Años después de la guerra santa...

Sintió como si en sus parpados hubiera una ligera capa de hielo, la cual se deshizo tan pronto abrió los ojos.

— ¿Qué fue lo que me paso? —murmuro con una voz apenas audible. Se incorporó en la cama blanca en la que había despertado. Estiro sus manos frente a ella observándolas por un momento, eran sus manos de siempre, pero quería estar segura de que seguía siendo ella misma, por alguna extraña razón se sentía diferente.

Examino la habitación en la que se encontraba, estaba completamente vacía a excepción de ella. Los grandes pilares eran bastantes parecidos a los que habían en las antiguas calles de Bluegrad, solo que estas eran mucho más grandes que las que había en su ciudad natal. Todo estaba decorado en colores blancos y celestes dándole un toque armonioso a la habitación. Aunque lo que más le llamo la atención fue el aire frio que recorría el lugar, era muy parecido a como se sentía el aire cuando estaba cerca de Dégel.

Un repentino dolor de cabeza llego a ella apenas recordó al caballero de Athena. Dégel era un antiguo amigo de ella y de su hermano menor Unity, un día Dégel había llegado a Bluegrad como parte de su entrenamiento como caballero y desde ese entonces había nacido una fuerte amistad al pasar demasiado tiempo juntos. Después, Dégel se fue para ejercer su papel como acuario en la próxima guerra santa contra Hades. Serafina solo pudo verlo un par de veces después de que se fuera al santuario, después de eso ella había enfermado gravemente.

Los recuerdos después de eso se le hacían borrosos, a su mente llegaban imágenes de la Atlántida, de su hermano Unity como dragón marino, del oricalcos, y finalmente la imagen un Dégel cubierto de heridas sonriéndole.

— ¿Así que en verdad todo estará bien?—sus pensamientos fueron interrumpidos cuando oyó esa voz acercándose a la habitación.

—eso parece, nos tomó años, y en realidad aún hay demasiados restos de hielo—hablo otra voz.

—y tu…¿crees que…—pregunto la primera voz, esta vez de una forma más temblorosa.

—No lo sé—respondió de vuelta antes de que acabara la pregunta mientras abría la puerta del cuarto—solo queda esperar—

Cuando la puerta se abrió dejo ver a dos personas ambos con escamas, dejando en claro que eran sirvientes del emperador de los mares, dejándola aún más confundida. La primera era una chica rubia de ojos azules y piel pálida, bastante hermosa en realidad. El segundo era un joven de rasgos finos, cabellos lilas y unos ojos color magenta.

—Mientras tanto—volvió a hablar el chico—lo único que podemos hacer es seguir órdenes y cuidar de nue…—se interrumpió a si mismo cuando vio que Serafina estaba despierta y se encontraba observándolos. Una sonrisa se formó en el rostro del chico para después hacer una reverencia, mientras que la chica que lo acompañaba hacia lo mismo. Serafina estaba más confundida a cada segundo que pasaba.

—Es un honor poder servirle ahora que ha regresado—hablo la rubia manteniendo su reverencia—nos alegra su nuevo despertar mi… ¿señora?... ¿o señor?...aun no lo entiendo bien—

El de cabellos lilas solo soltó un leve suspiro de resignación mientras la rubia seguía en confusión.

—Disculpen—hablo Serafina por primera vez desde que ellos entraron, llamando la atención de ambos— ¿podrían decirme dónde estamos?—

—En su santuario—respondió el de cabellos lilas—usted regresa aquí cada vez que renace en la tierra, ¿no lo reconoce?—pregunto esta vez con algo de preocupación en su voz.

—lo lamento—Serafina se disculpó negando con la cabeza—no creo ser la persona que esperaban—

—Eso significa que… usted… ¿usted no es Poseidón…?—pregunto la rubia a lo que Serafina volvió a negar con la cabeza—pero su cosmos…—

—La rencarnación de Poseidón en el cuerpo de la señorita Serafina no fue natural, sino que fue forzado por el anterior dragón marino, y su despertar fue interrumpido por un caballero de Athena—explico el chico desviando la mirada al suelo—ella conserva los recuerdos de su vida humana a pesar de que ahora tiene el cosmos del señor Poseidón—

— ¿y que pasara ahora Sorrento? Todo nuestro esfuerzo… ¿habrá sido para nada?—le pregunto la rubia.

—le encontraremos una solución, estoy seguro de eso, por ahora hay que avisar a los demás nuestra situación—respondió Sorrento caminando hacia la puerta seguido por la rubia. Sorrento volteo nuevamente hacia Serafina—Mientras tanto descanse señorita Serafina, si necesita algo no dude en llamarnos—

…..….

Ese último golpe prácticamente lo había dejado sin aire. Se llevó una mano a su abdomen y volvió a levantarse, otro golpe así y estaría acabado. Volvió a ponerse en guarida. Las posibilidades de ganar eran casi nulas, pero no iba a dejar de luchar, tenía un camino que recorrer y perder este encuentro no era parte de ese camino.

— ¡acaba con él! ¡Puedes hacerlo Haruka!—

Esos gritos desde los espectadores, era más que suficiente para devolverle los ánimos por completo. No necesitaba voltear para saber quién era el que lo animaba entre el público, pero se reía para sus adentros al imaginar que en este momento ya lo estarían regañando por gritar en medio del combate.

Miro hacia su oponente, le doblaba la altura y lo superaba en fuerza, sin embargo, estaba seguro de que encontraría la forma de vencer.

Apenas logró esquivar el siguiente ataque, pero analizo rápidamente la batalla desde el inicio. Haruka se la había pasado esquivando ataques y una que otra vez recibía los golpes, pero a pesar de que había sido golpeado, estaba seguro de que no estaba más cansado que su oponente. Si lograba darle un golpe en algún punto débil con la suficiente fuerza podría cambiar el curso de la pelea.

Cuando su oponente lanzo el siguiente golpe volvió a esquivarlo mientras que con la mirada buscaba una brecha, la cual no tardo en encontrar. Paso por debajo del brazo de su oponente, el cual aún se encontraba levantado al haber hecho el ataque anterior, y golpeo justo la axila. Eso hizo que el otro bajara la guardia por el dolor, y aunque no fue por mucho, fue el tiempo suficiente como para que Haruka diera el golpe de gracia con una patada dirigida hacia la cabeza de su oponente.

—Ha terminado el combate—la voz del patriarca resonó en todo el lugar. Haruka levanto la mirada hacia donde se encontraba el patriarca—tenemos un ganador y nuevo portador de la armadura de cisne—

Apenas oyó eso sonrió para sí mismo. Tanto entrenamiento finalmente había dado frutos, finalmente había llegado a ser un caballero.

…..….

Recordó el hielo envolviendo la Atlántida. Desde que Athena le había encomendado ir a Bluegrad, Dégel sabía que esa misión podría ser la última, pero… estando ahí, morir de esa forma no le había parecido tal malo después de todo. Kardia había muerto luchando contra un oponente que consumiera su ser, justo como lo había querido. Unity seguía vivo y seria el nuevo puente entre Bluegrad y el mundo. En cuanto a Serafina, había llegado tarde para impedir que muriera, pero se alegraba de poder haberla visto por última vez con una sonrisa en el rostro.

Dégel…

Estos recuerdos seguían inundando su mente.

Dégel…

A pesar de que el mismo hizo su propia tumba y quedo congelado en el fondo del mar, no se arrepentía de nada en lo absoluto.

— ¡Despierta de una vez maldita nevera!—

Apenas oyó eso sintió como era empapado por completo. Despertó bruscamente levantándose del suelo para encontrarse con su mejor amigo con una cubeta en la mano —al fin, pensé que no despertarías nunca—

— ¿Dónde estamos?—pregunto Dégel un tanto confundido.

—Estamos a las afueras de Rodorio —respondió el peliazul señalando detrás de él.

—pero… se suponía que nosotros habíamos…—

—muerto—completo Kardia—sí, yo también había pensado eso, pero por alguna razón estamos aquí vivos de nuevo—

— ¿Por qué?—murmuro Dégel mientras recordaba una y otra vez su última misión.

—Esperaba a que tú me explicaras eso, se supone que tú eres el sabio—respondió Kardia rascándose la cabeza—pero si esto es algo que ni siquiera tú sabes, entonces estamos en un gran aprieto—

…..….

—Fue bastante bueno el combate del día de hoy—comento el nuevo caballero dorado de tauro mientras caminaban—me sorprende como han crecido los nuevos caballeros del santuario—

Shion esbozo una leve sonrisa antes de que empezaran a subir los escalones que estaban frente a ellos.

—tienes razón, realmente han avanzado bastante, es como si estuviéramos un paso más cerca de regresar el santuario a como era antes—dijo el Shion —Pero aún es demasiado pronto, y me preocupa que cada vez hay más amenazas asechando—

El dorado abrió la boca para responder pero se detuvo al sentir una gota de agua caer sobre su nariz. Volteo hacia el cielo para ver como comenzaban a caer as gotas sobre ellos.

—estaba soleado hace un rato—comento el caballero extrañado.

— ¿lluvia? ¿En esta época del año?—dijo Shion estirando su mano frente a él solo para observar cómo las gotas de agua caían sobre ella. Un mal presentimiento llego a él, esperaba que la lluvia fuera simplemente eso.

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Hasta aquí!

Este es mi primer fic en esta categoría, espero les guste c: Este historia esta contemplado en el mundo de lost canvas aproximadamente uno o dos años después de los hechos del Shion gaiden.

La verdad es que misión de Dégel y Kardia en la Atlantida fue una de mis partes favoritas del manga, pero en mi mente se quedo la duda de que era lo que había pasado ahí hasta la siguiente guerra (es decir, cuando quitaron el gigantesco ataúd de hielo, y cuando llegaron las marinas nuevamente y todo ese tipo de cosas) asi que decidí hacer este fic. Se verán muchos personajes nuevos, pero también habrá apariciones de los personajes del manga que ya conocen. Espero no decepcionarlos.

Hagame saber sus opiniones y comentarios a través de sus reviews ;D

La serie original pertenece a Masami Kurumada y el spin off "the lost canvas" fue hecho por Shiori Teshirogi

Gracias por leer :3