Era un nuevo día, un día lleno de aventuras y extrañas vivencias para dos apuestos hombres; el mayor, de largos y finos cabellos plateados, y su asistente, por así decirlo, de hermoso cabello en un tono negro pero ligeramente azul.
Como era de esperarse, día a día ambos se encontraban realmente ocupados, ciertamente su vida era rutinaria, lo cual era del agrado de uno de ellos, el mayor y más serio, sin embargo, las extravagancias que aquel otro solía hacer rompían la paz de la que solía disfrutar en raras ocasiones.
Había pasado ya un tiempo desde que comenzaron a "compartir" apartamento, como senpai lo llamaba, para Morinaga era una inmensa alegría poder estar con su amado cada día y su estado de ánimo era tan perceptible que todos sus amigos de la facultad podían notarlo y se contagiaban con su felicidad, ni siquiera los profesores podían escapar del efecto de la tan poderosa aura que cargaba consigo. A pesar de eso, su inusual personalidad siempre era constante, en otras palabras, ligeramente bipolar.
Últimamente había estado con senpai trabajando día y noche, esta vez planeaba que fuera igual pero no contaba con que lo sacaran del laboratorio temporalmente, todo porque había sentido un ligero mareo debido a la falta de descanso, en verdad creía que era una exageración, pero que se le iba a hacer... tenía que regresar solo...
En el mundo había dos personas cercanas a él y en los cuales sus emociones no surgían tanta conmoción; una de ellas su amado, que se sentía ligeramente irritado al verlo tan feliz mientras él se sentía bajo amenaza constante cuando lo tenía cerca en otro lugar que no fuera la universidad (si como no... XD), la otra de ellas, también conocida era nada más y nada menos que cierto bartender ya acostumbrado a hacer compañía a su querido "Angel-kun" cada vez que este llegaba por algo de tomar.
Ese día Hiroto estaba muy concentrado ordenando las botellas de distintos vinos y alcoholes, algo que lo hacía relajarse, cuando de la nada la figura de un chico sumamente triste llegó por la puerta de entrada, este se acercó caminando lentamente y se sentó, después colocó sus codos en la barra para posteriormente sostener su rostro con las manos; Hiroto-kun ya podía imaginar lo que le esperaba, con este chico casi siempre era el mismo problema, ese problema era algo así como un demonio andante, su nombre: Tatsumi Souichi, descripción: sujeto de sexo masculino con un carácter bastante mmm... explosivo, quien tenía el horror cof cof... el honor de ser la persona de mayor afecto de Morinaga-san; él, un enemigo declarado de la homosexualidad vaya ironías de la vida no?... bueno, aquí comenzaban otra vez las quejas y con ellas todas las frustraciones que el peliazul llevaba al bar cada vez que su ajetreada vida se lo permitía.
Todavía era temprano, sin embargo, el lugar ya había abierto, unos cuantos clientes habían llegado y estaban sentados más al fondo mientras conversaban animadamente, aun sabiendo que sólo había llegado para desahogarse Hiroto lo recibió con alegría.
-Mi querido Angel-kun! cuanto me alegra verte, pero dime ¿que te trae al bar a esta hora? Si tu acostumbras llegar más tarde.
Y así comenzó... Un rio de lágrimas corrió por el piso del lugar mientras un lastimoso grito salía de la garganta de Tetsuhiro Morinaga...
-Ahhhh... Es suficiente, me rindo, no sé qué puedo hacer para que senpai me demuestre al menos un poco de amor- decía el peliazul mientas sujetaba su cabello con ambas manos y miraba al techo haciendo una especie de súplica- cada día siento que la distancia entre nosotros se va haciendo más grande a pesar de que vivimos juntos, simplemente no lo comprendo!.
No necesitaba escuchar más, ese era el mayor problema que atormentaba a su querido amigo... en fin... lo único que podía intentar era tranquilizarlo, o cuando menos, hacerle ver algunas cosas... con estos pensamientos, Hiroto-kun dio seguimiento a la conversación que apenas iniciaba...
-Calmate Angel-kun, después de todo, y por lo que me has dicho, ese Tatsumi-san es una persona muy reservada y seria, quizá no deberías exigirle tanto, no crees que es bastante ya con que te deje estar a su lado y compartir su cama de vez en cuando?.
Ante esto Morinaga-san, con un leve sonrojo por el comentario de su amigo se levanto de golpe de su asiento, con voz enérgica y una mirada seria y determinante dijo...
-No Hiroto-kun!, no creo que sea suficiente... Se que para senpai es difícil aceptar algo así pero yo estoy dando lo mejor de mi para facilitarselo además...- y ante esto su tono de voz fue decayendo lentamente y regresó a la postura que había tenido antes de perder ligeramente su autocontrol- además he sido muy paciente con él... Y tu sabes eso mejor que nadie, no es así?
Ante la respuesta que le dio Morinaga no pudo hacer otra cosa más que guardar silencio mientras reflexionaba con seriedad tratando de buscar las mejores palabras para decir lo que pensaba...
-Está bien Angel-kun, comprendo tu punto de vista pero... No puedes pedirle flores y cosecha a la arena del desierto - ante tal respuesta Morinaga mostró cara de perplejidad quizá porque no entendió lo que Hiroto trataba de decir con esa frase rara que en la vida había llegado a escuchar, al ver su cara incertidumbre y curiosidad el bartender trató de explicarse mejor- lo que trato de decirte es que es inútil buscar cosas donde no las hay...
Ante esta explicación Morinaga no pudo hacer otra cosa más que entrar en estado de shock, procesando poco a poco la información que acababa de recibir, posteriormente su cara mostró pánico al darse plena cuenta del significado de las palabras antes pronunciadas por su amigo que resonaban claramente dentro de cu cabeza y una ola de malestar recorrió todo su cuerpo, estaba a punto de replicar a las palabras de su querido amigo cuando este decidió tomar la palabra...
- Antes de que te pongas histérico e intentes algo extraño como suicidarte con las botanas del bar dejame terminar...- ante esto el peliazul miró de forma fugaz pero también penetrante las botanas de la barra (de verdad estaba pensando suicidarse con los refrigerios del bar?)- bien decía que no busques cosas donde no las hay... o por lo menos aún no están del todo establecidas... escucha, no debes perder las esperanzas, tu mismo lo has dicho no... Has esperado bastantes años como para abandonar todo de la noche a la mañana por un ataque de mmm... como llamarlo?... depresión?... bueno sólo no te rindas, yo sé que tu encontrarás la forma de hacer que ese tirano te corresponda de una manera apropiada... y si no puedes lo único que tienes que hacer es traerlo al bar y yo hablaré personalmente con él... - al decir las últimas palabras su cuerpo despedía cierta aura asesina que hasta los clientes que se encontraban al fondo pudieron percibir, esto puso sumamente nervioso a Morinaga-san, quien no tuvo tiempo para pensar mucho en la reacción de Hiroto porque era hora de volver a casa porque debía preparar la cena, pero estaba muy agradecido por la forma en la que su mejor amigo se preocupaba por él. No había tomado nada, pero eso no era importante, de todos modos no gustaba mucho de tomar alcohol así que decidió despedirse.
-Te lo agradezco mucho Hiroto-kun, de veras creo que eres la persona que más se ha preocupado por mí, no sabes cuánto lo aprecio... bueno, creo que es hora de irme, tienes razón no me rendiré, voy a esforzarme más y algún día senpai será incapaz de vivir sin mí- dijo en voz alta con un brillo de seguridad en su mirada mientras se levantaba de su lugar y golpeaba la barra con su palma demostrando gran determinación, los pocos clientes del bar se pusieron de pie y aplaudieron su entusiasmo, incluso Hiroto sintió que su pequeño Ángel había madurado un poco más gracias a sus sabios consejos, lo cual lo hacía sentir orgulloso...
-Muy bien, esa es la actitud que esperaba de ti, tu puedes hacerlo...- el peliazul ya estaba saliendo del bar, no obstante, pudo escuchar todo lo que su amigo decía, ya en la entrada agitó su mano en señal de despedida, su rostro tenía una hermosa sonrisa de ilusión y esperanza, tenía nuevas energías para luchar...
En otro lugar de la ciudad, específicamente en un laboratorio de universidad se encontraba cierto hombre de hermosos ojos miel trabajando arduamente en unos experimentos bastante complejos que debía presentar en una convención muy importante, era acerca de un nuevo producto capaz de estimular el crecimiento de diversas plantas pero sin alterar su composición genética, además de ser un pesticida natural y por consiguiente totalmente orgánico... Tatsumi Souichi se encontraba muy emocionado por esta nueva sustancia ya que había invertido gran parte de su tiempo en las investigaciones y la creación del producto que vino después, sin embargo no podía quejarse pues trabajar en la universidad era algo que disfrutaba mucho, él era del tipo de personas que la gente suele llamar mmm... ermitaño por naturaleza( en otras palabras... antisocial XD) así que apreciaba mucho la soledad que tenía en contadas ocasiones, de hecho no podía mencionar el nombre de alguna persona que no formara parte de su familia con la que hubiera pasado tanto tiempo... claro esta que eso era antes de conocer a cierta personita que lo ponía de mal humor de vez en cuando pero con la que podía contar y tenía casi total confianza.
Bueno no era hora de pensar en él, sino en todo lo que aun necesitaba preparar para el día en el que se presentaría la muestra y los avances del proyecto que tenía en manos y como la convención estaba apenas a dos semanas de llevarse a cabo, disponía justo del tiempo suficiente. Había decidido que por hoy era hora de ir a casa, estaba consciente de que debía descansar apropiadamente ya que había hecho bastantes avances últimamente.
Mientras tanto, en un apartamento, un chico bastante enamorado se esmeraba en preparar una grandiosa cena, no podía esperar a que su compañero de casa y "dulce" amado llegara y lo acompañara en la mesa. Había decidido preparar un poco de sopa de miso, a senpai le encantaba este platillo a pesar de que era algo muy sencillo, de todos modos Morinaga planeaba sorprenderlo.
Estaba perdido en tales pensamientos que no se dio cuenta del sonido que hacía la puerta principal al abrirse, debía preparar también un poco de té.
-Tal vez sería mejor un poco de café...- fue lo que paso por su mente antes de cerrar los ojos por breves instantes y soltar un pequeño suspiro...
Eso se disponía a hacer cuando volteo en dirección a la alacena y dio un pequeño brinco acompañado de una pequeña exclamación de sorpresa al ver a senpai parado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y un cigarrillo en la boca, al verlo, Morinaga se quedó embelesado por aquella imagen que se mostraba ante él, de verdad amaba el aura un poco arrogante de senpai, pero sobretodo, amaba también la forma en la que podía llegar a ser amable y tierno, incluso un poco infantil, facetas que quizá solo él tenía el privilegio de ver...
-Bienvenido senpai-dijo el peliazul...
-Estoy en casa- fue la simple respuesta de senpai...
Mientras Morinaga tenía esa cara de ensoñación, Tatsumi-san dio un resoplido y rodó los ojos denotando impaciencia, inclusive un poco de fastidio, sin embargo, pronto también se perdió en las ideas que hasta hace poco rondaban por su cabeza y de la nada empezó a pensar en lo que le había sucedido durante el trayecto de la universidad al departamento y antes de que este comenzara...
FLASHBACK
Aún estaba guardando sus instrumentos de trabajo cuando el sonido de la puerta deslizándose lo hizo sobresaltarse un poco, el profesor de la facultad entró sin tocar la puerta...
-Ohhh... Tatsumi-kun, me alegra haber podido alcanzarte antes de haber ido a casa... - senpai espero unos segundos a que terminara de hablar, se había saltado el almuerzo para terminar a tiempo según su plan, ahora moría de hambre y quería llegar a cenar pronto, aunque tal vez podría comprar algo en el camino... no, no le agradaba mucho la comida rápida así que no... -bueno solo quería mostrarte la convocatoria para la convención, lamento traértela hasta ahora pero no había encontrado el momento adecuado... por favor léela con atención, estoy seguro que te interesará lo que dice... -decía esto mientras esbozaba una sonrisa-bueno, me tengo que ir, eso era todo... nos vemos la semana que viene Tatsumi-kun...- al decir esto, salió del laboratorio con la misma velocidad con la que había llegado.
Senpai aun procesaba la manera tan repentina en la que se había aparecido el profesor, todo lo que había dicho, ni siquiera pudo reaccionar, apenas tuvo reflejos para sostener sostener la hoja tamaño oficio que le había extendido, pero eso no le preocupaba, ahora estaba más intrigado por saber lo que decía la convocatoria que lo que acababa de ocurrir, así que comenzó a leer...
La cara de senpai pasó de la duda al asombro y luego fue cubierto por un sentimiento de algo así como alegría moderada y orgullo premeditado, bueno resulta que la convención en la que participaba había dado una giro inesperado y se había convertido en una especie de concurso, eso era algo que senpai no esperaba, sin embargo al seguir leyendo se encontró con la lista de los premios a los lugares más destacados...
Claro que la alegría era porque estaba totalmente seguro de que su proyecto iba a ser probablemente el mejor de toda la convención o al menos de su área.
Para el quinto lugar había un monto de diez mil dólares, el cuarto lugar se llevaría veinte mil dólares, el tercero treinta mil, el segundo cuarenta mil y el primer premio se llevaría cincuenta mil dólares, además de la publicación de un artículo en una revista de renombre a los primeros diez lugares, lo cual era muy beneficioso para la carrera de cualquier científico o investigador y un viaje para el autor del proyecto y el colega que había dado su apoyo, cada uno a diferentes lugares exóticos del mundo, los cuales serían anunciados durante la ceremonia de cierre y premiación que se llevaría a cabo tres días después de la inauguración.
Analizar y calificar proyectos durante tres días seguidos debía ser algo agotador, eso era lo que pensaba senpai, él no se podía imaginar haciendo eso ni siquiera durante un sólo día... definitivamente su verdadera vocación era la investigación. Además, él no entendía la razón por la cual se regalaban viajes a los científicos ganadores, claro que la mayoría estaría feliz al saber que tendría un descanso durante algunos días y por si fuera poco todo pagado por las instituciones que habían planeado todo el proyecto con fines recreativos, pues para senpai era más una pérdida de tiempo, en fin, nada se podía hacer con eso, salvo no pensar más y dejar que pasara lo que tenía que pasar...
En fin, lo importante ahora era llegar a casa, ya era tarde así que debía apresurarse...
Ahora tenía a Morinaga en frente, como iba a decirle lo que había en esa convocatoria? Y más importante aún... como lo iba a tomar el propio Morinaga... no, no quería ni imaginarse la reacción del peliazul... conociendolo, de seguro pensaría que le estaba haciendo una invitación poco decorosa, claro que podía estar siendo un poco paranoico pero nunca sabía que esperar de Morinaga... Sólo el hecho de imaginar lo que podía hacerle en ese momento era ya bastante aterrador, no tenía la obligación de hacerselo saber o sí?, después de todo, aunque él no se lo dijera, se enteraría en la universidad, o en el peor de los casos, el día de la premiación.
Claro que eso era lo que quería hacer, sin embargo, quizá era mejor dejar la hoja que le había dado el profesor en la sala durante la noche, después de que se fueran a dormir... pero, y si a Morinaga se le ocurría levantarse a media noche por un vaso de agua o algo asi... era seguro que retorcería todo y trataría de hacer cosas indecentes con su cuerpo de todos modos... ahh... porque un asunto tan trivial tenía que parecer tan complicado?!...
Mientras la cara de senpai mostraba distintos sentimientos en tan poco tiempo, Morinaga-san se preguntaba qué era lo que pasaba por su cabeza para estar así?, seguramente no era nada, después de todo, no quería admitirlo, pero el amor de su vida era un poco histérico a veces... mmm... bueno casi siempre...
Senpai tomó su lugar en la mesa mientras Morinaga comenzó a servir los platos, su té y café para su compañero...
Que cara pondría senpai si escuchara a alguien decirle histérico o bipolar?... seguro sólo lo confirmaría con un buen golpe...
A Morinaga le dieron ganas de reír mientras se imaginaba a senpai haciendo una de esas escenas claro con cualquier persona que no fuera él, a la vez sintió celos de quien pudiera ver a su amado comportándose de manera tan linda... no, esa cara de senpai era sólo para el... ok, quizá también para su familia pero ellos no contaban...
Tan pronto como terminó de servir se sentó a la mesa y comenzaron a cenar, estaba seguro que con la llegada del amanecer tendrían un día muy agitado desde primera hora...
