Disclaimer: Nada del Potterverso me pertenece.

Este fic ha sido creado para el "Amigo Invisible Veraniego 2013" del foro "La Noble y Ancestral Casa de los Black"

Regalo para Graystone. Espero que te guste. :)


CAPÍTULO I


8 de octubre de 2.001. A las afueras del Ministerio de Magia.

Eran las siete y diez de la tarde y Percy permanecía inquieto. Miró el cielo y pudo observar las nubes negras que amenazaban Londres. Miró por enésima vez su reloj y lo volvió a meter en el bolsillo. Tomó un poco de aire. No quería pensar que a su novia le hubiera pasado algo, pero bien cierto que era que aquello no era muy normal en ella. De hecho, era la propia Audrey quien solía esperarle nada más salir de trabajar. Siempre decía que el Departamento de Transportes mágicos, donde llevaba trabajando ahí más de tres años en la sección de Control de Regulación de la Escoba, nunca había mucho trabajo y acababa siempre más pronto de su hora de salida.

Un grito agudo detrás de él fue lo que le alarmó de la llegada de su novia. Quiso respirar de alivio, pero ésta no le dejó, ya que se había lanzado hacia él, en un abrazo efusivo. Comenzó a darle besos por toda la cara enérgicamente y Percy tuvo que colocarse bien las gafas, puesto que estuvieron apunto de caerse. La chica se soltó de su novio, el cual pudo respirar al fin, y comenzó a bailar de manera peculiar.

—¡Conga, conga, conga!—comenzó a canturrear, acompañado de su particular bailoteo—Audrey es la monda. Me han ascendido, como es debido...

—¿Te han ascendido?—se sorprendió Percy.

—Así es, querido. Aquí, la señorita Audrey Jade Wortham, ha conseguido solucionar algo que ni el mismísimo Robert Rutherford tenía la más mínima idea de hacerlo.

—¿En serio hiciste eso?

—Ajá—asintió la muchacha—. Así que imagina cuál fue su cara al ver que había sido yo quien había resuelto el problema... ¡Chúpate esa, Rutherford! Llevas tres años restregándome por la cara mi metedura de pata de hace tres años y ahora puedo restregarte por la cara quién el mejor aquí..

—Vaya, sí que tenías ganas de quitártelo de encima.

Audrey puso los ojos en blanco.

—¡No sabes cuántas ganas tenía de que este día llegara! Tres malditos años escuchando una y otra vez lo que le costó arreglar aquello—la joven cerró los ojos, tomó aire y lo echó mientras miraba a su novio con una sonrisa pícara—. Así que...—comenzó, mordiéndose el labio—, esta noche podríamos celebrar mi maravilloso y merecido ascenso con una cena...—continuó cogiéndole de la corbata, enrollándosela en la mano—, pero que sea muy ligera... —siguió susurrándole al oído—para dejar lo mejor para el postre...

A Percy le entraron los calores por todo el cuerpo. Aquella oferta, sin duda alguna, le iba a resultar difícil de rechazar, pero no tuvo más remedio que desertarla.

—Audrey, cielo—comenzó, separándose de ella y colocándose bien la corbata—, sabes que esta noche no puedo.

—¿Pero por qué no? Si no va a haber nadie en tu casa... Estarás solo y seguro que con ganas de compañía. Puede que incluso femenina.

—Eso es completamente cierto, pero he de estar al cargo de mi sobrina. Está algo congestionada y lo último que queremos es que empeore.

—¿Y por qué no se hace cargo alguno de tus hermanos?

—Ya lo hacen. De hecho, Ginny está ahora mismo con ella. Me mataría si le digo que no ahora.

—¿Y Ron? ¿O George?

—George esta noche está con Angelina y Ron...—hizo una leve pausa para ajustarse sus gafas—Ron palidece cada vez que la niña se pone mala. Así que mejor me encargo yo.

—¿Y dónde carajos para tu hermano para que estéis siempre al cuidado de la niña?

—Pues...—se quedó pensativo y, pasados unos instantes, dio con las palabras exactas de lo que pretendía decir, procurando ser lo más fino posible— por así decirlo, Fleur es un tanto... especial. Al parecer no está teniendo un buen embarazo y, cada dos por tres, deben ausentarse para visitar a un medimago francés, amigo de la familia desde hace años, para que la controle y eso. Al menos esta vez no fue tanto como la anterior. Mi madre ya apostaba que la niña iba a nacer en París.

—Fleur puede llegar a ser muy rara, que lo sepas—refunfuñó Audrey.

—Bastante. Pero ha sido un gran apoyo para nuestra familia en momentos... muy duros. Además—continuó—, le queda poco para dar a luz, así que no tendremos que pasar más por esto. Al menos durante un tiempo.

—Pues en estos momentos me parece una aguafiestas—murmuró la chica, entre dientes.

—Lo sé, lo sé. Pero sólo será por esta noche—dijo el pelirrojo, agarrando por la cintura a la morena con una sonrisa—. A partir de las doce del mediodía, soy completamente tuyo, señorita Wortham.

—Está bien—asintió Audrey, mordiéndose el labio—. Tengo una idea. Mi tío Josh me habló de un restaurante nuevo que han abierto en Hogsmeade y dice que no está nada mal la comida y a muy buen precio. ¿Por qué no me recoges mañana a las siete? Luego...—volvió a enrollarse la corbata de su novio en una mano—podríamos ir a mi casa y ya improvisamos...

Percy no pudo negarse a tal suculenta propuesta y no pudo más que aceptar rotundamente. La joven Wortham le indicó el lugar donde encontrarse. Percy, como todas las tardes, acompañó a su chica hasta su casa, donde la dejó en la puerta, despidiéndose de ella con un cálido beso.

A pesar de que no le apetecía mucho cuidar de su sobrina, se le hizo un poco más ameno con el hecho de que, al día siguiente, pasaría un buen día.

O eso era lo que él creía...


CONTINUARÁ


NDA: Y hasta aquí el primer capítulo. Sé que es algo corto, pero el siguiente será mucho más largo y mucho más interesante, lo prometo.

He de aclarar que mi Audrey no suele ser tan... fogosa, pero está excitada por el hecho del ascenso y todo eso que es normal que esté así. xDD

En fin, espero que te haya gustado.

Un saludo y hasta el próximo capítulo. ^^

~Miss Lefroy Black~