{LOS PERSONAJES PERTENECEN A DREAMWORKS & WILLIAM JOYCE RESPECTIVAMENTE.}
¡Hola! ¿Cómo están? En esta ocasión le traigo finalmente les traigo la fic. Que sería luego de los 3 one-shots. Como el nombre lo dice todo depende de una decisión ya sabrán cual. Muchas Gracias por leer. Disfrútenlo.
"La Fiesta Sorpresa"
~ .Capitulo Uno. ~
Unos ojos grandes, delicados y brillantes, asomaron su mirada hacia un nuevo día. Aquellos ojos de singular color, mitad azul como el cielo y mitad violetas cristalinos, pertenecen a Jennifer Overland Frost, mejor conocida como Jenn.
Que era un día singular para ella ya que era 21 de noviembre y era su cumpleaños número 18.
Se estiro en su cama esperando como en todos sus cumpleaños anteriores, sus padres la asustaban despertándola con un gran beso en las mejillas, y muchos regalos. Pero esta vez no, ya que se despertó antes. Entonces ella se quedo dentro de su cama esperando su sorpresa haciéndose la dormida con un ojo abierto mirando hacia la puerta. Sin embargo nada sucedió, espero media hora luego de despertarse y ningún ruido se escucho de fuera de su puerta.
Eso hizo que sintiera un poco de tristeza, se sentó en su cama abrazándose las piernas mirando su habitación.
Su cuarto era una maravilla de la decoración invernal, tenía todas las paredes de color blanco con muchas escarchas de un intenso color zafiro en las mismas, que brillaban aun más con la claridad del sol que entraba por la ventana. Su cama era de roble con muchas decoraciones de escarchas formadas en la misma madera, en el respaldar estaba escrito su nombre en hermosas letras que el mismo Norte había tallado.
Suspiro rendida levantándose algo triste pero decidida a averiguar que estaba sucediendo. Se quito su pijama azul de rombos blancos colocándose su ropa, que era un buzo algo grande de azul cielo y sus puños, cuello y parte de la cintura eran de color dorado. Sus pantalones le llegaban hasta los tobillos unidos a sus tacos blancos por un gran moño que recorría su pierna hasta su rodilla atándolo en un delicado moño.
En su cintura un cinturón con una gran pluma que sobresalía de color azul con algo de verde. Aunque tenía un cabello muy largo de color blanco como la nieve, que llegaba a la cintura prefería atárselo con una trenza que terminaba en una cinta dorada con una pluma esmeralda.
Lo que si le encantaba era maquillarse, su ojo de color azul se pintaba un poco con un tono suave de celeste, el otro ojo lo pintaba con un poco de violeta muy claro, en sus labios se los pintaba siempre de un rojo carmesí que los hacía resaltar en su piel mínimamente pálida.
Como último detalle pero infaltable, se coloco su aro en su oreja izquierda, cuyo aro era de pluma más bien una combinación de tres plumas, una esmeralda en el centro con punta de color zafiro, y dos pequeñas doradas detrás. Amaba ese aro ya que era un regalo de su madre cuando cumplió 13 años.
Ya preparada salió de su cuarto mirando a los alrededores, pudo distinguir un pequeño brillo esmeralda que volaba hacia ella. Era la pequeña BabyTooth. Una de las tantas pequeñas haditas compañeras de su madre, pero ella era más especial porque ayudo a su padre cuando más lo necesitaba, y un poquito la sentía como una pequeña hermana porque sus ojos eran exactamente igual a los suyos.
La pequeña Hadita hizo ruiditos alborotando el silencio, dándole una caricia en su mejilla.
-Gracias pequeña, recordaste mi cumpleaños. –La tomo en sus manos frente a ella -Pero creo que eres la única, mis padres no fueron a felicitarme esta mañana.
Dijo con un dejo de tristeza que BabyTooth la acaricio mimosamente con su manita la punta de su nariz, que hizo volver la sonrisa a la joven.
-¿Quieres averiguar conmigo que ocurre? –La pequeña Hadita asintió y salió volando hacia el taller de Norte, que se encontraba lejos del cuarto de Jenn. -¡Oye espera!
Jenn la persiguió, por todo el pasillo hacia el Taller de Norte, ella vivía allí porque su abuelo, como pidió que le digiera, se quedara a vivir, porque para los Guardianes era el lugar donde más se juntaban, aunque también tiene una linda habitación en el Palacio de los Dientes. Pero iba allí cuando era más pequeña, pero sigue yendo cada tanto o cuando necesita hablar con su madre.
Finalmente luego de tanto correr, llego al taller pero no había ningún Yeti trabajando en los juguetes, todos los juguetes estaban como los había visto la noche anterior antes de irse a dormir, que le pareció muy extraño, ni siquiera había duendes llevando galletas o comiendo galletas. ¿Qué sucedía?
BabyTooth le grito desde el ascensor que llevaba al salón del Globo de la Fe para que subiera, Jenn fue hasta allá volando metiéndose en el mismo, subiendo el ascensor.
-Creo que me ocultas algo pequeña… -La miro al Hadita con una mirada suspicaz que recibió como respuesta una sonrisa nerviosa.
Cuando el ascensor se detuvo todo se apago y unas antorchas se elevaron de mano de los Yetis.
-¡Sorpresa! –Gritaron todos los Guardianes al unisonó con sonrisas, reunidos con copas en sus manos.
Estaban todos reunidos, algunos duendes hacían música con los instrumentos, otros tenían regalos en sus manos, los Yetis tenían tortas de diferentes colores y una que otra galleta en bandejas e infaltable otros con chocolate caliente.
Jenn miro sonriente a BabyTooth.
-¿Con que no sabias nada?
Solo recibió una caricia en la mejilla por parte de la Hadita y fue a reunirse con sus hermanitas que también se encontraban allí. Todos se le acercaron a felicitarla. Primeramente fueron Jack y Tooth con una gran sonrisa.
-¿Creíste que nos olvidaríamos de tu cumpleaños? –Le dijo Jack con una sonrisa resaltando su dentadura blanca como la nieve.
-Casi me hacen sospecharlo –Sonrío Jenn.
-Mi pequeña –Tooth se acerco abrazándola lo más fuerte que pudo –Me pone tan feliz que ya tengas 18 años.
-¡Mama me estas asfixiando! –Dijo Jenn con dificultad por el apretado abrazo.
-Oh, lo siento –Le sonrió separándose, volviendo al lado de Jack -¿Jack porque no le das nuestro regalo? –Sugirió Tooth colocando una mano en el hombro de él.
-Está bien –Metió su mano en el bolsillo sacando una pequeña caja azul con un moño blanco que por su mano esparció involuntariamente un poco de escarcha que le daba un toque especial.-Feliz cumpleaños hija mía.
Jenn lo tomo ansiosa, desatando el delicado moño, que al abrirla se sorprendió al ver un hermoso relicario con forma de escarcha dorada, con rombos en su interior esmeraldas y zafiros. Que al abrirlo había una foto de todos los Guardianes junto a ella.
-¡Es hermoso! –Cerró su regalo con cuidado y se tiro abrazándolos a ambos fundiéndose en un hermoso abrazo familiar.
Norte sonrió viendo esa escena pero faltaba su regalo también.
-¡Ahora es mi turno! –Saco de una bolsa un hermoso buzo de color rojo. Aunque no sea el color preferido de Jenn siempre usaba los regalos de Norte pero solo cuando era Navidad.
-Gracias abuelo –Lo abrazo tomando su regalo sonriente.
Sandy se acerco a ella.
-¿Y tu Sandy?
Él le tendió una mediana bolsa dorada con mucha arena dorada en su interior, era ya un regalo de siempre por parte de Sandy, pero ella lo usaba para algo importante.
-Gracias Sandy –Lo abrazo sonriente
Norte sonriente haciendo una seña a los Yetis que acercaran el pastel para que la cumpleañera sople las velas.
Jenn se separo del abrazo admirando lo grande que era la torta, de tres pisos de diferentes colores, más exactamente los colores de cada Guardián: rojo, azul, dorado, verde, y gris.
-¿Lista para soplar la velas? –Pregunto Norte.
Ella solo sonrió acercándose a la torta soplando cada una de las velas sin dejar una prendida, con un poquito de ayuda de su padre que hizo un poco de viento con su cayado.
-¡Papa! –Lo miro con cara fea.
-Oigan no me miren. –Se hizo el inocente. Pero la cara de Jenn le hizo pensar una travesura. –Conejo fue quien me dijo que lo haga.
-¡¿Qué yo qué?! –Dijo Conejo completamente confundido.
-Ay papa se que Conejo no lo haría –Se acerco volando a Conejo quedando a su lado -Tu eres el único Guardián del Invierno que puede controlar el viento –Sonrío mirándolo desafiante tomándolo de la mano a su peludo amigo. Que el mismo Bunnymund solo sonrió con cara de triunfo.
Que hizo gruñir a Jack al ver la reacción de Jenn hacia Conejo, en cambio Tooth sonrió ante la situación haciendo gesto a Norte para evitar una confrontación.
-¡Que comience el Banquete!
Los Yetis acercaron una mesa grande, la misma que usaban para celebrar Navidad, pero ya estaba preparada con todos bocadillos arriba de ella.
Todos se sentaron a comer, tomando su lugar, Jack se sentó al lado de Tooth. Norte en la punta y en la otra punta Sandy. Enfrente de Jack y Tooth se sentaron Conejo y Jenn, que él aprovecho para decirle.
-¿Siempre te metes en problemas verdad Jenn? –Le pregunto Conejo a Jenn sonriéndole.
-Creo que ambos Conejito –Le sonrío pícaramente.
{Bueno esto ha sido el primer capítulo, es mas como una especie de presentación, para que sepan cómo es un poco Jenn, y se preguntaran que falta el regalo de Conejo, no se preocupen en el segundo será más especifico sobre ello, porque es un regalo especial. El próximo capítulo será el viernes que viene. Espero que les haya gustado, muchas gracias por leer.
Atte.: Solita-San}
RESPUESTAS:
Cleopatra VIII: Gracias por comentar, espero que te haya gustado el primer capítulo. No es mucho pero se irá desarrollando la historia. Otra vez perdón por tanta incertidumbre. :D
