TRAVESURA REALIZADA

Disclaimers: Los personajes de Harry Potter pertenecen a J.K Rowling, mi intención no es lucrar con ellos, sólo dar rienda suelta a mi imaginación.

CAPITULO 1. Despertando a la realidad.

Es algo que a todos nos ha pasado alguna vez en la vida, es como una revelación, como un día soleado que de la nada se vuelve una tormenta, la realidad llega a tu puerta y te envuelve, hay veces que esa verdad está bien, que incluso es algo que has estado buscando con desesperación y cuando llega parece incluso un milagro, como la tormenta, después de años de sequías.

Pero también, hay veces que esa verdad, todo lo vuelve tempestad, un huracán en medio de un mar el calma y no queda otra que aferrarte al bote donde te encuentras y esperar a que todo pase y que cuando salga el sol, haya señales suficientes para regresar de donde venías o porque no, emprender una nueva aventura.

Justo eso fue lo que le paso a Hermione esa mañana de miércoles cuando su vida cambio, despertó a las seis menos 10, ganándole al despertador y estirándose con ganas en toda la cama, porque su esposo como siempre ya estaba preparando el desayuno abajo en la cocina.

En medio de la satisfacción que le causaba estirarse y sentir el olor del café llenado su nariz, la certeza de que ya no amaba a Ronald Weasley la impacto como un rayo a un árbol y ella como el árbol se quebró, su cuerpo se contrajo, se quedó en posición fetal, mientras la ansiedad llenaba cada centímetro de su cuerpo. Al mismo tiempo que imágenes de los últimos cuatro años se repetían sin parar en su cabeza.

Los años que pasaron en el colegio todo lo que compartió no sólo como Ron, también con Harry, las risas, las clases, los problemas en los que siempre terminaban metidos, el miedo, la adrenalina y la valentía de los últimos años en Hogwarts, sabía que durante todo ese tiempo había existido entre ella y Ron cierta tensión amorosa, pero ninguno de los dos se había atrevido a expresar sus sentimientos, no hasta poco antes de la batalla final, esa batalla que lo definió todo.

En esos momentos Ron era todo para ella, en un momento donde no tenía nada, con tal de salvaguardar a sus padres había hecho que la olvidaran y por muy bien que salieran las cosas ella sabía que lo menos que podía perder era la vida, ahí estaban sus amigos su otra familia luchando por él mundo mágico y muchos no sobrevivirían.

Cuando ganaron la guerra hubo intensos días de jubiló, donde el trio dorado era el centro de atención, pero aun en esos días, cuando se quedaban solos en las noches los invadía él miedo, él terror, la angustia y los recuerdos que había dejado la guerra. Y vinieron días peores cuando la euforia pasó, sólo quedaron las ausencias y las pesadillas.

Hermione fue incapaz de dormir sola de nuevo, y Ron estuvo ahí todas las noches para salvarla de sus pesadillas. Después de que encontraron a sus padres, ella no lo pensó dos veces y se casó con él, se amaban y él conocía su dolor y lo aminoraba cada vez que estaba cerca, ya habían pasado más de cuatro años y no pasaba una semana sin que despertara en medio de la noche sudando frío y con el dolor latente en su cuerpo por la tortura de Bellatrix Lestrange, que su memoria se empecinaba en reconstruir una y otra vez.

Pero siempre estaba Ron a su lado para reconfortarla, le limpiaba el sudor en la madrugada, le abrazaba y le cantaba al oído hasta que se quedaba dormida y al otro día le preparaba la bañera con esencias de jazmín y se metía junto a ella un largo rato sin importarle el trabajo ni más nada y por la tarde cuando llegaba siempre había flores esperándola. En definitiva le debía muchas cosas a Ron, pero ese miércoles por la mañana tuvo la certeza de dos cosas. La primera es que no le amaba y la segunda es que por todo lo que habían pasado no podía dejarle, le debía tanto y Ronald jamás se lo perdonaría y aun peor ella tampoco podría perdonárselo a sí misma.

Y Hermione lloro, no lenta o pausadamente, lloro a gritos y gemidos algo dentro de ella se había roto, no se merecía el amor de él y ella quería merecerlo, ella quería amarlo, pero esa mañana se había dado cuenta de que no sentía amor, que se le había fugado algún lado, y ella sólo quería quedarse ahí muy quieta hasta que todo ese amor regresará y todo volviera a la normalidad.

Ronald que estaba en la cocina mitad bailando mitad preparando el desayuno, escucho el llanto desgarrador de su esposa, de inmediato se alarmo y subió a tropezones por la escalera hacia la habitación, se detuvo por un momento en el marco de la puerta y vio a la castaña doblada de dolor sobre la cama, no lo pensó dos veces y envió su patronus a avisar que ese día no asistirían al trabajo.

Con ayuda de su varita se cambió el traje de auror por unas pijamas y se metió en la cama bajo la castaña sin decir una palabra y ella a su vez se aferró a él como una tabla de salvación y así se hubieran mantenido una eternidad porque para Ronald eso era el cielo y para Hermione era estar un escalón por encima del infierno, no importaba que no lo amara él sabía cómo calmar su dolor.

Este es el primer capítulo de una historia que ya tiene muchas escenas escritas en mi cabeza y en mi celular.

Espero que les guste.