Bueno, aquí les traigo una más de las ideas que no me dejaban dormir, sencillo según yo… pero creo que bastante divertido, ustedes dirán.
Los personajes de Naruto no me pertenecen, lo cual los hace saltar de alegría, son de Masashi Kishimoto.
Espero que les guste…
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¿Terapia de pareja?
-¡Me niego!-
Fue la simple respuesta que le dio Sasuke a la "descabellada" proposición del rubio para después encerrarse en su habitación.
Y diez minutos después ahí se encontraba él tocando insistentemente, llamándole por todos los nombres cariñosos que se le ocurrían, gritándole, implorándole por que le abriera.
-¡Sasuke! ¡Deja de hacer eso! ¡Sasu-chan! ¡Sal de ahí! ¡Por eso es que debemos ir! –
El tiempo transcurría y el azabache no daba señal alguna de vida. Suspiró.
Resignado se dejó caer sobre la puerta deslizándose hasta el suelo. Sabía que la batalla estaba perdida desde el momento en que el impasible Uchiha había abandonado estoicamente la mesa en que cenaban. Tal vez había sido una mala elección, en otro momento pudo haber reaccionado diferente, pero ya ni modo no podía retroceder en el tiempo y volverlo a intentar.
Era verdad que las cosas se estaba estabilizando y mejorando en muchos sentidos, pero sólo quería estar seguro.
No lo podían culpar, era difícil, ya estaba desacostumbrado a estar demasiado tiempo en soledad, y es que después de pasar incontables noches en casa de Naruto sin previo aviso el Uchiha sencillamente había dejado de ir hacía dos meses, y como era de esperarse el azabache no ofreció excusa alguna o replicó de alguna manera, así que se Naruto se había visto obligado a irle a buscar hasta su casa. En cierta forma era justo el pequeño cambalache y no estaría asustado de no ser por lo que sucedió más tarde.
De igual manera que su desaparición nocturna Sasuke repentinamente un día dejó de asistir a sus encuentros de práctica rutinarios. Esa fue la segunda alerta, aunque esa vez Sasuke se escudó con el pretexto de que tenía asuntos que atender asignados por la Hokage.
No lo quería perder, eso era todo su problema ¿Y si Sasuke ya no le quería y por eso lo estaba evitando? ¿Si lo que estaba planeando era dejarlo?
Ese era su mayor temor, ya le bastaba con haberlo experimentado una vez.
Suspiró cansado y abatido antes de levantarse del piso y sacudirse para irse a su habitación asignada dentro del complejo Uchiha, necesitaba descansar y retomar ánimos, mañana sería otro día.
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-Sasu, ¿podrías reconsiderarlo?-
Insistía el rubio aún con la propuesta de la semana anterior, permanecía recostado en la enorme cama del azabache con sus enormes y fulgurante ojos llenos de determinación.
-Ya te dije que no, dobe.
Era fatigante, Sasuke intentaba ser conciliador, la situación era delicada, no podían simplemente salir a la calle y decir que eran pareja o estarían en graves aprietos, pero ya sabía que hacérselo ver al testarudo de Naruto sería difícil.
-¿Por qué?- Con toda su inocencia, bien conservada hasta ese momento, lo volvía a pedir. No dejaría el tema hasta obtener lo que quería.
-Todos en la aldea nos conocen, es estúpido…
El azabache fue directo al grano por que con Naruto de nada servirían los rodeos, sólo motivarían su necia impertinencia.
-¿Y si vamos a otra aldea?- fue la nueva proposición.
¿Qué Naruto no conocía el sentido común y lo que era darse por vencido? La situación le estaba cansando.
-Ah, claro… -menciono con sarcasmo- y ¿Qué planeas? ¿Hacer el oiroke para que pasemos por una pareja común y corriente?
Por momentos Naruto pareció meditarlo, a veces podía ser un cabezota obstinado que no veía los errores de sus planes, no, a veces no… era así siempre.
-No es mala idea… ¡Eres un genio Sasuke!- fue su resolución.
Sasuke quería darse de topes con la pared o darle un golpe en la cabeza a Naruto para ver si así se le acomodaban las ideas.
-No Naruto, las cosas están bien, no necesitamos de un estúpido que nos diga que hacer.
Le quedaban pocas alternativas para hacerle desistir y francamente no estaba de humor, si continuaba la poca reconciliación que habían alcanzado se iría por la coladera.
-¿Pero que te pasa Sasu?- Naruto estaba preocupado por su pareja, muchos cambios en un lapso muy corto de tiempo.
-Nada.- respondió con un suspiro antes de meterse a bañar.
Con esa sentencia la "brillante" idea del Uzumaki se vio relegada al olvido, tendría que confiar en la palabra de su pareja quisiera o no.
Por su parte se quedaría más rato en la cama, no quería levantarse… lo hacía por complacer los caprichos de Sasuke de vez encunado pero para nada le gustaba ser el uke, la mañana siguiente siempre era complicada.
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Dos semanas después…
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Cuando esa mañana se había levantado sintiendo unas terribles nauseas que le hicieron salir corriendo de inmediato al baño y abandonar su cálido lecho Naruto supo que algo había raro en él…
Los últimos días se había sentido extraño, nauseas, mareos, antojos y unas enormes ganas por manosear a su pareja se habían estado haciendo presentes desde hacía un rato, pero no había querido mencionar una sola palabra por no preocupar a nadie, seguramente había comido algo en mal estado y en unos días más sus malestares serían historia aunque Tsunade insistía en que se hiciera una revisión.
Todo estaba bien, él aguantaría, pero ese día no pudo evitar preocuparse cuando un ANBU les había interrumpido en plena sesión de entrenamiento solicitando la presencia del Uchiha en el despacho de la Godaime por un asunto de vital importancia. Pero esa sensación se acrecentó cuando pasaron las horas encerrados ahí dentro y justo ahora esa incertidumbre no tenía comparación, al haber visto salir a Sasuke del lugar con un papel entre manos el cual leía atentamente restándole atención al resto del mundo, con una extraña sonrisa mal disimulada en su rostro la cual le daba "mala espina" y le producía un escalofría erizándole los cabellos de la nuca.
Presentía que algo andaba mal, que algo malo sucedería, y ese algo se hacía inminente conforme avanzaban los pasos del azabache en su dirección, Sasuke levantó la vista y ampliando su ya macabra sonrisa, que junto a la tétrica aura que se cargaba asemejaba al ser más sardónico que pudo haber concebido su imaginación.
Sus pies reaccionaban mejor que él, haciéndole retroceder lenta y sigilosamente. Pero las zancadas del Uchiha previendo su escape se hicieron más amplias, abarcando mayor terreno, retirándole al rubio toda posibilidad de huida.
Cerró los ojos fuertemente, preparándose para recibir un duro golpe con toda fuerza del azabache, pero nunca llegó. En su lugar le tomaron por la muñeca y comenzaron a arrastrarle por el pasillo, justo después de haber depositado un beso tan fugaz que de no ser por la calidez que aún percibía en sus labios juraría que aquello no había pasado. Sasu rarísima vez era tan cariñoso, al menos en público. Algo muy importante debía haber sucedido ahí dentro.
Cuando pudo recuperarse de su trance y conmoción ya se hallaban dentro de su pequeño departamento, recostado cómodamente en la sencilla cama y con un tazón de ramen en su regazo. Sasuke estaba actuando muy raro últimamente, pero ahora si era seguro que se le había jodido algo en la cabeza…
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Un mes antes…
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-Maldiciones…- vociferaba un malhumorado Uchiha desparramado en su cama revolcándose inquieto sin poder conciliar el sueño. Estaba cansado, los párpados le pesaban y tenía los ojos irritados. Por más que contaba ovejas, y por más que cambiaba de posición no podía. Las cobijas ya cubrían más suelo que Sasuke y a pesar de que hacía mucho frío en cuanto se tapaba con ellas empezaba a sudar a mares.
Volvió a girarse al costado contrario en que estaba, topándose de frente con el pacífico rostro canela de su querido rubio… y no pudo hacer otra cosa que maldecirlo, despotricar e insultarle de todas las formas que conocía entre dientes por que el muy dobe SI estaba dormido, profundamente perdido desde hacía rato…
¿Qué estaba mal? ¿Qué le hacía falta? ¿Qué estaba demás?
No dejaba de preguntarse eso y más, frunciendo el seño al tiempo en que se acomodaba junto al tibio cuerpo desnudo de su amante, excelente sustituto de frazadas.
Recopilando.
Una tarde de extenuante entrenamiento justo después de haber pasado una mañana cumpliendo unas cuentas mediocres y deplorables misiones que seguramente la hokage les había asignado para fastidiarles. Después regresó a su casa para darse un baño, y como ya era noche, tomó un vaso de leche antes de irse a acostar dejando como de costumbre su ventana sin seguro. Se había acurrucado de costado contemplando el cielo nocturno a través del ventanal, ya quería dormir, y por poco se había dejado vencer por el cansancio cuando sintió unos cálidos labios sobre los suyos.
El rubio se disculpó por su retraso, diciendo que Iruka le había invitado a cenar y pasando rápidamente por la habitación como si fuera el dueño llegó hasta el baño para quitarse todo el sudor de encima.
Para cuando Naruto salió de bañarse Sasuke sonrió ladinamente con prepotencia, olvidando el por que le iba a decir al rubio que regresara a dormir a su casa al ver el perfecto cuadro frente a él, es que el Uzumaki y ese torneado cuerpo, esa piel bronceada, es pantalón grande que fungía como pijama y que seguramente no tendría nada abajo, ese cabello mojado que aún escurría y la cara inocente con rasgos zorrunos le había hecho perder las riendas…
Naruto era endemoniadamente sexy, su perdición y su debilidad… una de las tantas razones que les había orillado a terminar de esa forma, como amantes secretos, sólo amantes.
Era la cruel realidad, mantenían una relación oculta donde Naruto tenía que pernoctar en la casa del Uchiha a escondidas, por que desgraciadamente las personas de la aldea no verían bien su relación. Eran en primera dos chicos, el mismo sexo… especialmente uno era un ex traidor y el otro era el portador del arma más peligrosa, el contenedor del kiuubi. Una peligrosa combinación.
Lo tomaban como un entretenido juego, encubrir su relación en un pacto silencioso por que ninguno quería que el otro sufriera más de lo que ya había vivido, teniendo una vida de ser señalado despectivamente, así que era por el bien de ambos, así llevaban ya casi seis meses, y desde hacía tres las noches tenían más de una finalidad. Y esa… no había sido una excepción, al igual que muchas otras esa noche Sasuke se había entregado al Uzumaki…
Después de que hicieran el amor y llegaran al clímax de inmediato el rubio se dejó caer como una tabla a dormir, pero era el azabache quien ahora sufría las consecuencias…
-Usuratonkachi…-bufó y gruñó dándole la espalda al rubio, volviendo a sus infructuosos intentos de encontrar el descanso. Lo más probable era que el dobe le hubiera espantado el sueño con su llegada…
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-Teme… ¿Estas bien? Te vez más pálido que de costumbre…-
¡¿Qué si estaba bien?! ¡Por supuesto que no! Que desvergonzado era ese zorro atreviéndose a preguntar viéndole las marcadas ojeras que se cargaba. No había logrado pegar el ojo en toda la madrugada por su culpa.
Estaban en una granja cercana a la aldea cumpliendo con sencillas tareas de gennin al lado de Kakashi, Sakura y su molesto clon mal logrado, el azabache se tambaleaba graciosamente sin poder mantenerse muy bien en pie... Así que por su salud le dejaron a la sombra de un árbol mientras los demás se preocupaban por su trabajo, no fuera a ser que por alguna distracción terminara haciéndose daño a él o peor aún a ellos…
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Tiempo "actual"
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De acuerdo, algo no andaba bien. ¿Qué hacía en su casa envuelto en una cobija, con un bote de helado viendo una película rosa?
Seguramente tendría fiebre y le hacía alucinar o la falta de reposo ya que toda la semana no había podido dormir bien, pero comprobó que su frente estaba en una perfecta temperatura, estaba débil eso era seguro, ya que durante algunos entrenamientos caía desfallecido en pleno combate pero no era de preocuparse ¿O si?.
Apagó la televisión, dejó el casi vacío empaque de helado junto a esta última y subió a su habitación a recostarse, le hacía falta.
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Pudo haberlo sospechado antes, no por nada sus dotes de razonamiento era siempre alabados. Podría haber sido la negación, quererse resistir a ver la verdad, pero desde aquella vez en que regresaban a la aldea y marchaban al despacho de la hokage fue imposible seguir jugando a cerrar los ojos.
Esa ocasión su trayecto había sido interrumpido cuando en una de las calles por donde pasaban se encontraron con un gran tumulto que impedía el paso, sin poder hacer a un lado su curiosidad todo el equipo se acercó lo más que pudo en busca del meollo del asunto.
En el centro de aquella multitud había un chounin besando fervientemente a una chica mientras el público les aplaudía, sin entender a que se debía dichosa algarabía Kakashi le preguntó a una viejita que parecía haber presenciado todo el espectáculo.
La anciana, gustosa y con un sonrisa de oreja a oreja, les contó una historia muy al estilo de Romeo y Julieta pero con un final feliz sobre aquellos chicos que no se separaban.
Sasuke durante la trágica narración sitió como sus ojos se iban tornado cristalinos y acuosos, y justo al terminar el relato salió corriendo a toda velocidad completamente perturbado, Naruto le miró extrañamente durante todo el relato y salió tras el azabache. Sakura lo había visto todo.
Sasuke no dejaba de preguntarse durante su carrera por que él y Naruto no podían estar como esa pareja.
Bueno, Naruto no era de las personas románticas, pero besarse en público a mitad de la calle al final de una dura batalla como aquella pareja sería… lindo. Ellos se la pasaban fastidiándose con insultos y moliéndose a golpes para poder mantener el contacto a la luz de día y defender las apariencias.
La persecución dio fin en el pequeño departamento de Naruto, había estado más cerca, y una vez encerrados Sasuke le contó entre sollozos al rubio el coraje y la tristeza nacidos por aquella escena. Francamente Naruto tenía razón, ¿desde cuando era tan importante para él? ¿Por qué nunca antes se lo había mencionado? El kitsune estaba completamente seguro, hasta antes de ese momento, de que ambos disfrutaban de esa rara combinación de amigos-rivales-amantes.
Un segundo después le gritó con todo el aire de sus pulmones al rubio que era un papanatas y antes de que se hubiera dado cuenta y se defendiera del insulto lo sacó de su casa y le cerró la puerta en las narices sin explicación alguna puesto que le había enfadado que Naruto tuviera razón.
Los golpes y alaridos del Uzumaki pidiéndole que le dejara entrar se habían escuchado a kilómetros a la redonda, y casi le rompen los tímpanos a una pelirosa que les había seguido y había presenciado todo en primera fila.
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Sasuke se estaba reprendiendo a si mismo, aquel arranque fuera de lo normal le había costado caro, debió pensar con anterioridad que las cosas estaban mal últimamente y no estaría en casa de Sakura en este momento con todas las gamas de rojo en su rostro, enteramente avergonzado… la chica lo sabía… ¡Sabía que era pareja! Por sus malditos desplantes.
-No te preocupes Sasuke-kun yo guardaré el secreto.- le había dicho la chica guiñándole el ojo como gesto de complicidad.
No estaba seguro de cómo actuar, se dejó caer sobre sus brazos encima de la mesa para decir en voz baja (tratando de mantener lo poco que quedaba de su altivez e impasibilidad).
-¿De… desde cuando lo sabes…?-
-¿Recuerdas el camino de regreso en la misión del té?
-Hmmp- fue su hosca afirmación, el moreno bufó como asentimiento, ¿qué tenía que ver con lo que le había preguntado?
La chica sonrió complacida dándole un sorbo más a su té.
-Cuando veníamos en la carreta te acurrucaste en el hombro de Naruto y él pasó su brazo por detrás de ti y te rodeó por la cintura para acercarte más a él y que estuvieras más cómodo, se me hizo fuera de lo normal, y luego esa tarde, cuando estábamos de regreso en la aldea y nos encontramos a la pareja de novios y ustedes salieron corriendo… me preocuparon y los seguí, es difícil saber como es que la aldea no se ha enterado después de eso…
El azabache hervía, no sabía a quien debía dirigir su enojo, a él mismo por descuidado impulsivo, al rubio por dobe retrasado o la pelirosa por metiche perspicaz. Al menos eso significaba que la chica tenía poco más de un semana de saberlo.
-¿Cuánto tiempo llevan? ¿Dos semanas? ¿Un mes?-
Ni siquiera te acercas… fue su primer pensamiento, la cuestión le cayó de variedad. Iban para los seis meses y ¿Hasta ahora se daba cuenta?
-¿Por qué lo preguntas?
Contraatacó el Uchiha atreviéndose a indagar en las observaciones chica, ¿Qué tanto había cambiado como para poner en riesgo su romance oculto? Era mejor evitar futuros descuidos.
-Es que has estado… raro, desde hace un mes diría yo…
El azabache reflexionó un poco, se levantó de sus brazos y enarco una ceja ¿A qué se refería?
-¿Cómo raro?- preguntó incrédulo.
La siguiente contestación de la chica tomó algunos minutos, como si la estuviera pensando demasiado…
-Tu presencia es más liviana… y tus ojos tienen un brillo particular, se ven muy… vivos… es más, te vez más guapo que antes.
-Deja de alucinar, Sakura.
Sasuke se levantó de la mesa, metió las manos en sus bolsillos e hizo un ademán de despedida con la cabeza mientras se retiraba dejando sola a una chica muy sonriente, después de todo las observaciones de la chica no le servirían para encubrirse.
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-Sasuke, ¿Estás bien? ¿Ya vas a salir?-
El mencionado tenía medio hora en el baño mirando la coladera del lavabo… y nuevamente el culpable de todo era Naruto, el rubio le había invitado (casi obligado) a ir con él a comer al Ichiraku, a él no le gustaba el ramen y no importaba cuantas veces Naruto se lo recalcara, no era un buen alimento.
¿Qué había sucedido?
Generalmente terminaba accediendo a las súplicas del rubio y terminaba acompañándolo, y una vez en el restaurante él ahí se quedaba, sentado a su lado contemplando como el rubio arrasaba con esos escuetos fideos… pero ahora había sido diferente.
Habían llegado, se sentaron, el rubio ordenó y él cerró los ojos y se recargó sobre su brazo a pensar en lo que Naruto terminaba… hasta ahí todo fue igual que siempre. Estaba en lo suyo cuando ese olor le hizo empezar a salivar más de la cuenta… y lo siguiente que recordaba (o que había visto además de fideos) era el rostro pasmado de la impresión del Uzumaki, con los ojos desencajadamente abiertos y una pila de platos que le harían digna competencia al Akimichi…
Había devorado fideos con un apetito insaciable hasta que pasó lo inevitable y tuvo que salir corriendo al baño del establecimiento a devolver el malsano contenido de su pobre y delicado estómago.
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"Sasuke-kun, necesito un favor" Habían sido las palabras suplicantes de la pelirosa, las cuales se vio obligado a no renegar puesto que la chica había estado cumpliendo con su palabra de guardar el secreto e incluso los ayudaba tapándoles durante uno que otro desliz. Pero cuando había aceptado ni en el rincón mas remoto de su imaginación había concebido que la chica lo pondría en una situación tan vergonzosa.
-No-
Respondió tajante cuando la chica luchaba por empujarle hacia el baño, cruzándose de brazos signo de contundente negación, con la caja que le había dado la chica en la mano.
-¡No! ¿Estás loca o qué te pasa Sakura?- Volvía a negar, levantando la voz.
-Va mos Sasuke-kun, por… favor- dificultosamente imploraba la chica haciendo un esfuerzo titánico por meterlo dentro del baño-es que me da… miedo.
La situación estaba así:
Sakura se había conseguido pareja, al azabache no le había impresionado el hecho de que al final terminara con su copia defectuosa, ni tampoco era asunto de su incumbencia que la chica no fuera virgen, por dios, tenían veintitrés años… lo que se le hacía ridículo e inverosímil era que la chica le pidiera que probara su estúpida prueba de embarazo so pretexto de que un hombre no podía quedar encinta y es que los rumores que la chica había escuchado eran que esas cosas daban positivo aun siendo virgen…
-Por favor Sasuke-kun- volvía a suplicar, desistiendo del jaloneo, haciendo que un tic apareciera en el ojo del enfadado y molesto moreno.
-No puedo creer que seas aprendiz de médico… Si tanto quieres que alguien la pruebe ve y dile a mi copia barata que lo haga él.
-No, él no. Ha estado muchas veces conmigo y puede que mis hormonas efecto sobre él, tu nunca has estado con una chica…
-Por dios, esto es ridículo!
-Hazlo y te diré como convencer a Naruto de que te deje de manosear en público…
Aunque el tic aun seguía presente y parecía haberse incrementado una ligera y ladina sonrisa se dibujó en su rostro, y es que Naruto recientemente había adquirido un gusto por ser un encimoso, manoseador, oportunista y por más que trataba de disimular sus acosos no siempre era posible…
-Maldito hentai…- murmuró chirreando los dientes recordando la justificación de Naruto "No se que tienes Sasu-chan que te vez mas follable cada día"
Momentos después… ridículamente ahí estaba, haciendo pis sobre la estúpida tableta. Salió del baño con la muestra en la mano y malhumorado se la entregó a la chica que brincaba feliz de contenta.
Ambos se sentaron a esperar a la orilla de la cama de la pelirosa a que los químicos reaccionaron, cuando fue la hora…
-¿Ya me puedo ir?- farfulló Sasuke de espaldas desde la puerta esperando la señal de aprobación de su compañera, pero los instantes pasaban y la chica no decía ni una palabra. Extrañado de que hacía unos momentos no les podía cerrar la boca volteó a ver a la chica.
Tenía la boca abierta y boqueaba como pescado intentando nefastamente decir algo.
-¿Qué te pasa ahora?- fue la brusca llamada de atención del cansado azabache hacia la pelirosa que seguía igual de impávida por lo que desesperado se acercó hasta ella.
-Sa…suke…- murmuró débilmente la joven- es… tas, estás…- no podía dejar de tartamudear
-¿Qué pasa?- alzó la voz imponente, la situación le exasperaba.
-Estás embarazado…
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No lo creería, esa cosa resultó ser una reverenda porquería y demandaría a la compañía por vender cosas defectuosas, ¡un hombre premiado!
El Uchiha se dirigía a su casa sumamente molesto y desconcertado, para el colmo de males la chica había hecho el suyo y había salido limpia… habían vuelto a revisar el instructivo anexo para asegurarse de haberlo hecho bien y de que estuvieran interpretándolo bien…
Al final Sakura hecha un manojo de nervios y totalmente extrañada había terminado por decidir que mejor se haría un análisis de sangre al día siguiente después de su ronda en el hospital…
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-Estábamos entrenando cuando se desmayó…-
Respondía el preocupado kitsune dejando a un azabache inconciente en una camilla para que le atendiera Shizune
-Ni siquiera teníamos más de diez minutos de haber iniciado el combate.
La hokage miró extrañada al cuerpo que yacía en la camilla, el azabache se veía diferente
-¿Ha subido de peso?
Naruto sonrió nerviosamente haciendo que muchísimas gotitas de sudor resbalaran por su rostro.
-No se lo digas ba-chan… cuando se lo dije me mandó a dormir al sillón por una semana, si se lo recuerdas es seguro que lo haga otra vez…
La remota imagen que se formó en su cabeza de posibilidad de dormir otra semana en el sillón le destrozaba.
La apostadora sonrió burlonamente. Era graciosa la relación de esos dos, ella y Shizune sabían lo que se traían así que no había problema, era su rubio adorado y tenía que aceptarlo.
-Naruto, regresa a casa- le dijo en tono conciliador- seguro fue una insolación, falta de descanso o que se ha estado alimentando mal, en cuanto despierte le daremos de alta…
-Pero Oba-chan!- reclamaba el rubio siendo empujado fuera del consultorio- segura que estará bien? Es que ha estado muy raro
La vieja detuvo el forcejeo de inmediato.
-¿Cómo raro?
-Tiene nauseas, mareos y se le antojan cosas raras… el otro día comió ramen!
-Estará bien Naruto, ahora ¡Fuera!
Fueron sus últimas palabras antes de empujar al chico y cerrar la puerta.
-Shizune, quiero que le practiques unos análisis.
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¿Cómo rayos había sucedido? Ni la vieja alcohólica lo sabía y los estímulos que recibía le estaban haciendo cambiar de conclusión.
-¡Ah!- gimió fuertemente una vez más, perdiendo el aliento, que bien se sentía aquello.
-Si, así…- su voz dulcificada y sus jadeos entrecortados implorando por más eran en extremo sugerentes.
-Sas…suke… voy a llegar.
Ninguno de los dos aguantaría más. Sudados, jadeando el nombre del otro con la excitación al tope, frotando sus cuerpos cadenciosamente llegaron al clímax. Podía sentir la semilla del rubio resbalando desde su interior hasta escurrir entre sus piernas mientras Naruto salía cuidadosamente para no lastimarle.
Después de aquel encuentro la conclusión dictaminaba que el único culpable era él mismo y que muy posiblemente tenía que ver con su desmedido gusto por que Naruto lo follara. Pero… ¿Quién en su sano juicio se negaría a sentir el placer del orgasmo con la persona que amaba demostrándose su gran sentimiento? Nadie.
Y ahora estaba ahí bajó el fornido y torneado cuerpo tostado de Naruto, suspirando fatigando, recuperando con dificultad el ritmo de su respiración, perdida del reciente encuentro por que el rubio le robaba el oxígeno por medio de sus besos.
¿Cómo le diría que él estaba… embarazado?
No tenía idea y la pasión cegándole no le ayudaba… el rubio al parecer no se conformaría con un sólo round esa noche, pobre… lo había privado del sexo durante mucho tiempo.
Unas semanas no le matarían, cierto.
-Sasu, ¿No quieres repetirlo?- le susurró el zorrito con un tono sugerente cargado de lujuria cerca de su oído, incitándole antes de empezar a lamer y mordisquear su pálido cuello y acariciar su pecho.
-Na… Naruto…-
Apresado ahí abajo se encontraba indefenso, totalmente expuesto a las garras del zorrito, gimiendo su nombre a placer sin querer interrumpir bajo ninguna circunstancia. Los análisis de la Hokage habían confirmado que los rumores que había escuchado Sakura eran falsos. Encinta, de unos dos meses al parecer… y todos los síntomas se habían hecho presentes, sensibilidad, mareos, antojos y recientemente un gran apetito sexual, estar embarazado era muy problemático.
-¡Ah! Dobe!...- gimió fuertemente cuando el rubio encajó sus dientes en su extra sensible piel producto de su problema. Estúpido Naruto el tenía la culpa de todo eso… él no tendría esos malestares si Naruto no se lo quisiera coger cada dos por tres, así que pensándolo bien…el muy torpe no se había dado cuenta de nada aún y a excepción de Sakura nadie sabría quien era el padre ¿Y si no se lo decía? ¿Cuánto podría tardar en darse cuenta?
-¿Te gusta?- preguntaba con voz ronca Naruto descendiendo sensual y atrevidamente para toparse con el flácido miembro de su pareja.
Sasuke asintió con un suspiro al sentir como era aprisionado entre la mano del rubio.
-¿No quieres jugar Sasu-chan?- fue la candida invitación de Naruto que subía y bajaba por toda su longitud tortuosamente despacio.
¿Jugar? Buena idea, eso es lo que haría
¿Quién decía que no se puede pensar bien mientras se disfruta de un buen sexo? Quien lo dijera estaba equivocado. Sería su venganza contra el rubio por dejarle en ese estado.
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Les gustó?
Sasuke no es el único que tiene malestares, SasuNaru o NaruSasu?? m- preg si o no?
Ustedes deciden la segunda parte.
Deja un review no cuesta, es rápido y hacen feliz a esta autora para que continúe pronto.
Au revoir.
