Hola a todos, ¿Cómo están? Esta es la primera vez que publico en este fandom y espero que les guste. Si tienen sugerencias o comentarios, los review se agradecen.

Carpe noctem

—Magnus, por favor…

—Aku cinta kamu, Alexander —dijo Magnus antes de cerrar la puerta y salir de su vida.

Alec sabía que Jace pensaba que llevaba dos años sin involucrarse con alguien porque era mojigato o temía mostrarse como un hombre orgullosamente gay. Pero era muy difícil querer a alguien, de forma romántica cabe aclarar, o al menos intentarlo si habías sentido la perfección antes, si tu alma había compenetrado con la de otra persona a tal punto que la sola idea de amar a otra persona o si quiera salir con esa otra persona te parecía absurda.

Y el tener sexo sin sentimientos era mucho más difícil todavía.

El ya no era un niño mojigato que no podía entender lo que significaba atracción o que con una sola mirada ya se sentía acosado sexualmente. Izzy sabía algunas de las cosas más inocuas que había hecho en el dormitorio con Magnus y la había hecho sonrojar a tal punto que temió que Simón fuera a golpearlo por traumatizar a su novia. La cuestión sexual no era el problema, el problema era que las pocas veces que la soledad le había ganado a la dignidad, siete veces, y había encontrado a alguien lo bastante atractivo para excitarlo, tres veces, solo tenía que verlos o tocarlos y esa maldita escena se repetía en su cabeza como si fuera la primera vez.

"Aku cinta kamu, Alexander"

Y dolía, como si enterrara el cuchillo de nuevo. Además, eso le quitaba las ganas de follar a cualquiera. Dos años habían pasado desde entonces y en esos dos años el sentimiento de pérdida no había hecho sino aumentar.

Y el que todos sus amigos tuvieran una buena vida romántica no le ayudaba en lo más mínimo. Jace tenía a Clary, Izzy a Simón, sus padres habían ido a terapia y solucionado sus problemas maritales, incluso Max estaba saliendo con Livia Blackthorn. Y no es que quisiera que fueran miserables, por supuesto que no, pero dolía cada vez que los veía abrazarse o compartir una broma privada, todo lo que quería era levantar la mirada y compartir una sonrisa con Magnus. Pero ya no podía. Y nunca podría.

Vio a Jace callado y expectante, como esperando una respuesta. Asintió a lo que sea que hubiera dicho y la cara de Jace se iluminó. Palmeó su brazo y se levantó.

—No te arrepentirás, hermano.

Luego salió de la habitación y Alec quedó preguntándose a que había accedido. Simón, cuya presencia hasta ahora había notado, lo vio entre sorprendido y horrorizado.

—No estabas prestando atención, ¿Verdad?

Alec se sonrojó, se encogió de hombros y negó con la cabeza. Como persona introvertida que era, se abstraía mucho en sus pensamientos, cosa que empeoró luego de perder su puente con la realidad, dícese, Magnus.

—¡Ay hermano! Solo no mates al mensajero, ¿Vale? Esta noche llevaré a Izzy a una convención de armas y no le hará gracia que la deje plantada por pasar la noche en la UCI.

Luego de prometer no matarlo ni lesionarlo ni destruir la hermosa mesita de centro de su madre, Simón habló… Al menos no había prometido no manchar la alfombra con la bebida que escupió de la impresión.

—En resumen, Clary iba a terapia para superar cuando les dijeron que Jace y ella eran hermanos y luego para superar la impresión de Sebastián. Ella obligó a ir a Jace también para que pudiera lidiar mejor con todos sus líos parentales y el constante cambio de apellido…

Esa parte lo había preocupado mucho, ¿Tan mal mejor amigo era para que su casi hermano no le hubiera dicho que iba a terapia? Aunque bueno, él había estado casi muriéndose de la pena por perder al amor de su vida cuando Jace había tenido que lidiar con la bromita pesada del padre de Clary y padre adoptivo de Jace al decirles que eran hermanos; luego cuando el verdadero hermano de Clary había llegado y cada mes el pobre tipo había tenido que cambiar de apellido hasta que al fin habían descubierto que era un Herondale, mientras tanto, él había tenido que lidiar con la casi muerte de su hermano.

—Así que decidió que tú deberías ir a terapia. Pero no a la que él va, sino, bueno…. A terapia sexual. Cree que no es sano que tú no hayas tenido sexo con nadie en dos años. Y… bueno… eso es todo… adiós.

Simón había echado a correr como alma que lleva el diablo… aunque bueno, aún si se hubiera quedado Alec estaba tan paralizado de la impresión que no habría podido moverse ni aunque su vida dependiera de ello.

Por el ángel, estaba tan, pero tan jodido.