Disclaimer: Los personajes y el universo en el que se desenvuelven no me pertenece, ésta historia fue escrita únicamente con fines de entretenimiento.
Advertencia: Contenido shonen-ai, es decir, temática homosexual, si no te agrada la idea estas a tiempo de retirarte.
I will protect you...
El pequeño y dulce concepto de proteger no podía sino ser personificado por alguien que igualara la idea en todo sentido.
En principio porque así era el juego, porque aquella era su posición y Asahi simplemente había sido la estrella a cuidar -podría haber sido alguien más- (aunque sabe que no podría haber sido igual), simplemente aguardando, encontrando el momento exacto en el cual debía moverse y arriesgarlo todo, porque los demás confiaban en que él podría hacerlo.
Así era el juego.
Después, la amistad había creado un vínculo que le resultaba misterioso en niveles que no podría describir y que no hacía sino intensificar sus deseos por proteger el balón y por tratar de ganar un punto más hacia la victoria. Era entonces una cuestión de camaradería que lo hacía gritar extasiado ante cada uno de los puntos que el castaño anotaba.
El gran drama comenzó cuando el éxtasis no se encontraba en la posibilidad de aumentar el puntaje del marcador, sino en la manera en que su estrella parecía volar e iluminarlo todo con su mera presencia.
El temor a quedar deslumbrado con alguna de las sonrisas de Asahi, el temblor en sus miembros ante el apretón amistoso que el más alto solía dar a su hombro en los momentos más tensos y, pronto, el sonrojo nocturno cuando pensaba en ojos achocolatados y miradas honestas… todo ello se volvió tan solo una bomba de tiempo que amenazaba con hacer explotar su corazón.
Entonces, proteger a Asahi se volvió una tarea que no implicaba únicamente al voleibol, sino que se convirtió en costumbre -y muy en el fondo- en deber. Se encontró a sí mismo siguiendo al otro chico aunque su propia casa quedara un par de manzanas más lejos, agudizando el oído en cuanto escuchaba su nombre brotar de los labios de cualquier persona que estuviese a su alcance y averiguando discretamente gustos, manías y fobias por igual.
Pronto Noya sabía más de Asahi que quizás incluso él mismo -lo que sería entendible dado que el muchacho era tan descuidado- y eso, descubrió, se convirtió en una tortura más punzante de la que pudo haber imaginado.
Pues qué importaba todo eso si su estrella no se daba por enterado, qué importaba si él mismo no estaba dispuesto a arriesgar nada para dar un paso adelante -lo que era casi antinatural en un ser tan impulsivo como él-, qué importaba todo ello si finalmente sabía que Asahi ya estaba enamorado de alguien más.
Entonces, como guardia, sólo le quedaba seguir protegiendo al joven, incluso de los sinsabores del amor.
Incluso a pesar de él mismo.
Porque eso era lo que había hecho desde un principio y no podría cambiarlo a estas alturas.
El que protege nunca espera nada a cambio, porque si lo espera, se arriesga a perderlo todo.
Y él no soportaría perder su luz.
Notas de la historia: Título carente de originalidad, con una idea salida de la nada... En fin, mi primer aporte al fandom~
¡Gracias por leer!
