Notas de Autor:
Fanfic basado en un universo alterno, se pretende manejar Lemon en capítulos futuros (si llega a gustar la historia), pero por ahora es tan solo la introducción.
Se aceptan comentarios, críticas y consejos, solo no sean muy severos con este principiante por favor ^^.
Sin más, aquí el capitulo.
Capitulo 1.- Rencuentro.
Esa mañana de lunes, como cualquier otra, las calles estaban plagadas de gente con prisa, todos corriendo de un lado a otro tarde para el trabajo, la escuela o alguna cita. El estrés de las ciudades grandes llegaba a ser agobiante, pero el joven que ya antes había vivido en alguna no se dejo aplastar por ello.
Un par de meses antes recibió la invitación de un viejo amigo para ir a visitarlo y si aún no había decidido donde estudiar la universidad, darle la oportunidad a una que pensó le seria de su agrado. Aparte de eso y la dirección, el mail no tenía más información al respecto y sin nada mejor que hacer el joven Zoro se aventuro a ir.
Después de lo que parecieron horas, el muchacho llamo a la puerta del departamento en la dirección y un sujeto de nariz grande le abrió la puerta.
-¡Hey Zoro! Te esperaba aquí hace 3 horas ¿Dónde te habías metido? De seguro te perdiste.
-¡Claro que no! Solo… el autobús se retraso. –Invento como escusa.
-Aja…
-¿Qué? –Agrego con tono amenazante el peli verde.
-Nada, nada… Pasa. –Dijo entrando al pequeñísimo departamento donde había lienzos trabajados a medias o rotos, pinturas tiradas manchando el suelo y un montón de material fotográfico en la basura. –Disculpa el desastre pero habrá una exhibición en una semana y no logro hacer algo lo suficientemente bueno.
-Ohh.-Exclamo observando los cuadros incompletos que variaban desde campos de flores, pasando por guerreros, hasta mujeres haciendo alguna labor. –Creí que lo tuyo era hacer cosas raras más… mecánicas.
-Claro, en mi carrera llevo eso pero aparte hace tiempo me metí a unos cursos para ayudar a aliviar el estrés de los estudiantes pero… Fue contraproducente, no tienes idea de todas las exigencias del arte. –Dramatizo la última parte tirándose en su pequeño taburete.
Roronoa no pudo evitar sonreír, hacía tanto que se había separado de sus amigos para ir a su ciudad natal, que había olvidado lo ocurrentes que llegaban a ser.
-No veo cual es el problema, a mi me parecen buenas…
-Eso es porque tienes tanto sentido artístico como una roca.
-Oye… -Lanzo una bola de papel que encontró a la nuca del artista.
-Ya, ya –Puso las manos a modo de defensa riendo -lo que tiene de importante es que un magnate excéntrico da la clase de pintura y dirección de artes en general, y el mismo es quien patrocinara esta exposición para… -Tomo pose de hombre elegante tratando de imitar al dichoso profesor. –Darles la oportunidad a los verdaderos artistas de sobresaltar y los que no… que dejen de perder su tiempo y busquen algo mejor para ellos ahora que son jóvenes.
-Vaya manera de aplastar un sueño.
-Esta bien, es mejor saberlo ahora que cuando estés muriendo de hambre en alguna esquina, no es fácil vivir de esto.
-Si tú lo dices. –Concedió al fin el invitado, haciendo lugar en lo que parecía un sillón para acostarse. –¿A qué universidad te referías en el mail? Busque un poco en internet y no encontré nada "impresionante" por aquí, aparte de en la que estudias tu.
-Exacto.
-No es tan diferente de la que esta en mi ciudad…
-Déjame terminar. –Lo interrumpió Ussop. –Aparte del programa normal, tienen este programa "anti estrés" donde están implementadas artes, deportes y cosas como cocina y mil y una más, pero eso no es por lo que te llame… En ese programa hace casi medio año, cuando el nuevo director tomo el lugar y comenzó a dar clases creí conocerlo de algún lugar y tras mucho pensarlo recordé de donde.
El muchacho de cabellera verde levanto una ceja un poco más interesando en el asunto.
-Cuando niños te la pasabas hablando de un sujeto compulsivamente y comprando revistas donde salía y diciendo que un día serias como el… -Hizo una pausa dramática disfrutando la cara de sorpresa de su amigo. –Pues resulta que el magnificente Dracule Mihawk también es un artista millonario y tomo un puesto en el lugar más prestigioso, aunque sigue corriendo un dojo propio o algo así con diferentes disciplinas.
La cara de Zoro reflejaba gusto y una enorme sorpresa, había admirado a aquel hombre desde su infancia y siempre juro que un día llegaría a su nivel y lo vencería, pero hacía un año que Mihawk anunció su retiro del mundo del deporte y con ello se fue la oportunidad de cumplir su deseo. Pero ahora estaba en la misma ciudad, sabía que alguien como el no podía simplemente dejar todo eso de lado y si ahora tenía un dojo podría unirse y asediarlo hasta que lo enfrentara y así demostrar, demostrarse a sí mismo que todo lo que entreno y a lo que se dedico por años había valido la pena. En torneos escolares, incluso nacionales siempre triunfo y brillo por su técnica, pero él no podía llamarse el mejor si no derrotaba a "El mejor".
-Creo que me acabas de convencer. –Admitió Roronoa todavía perdido en su ensoñación.
-Si bueno, primero tendrías que hacerte alumno de la universidad.
-Eso es pan comido, aplicare en la siguiente convocatorio y veras como todo sale bien.
-Falta un mes para eso… ¿Qué harás hasta entonces?
El muchacho de cabello verde se encogió de hombros despreocupadamente.
-Instalarme… Buscar un trabajo, donde vivir, no se… Quizá vea eso del dojo del que hablabas…
Ussop se puso a reír histéricamente tras eso, ganándose un golpe de parte de su amigo cuando lo desesperó.
-¿De qué demonios te ríes?
-¿Tienes una idea de lo caro que es ese lugar?
-Podría pedir trabajo ahí mismo, en casa trabajé en el del padre de una buena amiga… -Pauso unos segundos dándole su respectivo respeto al recuerdo y continuo. –Dinero, donde entrenar y aparte el lugar es de mi antiguo ídolo… Tres pájaros de un tiro.
-Seguro…
Con eso decidido los jóvenes pasaron el resto del día poniéndose al tanto de sus respectivas vidas, descansaron y acordaron que Zoro se quedaría con él hasta que encontrara un empleo y se pudiera pagar un lugar propio.
Al otro día Ussop con cámara en mano, lo invito a ir de visita con el resto de sus amigos que probablemente les encantaría verlo.
Volverse a encontrar con ellos fue un río de emociones, los nervios le atormentaban ¿Cuánto habrían crecido?, ¿Cuánto habrían cambiado?, ¿Lo recordarían?...
Fácilmente desapareció esa sensación cuando le recibieron de la manera más natural. Luffy, su mejor amigo en aquellos tiempos y a quien más había extrañado, le dedico su típica y amplia sonrisa llena de emoción, antes de atacarlo con comentarios sin sentido y asegurando al final qué no se iría de su lado otra vez. Ver a Sanji fue lo qué más nervioso le puso, era curioso como el remolinillo en sus cejas parecía haber cambiado de lugar, recordó el primer beso que recibió en su vida, el primer y último beso que compartió con el rubio justo antes de partir, no estaba muy seguro de cómo aproximarse a el, pero el inicio de una pelea estupida le dio la confianza necesaria para recordar que era su amigo y que siempre lo sería aunque no le entendiera del todo. Ver a Chopper y a Nami fue imposible, pues ambos estaban fuera de la ciudad, el primero por una beca en America para estudiar en la mejor universidad, y la segunda por que después de mucho tiempo había decidido dedicarse a conocer el mundo antes de sentar cabeza en algún lugar.
Tras casi 5 años de haberse separado, todos habían crecido, decidido lo que esperaban para su futuro y aunque lucían diferentes, de alguna manera seguían siendo los mismos.
Fueron de aquí - allá, jugaron, pelearon, se metieron en problemas y salieron de ellos, cada momento siendo documentado en fotos por Ussop.
Su fiesta de reencuentro termino rápido, muy en contra de los deseos de todos, pero era inicio de semana y había labores que cumplir.
-No importa… No es como si me fuera a ir pronto. –Tranquilizó el peliverde a Luffy. –Ya habrá tiempo de seguir.
Con la seguridad de volverse a encontrar, cada quien regreso a sus respectivos hogares. El muchacho de nariz larga se dedico a limpiar una habitación que usaba como bodega de todos sus inventos y "arte", para dejarle donde dormir a Zoro, mientras este tomaba una ducha.
Por la madrugada se encerró en el baño, transformándolo en un cuarto oscuro para revelar las fotos del día y tomando una que llamo su atención rápidamente susurro para si mismo.
-Ohhh… Esta es perfecta.
