Disclaimer: Los personajes principales de esta historia son de Rumiko Takahashi, lo demás es malviaje mio...

Akane estaba acomodando la ropa y útiles que ocuparía el día siguiente en la Universidad.

Ella estaba estudiando la Licenciatura en Deportes, mientras que su prometido, sorprendentemente, estaba estudiando Administración de Empresas, nadie se esperaba semejante decisión, pues todos creían que Ranma estudiaría la Licenciatura en Deportes al igual que Akane, para poder hacerse cargo del Dojo o en todo caso, que comenzara a dar clases de inmediato y ocuparse de lleno en la labor, pero no ocurrió.

El día que anunció su elección de carrera, Genma dio el grito en el cielo; Soun lloraba a mares, montando así ambos patriarcas "el drama" de dramas; el maestro Happosai se encargó de darle un sermón sobre lo que se esperaba de un guerrero, lo desconoció como su pupilo y no paró de lamentarse y decir lo decepcionado que estaba de todos sus alumnos (Genma y Soun incluidos), pero nadie le prestaba mucha atención, así que después de montar su escena se fue a incrementar su colección de prendas íntimas como consuelo (cualquier excusa es buena); Kasumi por la sorpresa dejó caer la bandeja con té que traía en las manos, y pasada la sorpresa inicial, sonrió igual que siempre, se apresuró a limpiar el desastre y continuó en su mundo (sabrá Kami y ella lo que rondaba por su cabeza).

Nabiki que estaba comiendo galletas en ese momento se atragantó, miró al chico perspicaz, de cualquier forma la tomó por sorpresa, se supone que a ella nada se le escapa, ella lo sabía todo sobre todos, especialmente sobre lo que habitaban esa casa que ella se encargaba de mantener, y el que Ranma, prometido de su hermanita menor, hiciera saber eso el primer día de clases en la Universidad, la descolocó sobremanera (trató de no demostrarlo, pero de que le afectó, le afectó), porque eso significaba que desde que había sacado solicitud de admisión la engañó, y de eso ya tenía varios meses.

Akane estaba en shock, su mente estaba en blanco, no entendía nada y así estuvo unos 4 días, lo asimiló todo cuando un día lo vió en la Universidad, a lo lejos, rodeado de varios compañeros. Todos en el grupo se veían muy bien vestidos, pues usaban trajes de diseño exclusivo.

Ranma en especial lucía diferente, su traje, su actitud, había hecho amistad con chicos bastante inteligentes o de dinero, incluso se había cortado su tan característica trenza y aunque el cabello no lo tenía del todo corto, lucía extraño. Si tenía que ser honesta consigo misma, así era como lo percibía, como un desconocido, con ella se portaba distinto: ya no peleaban, no se insultaban y lo más triste (al menos para ella) era que ya no hablaban tanto, la relación (o lo que sea que tuvieran) se había enfriado un poco, ya no se metía en problemas, sus transformaciones en chica ya no eran frecuentes, había cambiado toda su rutina de vida, entre otras cosas, para ella era como si hubieran cambiado a Ranma por otra persona...

Akane escuchó que tocaban la puerta de su habitación, se obligó a regresar al presente y fue a abrir la puerta, y fue casi como si con el pensamiento lo hubiera invocado, ahí, en el umbral de la puerta estaba el protagonista de sus pensamientos melancólicos, Ranma, vestía unos pantalones flojos y una playera de color negro (era su nueva pijama).

El chico sonreía de lado y ella no pudo evitar pensar en lo atractivo que lucía aun en pijama y que habían pasado por lo menos dos días en los que no habían podido hablar a solas o estar tan cerca...

- ¿Puedo pasar? - dijo el ojiazul en voz baja, pero su voz sonó tan seductora que ella sin decir palabra se hizo a un lado para dejarlo entrar a la habitación, Ranma por su parte entró despreocupadamente y tomó asiento en la silla del escritorio de Akane, después se giró con todo y silla para encarar a su prometida, Akane después de cerrar la puerta se sentó en flor de loto en su cama y miró interrogante a Ranma - ¿estás muy ocupada? - preguntó mirándola intensamente

- Eh... no, estaba alistando mis cosas para mañana - dijo un poco nerviosa - ¿por qué? ¿qué necesitabas?

- Si no es mucho pedir ¿podrías acompañarme mañana por la tarde, a una salida con algunos compañeros de la facultad? - Akane abrió los ojos con sorpresa, no se acostumbraba a la reciente seguridad seductora del ojiazul, por lo que boqueo un poco sin conseguir emitir sonido alguno, dándole oportunidad para explicarle - no tiene nada que ver con la carrera, es algo más bien recreativo, es a las seis de la tarde y a esa hora tu ya estás libre - dijo como afirmación - además todos van en parejas... o la mayoría - Akane entrecerró los ojos y él decidió pasarlo por alto - y como eres mi prometida, por eso te pido que vayas conmigo, porque si no quieres ir pues tampoco voy - dijo impasible (aunque internamente estaba un poco nervioso), ella se sorprendió de nuevo, ¿aceptaba tan abiertamente su "compromiso", como si fuera lo más normal del mundo después de haber negado, renegado o ignorado el asunto en el pasado?

Estaba comenzando a sentir la ira crecer en su interior y él lo notó inmediatamente, por lo que se apresuró a aclarar el asunto - Akane, sí, ya sé que esto del compromiso es tema difícil, siempre tuvimos problemas por eso y sé que en parte es por mi culpa, pero tengo la intención de cambiarlo y mejorarlo... Además es la fecha y no hemos podido tener una cita en condiciones, esta es una buena oportunidad para comenzar ¿no crees? - Akane, estaba sin palabras y mentalmente se preguntaba ¿dónde estaría el verdadero Ranma? ¿qué habían hecho con él?, porque esto estaba bien raro - ¿Akane? - Ranma la llamó preocupado, ella estaba como ausente

- Yo no entiendo nada Ranma ¿qué es todo esto?, has cambiado mucho y no me dices por qué , me confundes - lo dijo un poco abatida, el chico respiro profundo, se levantó y se sentó junto a ella en la cama, después la miró fijamente a los ojos y tomó las manos de Akane entre las suyas

- Siento mucho que mi comportamiento te haya herido, además de tener que lidiar con mis inmadureces, las locas de Shampoo, Ukyo, Kodachi y cuánto loco se nos atravesaba, incluyendo a los que tenemos en casa, pero ¿sabes? un poco antes de graduarnos del instituto, me encontré con mi madre y hablamos, ella me contó varias cosas, me explicó otras tantas y desde entonces me encuentro con ella frecuentemente. Me ha sido de ayuda para cambiar un poco y crecer, mentalmente claro - Akane no se esperaba esa confesión, de hecho, ella se imaginaba otras cosas bastante absurdas, pero saber esto sin duda la desconcertó y alegró a partes iguales - supongo que eso responde a tu pregunta, aunque me temo que no sacia por completo tu curiosidad

- Es cierto, pero... me sorprendes, es que ni Nabiki - Ranma sonrió con suficiencia - se dio cuenta, tu padre tampoco lo sabe ¿verdad?

- No, y es mejor así... hagamos una cosa, me acompañas mañana y podemos platicar más, así puedo empezar a compensarte por todo este tiempo de... errores y problemas, tu sabes empezar a tener un compromiso como debe ser ¿estás de acuerdo? - ella asintió mecánicamente - me alegro - dijo con una gran sonrisa el ojiazul, después le dio un beso en la mejilla y en respuesta ella se sonrojó intensamente, sin dejarla reaccionar de otra forma Ranma se puso de pie y caminó como si nada hacia la puerta, giró el pomo y antes de abrir volteó a ver a la aún inmóvil y consternada Akane - hasta mañana cariño - le guiñó un ojo y salió de la habitación dejando a Akane con los ojos como búho, ella no podía creerlo, sentía que estaba soñando o en alguna dimensión desconocida ¿sería cierto todo lo que Ranma le había dicho? ni siquiera sabía qué pensar...

Claro que lo que ella desconocía y que Ranma no le iba a decir, eran las circunstancias en las que todo el cambio se efectuó, esos pequeños detalles que marcan grandes diferencias y que por supuesto a ellos les cambiarían la vida radicalmente, y no exactamente de la mejor manera...