Tome la chaqueta del estante, Salí azotando la puerta lo mas fuerte que pude, a veces no me sorprendería salir de ahí y no regresar, no se exactamente que fue lo que paso, solo se que en un buen rato no quería regresar, solo quería mantenerme lejos de ese lugar, muchos de mis compañeros me aseguran que el tener una familia y ser amado es lo mejor, pero bien se que ellos nunca llegaran a conocer lo que son mis padres atrás de esa puerta que me separa con la realidad.
Temblé levemente, mi chaqueta era muy delgada y por lo tanto no me cubría del frió solo se que cuando Salí no pensé en todo lo que afuera me esperaba… solo quería alejarme, despejarme de aquellos insultos y desprecios, corrí cuando divise el maldito parque en el que siempre me refugiaba, solo quería un momento de paz, de tranquilidad algo que sabia no obtendría en mi casa, ya no bastaba con salir de la sala y encerrarme en mi habitación, no ahora tenia que salir de mi casa y alejarme unas seis cuadras para poder sentirme a salvo.
Siempre me dirigía a los columpios, quería sentirme como en aquellos días en los que era feliz… cuando solo era una niña… sin problemas, ni preocupaciones, solo feliz y con un hermano…
¿Por qué?
Esa simple pregunta me martirizaba, no sabia el por que de mis desgracias, solo sabia que era yo la que tenia que vivirlas, me hice pequeña en aquel columpio, sintiendo el frió colarse por el short de mezclilla, quería un abrazo, un beso… quería que me quisieran… solo eso un poco de amor….
¿acaso eso era un delito?
En mi caso eso era como una afirmación, siempre que intentaba recibir amor por parte de mis padres… siempre era lo mismo, desolación, desesperación y mucho dolor…
Ellos me culpaban de la muerte de mi hermano, pero si yo no…
Yo ni conciencia tenia de lo que era la vida a esa edad, tenia solo seis años y no podía distinguir lo bueno de lo malo aun, así que ¿Qué culpa podía yo tener?
Aun así mi vida giraba en torno a eso, ¿quien era yo para decidir el rumbo de mi vida? Era solo una hoja al viento… tan solo me dejaba llevar…
Y tal vez ese era mi error…
Tal vez al fin debería yo llevar las riendas de mi vida…
Con esa firme convicción regrese a mi casa, entre despacio, seguro que mis padres estarían durmiendo, sin importarles lo que me pasara, aun así no me importo, no sentí mas dolor, entre a lo que era mi habitación, llene las maletas y Salí, justo como llegué, en silencio en total mutismo… mi hermano me platicaba de un hermoso lugar, Konoha, ese pequeño pueblo de donde mis padres eran originarios, ese pequeño pueblo albergaría la esperanza de una nueva y mejor vida, de un nuevo comienzo para una pelirrosa que avanzaba con el corazón en mil pedazos…
Para una pelirrosa que solo quería olvidar y volver a comenzar en un lugar donde nadie la conociera y donde nadie pudiera reprocharle algo de lo que ella no era culpable…
De la muerte de su único hermano, del ser que mas amo y de la única persona que en verdad la amo…
