Hola! Pues sí, aquí les traigo otro proyecto y tengo un montón que actualizar, pero ya veré que hago. Jajaja
Parejas:
KaiXRei (porque los amo -)
BryanXYuriy (porque sin ellos, esto no sería divertido)
TysonXMax (créanme cuando les juro que fue necesario n.nU)
HitoshiXBrooklyn (con la esperanza de que otros se enamoren de esta bella pareja y porque sé que a Nekot le agrada XD )
Dedicatoria: Pues para nuestra querida cumpleañera Nekot ! Felicidades por otro año de locura, perversión y yaoi. XD. Te quiero mucho querida mía. Y no puedo esperar a acosarte de nuevo. Te conozco desde hace poco, pero realmente eres una chica sumamente especial. Ojalá que te guste. Lo hice con mucho mucho mucho cariño.
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Perspectivas
Por Addanight
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La vida siempre buscará reírse.
Tú decides si ríes con ella,
o permites que se ría de ti.
Todo es cuestión de perspectivas.
Addanight
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Capítulo 1: Envidia
En una pequeña sala, cuatro jóvenes se encontraban cómodamente sentados. Uno de ellos llevaba cerca de dos horas hablando, mientras los otros le escuchaban con atención. Esta era sólo una de las tantas reuniones que realizaban. Siempre trataban de efectuar al menos una a la semana. Por lo general, sólo se dedicaban a divertirse y reír, pero esta vez, uno de ellos había llegado de un ánimo bastante malo y, siendo sus amigos, era deber de los otros tres el escucharle atentamente. El vapor de las tazas de té, que se encontraban sobre la mesa de centro, se impregnaba en el ambiente llenando el aire de un delicioso aroma. Las deliciosas galletas horneadas por el que hablaba, eran lentamente devoradas por los oyentes. Y hasta el mismo aire parecía haber guardado silencio en respeto al joven que hablaba.
"Y eso fue lo que sucedió. Después de eso, me dijo que debería tratar de ser un poco más pervertido y sensual como Yuriy y en ese momento salí de la habitación." Terminó diciendo el neko después de relatar lo acontecido hace tan sólo unas horas. Sus doradas orbes reflejaban tristeza. Todavía no podía creer que, a sus veintidós y después de casi seis años de relación, su pareja continuara apreciándole tan poco.
"En serio Rei, todavía no entiendo como soportas a Kai, el príncipe del hielo, Hiwatari." Comentó un bello pelirrojo que se encontraba a la derecha del chino. Sus preciosos cabellos caían con gracia sobre su níveo rostro, mientras sus azuladas orbes conservaban un toque de frialdad. Sus entalladas ropas acentuaban, aún más, su ya notorio atractivo. Mientras su personalidad y porte lo convertían en un chico irresistible.
"Del mismo modo que tu aguantas a Boris, sádico sin corazón, Kuznetzov." Comentó esta vez un joven rubio. Sus claros ojos azules relucían de gozo, como usualmente lo hacían. Su ropa deportiva ocultaba un poco su cuerpo, pero no por eso dejaba de ser sensual.
"Como te envidio Yuriy, al menos Boris no te compara." Agregó el pelinegro un tanto decepcionado. ¿Por qué no podía Hiwatari estar conforme con lo que le ofrecía? Él le había entregado todo de sí. Por ello es que no entendía como siendo que Kai juraba amarle tanto, no podía estar satisfecho con lo que él le daba.
"¿Qué no me compara dices? Si no hace otra cosa que decir, Yura, te amo, pero ¿Por qué no puedes ser un poco más hogareño como el kot?" Mencionó el ex líder de los Demolition Boys sintiendo la ira acumularse en su ser ante el recuerdo de su exigente pelilavanda.
"Quizá es cosa de rusos." Comentó el neko quien había tomado asiento en el sofá. Su largo cabello se encontraba atado a una larga cinta blanca. Su blanco traje chino no había cambiado mucho con los años. Lo que sin duda no había permanecido sin cambios era el chico, a quien los años le habían dado unos rasgos más finos, acentuando su belleza. En tanto que su varonil figura se había visto favorecida por los excesivos entrenamientos de su ex capitán y pareja.
"Yo más bien diría que es cosa de semes." Replicó el americano llamando la atención de los presentes. Todos se miraron durante algunos segundos antes de concordar con la recién mencionada teoría.
"¿Tú también tienes problemas con Ty?" Le cuestionó el dueño de Drigger al joven rubio.
"Sí, se la pasa diciendo que hablo demasiado y que debería ser un poco más tranquilo como Brooklyn." Contó con tristeza el muchacho esperando la reacción de sus oyentes.
"Por Dios Max, Tyson, imbécil traga-lo-todo, Kinomiya no tendría por que quejarse. Es decir, todavía no superamos el hecho de que te hayas casado con él." Dijo Yura con enojo causando que todos lo miraran con extrañeza, a pesar de que no era la primera vez que hacía un comentario de ese tipo.
"Me temo que esta conducta es una constante en nuestras parejas." Mencionó tranquilamente el cuarto miembro del grupo quien, hasta ese momento, había permanecido en silencio.
"¿Acaso tú también tienes problemas Brooky?" Cuestionó el ruso mirando al pelinaranja.
"Efectivamente. Hitoshi considera que yo debería ser más alegre y conversar más con él." Afirmó el joven al tiempo que miraba con aparente calma a los presentes. Sus esmeraldas orbes eran increíblemente profundas. Y su tranquilidad y gentileza le convertían en una persona increíble.
"¿Qué? ¿En serio Hitoshi, entrenador con delirio de grandeza, Kinomiya no está conforme contigo?" Cuestionó Max, mientras todos le miraron con extrañeza.
"¿Entrenador con delirio de grandeza? ¿No crees que es un poco largo para ser su apodo?" Preguntó Yura con ese delicioso acento tan típico de su natal Rusia.
"Quizá, pero no se me ocurrió nada mejor." Mencionó el dueño de Draciel.
"Seguro que si fuéramos como ellos quieren no lo soportarían." Agregó Yuriy sin saber que sus palabras estaban desatando algo en los presentes.
"Sí, estos chicos piden y piden, pero cuando les dan lo que quieren descubren que ya no lo desean más." Le apoyó el estadounidense.
"Es necesario ponerle un alto a esta situación." Se sumó el pelinaranja para sorpresa de todos.
"Dejemos de hablar así muchachos. Tengo una idea, ¿Qué tal si vamos unos días de vacaciones los ocho?" Sugirió el chino. Los muchachos miraron con simpatía su propuesta.
"Quizá así nos relajemos un poco." Dijo el neko. Después de esto, los presentes se dedicaron a hacer planes de lo que harían en sus vacaciones por el resto de la reunión.
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Hace ya varios minutos que solo me dedico a mirar por la ventana, mientras mi kot hace las maletas. Por alguna insana razón, mi gatito ha decidido que necesita vacaciones. ¿Vacaciones? Pero si realmente no hace gran cosa, salvo estar en casa. Ni siquiera quiere jugar un poco conmigo cuando llego del trabajo. Maldito Kuznetzov, como lo envidio. A él Yuriy lo espera con una sonrisa de total deseo en su rostro todos los días. ¿Por qué mi gatito no puede ser así de sensual?
Después de varias horas de viaje, por fin nos hemos instalado en la pequeña casa en la que nos quedaremos. Estamos a varios kilómetros de cualquier lugar, así que solo conviviremos nosotros ocho. ¡Qué horror! ¿Cómo se supone que pase tanto tiempo con Takao? Dios me odia, eso o solo disfruta haciéndome sufrir. Mi neko yace dormido a mi lado. Me pregunto, ¿Qué estarán haciendo Yura y Boris? No es difícil imaginarlo. Mis ojos viajan hacia la ventana y se fijan en una muy brillante estrella. Maldito Kuznetzov, como lo envidio. Y con ese pensamiento en mente me dejo llevar hacia el mundo de los sueños.
Algunas horas después, los rayos del sol comenzaron a golpear lentamente mis ojos, pero no estoy de humor para otra discusión con Rei; así que simplemente voy a fingir que sigo durmiendo. Rei, lo amo, es sólo que a veces siento que le falta pasión a nuestra relación. Quizá Yura pueda prestarle un poco, dado que le sobra tanta. Estoy a punto de dormir nuevamente cuando siento un peso sobre mi cuerpo. Unos húmedos labios empiezan a recorrer mi cuello causando que mis suspiros empiecen a inundar el ambiente. Así es como todo hombre debería tener el placer de despertar, entre los besos y suaves caricias de su koi. Me da gusto que Rei se haya percatado de su error y haya decidido compensármelo. Lo bueno es que no soy rencoroso. Con esto en mente, abro mis ojos con pesadez al tiempo que busco al dueño de mi corazón. Siempre supe que mi kot podía ser sexy y pervertido. Pero al abrir completamente mis orbes, mi mirada se topa con aquellos fríos y calculadores ojos que, sin duda, no se parecen en nada a la dulce mirada de mi amado.
"¿Qué ocurre mi amor? Pareciera que hubieras visto un fantasma." Menciona el joven que estaba sobre mí hace unos minutos.
"¿Qué crees que haces?" Le cuestiono.
"¿Qué parece que hago? Trato de que mi esposo me de algo de amor." Agregó el chico colocándose sobre Hiwatari, al tiempo que le proporcionaba el más ardiente beso que en su vida hubiese recibido.
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¿Qué estoy haciendo? Pues pongámoslo de este modo. Mi muy lindo y testarudo koi llegó a la casa hoy con cara de que quería algo. Sin pensarlo dos veces, se tiró a mis brazos y empezó a desvestirme con desenfreno. Yo aún no había tenido tiempo de reaccionar ante su súbita acción cuando él ya se había detenido nuevamente. Fue entonces que me dí cuenta que algo estaba terriblemente mal. Sólo hay dos motivos por los que Yura y yo no hacemos el amor: Yuriy está enfermo o está molesto. Y pues considerando su rostro supongo que la segunda opción es más acertada.
"¿Qué ocurre?" cuestiono al notar como mi koi cesa sus besos.
"Nada. Sólo quería avisarte que nos vamos de viaje" Me dice mientras le miro extrañado. Ya decía yo que algo quería.
"¿Qué?" Cuestiono.
"Lo que oíste. Nos vamos, así que empaca." Me ordena mi esposo.
"Pero…" Trato de reclamar, pero soy agresivamente interrumpido.
"Ni un pero, has estado terrible conmigo esta semana y estoy muy molesto. Y si no me llevas puedo ponerme peor y créeme, tú no quieres eso." Agrega mi Yura con sus ojos encendidos en furia. Tiene razón, eso no es lo que deseo. La última vez que le molesté realmente terminé una semana en el hospital. Sí, así es mi hermoso y autoritario chico.
"¿Y a dónde vamos?" Cuestiono derrotado.
"Así me gusta" Me dice en tanto guarda silencio y empieza a ayudarme a guardar mis pertenencias.
Hace mucho que abandonamos nuestro hogar. Por suerte no viajamos todos juntos. No sé si ya lo saben pero vinimos cuatro parejas a este viaje. Se imaginan cuatro horas atrapados aguantando al hiperactivo de Max o tratando de soportar al muy idiota de Hiwatari. Eso sí que hubiera sido un martirio. Ahora tanto Yura como yo estamos en la habitación. Él no me dirige la palabra, señal de que continua molesto por la comparación que hice entre él y el pelinegro. Detesto que sea tan frío conmigo. Seguro que si me hubiera casado con Rei esto no me estaría pasando.
Me pregunto qué harán Kai y el kot en este momento, seguro que Kon le está dando un delicioso masaje y consintiéndolo como siempre. ¡Qué afortunado es ese imbécil! Rei no hace nada más que dedicarse a atenderle y asegurarse que todo esté perfecto. El chino trabaja y trabaja y él sólo se dedica a dejarse querer. Mis ojos entonces notan un brillo singular en el cielo. Como quisiera estar en su lugar. De pronto mis párpados me pesan y tratando de buscar algo de calor abrazo a mi bello pelirrojo.
Mis pesados párpados me impiden admirar lo que a mi alrededor sucede. Un agradable aroma llega a mi nariz. Con un poco de curiosidad abro los ojos tan sólo para encontrarme con un delicioso desayuno colocado sobre la mesita a un costado de la cama. Mis lavandas orbes viajan entonces hacia el responsable de ello. Mis ojos se abren de par en par, al tiempo que el joven frente a él se le acercaba y comenzaba a besarle con pasión.
"Buenos Días cariño, ¿dormiste bien?" cuestiono admirando al chico frente a él.
"¿kot?" Pregunto confundido pensando que mi mente me está jugando una broma.
"¿Si?" Me dice.
"¿Qué haces aquí?" Inquiero mirando fijamente al otro.
"Sólo lo que hago todos los días. Traerte el desayuno como todos los días, para que tú comas mientras te doy un masaje." Dijo el chino como si fuera la cosa más obvia del mundo.
"Rei ¿Con quién te casaste?" Cuestiono, mientras ciertas teorías empiezan a maquilarse en mi mente.
"Pues contigo tontito." Respondió el pelinegro, ahora sí estoy seguro de que esto es un sueño. Y siendo así, creo que no me queda de otra más que disfrutarlo.
"Ya veo. De acuerdo. Consiénteme gatito." Pido mientras el otro me sonríe abiertamente.
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A penas ayer llegamos a esta pequeña cabaña a la que mi americano me obligó a venir. Pero como sé que lleva varios días molesto decidí venir. Anoche fue una noche increíble, las estrellas tenían un brillo muy especial y durante horas les admiré, lamentandome de que Mizuhara no me acompañase. Por lo general, me levanto muy tarde, pero no hoy. Todo debido a que tengo la ligera sensación de que algo me falta. Notando la ausencia de calor a mi lado. Abro perezosamente mis ojos al notar que mi Maxie no está. ¿Qué raro? Por lo general, nos levantamos al mismo tiempo. Me pregunto ¿a dónde habrá ido? Sintiendo como el sueño me llama de nuevo, me recuesto una vez más. Es entonces que siento unas leves caricias sobre mi rostro.
Seguro que es Max, solo él tiene ese toque tan único y especial. Abriendo mis ojos de par en par, mis orbes sólo divisan un color: rojo. Tomando inmediatamente la almohada veo al culpable de aquellos roces y trato de matarlo con una almohada. Lo sé, no es lo más inteligente que haya hecho, pero quizá esto le enseñará a no meterse a mi cuarto. ¿Cómo se atreve? En ese preciso instante, la puerta se abre y una elegante figura entra. Pero lo mejor del caso es que en esa bandeja hay comida. Comida que huele muy bien ahora que lo pienso. Ignorando al nuevo presente me dispongo a seguir atacando a la bestia que hace un momento me tocaba.
"Takao ¿Qué haces? Déjalo." Me dice el pelirrojo en tanto que se acerca a la pequeña ave.
"Esa cosa me atacó. Quería comerme" Aseguré.
"Takao, te aseguro que esta noble ave no tenía la más mínima intención de dañarte amor mío." Agregó el joven Masefield mirando al otro joven.
"¿Amor mío? ¿Con quién crees que hablas Brooklyn?" Cuestiono confundido ante las palabras de mi cuñado.
"Pues con quien más. Con mi muy amado marido." Respondo al tiempo que mis ojos se abren al doble de mi tamaño. Esto no es divertido.
"Ahora ¿Por qué no haces las paces con este noble animalito?" Cuestionó el pelinaranja acercando aquel monstruo a mí.
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Sólo tengo una cosa qué decir. Mi koi es raro. A decir verdad es quizá la persona más difícil de entender que haya pisado la faz de la estúpida tierra. No se trata sólo de esa nobleza que tanto le caracteriza, sino de ese afán suyo de vivir tanto en sus propios pensamientos que le mantiene tan lejano a mí. A veces desearía que pasara más tiempo conmigo y no con los estúpidos animales del bosque. Pero supongo que no puedo cambiarle. Acepté venir con él a este viaje con la esperanza de que al estar acá pueda convencerlo de ser más abierto, al menos conmigo. Creo que debería levantarme. Ya es algo tarde.
"¡Heero!" Escuché como alguien gritaba mientras se lanzaba sobre mí y ambos caímos al suelo. Pero ni tiempo tuve de verlo cuando aquella persona ya estaba saltando en mi cama.
"Max, ¿Qué haces? Baja de ahí" ordené al rubio.
"De acuerdo" me dice al tiempo que salta a mis brazos y se aferra a mi cuello.
"¿Qué demonios te pasa?" Pregunto.
"Heero. Ven, quiero que me lleves de compras y al parque y a comprar muchas cosas, mira que ayer…" Continúo diciendo, pero segundos bastaron para que yo dejara de escuchar lo que el joven decía.
"Max, ¿Por qué mejor no se lo pides a la persona con la que te casaste?" Sugiero.
"¡Qué divertido eres! Ya deja de bromear y llévame a pasear. Paseo, paseo, paseo, paseo…" siguió diciendo mientras mi mente empezaba a funcionar.
Cambio de POV
Los gritos inundaron aquella casa en la que las jóvenes parejas se encontraban. Los hermanos Kinomiya corrieron espantados hacia la sala. Mientras el menor de ellos corría de un pequeño pájaro, el mayor buscaba librarse de un molesto rubio que se aferraba a su cuello. En otra esquina de la sala el ruso bicolor trataba de escapar de un ardiente pelirrojo que pretendía violarle. Y en cuanto a nuestro pelilavanda, pues él estaba en el sofá dejándose querer. Los ojos de Kai se fijaron entonces en como ese idiota tocaba a su chino.
"Suelta a mi neko ahora" ordenó el ojicarmín. Pero justo en ese momento el kot se lanzó sobre Kuznetzov y empezó a besarle con dulzura. Bryan, realmente no ponía objeción alguna.
"Rei, deja eso ahora" gritó el bicolor mientras alejaba con fuerza al oriental del ruso.
"Yura, quieres controlar a tu esposo." Pidió el neko.
"¿De qué hablas Rei? Tú te casaste conmigo." Trató de recordarle el ojirojo.
"Te equivocas Kai, yo me casé con Bryan. Te lo probaré" y diciendo eso le mostró el anillo de compromiso que portaba. Según Kai era el mismo que Bry le había dado a Yura con la diferencia de que ahora la inscripción decía 'Bryan&Rei'.
"Así que con tu permiso, seguiré con lo que hacía." Mencionó el pelinegro.
"A no, de ningún modo vas a hacerlo con ese sujeto." Aseguró el ruso.
"Mira Kai, tú y yo estuvimos juntos hace años, pero no funcionó. Así que te sugiero que nos dejes a mí y a mi esposo en paz." Contestó el ojidorado.
"Lo tocas y te mueres" Le advirtió al ojilavanda, pero éste simplemente permitió que el chino continuase besándole.
"Oh vamos Kai, no tiene nada de malo que me divierta un poco con mi neko." Respondió el dueño de Falborg, sin saber que acababa de firmar su sentencia de muerte.
Sin duda algo muy curioso estaba ocurriendo en aquel lugar. Bueno o malo, eso es difícil decirlo, todo es cuestión de perspectivas.
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Notas de la Autora:
Espero que me haya quedado más o menos, porque estoy enferma y la medicina contra la gripa me tiene un tanto drogada XD. Ya sé que quedó excesivamente largo, pero culpen a la cumpleañera por eso que quería que los ocho personajes salieran desde el primer cap. Por favor, déjenme su opinión y feliciten a NEKOT!.
¡¡¡MUCHAS FELICIDADES MI MUY ADORADA NEKOT! XD
Espero con miedo…digo con impaciencia n.nU tu reto XD. Ojalá que hayas tenido un gran cumpleaños. Bueno, eso es todo por ahora.
Dejen Review. Recuerden que los reviews hacen feliz a la autora y una autora feliz actualiza más rápido, mientras que una infeliz se pone en huelga y se da unas muy muy pero muy largas vacaciones. A ver si así me extrañan ¬¬ U.
Cuídense
Addanight.