DISCLAIMER - Prince of Tennis no me pertenece.
HASTA EL ÚLTIMO DEMONIO
PROLOGO
La noche era fría. A pesar de estar a mediados de primavera la temperatura no subía de los 15ºC, el viento azotaba con fuerza contra los pocos peatones que había a esas horas de la madrugada por la calle.
Narumi Saito se cerró el abrigo hasta arriba y salió del caluroso bar donde había pasado casi toda la tarde y parte de la noche, lamentándose por su vida. Comenzó a caminar por la oscura calle. No era muy larga pero solo tenía dos luces, estaban en cada una de las entradas del callejón así que en la mitad estaba bastante oscuro.
Lo mejor era pasar rápido aquel tramo, nunca se sabía quién te podrías encontrar esperando para atracarte. Intentó acelerar el paso pero no conseguía andar recto. Definitivamente había vuelto a beber demasiado. Por eso le había dejado su mujer, esa adicción también le había obligado a dejar su trabajo. Debía rehacer su vida, sí, empezaría por dejar de beber tanto, quizás así… Vaya, algo se le había enganchado al pantalón. Tiró y sintió que se soltaba. Comenzó a andar de nuevo cuando un escalofrío le recorrió el cuerpo. Espera, ¿con que se había enganchado? ¡En esa calle no debería haber nada con lo que engancharte! Se dio la vuelta pensando que tal vez había bebido demasiado y que todo era fruto de su imaginación cuando lo vio. Un joven estaba tumbado boca arriba. Se acercó y cuando estuvo a dos pasos de él frenó en seco. El joven estaba cubierto de sangre, sus facciones apenas se distinguían entre la sangre que cubría su cara y la poca luz de aquél lúgubre callejón donde se encontraba. Sintió que el alcohol desaparecía de su organismo, mientras un escalofrío le recorría su cuerpo. Oyó voces y gritos de gente que se acercaban a él. No se había dado cuenta de que estaba gritando.
************************* No muy lejos de allí ********************************
Una figura oculta en las sombras observaba como algunas personas llamaban por teléfono, presumiblemente a la policía, mientras otras intentaban calmar al viejo borracho. Ese idiota. El muy imbécil casi había pasado por encima del cadáver sin darse cuenta y eso no le venía muy bien a su plan. Ya era hora de que el mundo supiese lo que estaba pasando. Debían entender que los demonios extranjeros se deberían ir de Japón si no querían morir. Él se encargaría de limpiar las calles de su hermoso país.
Al oír las sirenas salió de su ensimismamiento. Los coches patrullas empezaban a llegar y cada vez más gente se reunía alrededor del cadáver. Sonrió y se escabulló del lugar.
Debía buscar una nueva víctima.
Pronto aparecerían los periodistas con todas sus cámaras de fotos y videos, el cadáver saldría en todos los telediarios del país, la gente tendría miedo y cientos de especulaciones circularían por la red.
Ahora que iba a conseguir que la gente se fijara en su trabajo no podía parar, pero tendría que buscar a una víctima con más poder que el anterior. Si conseguía cazar a un pez gordo los demonios más débiles se marcharían, y nadie podrá ocultar su sagrada labor para proteger a su país.
Sí, definitivamente iba a escoger bien al siguiente.
Nota de Autor: Este es mi primer fanfic, espero que os agrade, escribir reviews (siempre y cuando sean constructivos). Gracias por leerlo.
