Buenas a Todos! Fic Loco que se me ocurrio de la nada. Necesitba sacarlo de mi cabeza... otra vez. Me dan su opinión?
Loud House es de sus dueños. Disfruten!
Prólogo
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-Y el premio a Señorita Carismática es para… Lola Loud!- la multitud aplaude de forma entusiasta mientras la niña de doce años sonríe de oreja a oreja y avanza saludando al público, ignorando perfectamente la mirada de algunas de las demás competidoras.
-Eso Lola!- el grito de su padre le hace verle un segundo, de nuevo suspirando de alivio al ver que llevaba el traje gris oscuro y no ese horroroso verde que tanto le gustaba. Lola llegó al frente y dejó que le colocaran la cinta, así como la nueva tiara que iría a su colección.
-Felicidades Lola, tienes algo que decir?- preguntó la presentadora con una sonrisa. Lola sonrió amablemente mostrando su perfecta dentadura.
-Solo que estoy agradecida por este logro, estoy halagada de ser la escogida. Significa mucho para mi.- mintió descaradamente sin que se notase. Las personas siguieron aplaudieron y cantaron esa estúpida canción de nuevo y con la salida de los participantes, el concurso termino.
La sonrisa de Lola cambio de una amable a una soberbia, caminando tras bambalinas como la dueña del lugar, pasando de largo a las demás concursantes y dejando tras de si un aura de terror.
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Por si eres uno de esos idiotas que vive debajo de una cueva, Mi nombre es Lola Loud.
Me conocerás como la novena de los once hijos del matrimonio Loud, la familia más ruidosa de Royal Woods, siendo sin lugar a dudas de las más hermosas y prometedoras aspirantes a Señorita América en el futuro y por si fuera poco, una inteligente jovencita que sabe obtener todo lo que quiere sin causar problemas. Eso sin mencionar mis impecables notas producto de mis grandes esfuerzos, mi perfecta y agradable actitud que me ha dado muchos amigos y mas que nada, el tener una gran familia que me apoye.
Te suena todo eso verdad? De seguro piensas que mi vida es perfecta.
Pues no tienes idea de lo equivocado que estás, tonto.
Primero, ya no hay un matrimonio Loud. Mis padres se divorciaron y nos dividieron según sus gustos, dejándome a mí con nadie más que la loca de Luan, la apestosa Lynn, la rara de Lisa y Lincoln. Lori tambien esta en nuestro lado, pero al ser mayor de edad en el momento nadie la toma en cuenta. Y si te interesa saber de mi "adorada madre", ella se llevó a los demás y se fue de la ciudad en la primera semana, cortando toda comunicación con nosotros y nuestro Padre.
Segundo, ya no vivimos en Royal Woods. Nos mudamos hace dos años a Cristal Lake, una creciente ciudad que no tiene nada que logre crear el nombre, pero que está cerca de un buen punto turístico para dejarlo pasar. La razón fue simple, le pidieron a Papá ser gerente de un nuevo puesto de Aloha Comrade en el lugar y de inmediato aceptó, ya que tras… eso, andábamos en bancarrota. Ahora vivo en una hermosa casa, pero eso no viene a cuento.
Tercero, Mi actitud no es agradable ni perfecta. Si quiero algo lo quiero en ese momento y nada ni nadie se pondrá en mi camino para conseguirlo. Si cebo chantajear, amenazar, sobornar, timar o cualquier otra cosa lo haré. Por supuesto, sin perder mi apariencia de niña perfecta. Tengo una reputación que mantener, lo sabes? A muchos no les agrada, pero es lo que me funciona y, debo admitirlo, lo que se me da mejor.
Cuarto y si bien estoy siempre rodeada de las demás chicas populares y otras compañeras de aceptable reputación… No tengo amigos. No fuera de mi familia. Todos me temen o me respetan y eso es suficiente para mi, a veces es solitario pero no se puede tener todo en la vida.
Y Quinto… Estoy muy probablemente en el top diez de las peores hermanas, familiares o cualquier cosa relacionado en la historia de la humanidad. Lana dice que exagero y no debería pensar en eso, pero no puedo aceptar sus palabras… Después de todo…
¿Cuántas de Niñas a los ocho años ya han logrado destruir la vida de su propio hermano?
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-Logre grabarlo todo.- sonrió Lynn Sr. manejando su nuevo BMW mirando a Lola un segundo. Lola, ahora vestida con una camisa larga rosa con una corona dibujada, Leggins negros con cristales, guantes rosa y zapatillas Nike rosas, rodó los ojos cuando los de su padre regresaron a la carretera. -Estuviste fenomenal, como siempre.
-No fue nada, esas chicas no me llegaban a la altura de los talones.- se limpio el guante Lola con poca importancia. -Pero no niego que esta es de las más hermosas tiaras que me han dado. Definitivamente va al estante. -acepto mirando su reflejo con una sonrisa.
-Lo que quieras cariño. Y hablando de querer… Segura que no quieres ir a celebrarlo a algún lado? Una vez termine la reunión podemos comer algo de ese pollo arabesque que tanto te gusta. Estoy seguro que a Debbie le encantaría. Mientras podías darle una vuelta al centro comercial.
-Gracias, papá, pero estoy terriblemente cansada.- fingió Lola recostandose a la puerta para efecto dramático. -Creo que llegaré y le pediré a Lincoln que me haga un Earl Grey y unas botanas ligeras antes de ir a la cama, no antes de darme una chica Katty se puso un perfume de baratija que huele a gato muerto.
-Si, lo sentimos en la audiencia.- aceptó su padre frunciendo su nariz. Pronto el auto se detuvo y Lola, dándole un beso de despedida a su padre, tomó sus cosas para bajar del auto. -Nos vemos luego cariño. Saludame a Lincoln. -y sin más se fue de largo. Lola siguió sonriendo fingidamente hasta que se dio la vuelta para mirar su casa.
Dos pisos de estilo moderno, con un hermosamente cuidado jardín delante y pintado de un suave color cielo con detalles blancos y azules. El garaje cerrado también a la vista, guardando el Mercedes que su padre tenía en él para emergencias.
-Que idiotez.- suspiro Lola sacando su teléfono para mandar un mensaje mientras camina Llegó a la puerta y comenzó a abrirla, entrando sin prisas y cerrando tras de sí, siendo de inmediato abrazada por detrás con un cariño tal que sintió toda negatividad y "Lolacidad" abandonandola. Se voltio para devolver el gesto. -Hola tambien Lincoln.
-Lola!- sonrió el chico mirándola con una sonrisa de oreja a oreja, abrazando un remendado conejo de peluche blanco y gris que le encantaría a alguien como Lucy. El chico llevaba una simple camisa naranja con mangas largas y cuello alto, así como unos cómodos pantalones de tela color gris. Estaba descalzo. -Te?
-Por favor y Gracias. También prepara extra con una manzana cortada, y haz otro para ti. Lo tomare en la terraza. -Lincoln asintió y fue a la cocina mientras Lola subia las escaleras, su mirada divagando un segundo a su hermano antes de seguir su camino. Ya arriba se encontró en un pequeño estar hermosamente decorado bajo una enorme ventana que dejaba a la vista el patio trasero y la piscina. Lola lo ignoró y fue por un pasillo a la derecha, hacia una puerta que correspondía a su viejo cuarto allá en Royal Woods. SIn dudarlo lo abrió y se encontró en su propia y rosada habitación, repleto de Lujos que harían a una princesa de verdad llorar de la envidia. No por nada era la niña de Papá.
Lola pasó de largo esto y tras tirar sus cosas sobre su cama, fue a uno de sus cuadros, primera plana de una revista de modas infantil que tenía en tamaño gigante, abriéndolo al tocar el collar que llevaba con el suyo de la imagen. Dentro había una estantería secreta completa y llena de arriba a abajo con peluches de los mejores animales del reino animal. Lola sonrió al verlos, pero su mirada se posó en la única cosa que no era un peluche del lugar. Un regalo pésimamente envuelto con papel de color naranja con ases de espadas negras
Lola respiro para calmarse a tal aberración a la estética y lo tomo con cuidado, cerrando tras de sí justo cuando su teléfono sonó. Lola gruño y se detuvo a revisarlo, sonriendo de inmediato para correr a la puerta.
Allí la esperaba una chica vestida en bermudas azules con bolsillos, medias altas con zapatillas negras, un abrigo rojo gris atado a la cintura y una camisa azul marino con un sapo pintado en frente. Y la gorra roja, Lana nunca salia a ningun lado sin ella.
-Lo tienes?-dijeron a la vez antes de mostrar lo que llevaban, Lola el obsequio y Lana una caja cerrada. Lana alzó una ceja al ver el estado del regalo.
-Ni se te ocurra.- gruño Lola dejándole entrar.
-No es por ofender Lols, pero Lily haría un mejor trabajo.- Lola le gruño y Lana solo rió, dándole un codazo. -Solo bromeo tigre. Y dónde está?- preguntó mirando alrededor.
-En la cocina, preparando té. -Lana frunció el ceño y le miró de forma acusadora. -El se ofrecio, yo vi una oportunidad de darle una sorpresa.
-No me sorprende.- suspiró su hermana estirándose y casi dejando caer la caja.-Jeje… Bueno, vamos para allá.- y sin esperar a su hermana, Lana fue a la cocina como Pedro por su casa. Lola suspiro a su falta de modales, pero de inmediato sonrió ante lo que iban a hacer.
La cocina era un amplio lugar digno de un chef, iluminado por la luz natural de un amplio vidrio, una salida al patio y otra al garaje, siendo pintada en un contraste de amarillo, rojo y verde un tanto marcado. Dentro de ella Lincoln estaba mirando la tetera mientras tarareaba "Bibibidi babidi bu", moviendo la cabeza al ritmo de la canció conejo de peluche estaba en el desayunador. Lana se acerco y dejo su caja, alejándose un poco antes de aclararse la garganta. Lincoln no lo noto, pero a la segunda lo hizo, una sonrisa enorme plasmandose en su rostro.
-La..La-na!-y de inmediato corrió a abrazarla de la misma forma que hizo con Lola, quien aceptó su posición de espectadora y se sentó en la mesa, ocultando su caja de la vista al ponerla tras el peluche.
-Eh, un gusto verte también Lincoln…- rio su gemela devolviendo el abrazo con fuerza. Su momento fue interrumpido por el pitido de la tetera, Lincoln mirándola antes de ir a atender, dejando a Lana suspirando de nuevo.
-Mayordomo perfecto, no?-comento con claro fastidio en al voz. Lola bajó la mirada con pesar, haciendo que se sintiera mal. -Ehm… No queria… Lo siento, Lola.
-No importa. Es mi culpa. -Lana abrió la boca para corregirla, pero al final solo negó la cabeza y se sentó frente a su gemela.
-No deberías ser tan dura contigo misma.- comentó por fin.
-Es de lo mejor que sé hacer.. -la discusión terminó ahí porque Lincoln llegó con una bandeja que incluye cuatro tazas con sus platos, tetera, azucarera, crema y tres delicados platitos con pedazos de manzana perfectamente pelada. El chico la dejó entre las dos antes comenzar a servir sin dejar de tararear. El té de Lola completamente negro con dos de azúcar, El de Lana con crema y tres de azúcar, mientras que el del propio Lincoln era mitad crema mitad te con cuatro de azúcar. La última taza de té simple la colocó frente al peluche. Las dos hermanas, ya acostumbradas a la acción, toman su té de inmediato bajo la atenta mirada de Lincoln.
-Delicioso/ Perfecto.- dijeron las dos volviendo a hacerle sonreír. Lincoln se sentó y tomo su taza con las dos manos para tomar. O al menos iba a hacerlo hasta que noto la caja en medio de los tres. El chico la miro curioso y la señaló mirando a sus hermanas. Lola y Lana se miraron cómplices.
-Lincoln.- llamo Lola con cierta solemnidad, pero al mismo tiempo como si estuviera hablando con un niño pequeño. -Hoy Lana y yo quisimos darte una sorpresa, porque hoy es un dia, muy especial… Sabes cual es?- Lincoln negó con la cabeza sin dejar de mirarla con curiosidad.
-Quieres saber?- pregunto ahora Lana. EL chico asintió emocionado. Las dos hermanas se miraron de nuevo antes de abrir la caja y mostrar un pequeño pastel de chocolate con un… pokemon dibujado con M&M, debajo del titulo "Feliz Cumple Lincoln!"
-Feliz Cumpleaños Lincoln!- dijeron a la vez con una amplia sonrisa, aunque la de Lola trataba de contener una carcajada y la de Lana era algo avergonzada. Lincoln las miro con sorpresa antes de extrañarse y señalarse a sí mismo. Ambas asintieron y el señalo el pastel antes de volver a señalarse. Otra vez asintieron. Tras un rato Lincoln volvió a sonreír y aplaudió contento. Lana saco una vela y cerillas, enciendo el pastel mientras Lola le colocaba a Lincoln un gorrito de cumpleaños, las dos cantando el típico coro feliz.
-Ahora pide un deseo!- Lincoln asintió y soplo de inmediato, sonriendo a sus hermanas. -Bien, ahora abrimos espacio.- se relamió Lana mientras agarraba las manzanas de los platos y se las zampaba. Sus hermanos la miraron con molestia. -Que? A visto hecho o lo que sea. Quien quiere pastel?-Lincoln sonrió antes de levantarse e ir a la cocina, regresando un cuchillo para cortar el postre y otro plato. -Uhmm… Lincoln, no creo que a Hari le guste el pastel…-Su hermano negó con la cabeza molesto. -De acuerdo, pero un pedazo pequeño, eh?- Lincoln sonrio y asintio, cortando el pastel y sirviendo los trozos en cada plato.
-Uhm, de cajeta?- sonrió Lola tras probarlo, aceptando el empalagoso sabor del exagerado de betún con M&M que cubría el sabor del propio pastel.
-Y lo cocine en el hornillo. -acepto Lana orgullosa antes de fruncir el ceño. -Todavía no entiendo el miedo de mamá de dejarme usar el horno. Es decir, puedo reparar vehículos el triple de grandes que yo desde los cuatro pero usar el horno? Muuy peligroso.
-Al menos te dejan usar la cocina. Papa no me deja preparar nada que no sea fruta.- se quejó Lola rodando los ojos.
-Lola, lograste que explotara la batidora. -Lincoln asintió a las palabras de Lana, haciendo que Lola frunció el ceño. Lana río por su actitud, tomando un gran trozo y saboreandolo antes de continuar. -Por cierto, felicidades, otra vez. -Lola la miro y Lana señaló su cabeza con el tenedor, recordando que aún llevaba la tiara ganadora. -Y que cuentas esta vez?
-Por donde empiezo. Primero, recuerdas a Katty Levin, la de tu clase?- Lana asintió con obviedad. -Pues ha hecho la cosa mas est.. estrafalaria del mundo….
Una vez la conversación terminó igual que el pastel se esfumó de su envase (y de cierto plato que dejó a las hermanas algo nerviosas), Lincoln trató de levantarse para limpiar todo, siendo detenido por Lola.
-Espera Lincoln, Aun te tenemos otra sorpresa. -dicho eso su hermano se sentó curioso, Lana dejando el espacio frente a ellos limpio. Lola sonrió a eso y movió al conejo, dejando a la vista el regalo. Lincoln repitió lo mismo que con el pastel, saltando en su asiento de la emoción cuando dejaron el regalo frente a él.
Tras lanzarle una mirada a ambas pidiendo permiso, el chico comenzó a desdoblar el envoltorio con cuidado, tomando su tiempo para que el papel no se dañase.
-Tienes que envolverlo asi….
-Al menos se ve mejor que tu pokémon…
-Era Lincoln...
-Oh…- las dos se miraron sin saber que decir hasta que un suspiro de sorpresa salió de Lincoln. EL chico al fin había abierto el regalo, que dentro contenía dos cuadernillos de dibujo, dos tomos de Ace Savy y Princesa Pony, un set de lápices de 48 colores y otro set de lápices de sombreado color sepia. El chico tomó cada regalo con asombro y sus hermanas no pudieron evitar una sonrisa llena de pesar.
De la nada Lincoln se levantó y las abrazo en sus asientos, haciendo que sin querer se pusieran de pie y tirasen las sillas, pero no les importo. No tardaron en devolver el gesto y se quedaron así un largo rato, cada una apreciando el momento que tenían entre ellos tres, pidiendo que durase mucho tiempo….
Pero todo lo bueno tiene un final y en este caso se vio como el sonido de un auto entrando al garaje. Los tres hermanos se sorprendieron y Lincoln sonrió caminando hacia el sonido, siendo detenido por una asustada Lana.
-Uhmm… Lo siento Linc, tengo que irme. -El chico se vio triste. -Prometo venir después, pero… -Lana se llevó un dedo a los labios. Lincoln asintió y la imito. Lana sonrió y le dio un rápido abrazo antes de tomar sus obsequios y otras evidencias, incluida su taza de té y su plato. -Los llevaré a su cuarto y saldré por la ventana.- le dijo a Lola con prisa. -Te veo en clase.
-Nos vemos.- susurro Lola apretando su brazo un segundo antes de que se fuera corriendo. Lola la siguió hasta la entrada de la cocina, a tiempo para verla desaparecer en el pasillo que llevaba a la lavandería. Lola suspiro de nuevo y se dio la vuelta, sentándose en donde estaba mientras Lincoln esperaba junto a la puerta, que se abrió de inmediato mostrando al padre Lud.
-Y aquí están!- sonrió el hombre antes de dejar pasar a una hermosa mujer de rubios cabellos lacios y una buena figura que sonreía falsamente al hombre. Lola ahogó el gruñido animal que tenía en la garganta. -Mira Lola, se que dijiste que no, pero pensé que no sería problema si celebramos todos juntos en casa con Debbie.
-Soy tu novia, Liny, no debería ser problema.- rió la mujer dándole un beso en los labios. Lola tuvo que resistir las ganas de vomitar. -Y aquí está el pequeño Lincky! Bonito sombrero, ya estabas preparado no?-Lincoln asintió sonriente y ella le acarició los cabellos con una extraña mirada. -Que buen niño eres…- Lola frunció el ceño y se levantó de inmediato, llamando la atención a ella.
-Es una idea genial papá, pero podríamos esperar un poco? Lincoln y yo estábamos teniendo una… fiesta de té con Hari y ya sabes cómo se pone con estas cosas.- terminó señalando el conejo, logrando que tanto el padre como la mujer tuvieran un escalofrío. Lincoln no entendió pero asintió a las palabras de su hermana.
-He.. Bueno, no hay problema tesoro… Siempre y cuando terminen rapido. -señaló su padre antes de mirar a la mujer. -Me ayudas con los paquetes?
-Por supuesto cariño. -sonrió la mujer siguiéndole, no sin antes mirar a Lola con suspicacia.
Lola se sentó de nuevo y miro al peluche con algo cercano al agradecimiento. Lincoln se sentó á su lado y la abrazo tarareando una de sus canciones favoritas, aunque era claro que no sabía qué estaba pasando. Lola no lo aclaro pero devolvió el gesto, recordando a sí misma que nadie deba verla llorar.
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Como ya dije Mi nombre es Lola Loud.
Tengo doce años y vivo con mi divorciado padre Lynn Sr. y mi hermano Lincoln, quien tiene la mentalidad de un niño la mayor parte del tiempo, la habilidad de un adulto el resto, problemas de memoria y no puede hablar con normalidad. Mi mejor amiga es mi hermana Gemela, ahora Lana Lewis, con quien me reencontré el primer dia de clases en este lugar y tras una buena pelea, volvimos a ser unidas. Ella y Lincoln son los únicos amigos de verdad que tengo. La única familia que me queda…
Y esta es la historia de como di todo lo que tenía para asegurarme que mi familia no se volviera a romper de nuevo.
