Gracias
Le gustaba. Mucho. Cada vez que la miraba la veía más bonita, más feliz. Se estaba esforzando por mejorar, acercarse a los demás y encajar. Le gustaba observarla desde su pupitre mientras ella hablaba con sus amigas, Yoshida y Yano. Le gustaba mirarla desde el piso superior mientras ella cuidaba de los parterres que había en el patio o plantaba nuevas semillas con ilusión. Le gustaba verle hacer muchas cosas pero, por encima de todas ellas, le gustaba verla sonreír.
Kazehaya se levantó apoyándose levemente en la mesa. Las clases habían dado a su fin y hoy estaba dispuesto a pasar un rato con Sawako, disfrutar de ella. Ahora que ya tenía claros sus sentimientos y los había manifestado en público ya se sentía mucho más libre. Se acercó hacia donde estaba ella y le pidió que pasara la tarde con él. Yoshida y Yano no tardaron en animar a Sawako. Finalmente, la chica asintió con un leve sonrojo en las mejillas, todavía le costaba aceptar que ocupaba un lugar importante en el corazón de Kazehaya.
Ambos caminaron juntos, sin un rumbo fijo. Él parecía ser incapaz de parar de hablar de contarle cosas e intentar hacerla sonreír como pocas veces la había visto. Sin embargo, a pesar de sus intentos su sonrisa no acababa de aparecer en su rostro por completo. Pasaron por diversas tiendas y en una de ellas, el chico compró un par de dulces, uno para cada uno. No pudo evitar reír cuando Sawako, sonrojada de pies a cabeza, empezó a agradecerle que le hubiera comprado la merienda entre tartamudeos.
─Esto es para que sonrías – dijo él mientras la miraba fijamente a los ojos.
─¿Sonreír?
─Una sonrisa, Kuronuma – ella se lo quedó mirando, el chico la observaba con atención. Ella se llevó las manos al rostro, así no le iba a salir una sonrisa. Kazehaya siguió caminando y ella lo siguió.
Empezaba a caer la noche cuando los dos estaban pasando por el camino contiguo al río. Kazehaya iba unos pasos por delante de Sawako que caminaba con la cabeza gacha.
─Kazehaya…
─¿Qué? – preguntó él deteniéndose pero sin volverse.
─¿Por qué…?
─¿Cómo? – el muchacho la encaró invitándola a que continuase la frase.
─¿Por qué querías verme sonreír? – dijo ella en voz baja.
Kazehaya se llevó una mano a la frente, no pudo evitar sonreír ante la pregunta porque la respuesta era tan sencilla… Sin embargo, en lugar de contestar giró sobre sus talones para seguir caminando. Sawako lo tomó por la chaqueta y tiró de él con suavidad.
─¿Qué pasa?
─Dímelo…
─¿El qué?
─¿Por qué querías verme sonreír?
Él la miró a los ojos, le tomó las manos y se agachó un poco para quedar a su altura. Suspiró, se armó de valor y le dio un beso en la frente. Sawako abrió la boca para decir algo pero fue incapaz, no podía escuchar sus pensamientos cuando los latidos de su corazón eran tan y tan fuertes.
─Quería verte sonreír porque… te quiero… y lo que me hizo enamorarme de ti fue tu sonrisa.
Unas escasas lágrimas surgieron de los ojos de Sawako y buscó refugió entre los brazos de Kazehaya.
─Gracias…
─¿Qué?
─Eso es lo único que necesitas decir para hacerme sonreír, como el día en que nos conocimos…
Kazehaya sonrió y la tomó por los hombros para apartarla un poco y poder ver sus ojos.
─Gracias por todo, Kuronuma.
Ella no pudo evitar esbozar una sonrisa. Él intentó grabar a fuego aquella nueva y dulce sonrisa en su memoria. Iba a guardarlas todas y cada una de ellas en su cabeza y en su corazón porque adoraba a aquella chica y le gustaba verle hacer muchas cosas pero, por encima de todas ellas, le gustaba verla sonreír.
Un pequeño fic sobre esta pareja tan adorable. Espero que os haya gustado.
Takari95
