella volvió a abrir sus ojos que habían comenzado a brillar y volverse de un azul claro, levantó una de sus manos instintivamente y siendo rodeada de una barrera que hizo repeler a todos los hombres que estaban en la habitación.

Sus ojos volvieron a la normalidad junto con la extraña sensación que tuvo en su cabeza, abrió más sus ojos ambarinos sorprendida. Miró a su alrededor y vio a todos los científicos desmayados, estaban a muchos metros de distancia de ella, para su sorpresa.

No entendía que había pasado, miró sus manos completamente consternada. Sus poderes psíquicos nunca habían sido así de fuertes.

- ¿Realmente yo hice eso? – Se preguntó a si misma.

Pero tuvo volver de sus cavilaciones cuando una extraña alarma sonó en la habitación, acompañándola de una parpadeante luz roja que iluminaba el lugar, cuando al final pudo entender lo que sucedía.

Lo más probable es que fuera por su causa, y cuando entendió que su vía de escape estaba completamente a su alcance entendió lo que tenía que hacer.

Era ahora, o nunca.

Corrió con todas sus fuerzas hasta la salida sin ser capaz de evitar que una pequeña sonrisa se asomara en su rostro, aún tenía oportunidad de huir. Cuando cruzó la puerta miró hacia ambos lados sin estar muy segura qué camino tomar.

- ¡Ahí está! – Escuchó desde su derecha por la que aparecieron tres hombres – ¡No dejen que escape!

Ella corrió en dirección contraria sin vacilar ni ponerse a pensar en lo cansada que se sentía, ya cuando estuviera a salvo podría respirar con calma. Miró hacia atrás viendo cada vez más cerca a los hombres de atraparla, era cuestión de segundos que la alcanzaran y eso solo la hizo pensar en una alternativa.

Se detuvo en seco y se volteó hacia los hombres sabiendo lo arriesgado de su plan.

Intentó concentrarse y buscó volver a sentir esa extraña sensación en su cabeza, levantó una de sus manos y sus ojos volvieron a tornarse a un brillante azul. Los hombres habían sido rodeados de un aura azul y levantados en el aire, siendo lanzados con fuerza desde el lugar donde venían, donde acabaron golpeándose con la pared.

Ella sonrió levemente, algo asombrada de lo que acababa de hacer, sin entender aun como era capaz de hacerlo.

Continuó corriendo intentando buscar la salida. Más corría, más científicos y hombres de negro aparecían buscando atraparla, pero ella volvía a usar sus poderes y lograba seguir avanzando.

Sus ojos brillaron de la emoción cuando pudo ver la salida a lo lejos, volvió a usar sus poderes para alejar a todo el que se interpusiera en su camino y logró abrir la puerta y salir de ahí.

Al fin, al fin era libre y ya no le volverían a hacer daño.

Pero que equivocada estaba.

Cayó sobre sus propias rodillas derrotada al descubrir en la pesadilla en la que estaba.

Había logrado salir, lo que la hizo sentir más aliviada cuando se halló fuera en la oscuridad de la noche, estaba dispuesta a correr lo que fuese necesario para perderse en el bosque y no ser encontrada.

Pero se había dado cuenta que eso no sería posible cuando vio frente a ella el mar. Estaba en una isla, y ya no tenía tiempo para correr por la dirección que había venido para buscar otro camino. Era solo cuestión de minutos para que la encontraran, si no es que ya la habían visto.

Comenzó a llorar ocultando su rostro con sus manos sollozando silenciosamente, se sentía tan vulnerable e indefensa, de alguna forma consideraba aun peor el saber que nadie la había rescatado y tuvo que hacer todo por sí misma. Aun pensaba en sus padres, y eso también la hizo recordar a los otros niños que habían estado con ella en el laboratorio, no sabía siquiera si de verdad ya no estaban allí como le habían dicho.

Pero lo más probable es que pronto lo supiera, porque acabarían encontrándola y llevándola devuelta a ese infierno.

Ni siquiera sus poderes podrían ayudarla ahora.

Eso la hizo dejar de llorar al instante y quitarse las manos lentamente del rostro, no estaba segura de por qué sus simples poderes psíquicos habían crecido tanto. Recordaba las extrañas pruebas, los exámenes… Pero sentía que estaba olvidando algo muy importante, aun no volvían todos sus recuerdos.

Se aferró a esa pequeña esperanza en su cabeza y junto ambas manos mientras cerraba sus ojos, realmente deseaba con todas sus fuerzas salir de aquel lugar, no sabía cómo hacerlo pero lo único que le quedaba, era esperar un milagro.

Trató de pensar en cualquier otro lugar menos en aquel infierno, sintió nuevamente y para su sorpresa, esa sensación tan particular dentro de su cabeza, no sabía muy bien como describirla, pero le causaba en cierta forma mucha paz y tranquilidad. Trató de no pensar en nada más, ni siquiera en los gritos y pasos de los científicos cuando la encontraron, y sin más se desvaneció en el aire.

Esperó con mucho miedo a que la atraparan mientras se preparaba mentalmente, sin atreverse a abrir los ojos. Pero los minutos pasaron y desde hace un rato que había dejado de oír a esa gente tras ella, por lo que juntó un poco de valor antes de abrir los ojos, claramente esperando el peor escenario.

Pero cuál fue su sorpresa al encontrarse en un lugar completamente diferente.

Estaba en un bosque, que le era algo familiar y eso le hizo pensar que quizás ya había estado en ese lugar antes, pero lo que más le preocupaba en esos momentos, es que no sabía cómo había llegado allí.

Una idea había surgido después de haber meditado bien la situación, cuando recordó esa sensación que tenía cada vez que trataba de usar sus poderes.

- ¿Yo hice eso? – Se preguntó confundida mirando a su alrededor, para después decir con más suspicacia – ¿Acaso fue Teletransportación?

Realmente si lo pensaba mejor, eso solo empeoraba la situación porque, al parecer acababa de reparar en que podía hacer cosas o ataques, que solo podían hacer específicamente Pokémon tipo psíquico, aunque ya le parecía imposible siquiera pensar en esa posibilidad.

Se incorporó finalmente desanimada, comenzando a caminar sin rumbo aparente por el bosque, sin prestarle demasiada importancia a lo que la rodeaba, ni siquiera a los Pokémon salvajes que se le acercaban curiosos; solo divagó hasta que llegó a un lago y se sentó en el césped para mirar su reflejo.

Veía ese rostro tan pálido que sentía, no le pertenecía, ese cabello blanco y solo sus ojos le hacían recordar lo que era antes, además de sumarle a eso lo que compartía ahora con los Pokémon Psíquicos.

Su reflejo en el agua se había deformado cuando las lágrimas comenzaron a caer por su rostro y acabó golpeando el agua con furia.

Esa no era ella.

No le gustaba en lo que se había convertido, quizás le pareció asombroso en un comienzo poder hacer todas esas cosas y le habían sacado más de una sonrisa, pero eso no se comparaba a lo que era ahora, no era normal que fuera así y sabía que, sin importar cuanto le doliera, no podría cambiar el presente.

Ahora ya no sabía quién se suponía que era, pero solo se le podía ocurrir una cosa que no pudo evitar decir en voz alta.

- Soy un monstruo… – Susurró abrazándose a sí misma, golpeando su cabeza contra el césped.

Ya no sabía qué hacer.


Abrió sus ojos alarmada, incorporándose con rapidez mirando hacia todos lados preocupada, estaba en una cueva no muy grande y miró hacia fuera ya más tranquila. Aún era de noche y seguía lloviendo. Volvió a apoyar su espalda mucho más relajada contra la pared rocosa, al entender que solo había estado soñando.

Pero dio un salto sobresaltada al sentir algo tirar de su ropa, por lo que miró hacia abajo y vio por casi unos instantes, esos ojos rojos que se ocultaron tras una melena verde, y fue suficiente para hacerla entender que la miraba con preocupación.

Abrazó al pequeño Pokémon entre sus brazos, buscando así calmarlo.

- Perdóname Ralts, fue una pesadilla – Se disculpó mientras se separaba de él para mirar como este asentía más aliviado – Ahora vuelve a dormir, mañana será un día largo.

Pero ella en cambio, había continuado despierta por casi una hora, mirando como caía la lluvia con tanta fuerza que el sonido llegaba hasta sus oídos. Le preocupaba demasiado lo que estuvo soñando para volver a dormirse como si nada.

- Eso pasó hace diez años… ¿Por qué sigo teniendo ese sueño? – Pensaba al darse cuenta que se había acabado convirtiendo en una costumbre para ella esa situación.

Golpeó levemente su nuca contra la pared mirando hacia arriba, se sentía algo cansada e hizo el intento de volver a dormir cuando el cansancio volvía a invadirla. Cada minuto que pasaba más agotada se sentía, pero antes de cerrar los ojos, recordó cómo se había llamado a sí misma, hace ya diez años.

- ¿Así que soy un monstruo...? – Pensó en voz alta antes de dormirse.


Emm, hola (?) Sigo con vida e increíblemente sigo escribiendo! :D

Y por cierto aclaro que, esta historia... Realmente pensé, que jamás, pero jamás podría escribirla porque no sabía como comenzar y ordenar tantas cosas. Pero parece que pude hacerlo, y después de revisarla como un millón de veces (si, es en serio) me gustó lo que escribí, era exactamente lo que quería decir.

Esta fue la verdad, mi primera idea y era la primera que pensaba escribir, pero como la consideré muy difícil la había desechado. Pero lo logré!

Creo que había leído por ahí en ingles alguno que otro fic con una idea similar a la mía, pero como mi inglés es realmente pésimo no pude hacerme una idea para ayudarme, espero no haber copiado nada, porque lo que si alcancé a leer, no se parecía tanto a mi idea como imaginaba.

Por cierto, siento que me quedó demaaaasiado largo, más de lo que quería, y eso que traté de resumir lo más que pude y omití muchas cosas que sentí, diría más adelante de todas formas. Además, más veces lo revisaba para corregir alguna falla, más cosas acababa agregando xD así que creo que no lo volveré a leer (?)

Para aclarar del fic, hay cosas que no describí a propósito, después de todo eran recuerdos. XD

Y sobre el nombre de mi OC, que creo es a la que más cariño le tengo, no lo dije por una buena razón, no es tan relevante así que no se preocupen de momento.

Aaah! Y como última cosa, recuerdan cuando dije que nunca dejaría abandonada una historia? Bueno, pues les mentí :D No, no es cierto xD no la he abandonado, solo me he demorado mucho (?) demasiado, muchos meses, MUCHOS diría yo, y mi excusa es taaan mala que no vale la pena. Creo que dejaré de dar promesas que al final no cumpliré, pero si no está en mis planes abandonar nada, no me gusta dejar cosas a medias.

Y bueno, si siguen por ahí, espero que me dejen reviews y me digan que les pareció, si tienen alguna duda, porque hay demasiadas incógnitas y siento que tengo la costumbre de querer confundir, espero que no lo suficiente para que no entiendan nada...

Ya sin más me despido y espero sus opiniones :) Nos vemos! :)