Disclaimer:
Harry Potter se ha acabado y no tengo derecho sobre él o su
mundo. Sólo puedo lanzar un glorioso ¡JA!
¡LO
SABÍA!
Spoilers:
Harry Potter and the Deathly Hallows, naturalmente. Y conteniendo a
duras penas las ganas de matar a Rowling, adorarla...como viene
siendo habitual.
Personajes:
Severus/Lily. Porque Severus no ha muerto, diga ella lo que diga, y
él y Lily se amaban y se odiaban, lo admita ella o
no.
Resumen
Severus Snape no era un cobarde.
Dedicatorias:
A Sev, por supuesto. A su valor. A todas las que creímos en
Snape contra todo pronóstico. A todos los que supimos ver la
grandeza de su personaje, y por un momento creímos que era más
que eso, un personaje.
Esto es más bien un experimento.
El drabble numero 4 viene de mi otro fic Sev/Lily, Malditos ;)
Les pido, como un favor, que si pueden leer esto acompañado
de una canción lo hagan. Los títulos de los drabbles
son frases de la canción. Son sólo un par de minutos, y
yo les agradecería mucho, porque esa canción es
estos drabbles. Son la historia de Severus y Lily.
Mika: Happy
Ending
Ni Esperanza, ni Amor, ni Gloria
-No
era un cobarde, después de todo – le explicó Harry a
Ginny. Ella le sostenía mientras él lloraba en su
hombro, después de otra pesadilla. – Y la amaba. Durante
toda su vida. Es tan, joder,
es tan
injusto…
-Lo sé. – aseguró Ginny con firmeza. –
Lo sé. Pero él se ha ido, Harry. Y Voldemort también.
Ya no está. Todo comienza de nuevo.
-Lo sé. – la
miró a los ojos, y vio que ella los tenía también
empañados en lágrimas. – No los olvidaremos, Ginny. A
ninguno de los que se fueron. - se abrazaron en silencio como quien
se aferra a la vida - No era un cobarde – repitió.
This is the hardest
story that I've ever told
No hope, or love, or glory
Happy
endings gone forever more
Then live the rest of our life/But not together.
-Como
un niño – dijo Lily, y sus ojos relucieron con ira –
Potter cree que todo el mundo le debe todo. ¡Todo,
Sev! Es un maldito niño engreído – aseguró,
mientras avanzaban hacia el Invernadero.
Severus sonreía,
observando el cabello rojo flotar por el viento y la nieve.
Like it's forever
-Sev.
– preguntó de pronto – ¿A ti te gusto?
Él
la miró, intentando ignorar las manchas rosas que trepaban a
sus mejillas – ¡mierda,
mierda!
– poniendo a un lado el libro de Pociones donde había estado
garabateando.
-Claro – respondió finalmente, en un
susurro atropellado.
Lily sonrió, con todo lo bueno del
mundo en sus ojos.
-Me alegro. Tú a mi también me
gustas, ¿sabes? ¿Lo sabes, verdad?
No Love
-Te
odio.
Su
beso sabía a sangre. Estás
maldito. Me has traicionado.
Pero
la tenía a ella. La tenía, y sabía que había
roto todo, pero la tenía. Y la amaba, así es como él
amaba. Como niños para siempre.
Ella lo odiaba, con todas
sus fuerzas.
-Lily. Por lo que pueda pasar, quiero que sepas que
me importas. Mucho.
Por
lo que pueda pasar,
qué cobarde había sido.
This is the way you left me
-Cualquier
cosa.
Y
estaba muerta. Desaparecida. Ida.
Para siempre.
Snape se dejó
caer de rodillas frente a su cuerpo, y lloró en el cuello
frío.
Había muerto con los ojos cerrados, y casi lo
agradeció.
I feel as if I feel as if I'm wastin'
-¡Avada
Kedavra!
Dumbledore
le miraba a los ojos cuando murió, y su mirada decía
tantas cosas. Has
sido muy valiente
y gracias
y le
contaré todo cuando la vea
y estoy
– estamos
– tan, tan orgullosos de ti.
Supo
que había hecho lo correcto, y se preguntó entonces que
cómo podía sentir tanto asco y tanto dolor dentro de
él.
The Hardest Story that I've ever told
Sabía
que para él no existían los finales felices. Que el
Cuento del Príncipe era el cuento para niños más
duro.
Pero hizo un último esfuerzo, porque al fin y al cabo
se
lo debía,
y había vivido
para eso,
y moriría por
eso.
Sin gloria ni esperanza. Porque
no era un cobarde.
Así
que mírame,
le dijo, entregándole su vida.
No hope, no love, no glory/no Happy Ending
-Mírame – suplicó, pero los ojos se movieron demasiado despacio, y ya nunca los pudo volver a ver.
Happy Ending
El
viento está templado, removiendo sus cabellos. Los nota suaves
y flotan alrededor de sus mejillas cuando abre los ojos.
Es
extraño,
piensa, pero
no pasa el tiempo.
Siempre
es verano en su parque. Siempre es verano, y sus pies pequeños,
descalzos, caminan sobre la hierba por entre las flores. No duele. Ya
no.
La niña ha dejado el columpio libre, para él.
Porque sabe que le encanta creer que puede volar de
verdad,
y sentir de
verdad,
y porque aunque a ella le gusta mucho también columpiarse –
mucho, más de lo que le gustan las galletas de chocolate, y le
aseguró muy seria que esas galletas son su postre preferido –,
es su mejor amiga y le quiere y se lo ha dejado a él. Le
espera de pie, con el tupido pelo lleno de flores y balanceándose
sobre las puntas de sus pequeños zapatos.
Y cuando alza sus
ojos para mirarle, parece que es como si hubiera estado esperando por
él, a que acudiera a esa cita acordada con el Destino muchos
años atrás, y sus ojos verdes se iluminan locos de
felicidad y orgullo, y le hacen a él querer llorar y reír,
y gritar he
hecho lo correcto,
y lo
he hecho por ti,
y soy
bueno, soy bueno,
y vuelvo
a casa,
todo al mismo tiempo.
Ella sólo sonríe, con todo lo
bueno del mundo en sus labios. Y dice:
-Hola, Sev.
