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Los personajes de Naruto no me pertenecen a mí; le pertenecen a Masashi Kishimoto.


Este Amanecer a tu lado.

Fugaku Uchiha, el líder del legendario clan Uchiha, se encontraba despertando luego de haber llegado a su hogar a altas horas de la madrugada, debido a unos estúpidos informes de casos relacionados con la Policía Militar de Konoha. Al abrir sus ojos, negros como la oscuridad, se encontró con una escena muy tierna y conmovedora. Su hermosa esposa seguía durmiendo con tranquilidad y, entre sus brazos, se encontraba un pequeño azabache recién nacido.

Sasuke Uchiha, el segundo hijo de aquel matrimonio, había comenzado a llorar a altas horas de la madrugada, luego de que el pelinegro se hubiera acostado a dormir y Mikoto, para no despertar a su marido, se levantó, durmió al pequeñín con una suave canción de cuna y, para que no volviera a llorar, lo acomodó entre su cuerpo y el del Uchiha mayor.

Fugaku sonrió, gracias a la mujer que reposaba a su lado había conseguido formar una hermosa familia. La amaba a ella y amaba a sus dos hermosos hijos. Mikoto lo era todo para él, si la llegaba a perder quedaría devastado. Si fuera necesario arriesgaría su vida para protegerla a ella y a sus dos retoños.

Espero seguir amaneciendo a tu lado de esta forma —susurró el mayor de los presentes para luego depositar dos dulces besos, uno sobre los labios de su esposa y otro sobre la pequeña frente de su último hijo.

Se levantó de la cama con suavidad para luego dirigirse a preparar el desayuno como compensación por el insomnio que habría sufrido la mujer. Estaba seguro de que varias ojeras aparecerían el rostro de ella. Suspiró, era el hombre más feliz de todo el mundo por tres razones las cuales eran Itachi, Sasuke y, por muy obvios motivos, su dulce y tierna esposa, Mikoto.

Con solo amanecer al lado de su pareja, las energías de Fugaku revivían de manera extraordinaria.


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