Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, pero la trama si.
Lo que está escrito "entre comillas" son los pensamientos del protagonista, mientras que lo que está escrito en cursiva, son conversaciones lejanas.
La historia está escrita desde el punto de vista de Emmett.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
DÍA 4 A.T. (Antes de la transformación.)
Como un día más, mis hermanos y yo salimos de casa y nos fuimos hacia el trabajo. En ocasiones, el trabajo era duro, ya que nos ocupaba la mayor parte del día, pero algunas de las labores que realizaba, me había permitido desarrollar mis músculos, lo cual me había ayudado a encontrar un segundo empleo, como constructor, aunque nadie en mi familia sabía de la existencia de ese segundo trabajo. Todos creían que desaparecía por las tardes para encontrarme con alguna mujer, pero no era así. Bueno, tal vez si.
- Señor McCarty. – dijo la dulce y seductora voz de la hija del jefe, que también era la que se encargaba de todo el papeleo.
- Alicia. – dije a modo de saludo.
- Señorita McLane. – me corrigió con su tonito de superioridad, como de costumbre, a forma de recordatorio. Como si pudiera olvidar que la hija mimada del jefe.
- Discúlpeme. Señorita McLane, que se le ofrece? – dije mirando los papeles que llevaba en la mano, obligándome a mi mismo a no pensar en lo bien que le quedaba el vestido que llevaba ese día.
- Le traigo unos papeles que debe firmar.
- Ahora? – dije sorprendido, dejando la caja que llevaba en las manos en el suelo. Estábamos en medio de un edificio que estaba a medio construir.
- Si. Tengo mucho trabajo que hacer, y no tengo todo el tiempo del mundo, a diferencia de otros. – dijo con su chulería habitual, empezando a caminar hacia una madera que hacía las funciones de mesa.
Colocó unos seis papeles sobre la madera, que en un futuro sería una puerta, y dejó una pluma al lado de uno de los papeles. Firmé en los lugares en que me iba indicando y le devolví la pluma, rozando ligeramente su mano. Me encantó el tacto de su piel. Era suave y delicado, mientras que mis manos eran bastas y ásperas, fruto de años de trabajo como carbonero.
Recorrí su cuerpo con la mirada, hasta encontrarme con sus sonrojadas mejillas. No pude evitar sonreír al verla tan vulnerable.
- Gracias. Adiós. – dijo con rapidez antes de marcharse a toda prisa, esquivando las cajas y ladrillos que encontraba en su camino.
Ella había sido la principal razón de que me presentara para ese trabajo. Desde que una noche la vi en la ciudad, estando yo con mis hermanos y mi mejor amigo. Fue este último quien me dijo que la chica era la hija adoptiva de Klauss McLane, dueño de media ciudad.
No es que fuera una mujer delgada, como la mayoría, pero ardía en deseos de tener ese hermoso cuerpo entre mis manos. Su cabello castaño, largo, aunque recogido en un moño, brillaba en reflejos rojizos bajos los rayos del sol. Y sus ojos azules grisáceos… me volvían loco.
- Vamos, Emmett. Este edifico no va a construirse solo! – gritó mi mejor amigo Charles, desde un piso superior al que estaba yo.
Aparté la vista del lugar por el que se había marchado la preciosa señorita McLane y volví al trabajo, cargando varia cajas de un lado al otro, hasta que terminé mi jornada.
Charles y yo fuimos a cambiarnos, como el resto de nuestros compañeros, y nos fuimos directamente hacia un restaurante cercano a la casa de mi amigo, como hacíamos todas las tardes después del trabajo.
- Mira, esas chicas no dejan de mirarte. – dijo Charles, señalando con disimulo a una mesa en la que habían cuatro chicas cenando. Reconocí a una de ellas al momento. – De que se reirán tanto?
- Probablemente, de nosotros. – dije bebiéndome de un trago lo que me quedaba en la copa. – Una de las que están en el medio es Alicia McLane.
- Que? Quien? La del pelo suelto? – exclamó demasiado alto. – Esta como un tren. Se la ve guapa sonriendo.
- Ella siempre está guapa. – murmuré. – voy al servicio. – me levanté y abandoné a mi amigo en la barra, mirándome con la sorpresa pintada en la cara.
Fui hacia los servicios, aunque no tenía ninguna necesidad de ir. Solo quería alejarme de Alicia y sus amigas. No quería ser el blanco de sus bromas y burlas de niñas ricas. Solo quería pensar en ella como la mujer que lograba que el mundo desapareciera de mi vista. Solo existía ella.
- Vienes Alicia? – dijo la voz de una muchacha desde el otro lado de la pared.
- Dadme un minuto. – dijo la voz de mi amada Alicia.
Empecé a sentir que me dominaba una sensación hasta entonces desconocida para mí. Me temblaban hasta las rodillas de los nervios, y no lograba abrir la puerta de los servicios.
Quería volver con Charles antes de que ella saliera, pero lo que conseguí fue todo lo contrario. Cuando al fin conseguí abrir la puerta, salí a toda prisa, pero no pude avanzar. Choqué contra algo, que terminó cayendo al suelo.
- Perdóneme señorita… - me quedé bloqueado al ver de quien se trataba. Le tendí mi mano con la intención de ayudarla a levantarse, pero me pegó en la mano y se levantó sola.
- Es usted un idiota! – exclamó arreglándose el pelo con las manos.
- Perdón? – "lo que me faltaba por oír." – no soy yo el que se ha abalanzado sobre usted! – respondí. No permitía que nadie me tratara como si fuera basura. Yo era tan persona como ella.
- Eres un impertinente, McCarty.
- Y usted una presumida. – dije mientras se pasaba las manos por la falda, intentando alisarla.
- Imbécil.
- Prepotente.
- Muerto de hambre. – dijo alzando la mano.
- No voy a permitir que me siga hablando así. – dije sujetándola por la muñeca, impidiendo que me golpeara, que era lo que había pretendido.
En esos momentos, la tenía a pocos centímetros de mí, y no pude evitarlo. Solté su brazo y la sujeté por la cintura, pegando su cuerpo al mío. Respiraba agitadamente, mirándome directamente a los ojos. Llevé una de mis manos a su mejilla y mis labios a los suyos.
Me sorprendió que no me apartara de ella con un empujón, por lo que me animé y me permití el lujo de bajar mi mano hasta su trasero, mientras nuestros labios se movían al mismo compás. Me quedé alucinado cuando sentí el tacto de su lengua rozar mis labios, intentando abrirse paso.
Había imaginado tantas veces ese momento, que me pareció estar soñando despierto, como de costumbre. Pero eso no era un sueño, estaba sucediendo de verdad.
- Aquí no. – dijo en un susurro, con la respiración agitada, juntando su frente a la mía, mientras acariciaba mi nuca con una de sus manos, jugando con mi pelo.
- De acuerdo. – dije, aunque lo que deseaba decir era 'cuando y donde.'
- No quieres que continuemos esto en otro lugar? – siguió susurrando, pegando aun mas su cuerpo al mío, si ello fuera posible.
- Lo deseo, pero no quiero que se sienta presionada. Quiero que sea usted quien dé el siguiente paso.
- A media noche, en las oficinas de la obra. – dijo antes de darme un último beso y marcharse corriendo.
"Madre mía. Pero que es lo que ha pasado? Aun no me lo creo."
Dejé que pasarán unos minutos antes de volver, con mi amigo, que ya se estaba tomando su tercera copa. Me bebí lo que le quedaba en el vaso, pagué y salí del restaurante.
- Pero que es lo que te pasa? – dijo mi amigo, corriendo hasta llegar a mi lado. – eso es carmín?
- Qué? No, no. – dije limpiándome la boca con el puño. – Estoy cansado. Solo quiero irme a dormir.
- Pero…
- Nada de peros, Charles. – dije deteniéndome ante la puerta de su casa. – te recuerdo que yo tengo dos empleos. – dije empleando un tono que nunca había usado con él, y me sentí fatal al hacerlo. – Perdóname amigo. Es que estoy bastante cansado.
- No pasa nada. Nos vemos mañana en el trabajo. – dijo abriendo la puerta.
En cuanto entró en su casa, yo me fui directamente a la mía. Todos se me quedaron mirando con sorpresa, ya que normalmente no solía llegar tan temprano a casa, pero les ignoré y me fui a dar un baño. Lo necesitaba.
Me relajé bastante con el agua caliente, pero en cuanto cerré los ojos, volví a ponerme de los nervios. El rostro de mi amada Alicia apareció en mi mente, mi cuerpo se tensó y empecé a sentir una molestia, que rozaba el dolor, en la entrepierna. Cuando abrí los ojos, descubrí el porque.
- Se puede? – dijo la voz de uno de mis hermanos, entrando al cuarto de baño.
Me senté de golpe, intentando que mi hermano no viera mi repentina erección, pero por su sonrisa supe que había actuado demasiado despacio.
- La cena ya está lista.
- Vale.
- Vas a cenar?
- Si, ya voy.
- Muy bien. – dio media vuelta y cuando iba a cerrar la puerta, volvió a entrar. – Será mejor que hagas algo con eso. – dijo mirando al agua. – no querrás salir a cenar… contento? – dije después de de dudar. "que sutil manera de decir empalmado."
- Lárgate. – mascullé, salpicándole.
Mi hermano se puso a reír y se marchó corriendo antes de que volviera a mojarle.
En mi vida, había estado con bastantes mujeres, pero nunca me había pasado algo así. Y nunca había tenido la necesidad de aliviarme yo mismo, pero en ese momento tenía que hacerlo.
.-.-.-.
Me vestí con la ropa más elegante que tenía y, media hora antes de media noche, salí a hurtadillas de casa. Las oficinas estaban bastante cerca, por lo que llegué quince minutos antes de la hora acordada. Llamé a la puerta, con la esperanza de que Alicia ya estuviera allí, pero nadie respondió ni abrió.
- Has venido. – dijo la voz a mis espaldas.
Me di la vuelta y tomé la mano que Alicia me tendía. Abrió la puerta de la oficina y entramos. Había un pequeño sofá de dos plazas en un lado y nos sentamos en él.
- Ante todo, no quiero que pienses que soy una cualquiera. Nunca había sido tan lanzada con nadie. – dijo acariciando mi mano.
- No pienso que seas una cualquiera. – dije viendo como empezaba a ruborizarse. – pero me sorprende mucho que estés aquí, conmigo.
- Y a mí. – dijo soltando una risita que me encantó. – pero me gustas.
- Desde cuando?
- Desde el día en que nos vimos en la ciudad. Ibas con cuatro chicos.
Sonreí y llevé mi mano a su mejilla, acariciándola, sintiendo el rubor que la invadía. Alicia se acercó más a mí y volvimos a besarnos. Empecé a quitarme la americana y le quité su abrigo, aun sin dejar de besarnos. No pude controlarme más y deslicé mi mano por debajo de su blusa.
- Tengo que decirte una cosa. – dijo mientras se ponía a horcajadas sobre mi, con mi mano acariciando uno de sus pechos.
- Dime.
- Soy virgen. - dijo dejando de besarme.
- No pasa nada. – dije desabrochando lentamente su blusa.
- Voy a casarme.
Me detuve al momento y me puse bien la ropa. No podía hablar. Ni siquiera podía pensar.
- Emmett.
- Y quien se supone que soy yo? – dije empezando a sentir la boca seca. - El amante? - dije sin poder evitar que la voz se me quebrara el dolor que sentía.
- Yo no amo a Richard, te amo a ti.
Me puse en pie y empecé a pasearme por la oficina.
- No lo entiendo.
- Mi padre me obliga a casarme. Desde mi nacimiento que está planeando mi boda con ese hombre.
- Y por que no te niegas? – dije clavando mi vista en ella. – Dile a tu padre que no quieres casarte con otro hombre. – dije empezando a dar forma a una descabellada idea en mi mente. – Dile que ya te han pedido en matrimonio.
- Que? Pero quien?
- Yo.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Hola!
Que os parece mi idea?
La verdad es que nunca he leído una historia sobre Emmett, porque no leo muchos fics, y un día, aburrida en el trabajo, pensé: me gustaría leer un fic en el que se viera la vida de Emmett cuando era humano, la transformación y como se sintió al ver tal cambio en su vida. Pero luego pensé: y porque no la haces tú? Y aquí estoy.
Espero que os haya gustado. Me gustaría conocer vuestra opinión al respecto. Me ayudaría mucho.
Nos leemos pronto. Besitos.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Votad en el poll de mi perfil que historia queréis que actualice antes.
.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.
Mirad éste link, tengo un par de historias, si os gusta, podríais pensar en votarme. Jejeje. http: / / www . fanfiction . net / ~ miamad0 bfffan fic contest (sin los espacios)
Y en este concurso también estoy. Votad, plis. Si os gusta, claro. http: / / bl148w .blu148 .mail .live .com / default .aspx?rru =inbox (sin los espacios.)
