-¿¡POR QUE¿¡POR QUE A MI?! –gritaba mientras apuñalaba a sus difuntos padres desesperadamente al tiempo que las lagrimas no cesaban de caer por sus mejillas, cayendo al suelo con un tono carmesí debido a la sangre de las personas que el mismo mato.

-No es justo…pero Jashin-sama me comprende…el lo hará…el si me va a comprender y me ayudara –exclamo levantándose del piso donde estaba de rodillas, tomando los cuerpos sin vida de sus progenitores por los cabellos arrastrándolos hasta un cuarto dentro de su mismo hogar.

Al llegar los coloco frente a un gran símbolo que consistía en un circulo con un triangulo dentro, junto a varios cuerpos mas. Se postro denuevo de rodillas y juntando sus sucias y ensangrentadas manitas comenzó a rezar en silencio.

-Por favor Jashin-sama, yo, tu pequeño discípulo, te doy estos sacrificios a cambio de tu compañía y aprecio –exclamo con una sonrisa tierna e inocente en sus labios.

Su única ropa que era un tipo de camisón largo color gris con el mismo símbolo de la pared, se encontraba completamente lleno de suciedad y sangre, señales que dejaban en claro los asesinatos que había provocado. Sus pequeños ojos violetas brillaban inocentes, y su cabello gris bastante revuelto y sucio se encontraba despeinado.
Era imposible pensar que una criatura de tan solo 6 años había provocado la matanza de toda una aldea. La razón era simple, quería que Jashin-sama estuviera feliz con su existencia.
¿Pero por que tanta desesperación por eso¿Por qué tanto deseo por ser querido y valorado? Simple, eso era justamente lo que necesitaba su corazón. Todo eso fue ocasionado por una simple causa, pero algo que le destrozo por completo.
Después de haber dicho las palabras que mas le costaban mencionar, las palabras que pensó nunca diría, ni a nadie ni por ninguna razón, las palabras que su corazón quería gritar pero su cabeza le hacia callar, las palabras que solo a una persona diría…dos simples palabras… 'te amo'
Lo único que recibió a cambio fue un rotundo 'yo no', después de eso la desesperación y el odio le llenaron, pero Jashin-sama le salvo de privarse a si mismo de la vida, por eso le estaría agradecido por siempre, por salvarle de la oscuridad que le llenaba.
Lo único que haría a cambio seria entregarle la vida de los demás, algo justo para el, todos sufrirían lo que el sufrió en el instante en que su amor fue destruido, de una manera u otra.
Se levanto del piso, para después dirigirse fuera de la habitación, no sin antes dirigir una inocente mirada, acompañada de una hermosa sonrisa, a la única persona que aun respiraba, a la única persona que aun tenia los ojos abiertos, a la única persona cuyo corazón aun latía, esa persona que solo viviría unos segundos mas, para después expirar no sin antes poder ver como la hermosa sonrisa se le dirigía y una mirada inocente le observaba.

-Adiós…amada mía… -menciono el pequeño antes de salir de la habitación

En ese momento la joven murió, convirtiéndose en un regalo mas para la única identidad que no desperdiciaría los bueno deseos y sentimientos del pequeño, que pronto se convertiría en un orgullo para el, Jashin-sama.

Esa persona, cuyo nombre era formado por dos silabas, ese pequeño ser que aun guardaba inocencia después de quitarle la vida a cientos de personas, esa persona llamada…

-Hidan… -exclamo la pequeña al momento de su muerte