¡Hola! Espero esta nueva historia les guste y no se les haga muy confusa….
Disclaimer: Nada de esta historia me pertenece.
Noches de Arabia
-¿No me vas a permitir amarte esta noche?- sus suaves labios acariciaron my hombro haciendo que sintiera cosquillas por todo el cuerpo.
-Amor, mi señor, no es lo que usted siente- respondí poniéndome de pie caminando al balcón.
Abrí las suaves cortinas de seda y salí al balcón a disfrutar del hermoso espectaculo que las estrellas estaban dando. La suave brisa de la noche acarició mi cuerpo e hizo bailar a mi cabello. Puse mis manos sobre el duro barandal de piedra y mire hacia la Luna, mi dulce protectora, iluminando mi amada tierra de Egipto, a la cual regresaría muy pronto.
-Maliha- dijo con voz ronca a la entrada del balcón.
-Mi señor, ese no es mi nombre- respondí escondiendo mi enojo, odiaba que la gente no me llamara por mi nombre especialmente porque la persona que lo había escogido ese nombre ya se encontraba en el otro mundo.
-Lo se,- respondió, escuché como se acercaba a mi,- tu nombre, amor mio, no me lo has querido dar.-
Eso es porque mi nombre es lo único mio que me queda... pensé con rabia, mal diciendo a esta espantosa Arabia.
-Mi nombre no es algo fuera de lo común, mi señor,- sentí sus fuertes brazos atrapando mi cintura.
-Es algo que mataría por saber,- sus labios acariciaron mi hombro desnudo,- ¿no me merezco ni siquiera alguna pista?-
-Bueno, mi señor, hay algo que le puedo decir,- dije poniendo mis manos sobre las de él mientras él descansaba su barbilla en mi hombro,- pero a cambio quiero que me diga que significa el nombre por el cual usted me acaba de llamar.-
Se rió suavemente en mi oído,- eres indescriptible,- beso mi mejilla y después llevó sus labios a mi oído para murmurar con voz ronca- Maliha significa mujer hermosa y atractiva en Arabe.-
-Mi nombre, mi señor, no es de su lengua natal,- dije dejando que mi mirada se posara en mi hermoso Egipto.
Algún día volveré a pisar sus bellas tierras...
-Bombón ¡despierta!- Burbuja gritó en mi oído haciéndome brincar de la cama.
-¿Que pasa Burbuja?- pregunté sobando mis oídos.
-Estabas diciendo cosas raras y me asuste,- dijo cerrando sus manos en puños y llevándoselos a la cara.
-¿Que clase de cosas?- pregunté bostezando y un poco preocupada (digo un poco porque tengo la tendencia de hablar dormida sobre cosas de ciencia que mi linda hermanita a veces no comprende).
-No se,- dijo pensando,- era como si estuvieras hablando en otro idioma-
Esto era interesante, -¿otro idioma?- Burbuja asintió su respuesta,- que raro.-
Soy una persona muy fluida en varios idiomas, hablo de Alemán a Francés, Ingles, Italiano, Latín e incluso Húngaro, pero jamas había hablado otro idioma mientras dormía.
-Seguramente estabas soñandote en un país extranjero- Burbuja ofreció y yo lo acepté, no se me ocurría nada mejor. Además, era apenas medianoche y a estas horas mi cerebro no estaba lo suficientemente descansado.
-Seguramente- respondí tallando mis ojos con la parte de atrás de mis manos.- Vete a dormir, mañana tenemos que ir a la escuela.-
-De acuerdo,- dijo no muy segura de quererme dejar sola, acercándose a la puerta- buenas noches,-
-Buenas noches,- respondí recostando mi cabeza mientras ella cerraba la puerta.
Maliha...
-Bellota ¿es que siempre tengo que carrerearte todas las mañanas?- pregunté enojada con mis brazos cruzados sobre mi pecho y esperando en la puerta a que mis hermanas se apuraran.
-No entiendo que es tan increíble de la escuela- dijo frunciendo el ceño, con un pan en la boca mientras abrochaba su chaqueta negra sobre su uniforme- sería muy feliz sin ella-
La miré seriamente, -¿Y supongo que serías feliz siendo una completa ignorante toda tu vida?-
-Por favor no peleen...- Burbuja suspiro haciendo que Bellota callara lo que iba a decir. Sus ojitos azules se habían llenado de lágrimas.
-Disculpa- dije acariciando su mejilla y mirando a Bellota firmemente,- ¿nos vamos?-
Las dos asintieron y pronto estábamos en el aire volando rumbo a la escuela. El viaje fue callado, o creo que así fue, yo estaba muy metida pensando en mi extraño sueño y con lo que Burbuja me dijo. ¿Habra una conexión entre las dos cosas? Es lo mas lógico e ilógico que jamas haya pensado. En mi sueño yo estaba en una clase de palacio en lo que creo que era Arabia, eso explicaría que hablara otro idioma, pero yo no hablo Árabe.
"Maliha significa mujer hermosa y atractiva en Árabe..."
Pero quién es ella o por que soñé con ella no lo se. Yo no soy la clase de personas que se emocionan con los sueños, pero esta ocasión es algo completamente distinto. Este sueño se sintió especial y extrañamente real, además, como si lo hubiera vivido antes. Los detalles de la habitación, del balcón y hasta del paísaje eran demasiado específicos como para haber sido una simple imagen creada por mi cerebro mientras dormía. Al mismo tiempo, también he estudiado y leído mucho de otras culturas y países que no me sorprendería mañana soñar con Brasil o Corea.
Al fin llegamos a la escuela y fuimos bienvenidas por las personas usuales: el club de fans de Bellota, Mandy y el perro cobarde de nombre Coraje (hablando de ironías) y Dexter, quien estaba sentado en los escalones de la entrada del colegio. Aterricé en frente de él haciendo que levantara la mirada. Él me sonrió y se puso de pie para mostrarme a su mas reciente adquisición para su colección de historietas. Dexter podría ser el chico mas inteligente del mundo y aun ser cualquier otro adolecente de diecisiete años que adoraba las historieras y figuras de acción.
Entramos a los largos pasillos de nuestro bello instituto y, después de despedirme de mis hermanas, Dexter y yo nos dirigimos a nuestra aula de clase. Mis hermanas y yo no teníamos ni una clase juntas hasta después del almuerzo donde solo compartía la última clase del día con Burbuja. La única hora del día que compartía con ambas era a la hora del almuerzo y para ser honesta me daba cierta alegría que fuera así. Mi relación con mis hermanas había, especialmente con Bellota, había cambiado desde que destruimos a los... ellos. Había cierta tensión entre las dos que no podía explicar pero que solo parecía empeorar con el tiempo.
-Hoy vamos a continuar leyendo la obra maestra de Shakespeare- escuché a una chica decir abrazando el libro de "Romeo y Julieta" sacandome de mis pensamientos.
-En lo personal encuentro el drama de "Romeo y Julieta" mas una comedia que una obra maestra,- dijo Dexter arreglándose las gafas con una sonrisa en el rostro.
-Estoy completamente de acuerdo,- dije entrando al aula y tomando mi asiento.
La clase de literatura era la primer clase del día y no podía evitar sentirme más alegre de tener esta clase en particular para comenzar mi día. Me encantaba leer, especialmente historias de suspenso y misterio, la clase de historias que requerían que usara mi cerebro más que para simplemente procesar la informacion. Claro que "Romeo y Julieta" no requería mucho esfuerzo cerebral, de lo contrario... me aborrecía esa historia tan predecible. No piensen que soy una persona fría que no encuentra lo "tierno" de esta tragedia amorosa, sino que todos los personajes, incluyendo a los padres de Romeo y Julieta tienen un nivel de inmadurez insoportable. Romeo ni siquiera amaba a Julieta, nada mas se encapricho con ella y su belleza puesto que según en la historia Romeo estaba enamorado de una tal Rosalinda hasta que conoció a Julieta. Tal vez fue amor a primera vista, tal vez se dio cuenta no amaba a Rosalinda, de todos modos, me fastidiaba esa obra.
Dexter y yo tomanos nuestro asiento que escogimos desde el principio del año escolar, hasta el frente del aula. La campana sonó, lo que significaba que cualquier persona que entrara al aula después de su timbrar estaba tarde, incluyendo al Profesor. El Profesor Medina era una persona muy puntual y seria, lo que hacia que me preocupara por su ausencia, especialmente porque el hombre de 63 años se negaba a retirarse a pesar de haber sufrido dos ataques al corazón en solo el fin de semana pasado.
-Parece que el Profesor no va a venir hoy,- murmuro Dexter mientras los demás alumnos comenzaban a hacer conversaciones por la falta de autoridad en el aula.
Fue entonces que la puerta se abrió y una mujer toda cubierta de pies a cabeza entro con cierta elegancia que hizo que todos guardaran silencio. Caminó lentamente hasta el escritorio y puso una bolsa que parecía haber sido tejida a mano sobre la negra madera. La tela blanca que envolvía todo su cuerpo incluyendo su cara, a excepción de sus ojos, le daba un misterio místico que seguramente hipnotizaba a cualquiera que se le pusiera en frente.
-Buenos días clase,- su acento se me hizo extrañamente muy familiar- mi nombre es Abra,- sus ojos grises estudiaron el aula, como si esperase que alguien fuera a hacer un chiste por su nombre, pero su presencia había enmudecido a todos, incluyendome a mi.- El Profesor Alberto Medina no se encuentra muy bien de salud y fue recomendado por su doctor que tomara unas vacaciones. Yo voy a ser su maestra hasta que él regrese, ¿alguna pregunta?-
-¿De donde es usted?- preguntó una de mis compañeras.
-De un lugar llamado Jeddah, que se encuentra en Arabia,- contestó casi automáticamente. -¿Mas preguntas? ¿No? Muy bien, empecemos. Su Profesor dejo un plan de estudios, dice que están leyendo "Romeo y Julieta"-
En ese momento, todos sacamos nuestros libros que el Profesor nos había requerido conseguir de una u otra forma.
-Muy bien, dice su Profesor que deberían comenzar a leer Acto II Escena II, ¿quienes estaban leyendo los papeles de los personajes?-
-El Profesor escoge nuevos voluntarios para leer los papeles de los personajes cada día,- respondió una chica con voz muy suave.
-Bueno, entonces, ¿quien quiere ser Romeo y quien quiere ser Julieta?-
Varias manos se levantaron para el papel de Julieta y la maestra substituta tuvo que escoger al muchacho que interpretaría a Romeo. La lectura comenzó, yo seguía los diálogos muy vanamente puesto que esta historia la conocía como la palma de mi mano. En lo que seguía pensando era en ese sueño extraño que tuve y ahora una maestra de Arabia viene a substituir a mi Profesor preferido por una semana ¿Coincidencia? Ya no estoy segura.
-Sólo tu nombre es mi enemigo.- escuche a la chica que estaba interpretando a Julieta decir con exagerada pasión,- Tú eres tú propio, no un Montagüe pues. ¿Un Montagüe? ¿Qué es esto? Ni es piano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni otro algún varonil componente. ¡Oh! ¡Sé otro nombre cualquiera! ¿Qué hay en un nombre? Eso que llamamos rosa, lo mismo perfumaría con otra designación. Del mismo modo, Romeo, aunque no se llamase Romeo, conservaría, al perder este nombre, las caras perfecciones que tiene. Mi bien, abandona este nombre, que no forma parte de ti mismo y toma todo lo mío en cambio de él.-
-¿Por qué no me amas?- su cabeza estaba recostada sobre mis piernas, el sol brillaba fuertemente, pero nos refugiamos bajo un frondoso árbol cuya sombra era refrescante.
-Mi señor, yo no soy digna de amarle,- le dije mirándolo a los ojos mientras que mis dedos delineaban un anillo en su dedo; el anillo del Faraón.
-Yo quiero que tú me ames,- dijo cerrando los ojos y con una sonrisa jugetona adornando su rostro.
-El amor, mi señor, no es un capricho- dije alejando mis dedos del anillo y acariciando su frente, quitando unos cabellos de sus ojos cerrados.
Él era en realidad muy apuesto, su piel estaba tostada por el sol, su cabello era café que podría mas bien ser rojo como el fuego, su cuerpo estaba bien formado y musculoso por el excesivo entrenamiento que recibía de su coronel. A pesar de que él era el sultán, él aun hacia casi todo lo que Fakhir le ordenaba cuando se trataba de la seguridad de Arabia. Pero lo que más me intrigaba de él eran sus ojos. Sus ojos color café que en ocasiones muy extrañas brillaban como el oro y el Sol, llenos de pasión y alegría. Pero, en mas seguidas ocasiones, mostraban una profunda tristeza y soledad que me arrancaban el alma.
-¿Acaso me odias?- preguntó abriendo sus ojos para mirarme fijamente, su expresión estaba seria y sus labios se volvieron una linea recta.
-Odio, mi señor, su nombre y titulo- dije seriamente mirandolo a los ojos. Si no fuera Sultán mi conrazón habría sido de él desde hace tiempo.
Sus labios se adornaron con una sonrisa que me confundió,- en ese caso, amada mía, Sultán ya no soy, y mi nombre ya no es Ptolemy...-
-Bombón, despierta- abrí los ojos para ver a Dexter con una expresión de preocupación.
Talle uno de mis ojos con la parte de atrás de mi mano,- ¿que... que paso?-
-Se quedo dormida mientras leíamos la obra- dijo la señorita Abra con cierta impaciencia.
-Lo siento mucho,- dije mientras mis mejillas se sonrojaban,- esto jamas me había sucedido antes,-
-No se preocupe,- dijo cruzándose de brazos, pero su rostro se había llenado con una extraña ternura.- Claro que lamento informarle que usted va a tener que leer lo que se leyo en clase en su propio tiempo,-
-Entendido,- suspire sentándome completamente derecha para evitar quedarme dormida de nuevo.
-Hemos terminado la lección de hoy pero aun tenemos quince minutos de clase,- dijo la maestra sentándose, apenas me había dado cuenta que se la había pasado toda la lectura de pie.- Yo conozco una historia como la de Romeo y Julieta que paso hace mucho tiempo en mi tierra natal, ¿les gustaría que se las contara?-
-¡Cuentela!-
-¡Por favor!- el tipico grupo de chicas románticas insistieron.
Una leve risita escapó sus labios cubiertos por su velo blanco,- Muy bien. Se cuenta que hace muchos siglos atras, la tierra de Arabia fue gobernada por un increíble y poderoso Sultán. Él amaba a Arabia, pero amaba aun más las candentes arenas de Egipto, tanto, que desposo a una joven Egipcia de la cual se había enamoro fervientemente de ella. Los años pasaron y la joven Egipcia dió a luz a un solo heredero al trono Árabe, y por ser ella Egipcia y por el amor que su esposo le tenía a Egipto, los dos decidieron ponerle un nombre provetiente de la lengua Egipcia.- De repente sus ojos mostraron una enorme tristeza que al parecer solo yo noté.- Pero entonces, en una de las visitas del Sultán a Egipto, su esposa fue asesinada por unos ladrones que se llamaban a si mismos 'Los Guerreros de Anubis'. El Sultán cayó en una gran depresión, y, después del entierro de su mujer decidió destruir el lugar que le había traído muerte al amor de su vida. Varias vidas se perdieron, y varias personas fueron esclavizados por Árabes para ser vendidas al mejor comprador.-
-Esa historia no parece de amor,- dijo una chica interrumpiendo a la señorita Abra,- mas bien parece una lección de historia,-
-Pero pequeña, todas las historias son clases de historia, ¿por qué crees que se llaman asi?- dijo dulcemente para después resumir su cuento.- Como iba diciendo, varias personas fueron esclavizadas y vendidas. Varios años después, cuando el Sultán ya estaba muy viejo para gobernar, le entregó a su único hijo el trono de Arabia dándole poder sobre todo y todos en esas tierras y en las de Egipto. Él joven muchacho se estaba volviendo avaro y prepotente con las tierras Egipcias, puesto que también las odiaba y culpaba por la muerte de su madre, aun más que su padre. Su odio llegó a tal punto, que los mismos Egipcios se traicionabas asi mismos para sobrevivir.-
-Insisto...-
-¡Shhhh! Dejala terminar,-
Rodee mis ojos y solo me limité a escuchar el resto.
-Varía gente de Egipto escapó a las tierras de Arabia para buscar una vida mejor, pero hasta los mismos Árabes aplastaban a cualquier Egipcio que se les pusiera en frente. Una vez, una joven robó un pedazo de pan para alimentar a sus hermanos menores, esta joven fue traída en frente del Sultán para ser ejecutada puesto que no podía pagar por el pan y tampoco lo podía regresar ya que sus hermanos se lo habían comido- la expresión de la señorita Abra parecía perdida en el recuerdo, como si ella hubiera estado en ese juicio y le hubiera molestado el resultado.- Esa joven fue rápidamente condenada a muerte por el cruel Sultán, pero, otra joven, una hermosa e inteligente Egipcia interrumpió el juicio y se ofreció como esclava a cambio de la vida de la otra joven.- Entonces su expresión cambio de nuevo a una mas suave y con ternura.- Se dice que el joven Sultán aceptó porque aquella mujer le había robado el corazón en el instante en que la vio.-
RIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIING!
-Bueno alumnos, eso es todo por hoy,- dijo la señorita Abra haciendo que varias chicas se quejaran mientras que varios chicos ya habían salido del aula.- Si mañana nos sobra tiempo, les contaré el resto de la historia, claro, si eso es lo que desean.-
Varias chicas hicieron sonidos de alegría que hicieron que Dexter se cubriera los oídos.
-Señorita Utonio ¿podría hablar con usted un momento?- la señorita Abra se me quedo viendo de una manera muy extraña.
-Adelantate,- le dije a Dexter quien asintió y tomo su camino hacia Química Avanzada. Una vez que ella y yo nos habíamos quedado solas en el aula levanté la voz,- Si es porque me quede dormida en clase...-
-¿Usted cree en la reencarnación?- me interrumpió con esa pregunta, su mirada era fría y calculadora.
-Claro que no,- respondí sonando un poco demasiado grosera.
Una risita resonó por las cuatro paredes del aula,- ¿por qué no?-
Su risa me había desconcertado, -Porque de acuerdo a la ciencia...-
-La ciencia no lo puede explicar todo,- su acento se hizo mas grave,- أنا أعرف أنك ممن-
-Disculpe,- sentí un nudo en mi garganta,- yo no hablo Árabe,-
-Entiendo...- sus ojos se nublaron por lo que parecía ser una gran confusión.- En ese caso, ya no le quitare más su tiempo.-
Me despedí de la maestra y usando mi super velocidad, llegue a mi segunda clase a unos segundos de que la campa sonara de nuevo anunciando la tardanza de los estudiantes. El resto de mi día se volvió lento y aburrido, algo no muy común para mi puesto que a mi me encanta el colegio. Ya no volví a quedarme dormida en ninguna de mis clases, la vergüenza que había sentido esta mañana había sido suficiente para asustar el sueño.
Al fin llego la hora del almuerzo, la única hora del día que veía a mis hermanas. Tomé mi comida y me metí al comedor escolar para ver si las encontraba, y de no ser porque tengo super visión y que mi hermana Burbuja se pone a brincar como conejo cuando me ve, estaría perdida en esta jungla de adolecentes. Tome mi lugar junto a Burbuja, Bellota tenia su cabeza recargada sobre la mesa y estaba mal diciendo entre suspiros.
-Esa boquita hermanita,- dije con voz seria pero sin llamar una pelea.
-Déjame en paz,- dijo sentándose derecha y tomando mi manzana,- el entrenador me acaba de decir que no tengo las suficientes calificaciones para seguir en ninguno de los equipos escolares.-
-Siempre te he dicho que hagas tu tarea,- le dije con seriedad pero sin querer sonar mandona.
-¡Pero es muy difícil!- Bellota le dio una gran mordida a la manzana.
-O simplemente eres muy floja,- dijo Burbuja riendo melodiosamente.
-Estoy de acuerdo con Burbuja-
-Callense,- murmuro tallando su ojo y bostezando.
-¿Cansada?- preguntó Burbuja con una sonrisa amigable.
-No lo entiendo,- dijo mordiendo mas suavemente lo que quedaba de su manzana,- ultimamente he tenido mucho sueño,-
-Si no salieras tanto a bailar...- ya no necesité decir mas puesto que la sonrisa picarona que se apoderó de los labios de mi hermana menor terminaron la pregunta. Había veces que nos llevábamos como si nada hubiera pasado, pero esos momentos ocurrían muy seguido.
-Me conoces demasiado bien,- dijo terminándose su manzana.
Mis hermanas y yo continuamos platicando hasta el punto en el que Burbuja nos iba a enseñar a dibujar, Bellota nos iba a enseñar a bailar y yo iba a ser la tutora privada de las Chicas Superpoderosas. Al menos, por el día de hoy el momento feliz había durado durante todo el almuerzo, no hubo peleas ni indirectas, solo risas y chistes. Pero todo lo bueno tiene que terminar cuando no podría estar mejor. De nuevo sonó la campana para resumir las ultimas dos clases del día. Una de esas clases era la mas aburrida que tenía en todo mi horario de clases avanzadas, Calculo. Era algo tan sencillo que hasta terminaba las tareas de fechas adelantadas. A la profesora no le molestaba, puesto que siempre entregaba mis tareas a tiempo, es mas, a veces me ponía a calificar las tareas y examenes de otros, puesto no tenia nada mejor que hacer. Patético.
La profesora nos dió el examen del cual nos había advertido desde la semana pasada. Como siempre, termine en menos de cinco minutos y me ofreció que calificara los examenes que ya habían tomado los de las clases anteriores. Como no tenía nada mejor que hacer, tome el marcador rojo y la llave de respuestas correctas, aunque no la necesitara. La profesora me dió los examenes de su primera clase puesto que no quería que tuviera problemas con mis compañeros si se enteraban que yo calificaba los examenes. Me estaba tomando mi tiempo calificando cuando de repente un gran sueño me invadió. Mis parpados se sintieron pesados, ojos comenzaron a cerrarse y comencé a cabecear y bostezar. Tomé la botella de agua que siempre cargaba y me la tomé toda en un largo sorbo para evitar quedarme dormida. No me podía volver a dormir en clase.
-¡Padre! ¡Madre!- grité con todas mis fuerzas mientras corría hacia él con el bello animalito en mis brazos.
-¿Que sucede? ¿Por qué esos gritos?- mi madre se levantó de su lugar junto a mi padre y caminó a alcanzarme.
-¡Mira!- dije emocionada, el pequeño gato que había entrado a mi habitación por mi ventana debíl y enfermo ya estaba sano.- ¿Lo ves? ¡Se ha curado!-
-Sefu, mira lo que tu hija ha logrado,- mi madre dijo con una bella sonrisa en su hermoso rostro.- Ha curado al gato que le mandaron los Dioses para proteger,-
-Mandisa me ayudó, madre,- dije señalando a mi querida amiga que había estado conmigo todo el tiempo que el gatito estuvo enfermo.
-Señorita,- mi dulce amiga dijo en su típico susurro sonrojándose.
-Sefu, Anat, han sido bendecidos por los Dioses con su hija,- una de los invitados de mi madre dijo. Mi padre estaba celebrando su vigésimo tercer año de nacimiento y que mejor manera de hacerlo sino con la bendición de los Dioses atravez de este gato.- Aun no le llega su sangre y ya se comporta como toda buena mujer.-
-Déjame ver a tu gato, preciosa,- dijo la casamentera estirando sus largos y arrugados dedos hacía mi. Yo le dí el gato como me lo había ordenado, mi sonrisa grande por mi gran asaña.
Ella miro al gato con suma atención, como grabandose cada detalle, -Todo principio tiene un final, y todo final es un principio,- dijo con voz seria viendo la patita del gato y midiendo sus garritas.- Tienes que regresar a tus orígenes para que tu final ya no vuelva a su principio,- le miro dentro de las orejas, su rostro tornándose aun más duro.- Tienes que desobedecer a tu corazón para que tu principio llegue a su final,- ella miró al gatito a los ojos con gran seriedad que me causó miedo y al parecer al gato también puesto que comenzó a maullar.- El amor es infinito, no lo vayas a olvidar,- puso al gatito en el suelo, y después de dar tres pasos cayó inmovil al duro suelo.- El amor lo puede todo, incluso tu alma salvar.-
-Gatito...- mis ojos se llenaron de lágrimas al ver a mi gatito muerto.
-A tu hija le espera gran sufrimiento, Sefu,- la anciana le dijo con voz seria,- un sufrimiento que romperá con las barreras del tiempo, y ni la muerte la podrá salvar de las lágrimas que llorará,-
-¿Hay algo que podamos hacer?- mi padre preguntó con desesperación.
-Nada,- dijo la casamentera cortante.- Solo ella puede salvarse...-
-¡Pero solo es una niña!- mi madre me abrazó, yo solo me limité a escuchar y a llorar la muerte de mi gatito.
-Tres vidas,- dijo la casamentera con tal seriedad y fuerza que por primera vez alejé mi mirada del gatito para verla a ella,- tendrás tres vidas para terminar este ciclo, si no lo haces, quedaras atrapada en él por el resto de la eternidad repitiendo el mismo final una y otra vez. La primera ya ha empezado, la segunda sera en estas arenas, y la tercera cruzara fronteras. No se que tengan los Dioses planeado contigo, pero todos los que incitan a tu historia a ser escrita serán también afectados de una u otra forma condenando a todos a tu alrededor.-
Abrí mis ojos y mire el reloj von descreción, solo habían pasado cinco minutos de que me quede dormida. Sacudí mi cabeza revisé mi rostro con el espejo, que ya se me había hecho costumbre cargar, para asegurarme de no haberme pintado la cara con el marcador. Sonó la campana de nuevo y ahora, mi ultima clase del día, Cultura Mundial, era lo que me detenía de ir a casa a tomar una larga siesta. No entendía que causaba tanto cansancio, yo dormía mis necesarias ocho horas durante la noche, peron aun asi, el sueño parecía haber tomado su propia decisión sobre mi. Suspire exhausta, algo que casi nunca hago, y entré al aula para ver a Burbuja con una sonrisa de oreja a oreja. Seguramente ese chico... Carlos, la había invitado a salir.
-Hola Bombón,-
-¿Por qué tan contenta?- pregunté sentándome junto a ella en los dos asientos de hasta adelante y esperando a que me contara lo que había pasado en su clase de Química con su querido compañero de laboratorio, Carlos.
-Por naaaaaaadaaa,- dijo con una pequeña risita sonrojándose.
-Ya vamos a comenzar,- dijo la profesora en cuanto sonó la campana.- Me gustaría empezar la lección de hoy con una pregunta, no tienen que contestar en voz alta pero si quiero que escriban sus respuestas y me las entreguen al fnal de la clase. La pregunta es: ¿como reaccionarían si hoy al llegar a sus casas sus padres les dijeran que han arreglado su matrimonio y se tienen que casar con alguien que jamas han visto es su vida?-
Burbuja hizo una mueca, ella creía en el amor a primera vista, y que con un beso podías distinguir si alguien era tu amor verdadero. Yo, la verdad, jamas había pensado en algo como eso. Se que es común en ciertos países del mundo, y que pasa a pleno siglo XXI, pero creo que el Profesor me ama lo suficiente como para respetar mi decisión de con quien decido yo casarme.
Pasaron unos diez minutos y la profesora nos pidió que dejáramos de escribir y después pidió por voluntarios para que leyeran sus respuestas. Burbuja fué una de las primeras en decir lo que pensaba expresando el descontento que le causaría si el Profesor la obligara a casarse con alguien. Más estudiantes pasaron y lo que me di cuenta fue que casi, si no es que todos en el aula no estarían de acuerdo si sus padres escogieran a sus esposos y/o esposas y que se negarían rotundamente a casarse.
La profesora nos comenzó a explicar la razón de este trabajo, que es, la diferencia de mentalidades en los distintos países. Nos contó sobre una compañera de la Universidad, ella era del oriente y que estaba a tres meses de titularse, pero sus padres decidieron casarla con un completo extraño. Ella obedeció y dejó la escuela para formar una familia con la persona que sus padres habían escogido para ella. Al parecer su amiga abandonó todo lo que había formado por si sola en occidente solo para complacer a sus padres y seguir la tradición. Eso me hizo pensar en que tanto estaba dispuesta a dejar por el Profesor.
De ahi vimos un documental sobre esta clase de culturas y tomamos notas en como eran los hijos tratados de distinta manera a nosotros. Como nosotros tenemos el privilegio de recibir una educación gratuita pagada por el gobierno, mientras que muchos eran negados de tan hermoso detalle por tener que seguir las tradiciones. También noté todos los requisitos que se le ponían a una mujer para ser una buena madre y esposa, y ninguno de ellos era titularse en medicina o política. Cuando la última campana sonó, no pude evitar sentir una gran alegría en la boca del estomago. Estaba muy cansada y con mucho sueño, que se me hacía muy raro porque, a diferencia de Bellota y como dije antes, yo si duermo las ocho horas requeridas para tener un buen día de aprendizaje.
Burbuja y yo encontramos a Bellota en el campo de fútbol jugando con el capitán del equipo varonil. A pesar de mi gran cansancio y agotamiento, decidimos esperarla sentadas en el cesped. Burbuja gritaba dándole ánimos a nuestra hermana, mientras que ella con facilidad recuperaba la pelota de los pies del chico cuyo nombre no recuerdo. Utilicé ese tiempo para pensar en cuanto tiempo había pasado desde nuestra ultima misión. Parecía como si los villanos se hubieran retirado, algunos monstruos aun venían, pero muy de vez en cuando y Mojo parecía haberse mudado de planeta o al fin había usado su cerebro por primera vez en su vida y se dió cuenta que jamas nos podría vencer.
Fue entonces que recibimos el impacto. De pronto hubo una fuerte explosión, lo que hubiera sido, no nos dió directamente a Burbuja o a mi, pero tenía la suficiente fuerza para lanzarnos a direcciones opuestas. Me puse de pie lo mas rápido que pude, una gran nube de polvo y humo nublaba mi vista y cerraba mi garganta. Sacudí mi cabeza casi perdiendo el equilibrio, mis oídos estaban zumbando por la explosión y mi cabeza estaba dando vueltas, haciendo que viera doble. El golpe fue tan fuerte que me pareció ver al muchacho con el que había estado soñando tanto ultimamente. Pero no podía ser él. El muchacho de mis sueños me sonreía con amor y compasión, este extraño, cuyos ojos no pude ver porque estaban escondidos bajo largos flecos, sonreía con malicia y odio.
-¿Me extrañaste?-
Continuará...
**NOTA: Este capitulo fue editado el 17 de Abril del 2011 con la adición de mas dialogo, descripción y la profecía de Bombón**
¿Que les pareció? Espero les haya gustado. La historia que cuenta la maestra substituta es ficticia, yo la inventé.
Notas: Yo en lo personal no creo en la reencarnación, solo se me hace un tema muy interesante para escribir, pero hay gente que se lo toma en serio así que nada mas quiero aclarar que este fic no fue hecho para mofarse de dicha creencia. Como dije antes, yo no creo en la reencarnación y estoy teniendo una batalla moral y religiosa interna que por favor no se sorprendan si algún día esta historia ha sido borrada.
أنا أعرف أنك ممن= "Se quien eres," (Iba a escribir la pronunciacion pero no la pude encontrar.)
Inspiraciones:
Este dibujo (sin espacios): http : / seraphenigma . deviantart . com/ art/ Arabian- Nights- PPGxRRB- 148065204
Esta canción: I want to spend my lifetime loving you- Marc Anthony y Tina Arena
