"Sesshomaru es un fumador compulsivo con un pasado realmente horrible que lo ha sumido en el alcoholismo. Kagome fue una niña abandonada que fue utilizada durante muchos años por tipos que solo se aprovechaban de ella y la hacían trabajar en cosas horribles para llevar una vida de lujo. Ambos se encuentran en un centro de rehabilitación y entre los dos empieza a nacer algo muy despacio que al final los ayudará a superar todos sus dolores del alma."
DEL AMOR NACE LA ESPERANZA.
Cap. 1 La Ayuda
Me encuentro corriendo bajo las calles de Japón una noche fría y lluviosa no se como sucedió todo tan rápido, hace unos momentos estaba apunto de meterme en la cama con un hombre cuyo nombre no conozco y ahora estoy corriendo mareada, drogada y asustada; pero ahora solo quiero borrar todo mi pasado, no quiero dejar rastro de una vida miserable y sucia de la cual vivo, debo acabar con todo esto—mis pensamientos se detuvieron al ver mi única salida a todo el sufrimiento, mientras subía las largas escaleras del gran puente cual abismo mas oscuro no podía ver en su fondo, solo el ruido de las tranquilas aguas del mar, al llegar a mi destino trate de subir a la orilla del gran puente mareada gracias a todas las diferentes drogas digeridas en mi cuerpo—estoy lista para que esta vida de dolor y sufrimiento termine—susurre cerrando mis ojos lentamente tomando mi ultimo respiro de aire puro y fresco.
¡Hey! —escuche la voz de un hombre tras de mi—muchacha, tranquila todo esta bien, solo baja de ahí—su voz era tan calmada que daba paz, solo miraba una imagen borrosa a mi costado.
¿Por qué debería de hacerlo?—cuestione débilmente mientras mi cuerpo no podía mas empezaba a temblar por las sobredosis de las drogas--¡vete de aquí déjame sola!—grite apunto de saltar pero sentí los brazos del joven rodeando mi cintura.
¿Cómo puedo dejar morir a alguien como tu y mas en tu estado?—cuestiono mientras me alzaba y caminaba a paso rápido a un automóvil—necesitas ayuda—el joven me puso en el asiento del auto y me puso el cinturón con cuidado y rápidamente cerro la puerta y entro por la otra para encender el automóvil—todo estará bien, ya lo veras—escuche esto ultimo mientras mi cuerpo entro en las penumbras…
¡Sango!—llamo un joven con una chica en brazos entrando deprisa a un pasillo largo.
¿Qué pasa Miroku?—cuestiono mientras salía de la recepción--¡dios mío!, ¿Qué fue lo que le paso?—cuestiono preocupada al ver a la chica en sus brazos ya que su aspecto no era muy favorable sus labios estaban casi morados, mojada, con temperatura, golpeada y muy pálida.
A decir verdad no lo se—miro a la joven y después a Sango—solo la salve de una horrible muerte, tubo suerte de que estuviera de paso ya que vendría por ti y le mire de puro milagro—su tono era serio y con un tono de preocupación.
Pobrecita—dijo mientras regresaba a la recepción y tomaba una tarjeta—sígueme Miroku la llevare a una habitación—dicho esto guio a Miroku por los pasillos hasta llegar a una habitación—debemos cambiarle las ropas, ya que puede empeorar sus estado—entro a una habitación y saco una bata color blanco—recuéstala en la cama yo le cambiare los ropajes.
Si—Miroku recostó a la joven en la cama y salió de la habitación recargándose en la puerta para la espera de su novia.
Mira como estas—susurro preocupada Sango mientras terminaba de cambiarla secarle el cabello—Miroku ya puedes pasar—al terminar Miroku entro a la habitación.
Se nota que es de dinero—opino mirando a la joven—¿me pregunto que le habrá pasado?—volvió a mirar a la joven y después poso una de sus manos en el hombro de su novia.
Lo que haya pasado, ya no pasara al menos aquí la cuidaremos como es debido—acaricio el cabello azabache de la joven—aquí la ayudaremos a salir de su problema—dicho esto checo a la chica y salieron de la habitación.
Mañana hablare con el doctor Motomiya sobre la chica el sabrá como ayudarla—dijo Miroku mientras llegaban a recepción—este centro de rehabilitación es precisamente un centro de apoyo a si que Motomiya no se negara.
Tienes razón—apoyo Sango tomando su abrigo—ya mañana será otro día—se despidió del guardia de seguridad en turno que acababa de llegar y tomaron rumbo a su hogar.
¡es el colmo Sesshomaru!—gritaba un joven histérico al ver el estado de ebriedad de su hermano--¡esto no puede estar así!—hizo una pausa levantando la botella de whisky del suelo--¡hablare con mi padre sobre esto, mira que he hecho mucho por ti y no quieres comprender!
¡cállate maldito bastardo!—contesto un Sesshomaru my ebrio—¡tu no sabes nada!—hizo una pausa mientras se levantaba en el sillón y le miraba con furia—¡nadie sabe nada!.
Por eso mismo Sesshomaru—dijo mas calmado su hermano—es por eso que necesitas ayuda—dijo preocupado acercándose a su hermano—¡con un demonio Sesshomaru, te alejaste de todos nosotros sin decir nada y aquel día en ese bar te encontré en las mismas condiciones!—volvió a exaltarse el joven—¿es que acaso no piensas en nuestro padre?
Eso mismo me pregunto yo, Inuyasha—dijo Sesshomaru mas calmado—¡mi padre no se preocupa por nadie que no sea el mismo!—con furia lanzo el vaso de vidrio a una pared de la gran sala de aquel departamento—escúchame bien Inuyasha, yo jamás—hizo una pausa para tomar del cuello de la camisa a su hermano—entiéndelo jamás recibiré la ayuda de ese hombre que se dice llamarse nuestro padre—lo aventó al sillón y como pudo salió de ese lugar.
Sesshomaru—susurro Inuyasha mientras tomaba su celular y marcaba el teléfono de su padre.
¿bueno?—cuestionaron del otro lado de la línea.
Padre soy yo Inuyasha—dijo dando un suspiro—lo he encontrado pero no quiere ayuda que venga de ti.
¿Cómo que un hijo mío no requiere de mi ayuda?, ¿en que estado se encuentra?—cuestionaba en tono de preocupación y frialdad al mismo tiempo.
Mal, su estado es deplorable—miraba la puerta por donde Sesshomaru acababa de salir hace unos momentos—el acaba de salir pero no se fue de el edificio, así que no te preocupes.
Muy bien, procura que no salga mañana o esta noche—ordeno el hombre desde el otro lado de la línea—mañana temprano estaré con un especialista para ver su caso.
Bien iré a ver donde se encuentra, descansa padre—suspiro y corto la línea—bien no puedes esconderte de mi Sesshomaru—dicho esto salió de la habitación rumbo a la azotea del edificio.
No se hace cuanto tiempo dejo de llover pero dejar que las gotas de lluvia tocaran mi rostro hacían que mi furia disminuyera rápidamente, me sentía mareado por el alcohol pero ya era una costumbre, un habito desde que recuerdo—pensaba mientras sacaba una cajetilla de cigarrillos y encendía uno mientras inhalaba el humo del mismo sintiendo una sensación de alivio en mi cuerpo mientras todo el estrés y preocupación desaparecía, y dejar sentir como el humo raspaba mi garganta causaba una gran sensación—mi primera borrachera fue cuando esa mujer me traiciono desde entonces mi mundo se ha vuelto un gran problema, problema que resuelvo con una botella de alcohol—sonreí con ironía y mire la ciudad iluminada por todas esas luces que provocaba el manto oscuro de la noche mientras las estrellas de arriba nos arropaban para darnos un poco de luz—las ironías de la vida—susurre mientras volvía a encender otro cigarrillo de la misma manera que el anterior.
Sesshomaru—escuche mi nombre detrás de mi mientras mi hermano se sentaba junto a mi a contemplar la ciudad—en verdad no quiero estar distante de ti, pero tu no me dejas ayudarte—contaba Inuyasha mientras jugaba con sus manos.
¿Qué es lo que quieres que haga?—me recosté en el suelo a contemplar las estrellas--¿Qué regrese de rodillas a pedir perdón?, no lo creo—conteste fríamente mientras cerraba mis ojos lentamente.
Si te pidiera que fueras a un centro de rehabilitación, ¿irías?—su pregunta hizo abrir mis ojos en seco mientras mi cabeza daba vueltas rápidamente por causa de la ira.
¿Crees que yo entraría en un lugar de esos?—cuestione rudamente mientras me levantaba rápidamente y mi cabeza empezaba a girar rápidamente.
¡Sesshomaru!—escuche el grito de Inuyasha sintiendo que mi cuerpo se paralizaba mientras tropecé de espaldas mirando alejarse todo lentamente de mi--¡vamos Sesshomaru resiste!, ¡dame tu otra mano!—escuchaba el lamento de desesperación de Inuyasha mientras trataba de subirme--¡demonios Sesshomaru!, ¿acaso quieres morir?.
Esa pregunta me hizo reaccionar para con un poco de esfuerzo tenderle mi otra mano en esperanza de apoyo, era verdad mi mente y mi cuerpo querían morir pero mi alma no lo quería, esa parte de mi pedía agritos ayuda, ayuda que jamás pediría por mi orgullo, por mi forma reservada y fría de ser, a un así no quería morir.
¡Un poco mas Sesshomaru!—sentía como Inuyasha daba todo por salvar mi vida, así que como pude apoye mis pies en la pared y empuje con la poca energía que me quedaba para caer en el suelo a un lado de Inuyasha escuchando su respiración agitada al igual que la mía para después escuchar sollozos por parte de Inuyasha--¡ maldición!—escuche sus susurros mientras se ponía de pie—vamos a tu habitación debes descansar—hizo una pausa mientras me extendía su mano y me ayudaba a levantarme y pasaba uno de mis brazos alrededor de sus hombros y bajábamos a mi piso correspondiente, el camino fue largo y silencioso yo seguía en estado de shock mientras que Inuyasha estaba pensativo; no supe cuando llegamos a mi cuarto pero yo ya estaba recostado en la cama mientras Inuyasha se sentaba en un sillón cerca de la cama—esto que acaba de pasar, es algo de lo que te puede pasar si no recibes la ayuda correspondiente Sesshomaru—su tono de voz era tranquila—duerme ya que mi padre vendrá mañana—al escuchar esa revelación me incorpore en la cama y lo veía con ira, ¿Cómo era posible que el haya desobedecido mi forma de pensar?—no me importa lo que pienses, ya lo decidí recibirás ayuda te guste o no—me miro fríamente algo raro en el—así que si es necesario no dormiré esta noche—me recosté en la cama cerrando mis ojos lentamente y susurrando un—" Gracias Inuyasha".
