Disclaimer: Todos los personajes de Resident Evil así como la idea original pertenecen al maestro Shinji Mikami y a CAPCOM, en cuanto a la trama de este FanFic es enteramente de su servidor redactada sin mas fin que el de entretener al público, así que por favor no me demanden.

Nota: Este fic es en respuesta al reto lanzado por "Light of The Moon 12". Espero que esto te agrade.

"Pacto"

Nada daba más felicidad que el hecho de saber que estabas a unos cuantos minutos de ser padre.

La felicidad en la vida de Chris Redfield había adquirido un verdadero significado.

Estaba ahí, junto a su esposa, en plena labor de parto, esperaban pacientes a que todo saliera bien.

Claro, era un trámite sencillo pese a su complejidad.

¿Qué podía salir mal?


—Esa es la única condición que te impongo, solo así podrás sabotearlo. – el tono de voz era de un grave pesado pero muy claro, la seguridad en sus palabras no dejaba lugar a dudas.

—Bien, lo haré. – la voz de la chica era determinada, estaba consciente de la locura que estaba a punto de hacer, pero no había vuelta de página, estaba segura que con eso culminaría su venganza.

—Ahora solo firma aquí con tu sangre y podremos comenzar.


—Muy bien señora, ya está saliendo, necesito de su ayuda para que su pequeño este con nosotros, respire hondo y puje. – las indicaciones del médico llenaron de adrenalina el cuerpo de Chris, que concentrado tomo de la mano a su esposa Jill, para darle seguridad y que cooperara con el doctor.

El grito de dolor que soltó la Valentine retumbó en toda la sala, pero sirvió para que por fin diera a luz.

—¡Oh por Dios! – fue la espeluznante reacción del docto.

Aquella exclamación fue seguida de un silencio sepulcral, no había llanto.

Para la pareja eso no era una buena señal.


En el centro de una habitación, yacía el cuerpo del que alguna vez fue Sheva Alomar, en su mano tenía una daga.

Estaba desnuda, rodeada por cinco velas rojas y el evidente charco de sangre que estaba bajo ella.

En su rostro eran visibles dos cortaduras, que nacían desde la comisura de sus labios y terminaban a la altura del lóbulo de cada oreja.

Lo peor estaba más abajo, a la altura de su estómago, estaba abierto completamente y traía de fuera los intestinos, aparentemente todo había sido auto infligido.


En la sala de aquel hospital todos estaban conscientes de lo que estaban viendo.

Él bebe había nacido muerto, lo intrigante eran las heridas que presentaba su cuerpecito…