Notas de la historia: La publiqué esta madrugada, pero hubo problemas con el editor de fanfiction. Me borraba frases y cambiaba otras, ni idea de por qué, aunque no fue la primera vez que me pasa. Si esto persiste, posiblemente borre la historia o la deje sin editar aquí, así que si les molesta que no use el salto de línea más elegante, es por eso.
Pareja: NikoSasha.
Géneros: Drama adolescente.
Shortfic: cinco a seis capítulos.
Rating: T
Otros: Leves Jean/Sasha y Jean/Mikasa.
El precio de una mentira
Capítulo 1-. Acciones
Floch es el que llama desde el celular de Jean, ya que primero quiso hablarle a Connie pero no estuvo disponible. La historia fue que encontró a su amigo viviendo más penas que glorias en una cafetería cercana a la estación de metro. Para completar la información: El ex cara de caballo, retó a un veterano de guerra a una pulseada. Luego de ver perdiendo al más joven en dicho reto, grabarlo y subirlo a YouTube, se acercó porque daba vergüenza que no opusiera resistencia -o que al menos respondiera a la medida- a un par de mujeres que vinieron a pellizcarle el trasero. También porque fue más divertido verlo hacer tonterías de cerca, le contó instándola a que viniera rápido a buscarlo, porque Jean se estaba gastando todo lo que tenía en la billetera y los bolsillos. Y eso lo sabe porque revisó.
A Sasha le toma menos de diez minutos llegar a la escena, ya que estaba por la zona, Jean le dice que a ella no la invitó y se supone que Connie debería estar ahí, también le pide que saque de la mesa a Floch por tocarle el trasero. Declarando que no tira para ese lado y que, si lo hiciera, no sería con él. Qué espanto. El susodicho simplemente pone cara de asco y no ayuda a llevarlo al auto, aunque los sigue por detrás. Llegan al estacionamiento donde dejó Jean su auto, por fortuna alcanzando el dinero para pagar las horas transcurridas cuando Sasha agrega de lo que iba usar para ir en metro.
Como un acto noble tras de no colaborar, el pelirrojo abre la puerta para Sasha y Jean. Claro que ella no le puede felicitar por eso, un poco sí porque acomoda a su amigo en el asiento de atrás, punto malo por hacerlo a los empujones y solo para entrar él. Se niega a bajarse diciendo que su casa está de paso y se lo deben. Básicamente, Sasha le cuestiona hacerla venir todo el camino hasta aquí para no pagar él, por su cuenta, un taxi o el transporte público. Floch le contesta que no se haga, porque no estuvo muy lejos del lugar ese día. Mas sí, esa fue la razón.
—¿A dónde fuiste, exactamente? —Es una pregunta sin interés del pelirrojo, de la cual Sasha sonroja sin siquiera intentar responder, para acto seguido llamarlo raro, mirón y vocablos similares, mientras que abre la puerta del conductor porque Floch ni en eso aportará.
—¡Además tengo hambre! —Quien debe conducir es ella.
—Puedes sacar algo del pantalón de Jean para comprar en el camino. No serías la primera de la noche en hacerlo —Dice como si aun éste cargara dinero.
Sí que da lástima el chico súper y más malo que la maldad, más popular y de los más cotizados de último año del instituto, ambos viajeros en condición descubren una vez arriban. La castaña a la que le saca más de una cabeza, es quien le está sosteniéndolo para que no se caiga a causa de la visión borrosa y el mareo, con la idea de llevarlo hasta la puerta de su casa a la que fueron con ella conduciendo su auto, tomándose la molestia de estacionarlo a la par que el pelirrojo se largó apenas tuvo la oportunidad, sin darle una mano más que, de nuevo, abrir la puerta y empujar a Jean quien se bajó solamente para retarle a una pelea a la cual a Floch le ganó luego de ponerle el pie en traba.
Sí, así de borracho está Jean.
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Abre los ojos, luego de una imagen mental con Sasha comiendo croissants en tiempo extendido, sin entender por qué la tiene por enésima vez en el último mes. La razón está justo delante, pero de su boca sale otro nombre.
—Mikasa —murmura lastimero, llamándola, a pesar de que ella no está alrededor y no estará durante los siguientes días. Se fue en un viaje con su madre, a visitar a su abuela en otro estado. Lo último que recuerda es despedirla y pasársela vagando por la ciudad luego de eso, de aquí a allá sin rumbo fijo. ¿Cómo es que se encontró con Sasha, la que no es del sueño, reprendiendo que haya ido a beber?
La manera en que le grita hace que Jean recuerde a su mamá, porque su mamá no cumple el dicho de "hacen más los que menos dicen" -aunque haga mucho- sobre todo cuando se trata de criticar a los haraganes. De niño a gritos y reprimendas hacía que se comportara; hasta que creció y pudo quitarse esas cadenas, eligiendo hacer siempre las cosas a su manera. No hubiera estado mal tener de vuelta esos gritos presentes, como en el momento en que decidió irse a ahogar en alcohol por segunda vez en la semana. Esa había sido su rutina durante cinco meses, la cual dejó al iniciar una relación. Esa relación que ya no existe porque Mikasa lo dejó.
Hay muchas razones, entre otras una cual más le avergüenza porque fue la gota que colmó el vaso. Habían intentado reponer parte del desencanto, físicamente, porque esa era la manera más fácil de tocar fondo y ver si la cosa funcionaría a largo plazo, a su parecer, además ella estuvo de acuerdo. Sin embargo, fue un fracaso. En este caso, por él.
Como hombre libre, fue lógica su acción de hoy ni bien aceptado el discurso de "No eres tú, soy yo". En algo hay que desahogarse. Lo grave es que está confundido, por un momento creyó que lo cargaba Connie. Tenía que ser él, porque lo llamó ¡y su amigo no debía fallarle también!, mas se percató luego de que la persona tenía cabello y que el reproche sonaba muy femenino. Es irónico que sea justo Sasha quien le esté criticando cuando es la que menos control de todos sus amigos tiene, desde que se conocen, en la mayoría de las cosas.
—¡¿Por qué eres tan pesado?! —Se queja, además, como si no supiera que es por su altura. ¿Acaso está borracha? O tal vez es su imaginación y su amiga hace cosas sin sentido en su mente otra vez.
Pero… se ve tan real, aunque sin tratarse de ese sueño donde la ve haciendo lo típico, pero con otro tono. Aquí no está comiendo croissants.
Él no entiende por qué, pero baja el tronco y la cabeza para estar a la altura suficiente de los de su amiga.
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Sasha siente recibir algo más largo que un beso normal, sin moverse un ápice de lo choqueada que la acción la deja. Cuando es plenamente consciente de lo que pasa, lo empuja y Jean cae de espaldas al suelo y simplemente se va corriendo sin darle más tiempo hacer algo a su amigo. Se echa a correr sin mirar atrás, como si alguien la persiguiera con intención de hacerle daño. Se aleja del edificio departamental y una vez corre las cuadras suficientes, entra a su casa totalmente desconcertada, confundida y asustada. Convencida de que, aunque es inocente esto la hará una traidora a los ojos de los demás.
Si Nicolo se entera, a pesar de que no sea culpa suya lo que acaba de suceder, él va enfurecer. Lo sabe, porque ella haría lo mismo si siendo novios, besa a otra.
"¿Pudiste traer a Jean?"
Es simple la respuesta para Connie, el cual recién ahora podía contestar, mas la joven no avisa.
¡Cualquier cosa que diga sería usada en su contra!
Después de tres minutos de contener la respiración y diciéndose a sí misma que no es ninguna pregunta trampa, le responde como si el beso de Jean nunca hubiera pasado, a la par que él da los motivos de no ir por Jean por su cuenta. Mientras se pasea en la habitación, más tranquila para seguir hablando con su mejor amigo, recibe un mensaje que el número que no es conocido. Apenas lo abre, se le notifica de otro con el mismo número.
Se le corta la respiración y le hace querer vomitar, ver todo completo.
"Pensé que tenías novio" dice el primero.
El segundo se trata de un video, donde la grabación únicamente estaba tomada los pocos segundos en que Jean tenía sus labios y hombros sobre ella. De lejos todo parece mutuo. Pero, desde su lugar, sabe que se no fue correspondida. Porque ella no le devolvió ese beso. Mas verla a ella de espaldas apenas lo hace notar, debido a la falta de enfoque dirigida hacia sus ojos y el silencio reinante.
Debido al mensaje, sumado al ángulo que les tomaron, solo se puede pensar en una persona que debe ser el lugar apropiado para tamaño teatro.
Todo lo que puede hacer Sasha, es intentar reprimir las ganas de echarse a llorar.
