Me duele
Disclaimer: Los personajes de Naruto no me pertenecen, son propiedad de Masashi Kishimoto.
Atención: Para no confundir, les diré de una vez que en éste drabble/one-shot solo aparecerán Minato y Kushina. Nadie más. Lo digo solo para que no lleguen a confundirse (algunas veces yo lo he hecho, y es horrible = - =)
¡Disfrútenlo!
—Me duele.
Minato alzó la vista de su libro, viendo confuso a la pelirroja sentada frente a él, con algo parecido a un puchero formado en sus labios.
—¿Te duele?
—Sí, me duele.
—¿Qué te duele, Kushina?
—Me duele~
—Sí, ya me lo dijiste. ¿Pero qué te duele?
—¡Sufro mucho, Mina-chan!
—Kushina…
—No es justo. No me gusta que me duela. – Puchero marca Uzumaki.
—A nadie le gusta que le duela. – Frunció el ceño – ¿Pero qué te duele, Kushina?
—No me gusta que me duela 'ttebane. – Mirada suplicante – ¡Mina-chan, has algo!
—Kushina, ¿Cómo quieres que te ayude, si no me dices qué te duele?
—¿De verdad quieres saber, Mina-chan?
—¡Por supuesto que sí!
—Me duele el corazón 'ttebane.
Minato la miró de forma anonada. Kushina simplemente le devolvió la mirada, de forma indiferente.
—¿El corazón?
—Sí, el corazón.
—Pero… ¿Por qué?
Kushina lo miró directamente a los ojos. Un puchero formándose en sus labios.
—Porque espera que tú, gran baka, me digas por fin que me amas y me hagas tu novia. Pero como no te animas y piensa que ya no me quieres, sufre. Y duele mucho, Minato.
Minato sintió sus mejillas enrojecer.
—Ku-Kushina…yo…– Bajó la mirada, sonrojándose aún más – ¡T-Tu…! – Alzó la vista, dispuesto a decir algo más. Sin embargo, el largo y delgado dedo de Kushina sobre sus labios lo silencio.
—Shh. – Lo calló – Mina-chan, ¿No quieres darme algo para que me ayude 'ttebane? – Sonrisa inocente. Pero escondido detrás de ella, un brillo pícaro y travieso se alojaba.
Minato abrió la boca, pero al instante la cerró, poniendo una sonrisa de oreja a oreja.
—Pues, sí. ¿Sabes? Conozco un método muy efectivo que hasta puede y te guste.
—¿De veras 'ttebane? – Falso asombro – ¡¿Me la das?! – Sonrisa pícara.
—Con gusto. – El aliento del rubio en su oído la hizo estremecer –. Deja que el remedio Minato te cure, Kushina.
Kushina sonrió victoriosa. Poco a poco iban acortando la distancia entre ellos, sus labios rozaron los contrarios, dándose la bienvenida.
Fue un beso lento y profundo, dulce y apasionado. Saboreando la boca del otro, degustando de esa cavidad húmeda y deliciosa, grabando cada mínimo detalle, explorando cada rincón con curiosidad y energía.
Duró tan solo unos segundos, que para ellos fue eterno. Se separaron despacio, apoyando sus frentes, Minato con una sonrisa tímida en los labios y Kushina con una sonrisa de oreja a oreja.
—¡Estupendo 'ttebane! – Exclamó – ¡Ya no me duele!
Minato rió, negando ligeramente con la cabeza.
—¿Sabes, Minato? – El rubio arqueó una ceja –. Creo que te haré mi médico personal 'ttebane. Para mí y solo para mí.
—Me encantaría serlo, Kushina. – Sonrió cerrando los ojos.
A fin de cuentas, ¿quién mejor que él para hacer que dejara de dolerle el corazón?
Notas: Un pequeño Minakushi para endulzar la vida.
¡Espero les haya gustado!
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