Corre! Corre! Era todo lo que mi cerebro podía asimilar.
No mires atrás, si volteas serás tragada. Me repetía una y otra vez.

Lo menos que hago es presta atención a lo que tengo por delante, tal vez sean árboles, postes o personas deambulando hacia la nada, simplemente no lo sé.

Mi corazón late más y más aprisa por cada segundo que pasa, siento como si este se quisiera salir de mi pecho y corre lo más que pueda de lo que sea que se encuentra detrás de mi si es que aun sigue ahí, no lo sé no me detendré a averiguarlo.

Mis piernas están entumecidas quizá sea por correr descalza o por la helada, no lo sé.

Entre tanta oscuridad que me rodeaba logro deslumbrar un atisbo de luz, sí eso es, corre lo más que puedas hacia allí, no lo sé allí tal vez esta la salida.

Sí, lo logre, llegue a la luz la cual, a mi parecer, es el comienzo del umbral de una gran puerta entreabierta por la que pasa la luz.

Sujeto el picaporte de la puerta intentando halar de ella, lo estoy logrando, quizá allí este mi salida aunque no lo sé.

Un paso más y saldré, PERO QUE ES ESTO!

Algo o alguien me sujeta por detrás, no me deja ir, déjame! Quiero pasar por la puerta.

Mi mente repetía una y otra vez que no voltee que si lo hacia todo terminaría así, no lo sé el impulso fue más fuerte.

Voltee la cabeza.

Y fui tragada