A veces Hibari Kyoya se preguntaba qué era lo que había visto en Dino Cavallone como para salir con él. No era que a él le gustara la compañía o algo por el estilo; al contrario, el amaba su soledad más que nada en el mundo- o bueno, tal vez no tanto como una buena golpiza a quien sea que merezca su tiempo.
¿Te das cuenta de que esto es seducción?
¿Acaso lo has olvidado?- preguntó con ese típico tono amable de él- …soy un criminal Kyoya, a mi la ley me importa una mierda.
El rubio lo había dicho de una manera única, con una mirada que, según él podría jurar, nadie la había visto: penetrante, intimidante y, además, seductora; aunque claro, Kyoya no se inmutaría a mostrarle a aquel Bronco lo que esa mirada le producía (en primer lugar, ni siquiera sabía que era eso) y aquel tono y labia con los cuales dijo aquello último… nunca en su vida lo había escuchado decir una grosería, por mas artante que él haya sido con el rubio (debía reconocerlo, andar diciendo quiero pelear contigo todo el rato podía aburrir a cualquiera), el nunca le había dicho una grosería, eso mostraba tal vez que tan serio estaba.
-Wao- fue lo único que respondió con un tono algo divertido- ¿Estas tan dispuesto a empezar esto?
-…- el rubio calló por unos segundos, que para ambos parecía una eternidad- Kyoya… yo solo avanzaré hasta donde tú me lo permitas.
- ¿No que la ley te importaba una mierda?- pregunto retóricamente
- Me refiero a que no te forzare a nada.
Quién diantres se creía ese sujeto con cara de mosca muerta al decirle algo como eso, provocaba morderlo hasta la muerte por tal atrevimiento; sin embargo, al observar con más detenimiento la situación, se dio cuenta que se tornaba interesante, pues no todos los días veía a un Dino tan serio y testarudo (tal vez porque nunca tuvo la necesidad de serlo, pero eso era lo de menos) y además que le provocaba eso que no podía describir.
Amor diría el iluso, pero no era eso, pues era un tipo de euforia única la que le provocaba ese criminal, similar a la que siente cuando tiene una buena pelea pero… ¿mas fuerte? ¿Más excitante? No sabía cómo ponerlo en palabras, solo sabía que disfrutaba aquello.
Aceptare tu propuesta
¿En serio?- el extranjero se veía incrédulo por lo que le respondió su alumno, parecía ser ya el mismo Dino que hacía de idiota.
Yo repito dos veces- se limitó a responder
Fue esa conducta tan peculiar del rubio lo que le llamaba la atención, como aquel chico que parecía ser tan paternal podía actuar tan seductor y algo sádico.
Evidentemente, el azabache no se dio cuenta de eso al momento, pues él pensaba que aquella extraña relación empezaría como simple matadera del tiempo y terminaría de la misma forma ; sin embargo, descubrió que era lo que le hizo aceptar la propuesta del Don, valga la redundancia, no era amor…eso era de colegialas o románticos, eso era algo más que hasta ahora no sabe cómo llamar, aunque sí sabía que le producía, por más que le cueste admitirlo a veces, y era felicidad, aquella de saber que es el único que conoce todas las caras de Dino, no es que sepa quién es realmente, ya que él nunca trato de esconderlo, sino que Kyoya lo conoce a mas profundidad al igual que Dino a él.
