Disclaimer: Nada es mío, todo de Jotaká.
Summary: Harry no puede evitar contarle a su hijo una historia 'fantástica' sobre un auto mágico cuando James le pregunta sobre su cicatriz. Drabble.
Curiosidad.
James le mira desde el otro lado de la mesa. Su inocente mirada de curiosidad lo sigue hasta que desaparece en el despacho, no le dice nada porque espera que él hable, queriéndole darle iniciativa. Tiene la ligera sospecha sobre de qué se tratan sus preguntas, James había estado preguntando cosas sobre sus tiempos de juventud en hogwarts y ya veía adónde iba.
— ¿Puedo pasar, papá? —la vocecita de James resuena en el silencioso despacho.
— Por supuesto, hijo. Siéntate, por favor.
James se sienta con seguridad en la otra silla del escritorio de Harry. Lo mira un rato largo, Harry sabe que lo está evaluando.
— ¿Cómo te hiciste esa cicatriz?
Harry se sorprende por la pregunta. Casi con seguridad se esperaba que le que le preguntase sobre Hogwarts o algo parecido. Él evitaba –al igual que Ginny– decir algo de la guerra que fue tan dolorosa para todos ellos y lo mismo pasaba con el tema de Voldemort y sus horrocruxes.
— Bueno, James, creo que no estás listo para esa historia todavía. Además, es muy larga y te quedaras dormido antes de terminarla —James le frunció el ceño a su padre.
— ¡Ya soy mayor, papá! No me quedaré dormido, lo prometo. —lo mira con ojos de cachorrito, Harry trata de evitarlo, pero le recuerdan a cuando Ginny le hacía exactamente lo mismo.
Harry suspira, dándose por vencido, aun así, una sonrisa cruza su rostro rápidamente. James se acomoda mejor en el asiento.
— Está bien, escucha. Antes de que ustedes nacieran, tu tío Ron y yo nos perdimos el expreso de Hogwarts y por esa razón, tuvimos que conducir el auto volador de tu abuelo Arthur. Perseguimos al tren hasta casi llegar al castillo, pero como Ron y yo teníamos ganas de peligro, entramos por los terrenos y chocamos contra el Sauce Boxeador, allí me hice la cicatriz. Fin
James lo miró entre divertido y tratando de aparentar seriedad.
— ¡Estás mintiendo, papá!. Eso no pudo haber pasado —Harry encoge los hombros y se ríe.
—Querías saber cómo me hice la cicatriz y yo te estoy contando la historia.
Lo miró en silencio.
James se levantó de su asiento y se paró a punto de salir.
— ¿Me contaras la verdad algún día?
— Claro.
Y salió.
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