Nota del traductor: Los personajes no son míos, pertenecen a Cassandra Clare. La historia original pertenece a NiennorNight, yo solo la traduzco.

'Estas frases son pensamientos'


Capítulo 1.

"¡¿Quién se atreve a perturbar al Gran Brujo?!" Magnus grito por el altavoz.

En realidad, no estaba de humor para interactuar con nadie y esperaba ahuyentar a quien quiera que fuera.

"Es A-" tartamudeó una voz dolorosamente familiar y Magnus se congeló "Un cliente..." modifico mientras el brujo se sorprendía.

Había pasado una semana desde que rompió con el Nephilim y ya lo echaba de menos terriblemente. No creía que lo vería de nuevo, tan pronto.

Pronto...Era relativo...Para Magnus no era pronto en lo absoluto. La semana pasada fue un infierno y las siguientes estaban destinadas a ser peor, él lo sabía. Pero no había nada que pudiera hacer...

"No estaba funcionando, no podría funcionar lo nuestro...no debería dejarlo entrar...' pensó ' Pero quiero verlo...' otra voz dentro de su cabeza se quejó "necesito verlo, una vez más..."

Sin decir una palabra y, a pesar de su buen juicio y que las voces seguían librando una guerra en su cabeza, lo dejo entrar.

Se alejó de la puerta y se quedó cerca de la cocina, con los brazos cruzados sobre su pecho para ocultar su ansiedad mientras esperaba al chico.

Un Alec que se miraba terrible se tambaleó al interior del desván lentamente. Su cabello negro era un desastre, y caía delante de sus ojos que estaban pegados al suelo, ocultándolos. Sus ropas estaban hechas jirones y rotas en algunos lugares, como si fueran marcas de garras de demonios.

Magnus respiró hondo ante la imagen, pero el Nephilim no se dio cuenta, demasiado ocupado ralentizando su respiración para calmarse y no echarse a llorar.

Magnus se quedó en silencio, esperando a que él hablara primero.

Al fin, Alec se calmó un poco y logró decir con voz quebradiza "Yo... Lo siento...por molestarte..." Todavía estaba de pie en el umbral, sin dejar de mirar el suelo, sin atreverse a mirar donde estaba el brujo con su control apunto de fallar. 'No debería haber venido...' pensó 'No, no había ninguna otra forma, yo…'

"Cierra la puerta y entra. " Ordeno el hombre mayor con voz ronca, sacándolo de su ensimismamiento.

Alec respiró hondo y le dio la espalda para cerrar la puerta, levantando la cabeza momentáneamente. Magnus pensó que finalmente lo enfrentaría pero cuando se volvió de nuevo a él, sus ojos azules miraban al piso.

Magnus estaba molesto. Tenía ganas de ver al niño desde hacía mucho tiempo, a pesar de lo sucedido y ahora, cuando al fin estaba delante de el ¡Ni siquiera le daba la cara!

"¿Entonces?" dijo con la molestia pintada en su voz. El cazador de sombras se estremeció al oír el tono y Magnus se mordió el labio, arrepintiéndose inmediatamente.

Cuando Alec habló su voz tembló, pero sus palabras eran formales y educadas, como si estuviera hablando con un extraño.

Eso le dolió al brujo y luchó para no dejar que se mostrara en su rostro.

"Yo…Por favor... Me gustaría que mis recuerdos desaparecieran de la mente de aquellos que me conocen." Dijo, sorprendiendo al otro hombre que estuvo en silencio un tiempo, pero no muy largo.

"¡¿Qué?!" preguntó con incredulidad y el muchacho se estremeció de nuevo.

"Lo siento... Yo no... Te molestaría, pero...eres el único a quien puedo pedírselo..." respondió, jugando con el borde de su suéter con nerviosismo y después de unos segundos añadió, con una expresión que mezclaba afecto y dolor. "No hay nadie tan poderoso como tu..."

Magnus sintió que su corazón se contraía. Quería tanto mirarlo, ver su rostro, esos ojos azules que tanto amaba... "¿Por qué no me miras?" el brujo hervía, frustrado más allá de lo posible.

"Mírame cuando estés hablando... "

"Yo..."

"¡Mírame!" gritó mientras su creciente angustia se convirtió en rabia. Sin embargo, cuando el muchacho, sobresaltado, levanto la cabeza, su ira se evaporó.

En la cara de Alec estaba grabado el dolor y había profundas sombras oscuras debajo de sus ojos que tenían el terror infundido en ellos por el repentino estallido del brujo.

"Alexander..." Magnus se quedó sin aliento, mientras su exterior duro desaparecía, y el muchacho, aunque estaba hipnotizado por los ojos de gato que tanto amaba, se dio cuenta de que el brujo estaba lejos de estar bien igual.

Su cabello estaba despeinado, con el rostro carente de maquillaje que revelaba sombras oscuras bajo sus ojos verde-ámbar, y no había ni una pizca de brillo en él.

Parecía cansado, como si no hubiera dormido durante días, pero aun así tan impresionante y hermoso... La sola vista le hacía daño, pero no podía apartar los ojos. Dio un paso hacia delante, con su mano subiendo por reflejo tratando de llegar a su amado, pero luego Magnus parpadeó y se rompió el hechizo así como así.

Al darse cuenta de lo que hacía, Alec dejó caer la mano otra vez, dio un paso hacia atrás y bajo la cabeza de nuevo

"Lo siento." "No tengo derecho... a tocarlo…nunca más..." el muchacho pensó al borde de las lágrimas.

Antes de que el brujo pudiera responder o reaccionar, algo esponjoso voló por el aire hacia Alec que lo cogió por reflejo. "MEOWR!" Se subió sobre su cuello, lamiendo su cara y Magnus sintió una punzada de celos. "Has traído esto sobre ti mismo ' una voz interior le recordó, y se burló de el.

Alec acarició al gato con afecto y lo abrazó, escondiendo su cara en su pelaje "Lo siento...", susurró, sin que fuera la última vez. Él lo dejo ir, y Presidente pasó por delante de Magnus, arañándole la pierna mientras pasaba, rasgando sus pantalones de seda negra.

El brujo lo miró con incredulidad y entre dientes dijo

"Traidor".

En respuesta, el Nephilim, que miraba hacia abajo y no había sido testigo de la escena, se quedó sin aliento y alzó la vista, con un dolor inconmensurable en sus ojos azules.

"El gato." dijo Magnus y Alec rápidamente bajó de nuevo los ojos. '¿Cómo puedes pensar eso?' El brujo pensó, con dolor. '¿De verdad crees que te odio?'

El silencio descendió sobre ellos, sin saber qué decir, ambos luchando por mantener la distancia y su compostura.

Alec estaba respirando profundamente para no perder el equilibrio, sin atreverse a mirarlo. No había pensado que dolería tanto estar cerca de él ahora que no quería verlo más.

Mientras tanto, después de haber decidido que permanecer así no era bueno para ninguno de los dos y es incapaz de aguantar más, Magnus declaró como voz apagada. "Lo siento, no puedes permitirte eso."

Él esperaba y, al mismo tiempo, odiaba decepcionar al Nephilim, pero no había nada más que hacer. "Yo se." El muchacho susurro. "Yo sólo...quería saber si se puede hacer... y por cuánto. Y volvere..."

"¿Qué vas a hacer? ¿Robar un banco?" El chico levantó la vista sorprendido.

"¡Por supuesto que no!" En ese momento, se dio cuenta de que Magnus no estaba usando una camisa "Yo... yo..." tartamudeó, sonrojándose cuando miro a los ojos de Magnus y dejó caer de nuevo la cabeza, respirando profundamente.

Le tomo todo su auto-control al brujo no correr a Alec y besarlo al ver la reacción y el rubor que tanto amaba. Después de un minuto de lucha interior, de mala gana decidió mejor abordar el tema nuevamente.

"No creo que tengas el derecho de tomar esa decisión." dijo de manera casual luchando por hacer su voz indiferente de nuevo. "y no es tu decisión."

"Nadie me echaría de menos..." susurró el chico.

"¿Qué?"

"Estoy seguro de que no les importaría..." modificó, y echo un vistazo a través de sus pestañas al brujo que palideció cuando oyó lo primero. 'Estúpido, estúpido Nephilim...' Pensó sorprendió, pero no dijo nada, solo suspiro y dijo un precio.

Era demasiado extravagante, ya que no había manera de que el borrara algún recuerdo y quería desalentarlo.

Y lo hizo, por un momento. El chico se quedó sin aliento, pero entonces una mirada de determinación apareció en sus facciones y asintió.

"Gracias. Volveré."

El brujo se quedó sin habla cuando el cazador de sombras levantó los ojos para mirarlo con añoranza mal disfrazada y le dio una hermosa sonrisa desgarradora y llena de dolor mientras dijo en voz baja.

"Lo siento de nuevo... En verdad lo siento..." El chico le dio la espalda y Magnus levantó la mano dando un paso hacia él, con ganas de llegar a él para que no se fuera, pero dudo en hacerlo.

Alec se había detenido en la puerta y Magnus vio sus hombros temblorosos y había oído la voz frágil y tensa

"Voy a arreglarlo todo..." Antes de que tuviera la oportunidad de detenerlo, abrió la puerta y huyo, ajeno a la mirada sorprendida del brujo.


Au: En el transcurso del dia o mañana subire el siguiente capitulo.