Los personajes no me pertenecen.

Advertencias: Slash.

N/A: Esto es lo que ocurre si juntas un sábado, tiempo libre y a mí en un mismo cuarto.

Ojalá les guste.


Deshaciéndose.

Había algo que lo tenía nervioso. Y no tenía nada que ver con el secreto que desde hace años estaban guardando.

Su corazón latía lastimoso, y por primera vez, el sabor en sus labios era totalmente amargo.

―¿Qué pasa, Sirius?

Sus bocas se habían separado para que Remus dejara salir esa pregunta. Y Sirius creyó que se perdería en el mar de sus ojos.

Ojalá pudiera perderse en el mar de sus ojos.

Pero aun así no podía. Se sentía culpable, se sentía engañado, usado. ¿Sería Remus el que traicionaría a sus amigos? ¿Realmente sería capaz?

El licántropo esperó respuesta. Pero esa habitación a media luz daba el toque más erótico que podía reflejarse sobre el rostro de Sirius, y algo andaba mal. Podía sentirlo inclusive en el aire, algo andaba muy mal y los involucraba a los dos. Pero no quería que se terminara, por dios, que no se terminara nunca. Y no podía ver sus labios hinchados sin evitar besarle.

La atmósfera era pesada. Sirius tenía su mente en otro lado, en un lugar ajeno al cuerpo de Remus. Y éste podía percibirlo porque sus besos se volvieron vacíos, y la confianza había desaparecido en el momento que el Sol ascendió por el cielo. Se había roto a pedazos.

La maldad había podido con ellos dos, al grado en que se había debilitado todo lo que alguna vez creyeron seguro. Pues, ¿Qué esperas cuando crees que la persona a la que mas quieres está a punto de destrozarte a ti y a tus amigos?

Quería mentirle, quería decirle una farsa como que ya no quería esconderse, que sus amigos tenían derecho a saber sobre lo suyo. Pero algo dentro de él se lo impedía, ¿Y si de verdad Remus era el espía? ¿Y Si sólo lo había utilizado? ¿Y si todo eso sólo era parte del plan?

Quizá hasta él mismo sólo era parte del juego.

Un juego que no estaba seguro de poder ganar.

¿Remus… traidor?

Una mirada color miel se posó sobre sus ojos, y Sirius tomó la decisión final, la que lo condenaría por el resto de su vida.

Lo siento Remus.

―No pasa nada.

Sonrió, como si fuera cierto.

Como pudiste, Sirius…

Esa noche asesinaron a los Potter.