La Última Estación
«DDR» Fairy Tailes propiedad de Hiro Mashima.
Este fic pertenece a la actividad: Sobre gustos no hay nada escrito del foro Cannon Island.
La Última Estación
Viñeta 1:
Le Gustan: Los Chismes
(Minerva)
Tengo miedo. Tengo miedo de volver, ¿Cómo me tratarán, si después de todo ya he traspasado la última estación del bien?
Mal. Ellos seguramente me tratarán mal. Lo sé, porque fui mala y los abandoné.
Abandoné a mis compañeros. Los dejé por orgullo, por creer que Sabertooth era débil, cuando la única débil era yo.
Lo sabía. Siempre supe que a pesar de mi máscara de grandeza, en el fondo era una niña débil, llorona y miedosa.
Fui débil. Sucumbí ante el mal traicione a mis amigos, aún así ellos se adentraron al infierno por mí.
«No se preocupe, señorita. ¡Usted siempre será nuestra señorita!».
Esas palabras me las han repetido una infinidad de veces en estos días. Tanto que incluso ya las memorice, pero aún así la duda continúa causando estragos, ¿puedo aferrarme a esa promesa indirecta? ¿puedo y al mismo tiempo pueden confiar otra vez?
En el pasado probablemente no lo hubiera hecho, pero ahora es diferente. En este tiempo, ya creo en mis compañeros, ó al menos, lo hago en esas persona que día a día se esmeran en que no pierda las esperanzas. Porque si Sting y su gemelo quisieran mentir, no se habrían tomado las molestias en salvar a alguien como yo.
A un demonio, disfrazado de tigresa.
Ellos dos hacen que me aferre a un algo que probablemente no existe, aún así por ellos me niego a seguir siendo un parásito.
Porque los parásitos son débiles y la debilidad me está prohibida en mi ADN.
Es inaceptable seguir siendo una carga para los gemelos dragón y para ello debo de ser independiente.
¿Pero lo que hago es digno?
Lo dudo. Está mal. Escuchar, no, creer en los chismes está mal, demasiado mal para alguien que ya probó el sabor de la oscuridad, a pesar de ello me gustan escucharlo.
Me gusta escuchar los chismes que se mantienen en el gremio. Un buen de cosas que tal vez sean mentira, giran en torno a Sabertooth, como ese en el que se dice que el maestro tiene un amor no correspondido.
¿Será verdad? Ó ¿Un simple chisme?
Quien sabe, bueno en realidad solo Sting lo sabrá.
Lo peor es que las cosas no se quedan ahí. Ese uno de los rumores que anda circulación en los últimos días, el cual hasta cierto punto se puede considerar de nivel medio, ya que existen otras cosas peores.
Hay chismes que pueden ser peligrosos debido al daño que pueden causar, la herida que estos provocan duele más y más con el pasar del tiempo. Porque sabes que no es verdad, pero de tanto que los oyes te llegas a confundir.
Acaso siempre he sido mala.
—¿Se encuentra bien, señorita? —escuchó que llaman con lo que sin duda es nuevo para mí: la preocupación.
Y al levantar la mirada me topo con Cheney, ha entrado al salón principal del gremio y está sentado frente de mio.
—Sí... —respondo a secas, pero no basta. Esa respuesta no sirve—, no te preocupes. —susurro, desviando la mirada lejos de él, no sin antes haber notado que asintió convencido.
—Sabe, no soy bueno para esto, pero lo intentaré —vuelve a hablar y no entiendo bien a qué se refiere—. No piense en eso, aunque sea difícil trate de seguir adelante y olvidar las caídas del pasado.
—No pensar en eso, es fácil decirlo. —continúo con la platica.
—Lo sé —dice—. Lo sé bien, aún así es más preferible ignorar a demostrar que le importa.
«¿Crees?» Quiero preguntar; sin embargo las palabras se niegan a salir de mi boca y me tengo que conformar con un:— Tal vez.
—Ignore lo que dicen todos, esos rumores son falsos y la mayoría lo sabe —indica, cruzándose de brazos y cerrado los ojos—. Mejor preste atención a otra cosa. —sugiere.
—¿En otra cosa? —pregunto dudosa. Él asiente sin abandonar su posición anterior—. Como en descubrir quién es el amor no correspondido de Sting.
Rogue abrió los ojos y me miró incrédulo.
—No me refería a eso —murmuró—. Aunque supongo que si sirve para que olvide lo sucedido, no debe haber problema.
—Aún si llegó a descubrir que eres el amor secreto de Sing —mencione esperando ver su reacción. Rogue pareció sereno—. Después no quiero represalias.
—Adelante no tengo problema. Aunque si me permite decirle —concedí el permiso asintiendo—: Sting quisiera que esto fuera un cuento de hadas.
No entiendo a que se refiere; sin embargo no tengo tiempo de exigir una respuesta, ya que casi de la nada, Sting apareció en el salón y se llevó a su gemelo, dejándome así con curiosidad.
Por eso me gusta escuchar chismes, porque están ahí para recordarme que decidí regresar al camino del bien, dejando atrás la última estación, aquella que me envió y convirtió en un demonio.
* * *Notas de la Autora:
«N/A» : Como quiero retomar el rumbo por aquí, decidí anotarme en esta actividad dedicada (este mes) a la señorita de Saber: La señorita.
Participe por ser la señorita, por tener un lado oscuro que me da material para trabajar con ella y por ser de Sabertooth.
«N/A»: Lo más difícil de aquí fue ubicar a Minerva con los chismes, pero en un arranque de inspiración me la imaginé como toda reina, utilizando los chismes que escucha para someter al resto.
Y el título, pero eso es punto y aparte.
«N/A»: Disculpen con las faltas y/o errores que esto puede tener.
