Fantasía de cuento de hadas

Prólogo…

Caminando sobre hojas secas, la neblina presente amortiguando los rayos del sol que en pleno amanecer golpearían su rostro con rudeza o con suma delicadeza, pero le quita brillo e intensidad, por lo que no le lastimaba los ojos, cubierto por un short con tirantes negro, una camisa blanca, una corbata verde, botines negros, calcetas blancas y un saco negro, contaba para entretenerse sólo con dos o tres libros en un maletín café, no los ha leído aún, pero no estaba solo ese niño, con su pequeña amiguita rosada revoloteando de un lado a otro para cambiar su rostro de melancolía, sufrimiento, tristeza y soledad, por uno de felicidad y alegría, sin embargo, era imposible para su amo de cabellos y ojos verdes, cuya piel blanca hacía perfecto contraste con lo verde de su cabello y ojos, aunque sinceramente, parecía como muerto en vida, pero en realidad, estaba más que pensativo, porque encontró su hogar hecho trizas, todo fue provocado por un incendio que acabó con su vida, así que no tuvo otra opción más que irse y dejar lo que alguna vez fue su hogar.

Lyzerg Diethel, caminaba por ese sitio con su amiga revoloteando alrededor de él: una pequeña hada rosada de nombre Morphine. Ella nunca se separaría de él, siempre estará a su lado pase lo que pase y vaya a donde vaya, le hará compañía, quién sabe la causa, pero de cualquier forma, ese bosque estaba en Escocia, muy lejos de Londres, puesto que no había casa alguna parecida a la que él veía en su país, es más, él no veía ni una sola casa, sólo pasó cerca de una vieja avenida, la cual tenía grietas por su tiempo de ser construida, pero se detuvo en un camino desviado de ésta, en un árbol ya sin ni una sola hoja, se sentó debajo de él recargándose en el tronco, un poco cansado, porque se fue desde el aeropuerto hasta allí, bueno, sólo tomó un autobús y un taxi que lo dejara cerca de ese lugar, pero no llevaba nada de alimentos para él, sólo fresas y cerezas silvestres para Morphine, ella era mucho más importante que su apetito, así que , de su maletín sacó una bolsita de fresas, porque era la hora en la que Morphine debía alimentarse:

.- ¡Oye Morphine! – Llamó en voz alta para llamar su atención, y la hadita baja a su hombro y se sienta en él – Mira, come, yo busco un libro para los dos – Y busca dentro de su maletín otra vez.

.-"Cómo me gustaría hablar su idioma, lo malo es que soy un hada y no tenemos suficiente voz para hablar con ellos, para decirle que estaré con él siempre" – Pensó mientras sujetaba la fresa, pero se le ocurrió una gran idea.

.- Veamos…- En eso, Morphine de alguna forma partió la fresa en dos, dejó la mitad para ella encima de una hoja aún verde, y la otra mitad la cargó hasta que tocase su mejilla.

Lyzerg volteó a ver qué pasaba, pero vio a su amiguita volando con media fresa en sus manitas, se acercó lentamente a una mano del chico, él sólo atinó a voltearla de manera que quedara la palma arriba, el hada dejó su mitad en su mano y volvió a donde había dejado la suya para comérsela. Ese acto significó para Lyzerg que ella lo quería mucho, y sólo pudo sonreír tranquilo al sentirse amado, así que miró su mitad de fruta que le dejó, como señal de cariño, comenzó a comérsela lentamente mientras seguía buscando:

.-"Muchísimas gracias Morphine por estar a mi lado" – Pensó recordando que durante el torneo, a pesar de que le gritó y la alejó, ella regresó para ayudarlo

Cuando encontró el libro que buscaba desde hace unos segundos, trató de entender lo que decía, pero casi era difícil para él, pues estaba en alemán, pero después de unos minutos, logró entender más de diez páginas, y así, podía leérselas a Morphine:

.- Oye Morphine, ¿Qué te parece si te cuento una historia? – Preguntó sonriendo de felicidad, porque está en compañía de su mejor amiga de toda la vida.

El hada empezó a bailar en el aire mostrando que sí deseaba que le contase una historia, pero su baile se vio interrumpido por una duda: ¿De qué se trataba? Así que se sentó en la muñeca de Lyzerg para darse a entender como pudiera, sólo tuvo que sobarse un poco la cabeza mostrando la pregunta que quería hacerle, él plácidamente sonrió de nuevo soltando una pequeña risa:

.- Pues mira, se trata de hadas como tú que vivían escondidas de los humanos – Dijo en breve, así que el hada aplaudió en señal que comenzara a leer.

.- "Lyz, eres muy atento conmigo desde que terminó el torneo, no sé cómo agradecértelo; aunque este libro lo leas con tus esfuerzos, yo me guiaré por ese dibujo" – Pesó mientras observaba que el libro tenía una página con el texto y en la otra un dibujo que explicaba el contenido de ese texto, la letra era chiquita.

.- Hubo una vez hace tiempo, un gran reino de seres pequeños, juguetones pero sobre todo tiernos, que son las famosas hadas, todas ellas convivían entre ellas como si estuvieran jugando, la reina, que por cierto era muy bella, les decía que podían hacer lo que quisieran menos meterse en problemas, por lo que eran extremadamente cuidadosas. Un día, llegó un brujo malvado, ambicioso y peligroso, que deseaba convertirse en el único ser mágico del mundo, escuchó que las hadas se volvían populares entre los humanos, a pesar de que nunca las habían visto, eso enfureció tanto al brujo que, con rabia e ira reflejada en los ojos, decidió acabar con todas; las hadas se enteraron de ello, por lo que la reina junto a sus guerreros fueron a detener las ambiciones de ese ser oscuro, pero la guerra fracasó y la reina fue capturada y encerrada en la casa del hombre, todas las demás hadas se sintieron desprotegidas y tristes cuando su reina dejó el trono vacío, así que se han escon…escon…escondido – Con eso último, a Morphine preocupó, nunca había leído de esa manera, por lo que fue a una de sus mejillas y la tocó tratando de preguntarle qué tenía

.- ¿Qué me pasó? No sé porqué vi borroso de pronto – Dijo retomando la lectura – Se han escondido, pero sólo una de ellas escapó sin miedo a que la atraparan, tan veloz como pudo y con mucha tristeza en su pecho, dejó su mundo y se adentró al de los humanos, procurando que no…la…vieran… - No pudo seguir leyendo, porque misteriosamente se desmayó.

Pero el hada angustiada y asustada, trató de despertarlo, pero no pudo, cuando se dio cuenta, había soltado el libro, fue hacia el dibujo para verlo mejor, vio que todas las hadas eran similares a ella, lo que más es sorprendente es que una de ellas era exactamente igual a ella, también, sin explicar lo que pasaba, cayó inconsciente, los dos quedaron así por el libro, luego de unos instantes, ambos fueron brillando lentamente con todas sus pertenencias menos ese libro, cuando llegaron a una luz cegadora, desaparecieron casi inmediatamente, y el libro cambió, unas páginas en el frente estaban en blanco, pero en cuanto Lyzerg y Morphine desaparecieron con sus cosas, ambos se vieron dentro de las páginas en blanco.