Leaffalls siempre era un lindo lugar para visitar.
Sus ríos y lagunas, las hojas secas cayendo de los robustos árboles, la soledad...
Lo último se encontraba más en una zona específica, el vertedero.
Por eso, Alphys siempre lo visitaba. Soledad... era lo que ella necesitaba a veces.
"Una inútil bola de grasa..." Pensaba cada vez que iba allí.
Era la capitana de la Guardia Real, sí, pero la insultaban de igual forma. Por su estatura, y por su obsesión con la comida.
No podía evitarlo, y no sabía siquiera el por qué.
A cada visita, un paso más cerca del abismo.
"Nadie extrañará a una ambiciosa, mandona e inútil bola de grasa..." pensó.
Ya hacía mucho tiempo que iba a ese lugar. Se sentía cómoda entre la basura, ya que era su familia.
Un paso. Un sólo paso sería suficiente para que la reptil cayera como una hoja de otoño.
Pero un ángel azul tocó su hombro, sorprendiéndola.
-N-no deberías estar tan cerca de la orilla, p-podrías resbalar-. Ella le dio una mirada preocupada, una que no recibía desde hace tiempo.
Una mirada de tristeza, mezclada con silencio, fue lo que la chica pez recibió.
Y allí fue cuando lo entendió; planeaba resbalar.
Pero ella no lo permitiría, no permitiría que otro monstruo sufriera ante sus ojos.
-S-soy Undyne, ¿Y tú?
-Me llamo Alphys.
-E-es un nombre bonito...
Ambas se miraron, una con más tristeza que la otra.
-V-vaya, llevamos un buen rato aquí. ¿Q-quieres ver algo de anime?
-¿Qué es un... anime?-preguntó la mayor, había oído esa palabra antes.
-E-es cómo unos cartoons... p-pero más variado y de más duración- respondió Undyne mientras acomodaba sus anteojos.
-Está bien, no tengo nada mejor que hacer...
Y una nueva amistad surgió ese día. ¿O algo más?
